Cuba-EU: Un
discurso para Miami
Dr.
Néstor García Iturbe
Grupo
El Heraldo
América
Latina en Movimiento
16
junio, 2017
ALAI AMLATINA, 16/06/2017.- El día 16 de Junio, según se había anunciado, Donald
Trump visitó la ciudad de Miami y pronunció un discurso ante una audiencia
formada por lo peor del exilio cubano, que se había congregado en el Teatro
Manuel Artime, para conocer de las nuevas medidas que se implantarían contra
Cuba.
Es interesante analizar el
ambiente en que se desarrolló el acto y los resultados concretos del mismo.
Trump, siguiendo el patrón
de todo discurso presidencial estadounidense, tuvo alguien que se lo escribiera
y esa persona, se encargó de resaltar en el mismo algunos nombres y
situaciones, que además de agregar torpeza, permiten definir la falta de
conocimiento de Trump sobre Cuba.
Dentro de las cosas que leyó
el presidente, estuvo el llamar “heroicos”
a los mercenarios de la Brigada 2506, que se rindieron en menos de 72 horas.
El discurso tocó una
amalgama de hechos que en vez de beneficiar a Estados Unidos, lo denigra, como
la Operación Peter Pan, organizada por la CIA y repudiada por la mayoría de los
que llegaron a Estados Unidos forzados por la misma.
Habló de desaparición de
personas, de asesinatos por parte de la policía, lo cual nos hace recordar los
tiempos de Batista, el dictador que gracias al apoyo de Estados Unidos estuvo
mal gobernando Cuba hasta que triunfó la Revolución.
Habló de las personas que
son detenidas cuando se encaminan a rezar en templos e iglesias. De la no
existencia de libertades ni respeto a los derechos humanos. Del peligro que
Cuba tuviera armas atómicas, algo que se refiere a los años 60 del siglo pasado
y de que Cuba ha enviado armas a Corea, lo cual nos siembra la duda, de que el
señor Trump sepa dónde está Corea.
Es evidente que aquel no fue
precisamente un discurso en Miami, sino un discurso para Miami, lleno de
demagogia, mentiras y tergiversaciones, que resultara agradable a los oídos de
los que fueron al teatro para ver correr la sangre.
No podía faltar en aquel
desbarrar la referencia a Venezuela y como Cuba la ayudaba en sus planes contra
el pueblo de dicho país.
Según Trump, Estados Unidos
son los campeones de la libertad, la democracia, el país donde no se comenten
violaciones a los derechos humanos, donde no existen presos políticos y donde
sus fuerzas armadas ayudan a otros pueblos del mundo para que se mantengan
libres.
Sus acciones sobre Cuba
estarán encaminadas en ese sentido, para liberar al pueblo cubano y que los
exilados puedan regresar a sus hogares, además de reclamar lo que fueron sus
propiedades, ahora con nuevos propietarios, el pueblo cubano.
Todo esto lo dice como si
fuera verdad, o al menos parece estar convencido de lo que expone, aunque
pudiera estar engañado, lo que implica que es fácil engañar, como a un tonto, al
presidente de Estados Unidos.
Lo principal no estuvo en la
retórica, la demagogia y las frases que dijo para que algunos se sintieran
felices. Muchos besos, abrazos, apretones de mano, aplausos, señalar supuestos “héroes” que estaban en la audiencia,
regalo de plumita a algunos de ellos, todo eso formaba parte del
espectáculo.
Lo principal estuvo en la
orden ejecutiva que firmó y si la misma realmente implica un cambio en las
relaciones que se llevan a cabo entre Cuba y Estados Unidos, según los “acuerdos” llegados durante la
administración Obama.
Podemos decir que hay
algunos cambios y novedades, pero que de algunas, cosas ni se habló. Según
comunicación de fecha 16 de junio emitida por la Oficina de Prensa de la Casa
Blanca sobre la orden ejecutiva tenemos lo siguiente:
Si no firma otra orden mañana, los viajes a Cuba de las personas de
origen cubano siguen igual, lo mismo podemos decir de las remesas y los viajes
a Estados Unidos para visitar familiares y otros motivos, todo de forma
ordenada y mediante visa.
De las línea aéreas que
viajan a Cuba procedente de Estados Unidos y los Trasatlánticos turísticos,
nada nuevo.
En relación con el
alojamiento de estadounidenses en Cuba, se plantea en la orden no realizarlo
con establecimientos ni hoteles bajo la dirección del Grupo de Administración
Empresarial, por considerarlo vinculado a las fuerzas armadas cubanas.
Se ratifica, lo ya
establecido desde hace mucho tiempo, de no permitir que estadounidenses viajen
a Cuba con fines turísticos. Los visitantes del sector académico, artístico y
otros, deberán viajar en grupos, no individualmente como fue autorizado por
Obama.
Cómo un cambio de política,
dentro de la indicaciones emitidas por Trump, está el incremento del comercio
con el Sector Privado. Aquí no dice a cuál sector privado se refiere, pero en
la agricultura cubana tenemos un fuerte sector privado y el Secretario de
Agricultura, nombrado por Trump, es partidario del comercio con el mismo.
También se ratifica la
política del bloqueo a Cuba y se opone a las gestiones que se puedan realizar
en las Naciones Unidas y otros Organismos Internacionales para la terminación
del mismo. En septiembre veremos cómo votan la resolución contra el Bloqueo en
Naciones Unidas.
Se dice que el mejoramiento
de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos dependerá de la acción del
gobierno cubano en función de incrementar el cumplimiento de las leyes, el modo
de vida del pueblo, el respeto a los derechos humanos y el incremento de
libertades políticas, económicas y religiosas. Todo lo cual será Estados Unidos
el que lo determine.
En la orden se orienta a los
Departamentos de Comercio y Tesoro para que establezcan las regulaciones
correspondientes en un plazo de treinta días, para poner a funcionar la misma.
Este proceso, según los expertos, pudiera demorar varios meses en los cuales
seguirán vigentes las regulaciones actuales.
Hasta aquí lo mencionado en
la orden ejecutiva, lo que no se mencionó, por el momento queda igual.
Cómo podrán ver, estas
regulaciones a quienes afectan es a los estadounidenses, qué pueden, o no
pueden hacer, según las mismas.
El cambio de política hacia
Cuba, se ha reducido al cambio de lo que el “país
de la libertad” permite que sus ciudadanos realicen en relación con Cuba.
Era evidente que esta
actividad no estaba dirigida a Cuba ni a los cubanos, sino a los
estadounidenses de origen cubano que participaban en la misma. Ni una sola vez
se mencionó el nombre de Martí, Maceo o alguno de nuestros próceres. La
muchedumbre gritaba U S A…, U S A…., U S A…, y para terminar, un émulo de
Ferruccio Burgos, interpretó en solo de violín, el Himno de Estados Unidos.
Este era un discurso para
Miami. No resiste ser pronunciado en otro lugar del mundo. Considero que Trump
se burló de los asistentes.
Están perdidos.
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