La revolución
Cultural Mundial que sacudió al mundo
La
Voz del Anáhuac
agosto,
1968
Una semana después de
que los estudiantes mexicanos logramos tomar el Zócalo de la ciudad de México
con una gran manifestación en la que participaron más de 300 mil personas, nos
enteramos con sorpresa de un hecho inusitado: tropas soviéticas y sus aliados
del Pacto de Varsovia invadieron Checoslovaquia, país europeo socialista en el
que desde enero de ese año se desarrollaba un movimiento democratizador con el
que se buscaba avanzar hacia una forma no totalitaria
de socialismo, legalizando la existencia de múltiples partidos
políticos y sindicatos, promoviendo la libertad de prensa, de expresión, el
derecho a huelga, etc. Este movimiento fue nombrado la “Primavera de Praga”.
Esto nos
sorprendió mucho, pues nuestra idea del socialismo era otra: como decía la
propaganda socialista, lo veíamos como un Estado obrero, con libertad, justicia
y democracia. Pero la realidad nos estaba mostrando otra cara de lo que
conocíamos como socialismo: un sistema impuesto en toda Europa del Este tras la
derrota del nazi-fascismo. El mundo se dividió en dos campos: el capitalista,
con Estados Unidos, Inglaterra y otras potencias al frente, y el socialista,
con la Unión Soviética al frente. El campo socialista era un contrapeso mundial
al dominio capitalista e imperialista que avanzaba. Tras la revolución bolchevique, las potencias
capitalistas europeas se lanzaron a una guerra en la que pretendían ahogar al recién nacido en su cuna. Pero
fracasaron. El ejército rojo resultó victorioso derrotando esa ofensiva. Estos
mismos países fueron omisos, ya en el curso de la Segunda Guerra Mundial,
cuando el nazi-fascismo invadió la URSS. La contraofensiva soviética fue
devastadora para los alemanes, esto fue lo que permitió la derrota del ejército
nazi. Una vez derrotado el nazi-fascismo, la URSS se levantó como la segunda
superpotencia mundial. Era aliada dela Revolución China, de las guerras de
liberación nacional en Corea, Vietnam, Medio Oriente, Argelia…, en todo el
mundo. El campo capitalista vio en esta creciente influencia soviética una
amenaza y comenzó la llamada “Guerra
Fría”. Una confrontación entre los campos capitalista y socialista, con
diversos frentes en distintas partes del mundo.
México,
bajo el dominio económico de los Estados Unidos, no fue ajeno a esa
confrontación. Por eso, el gobierno mexicano veía la amenaza del “comunismo internacional” en cada lucha
social que se diera fuera de su control. Por eso a los estudiantes mexicanos se
nos acusó de “comunistas”.
Pero ¿qué “conjura comunista” se podía decir que había tras la “Primavera de Praga”? Claro, los
soviéticos se apresuraron a calificarla de “contrarrevolucionaria”,
de ser un “complot del imperialismo”.
Pero en China, desde la dirección del Partido Comunista Chino, encabezado por
Mao Tse-tung, en 1966 se había desatado una oleada de protestas de obreros,
campesinos, estudiantes y guardias rojos en contra de los dirigentes del PCCh
seguidores del camino capitalista. Se trataba de la crítica masiva en las
universidades, comunas y centros fabriles que destituían a los dirigentes del
partido que aplicaban políticas que lejos de avanzar en la construcción del
socialismo, restauraban prácticas capitalistas. Este movimiento fue conocido
como la Gran Revolución Cultural
Proletaria. Esto tampoco, en modo alguno, podía considerarse como parte de
una “conjura comunista”.
Todo el mundo se estaba convulsionando: nos llegaba
información de que en mayo de 1968
de había desatado el Francia un movimiento estudiantil que, con la
participación de millones de obreros llego a la huelga general: la Revolución de Mayo. Y casi al mismo
tiempo, otros importantes movimientos estudiantiles en Alemania, Italia,
España…
En el propio territorio estadounidense se desencadenaron
diversas luchas sociales: el “Black Power”, lucha de la población
negra en contra de la segregación racial y por sus derechos civiles, encabezada
por líderes pacifista como Martin Luther King y Malcolm X, que tras ser
asesinados, escaló a lucha armada de autodefensa, liderada por los Panteras
Negras. De manera similar se levantaron los chicanos y migrantes latinos en un
potente movimiento de trabajadores agrícolas que adoptó el nombre de “Brown
Power”. Buena parte de la juventud estadounidense desencadenó protestas
masivas en contra de la guerra en Vietnam, este movimiento fue protagonizado
por estudiantes universitarios, por los jóvenes de las comunidades negras, chicanas
y latinas (los primeros en ser enviados a esta guerra absurda como “carne de cañón”), y los jóvenes de las
comunas contraculturales, conocidos como “hippies”,
que preconizaban “amor y paz”,
respeto a la naturaleza, regreso a la vida comunitaria, psicodelia y drogas.
