Viglietti, voz "viva" de América Latina que
deja un legado de música y compromiso
Rubén
Figueroa
01
noviembre, 2017
Durante agosto y parte de
septiembre de 1968 Radio UNAM trasmitió todos las días, a las 8:00pm el
noticiero del Consejo Nacional de Huelga. Dando cuenta de los principales
acontecimientos en torno al movimiento estudiantil. Este programa iniciaba y
terminaba con algunos fragmentos de “Me
gustan los estudiantes”, canción de Violeta Parra, en la voz de Daniel
Viglietti.
(Nota de La Voz del Anáhuac)
La muerte del cantante y compositor uruguayo Daniel
Viglietti (1939-2017) deja a América Latina sin una de sus voces y guitarras "vivas", autor de canciones
que traspasaron fronteras y que perduran en la actualidad más allá de las modas del momento y del compromiso con
el tiempo en que se gestaron.
Voz y guitarra que el
uruguayo Guillermo Pellegrino, premio nacional de literatura en su país, reunió
junto a la peruana Chabuca Granda, el argentino Atahualpa Yupanqui, y los
chilenos Violeta Parra y Víctor Jara en el libro "Las cuerdas vivas de América Latina" (2002) como algunos
de los iconos del folclore regional.
Hijo de una pianista y de un
guitarrista, Viglietti utilizó en sus composiciones elementos de la música
clásica, de la popular e incluso del rock.
A partir de su segundo
disco, "Hombres de nuestra
tierra" (1964), comenzó a trabajar en la musicalización de poemas de
escritores como los españoles Rafael Alberti y Federico García Lorca, el cubano
Nicolás Guillén o el peruano César Vallejo, entre otros.
En 1969 compuso la mítica "A desalambrar", que se
convirtió en un himno internacional contra el latifundio y la propiedad privada
y que aún hoy es cantada como canción protesta en las universidades.
Habría que eliminar
fronteras y crear un mundo en el que la palabra "extranjero" solo se aplicara "a los capitalistas salvajes, a los banqueros que de alguna manera
deciden las guerras", declaró Viglietti a comienzos de la década de
los 90 a un periódico español.
El propio Víctor Jara, amigo
de Viglietti y asesinado por militares tras el golpe de Estado de 1973 en su
país, ayudó con su voz a popularizar "A
desalambrar" como una de las canciones de cabecera de los que apoyaron
el gobierno del socialista Salvador Allende (1973-1990).
Otros artistas
internacionales como la chilena Isabel Parra, el español Joan Manuel Serrat, la
argentina Mercedes Sosa, la cantante mexicana nacida en Costa Rica Chavela
Vargas o la venezolana Soledad Bravo también hicieron parte de su repertorio
otras de las composiciones más populares de Viglietti, como "Canción para mi América", "Milonga de andar lejos" o "Gurisito".
Viglietti fue amigo íntimo
Mario Benedetti, con quien compartió muchos escenarios del mundo mezclando
música y poesía y cuyo féretro portó encabezando junto a Eduardo Galeano el
cortejo fúnebre que dio sepultura al famoso escritor uruguayo en 2009.
Para retomar la lucha que
Benedetti llevó a cabo a través de la militancia y de la palabra en la defensa
de los derechos humanos, ayudó a conformar la Fundación Benedetti y ocupó su
directorio junto a otras destacadas personalidades de la cultura uruguaya.
La represión política y
social previa a la dictadura cívico-militar uruguaya (1973-1985) llevó a que
Viglietti fuera apresado por las autoridades, desatándose una campaña
internacional para su liberación en la que participaron Julio Cortázar, Jean
Paul Sartre y François Mitterrand, entre otros.
Tras su liberación y con la
llegada de la dictadura se vio obligado a exiliarse por más de una década en
Argentina y Francia hasta que pudo regresar a Uruguay en 1984.
Durante el resto de su vida
mantuvo un compromiso por la defensa de los derechos humanos y la denuncia de
los crímenes cometidos durante las dictaduras de los países del Cono Sur, "no por venganza sino por
justicia".
Tampoco abandonó la música,
manteniendo desde 1994 el programa radiofónico "Tímpano", en Radio El Espectador, en el que repasaba la
historia y la cultura de la música, y presentándose en directo, siendo su
último concierto el que dio el pasado viernes en la localidad uruguaya de Las
Piedras.
Viglietti falleció este
lunes a los 78 años por un problema cardiaco mientras era sometido a una
operación quirúrgica, pero permanece viva su música, así como su compromiso
social y político.
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