Al arriba parlante, López Obrador, o le falta información o miente cínicamente para imponer megaproyectos de despojo, destrucción, ecocidio y muerte.
El Zenzontle
28 de noviembre de 2018.
Al referirse despectivamente a "los abajo firmantes"(quienes han solicitado formalmente detener el Tren Maya), López Obrador declara que "aunque parezca increíble les falta baño de pueblo"(La Jornada, 26 de noviembre, pág.3) y que les falta información, ya que ‘no se derribará ningún árbol en su construcción’(un acto de fe).
Aunque parezca increíble, con todo respeto, al arriba parlante le falta baño de estudios y de pueblos indígenas, para entender el complejo proceso de intensa destrucción cultural y ecológica que puede desencadenar el Tren Maya, por muchas décadas, en los territorios del Sureste; tiene la cómoda creencia pripanistade que la destrucción cultural y ecológica sucede sólo cuando se construye un megaproyecto y no después, cuando opera a plena capacidad. Habrá que exigir estudios de impacto ambiental de la mayor solvencia académica, para la aprobación de este megaproyecto.
Los resultados de la consulta, en lo que concierne al Tren Maya, el corredor del Istmo y la nueva refinería, revelan solamente el nivel de ignorancia que tienen en estos momentos, en torno a estos megaproyectos, las personas que votaron. Una consulta similar, realizada en un año o dos podría fácilmente mostrar un rápido desplome en la aprobación de estos megaproyectos. Esta consulta ha sido improcedente, ilegítima y manipuladora. La propaganda que utilizó el arriba parlante, para defender el Tren Maya, tuvo tantas postverdades como una campaña pagada por Trump.
[Véase en el mapa la extensión de la ruta ferroviaria por construir de Valladolid a Cancún, de Cancún a Bacalar, pasando por Playa del Carmen y Tulum, por la costa caribeña, y de Bacalar a Escárcega, atravesando la Reserva de la Biósfera de Calakmul y continuar de Escárcega a Balancán, Tenosique y Palenque…, ¿sin derribar un solo árbol? ...y sin mencionar los complejos inmobiliarios, hoteleros, comerciales, campos de golf, centros vacacionales y demás urbanización salvaje que implica todo este megaproyecto neoliberal… Y sin haber consultado de manera suficientemente informada sobre los impactos ambientales, sociales, culturales y económicos, de manera previa, culturalmente adecuada y de buena fe -con la verdad- a los pueblos que resultarán afectados. (Nota de La Voz del Anáhuac)].
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