“A 50 años de la creación de la Prepa
Popular, epicentro del movimiento del 68. Homenaje a Jorge Villamil Rivas”
¿Homenaje a
Jorge Villamil en el cincuentenario de la Preparatoria Popular?
Doroteo Arango
La Voz del Anáhuac
Con un minifragmento (0:18 min) de un video captado el
pasado 12 de febrero en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras de la
UNAM, Jenaro Villamil publica en su página de Facebook que fue un "Homenaje a Jorge Villamil” el
evento convocado por un grupo de egresados de la Preparatoria Popular para
celebrar en nacimiento de ésta escuela, nacida de la lucha de los rechazados de
las Preparatorias de la UNAM a fines de 1967.
En el
presídium estaba, entre otros, Jorge Villamil, uno de los fundadores de la
Preparatoria Popular, éste tuvo ahí una larga intervención en la que, entre
agradecimientos a las autoridades de la UNAM, destacó la importancia de esta
escuela surgida entonces como alternativa para ejercer, por la vía de los
hechos su derecho a la educación pública y la participación de esta en el
movimiento Estudiantil de 1968. Y sí, efectivamente Villamil fue uno de sus
fundadores, fue uno de sus directivos entonces.
El que
esto escribe fue activista en el IPN durante dicho movimiento (en
Prevocacional 4 en 67-69, en Vocacional
6 en 1970-71). Sin concluir la Vocacional se fue de obrero pues fue uno de esos
activistas del 68 que, convencidos de la necesidad de una nueva revolución, decidieron
integrarse al pueblo. En este caso como obrero, un poco por convicción
ideológica (“la emancipación de los
trabajadores sólo puede ser obra de los trabajadores mismos”) y otro tanto
por necesidad objetiva.
Como tal, sumergido en la
lucha obrera se alejó del medio estudiantil. Tuvo nueva relación con la lucha
estudiantil en 1999, cuando estalló la huelga para defender la gratuidad de la
educación pública, pues ahora sus hijos eran estudiantes universitarios. Los
acompañó a las marchas, a los mítines, a las asambleas de padres de familia de
los estudiantes huelguistas. La cerrazón de las autoridades universitarias, el
linchamiento mediático, las maniobras del gobierno federal y local, el oportunismo
de los partidos políticos, polarizaron las posiciones entre huelguistas y no
huelguistas. El ala moderada desempeñó el triste papel del esquirolaje. Se
condenó a los huelguistas consecuentes, se les motejó de “ultras”.
Barnés de Castro renunció a
la rectoría (no sólo los procuradores “se
cansan”). Durante meses no hubo a quien exigirle el diálogo para resolver
el conflicto. En noviembre se nombra como nuevo rector a Juan Ramón de la
Fuente. A fines de noviembre inicia el diálogo, será en base a los 6 puntos
planteados por el CGH. Dos cuestiones conflictúan el inicio del diálogo: si
este será público o no y quienes pueden ser aceptados como delegados del CGH.
Las pláticas serán en el Palacio de Minería, sólo tendrán acceso la Comisión de
Rectoría y los delegados acreditados por el CGH, es decir, no será público,
pero se trasmitirá por Radio UNAM y habrá acceso a los medios para que hagan la
cobertura. El CGH acepta esto. La discusión se centra después en quiénes, según
rectoría, no pueden ser reconocidos por ésta como delegados. Se le cierra la
puerta a la Preparatoria Popular, porque, argumenta la Comisión de Rectoría “ya no existe” como tal, aunque muchos
egresados de ella han participado en el movimiento desde su inicio y el CGH les
reconoció tal legitimidad.
Desde su trabajo, el
activista que se hizo obrero, escucha la trasmisión del diálogo en Radio UNAM.
Los compañeros que pasan al Almacén por sus refacciones o herramientas para sus
labores, mientras les despacho, escuchan, preguntan, se enteran, sugieren formas
de apoyo, piden que se invite alguna a brigada del CGH a que venga a informar
al centro de trabajo, se hace coperacha, reciben apoyo obrero.
Entre los comisionados de
Rectoría que en esos momentos decisivos asumió un nefasto papel estuvo Jorge
Villamil, sí, el mismo que fue parte de los fundadores y uno de los directivos
de la Preparatoria Popular, el mismo que ahora reporta Jenaro Villamil como “homenajeado” en el evento realizado
para recordar que el 12 de febrero de 1968 inició su vida académica.
“Sorpresas te da la vida”: Un fundador y
directivo de la Preparatoria Popular es parte del coro de la Rectoría de la
UNAM para negarle legitimidad en el diálogo a esa escuela que dio muestras de
compromiso con las luchas del pueblo trabajador y con los movimientos
insurgentes del México de los 70’s, hasta que en 1984 fue tomada violentamente
por lo fuerza pública y desaparecida de facto.
Para
entonces ya había sido entregado el edificio de Liverpool, aceptando la
reubicación en Fresno. El Plantel Tacuba, rebautizado en 1971 con el nombre de
Francisco Treviño Tavares, estudiante asesinado durante la masacre del 10 de
junio, resistió y se hizo ejemplo de combatividad hasta 1984, cuando fue
desalojada brutalmente. Pero dejó huella. Sus egresados, luego ya en estudios
superiores en la UNAM nunca olvidaron su paso por ella, se reivindicaron como
tales, salvo los renegados de siempre, los que se convierten en uno más de los
burócratas que sólo saben cumplir órdenes. Como el que ahora es presunto “homenajeado”, seleccionado por ser “experto en el tema Preparatoria Popular”
desde que Barnés era rector para un diálogo que ya con De la Fuente serviría
para prepararle su Chinameca al CGH:
el Plebiscito que en febrero de 2000
fue la llave maestra para permitir la ocupación policíaco-militar que rompe la
huelga. Pese a todo, persecución cárcel y tortura, en su derrota el CGH se
levanta con la victoria: gracias a la huelga, la UNAM siguió siendo pública y
gratuita.
Quien
esto escribe, estuvo presente el 12 de febrero de este año en el Aula Magna de
la FFyL, pese a que desde la convocatoria observó que se había dado lugar en el
presídium a personajes como Villamil o Robles (ex diputado priísta), que algo
que no aprendieron en la Preparatoria Popular fue ética, congruencia, firmeza
de principios y que se han puesto al servicio del poder burgués, enemigo
principal de la Prepa Popular, desde que nació hasta que la desmantelaron.
Asistió para reencontrarse con viejos camaradas que no se han rendido ni se han
vendido y que siguen luchando, que igual asistieron porque se trataba de hacer
un homenaje a esa trinchera de lucha que nos hermanó, no para homenajear a un
traidor. Pues si por eso los herederos de Zapata siempre se negaron a aceptar
que los restos del General Tierra y Libertad fueran sepultados en el “Monumento a la Revolución”, junto a los
de quien ordenó su asesinato: Venustiano Carranza.
Viví el
68-71. Mis hijos vivieron el 99-2000. Del mismo lado: con el pueblo.
No olvidamos, no perdonamos,
no nos reconciliamos.
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