Y América Latina, desde el triunfo de la Revolución Cubana en
enero de 1959, también vivía diversos procesos de lucha contra las dictaduras
militares, contra el colonialismo norteamericano, por libertad, justicia y
democracia. Algo similar ocurría en Asia (Corea, Vietnam, Palestina…) y África (Argelia,
Congo…).
Es decir todo el mundo se convulsionaba, tanto en los países
capitalistas, como en los socialistas y en el llamado tercer mundo. Y no sólo en los aspectos económicos, sociales y
políticos. También en sentidos científicos, tecnológicos, y culturales.
Los anticonceptivos y los trasplantes de órganos en seres
humanos fueron un gran salto en la ciencia médica. El paso de los bulbos a los
transistores en los años 50’s quedó rebasado por el paso a los circuitos
integrados y a la computación en lo tecnológico en los años 60’s. Las
relaciones de mando-obediencia se transformaron: los alumnos comenzaron a
cuestionar los métodos dogmáticos de los profesores, los hijos comenzaron a
rebelarse contra la imposición de un proyecto de vida por parte de sus padres.
Las parejas comenzaron a relacionarse de manera libre, sin prejuicios ni
dogmas, el amor libre ganó terreno al matrimonio institucional, los clósets
comenzaron a abrirse para dar paso al respeto a la diferencia y a la diversidad
sexual.
Nacieron núcleos feministas, ecologistas, de respeto a la diversidad
sexual y muchos otros que desarrollarían una diversidad de luchas.
Todo esto es, en un análisis social, económico y político de
la historia de la humanidad, una Revolución Cultural Mundial, que tuvo diversos
escenarios en las distintas sociedades capitalistas y en las entonces llamadas
socialistas y que repercutió en todo el planeta, en todos los ámbitos de la
vida.
México, por supuesto, no estuvo exento. Los que vivimos ese
movimiento que se extendió de julio a diciembre de 1968, en su primera etapa,
la de la huelga, las grandes movilizaciones, la represión sangrienta y la
resistencia que se extendió de enero de 1969 a junio de 1971, en una segunda
etapa de reorganización y definición de distintos caminos revolucionarios, no
éramos conscientes de la complejidad de este fenómeno mundial. Tampoco tuvimos,
la mayoría, con la claridad suficiente para saber cuáles serían todas las repercusiones
de nuestro accionar. Supimos sí, una buena parte de los activistas, conducirnos
con dignidad, honestidad y congruencia.
Los que se vendieron, los que traicionaron los principios que
entonces decían defender y ahora ejercen el poder con igual o peor corrupción y
autoritarismo al que entonces se opusieron, evidentemente nunca estuvieron
convencidos de nada, su palabra era falsa y su actitud “rebelde” una mera pose para cotizarse en el mercado político.
Es falso que “todos los
del 68 de vendieron”. Hubo, hay, muchos, muchas, que siguieron, que siguen
luchando. Por diversos caminos, en distintas formas, pero con el compromiso
histórico asumido desde entonces. Ahora con más conocimiento, más conscientemente.
Esta es la séptima
entrega de una serie de
artículos que estaremos publicando en este espacio con motivo de los 49
años del Movimiento Estudiantil-Popular de 1968. El relato se basa en
testimonios presenciales.
Si quieres leer también las entregas
anteriores puedes hacerlo en los siguientes vínculos:
Primera:
1968:
De la protesta por la brutalidad policíaca a la lucha por las libertades
democráticas
Segunda:
26 de
julio de 1968: una chispa incendia la ciudad. Inicia un gran movimiento
https://sexta-azcapotzalco.blogspot.mx/2017/07/26-de-julio-de-1968-una-chispa-incendia.html
Tercera:
29 de
julio de 1968: HUELGA GENERAL EN EL POLITÉCNICO, CRECE EN TODO EL PAÍS
Cuarta:
IPN: 5 DE AGOSTO DE 1968,
MARCHAMOS LIBRES, SIN DIRECTOR, SIN CHARROS
https://sexta-azcapotzalco.blogspot.mx/2017/08/ipn-5-de-agosto-de-1968-marchamos.html
Quinta:
1968:
NUESTRAS DEMANDAS CORRESPONDÍAN AL MOMENTO QUE VIVÍAMOS
Sexta:
MOVIMIENTO ESTUDIANTIL
1968: 13 de agosto, gran manifestación toma el Zócalo
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