Cuetzalan:
"El primer pueblo que venció a Wal-Mart"
Organizaciones como la familia de cooperativas Tosepan Titataniske han
logrado mantener la belleza natural de la localidad serrana de Cuetzalan.
Al-Dabi Olvera
Fuente: RT
Publicado: 22 febrero, 2017
En el extremo de una
frondosa cordillera de interminables montañas y altos helechos se encuentra el
municipio de Cuetzalan (Puebla, México). Sus grutas, cascadas y pirámide -conservados
de manera casi íntegra por la población originaria totonaca y macehual, conocido
como nahua el todo el país- atraen a turistas y deportistas. Sin embargo, no es
un lugar sin conflicto.
Desde
hace dos décadas, algunos empresarios insisten en introducir grandes proyectos
para el municipio: un comercio de la cadena Wal-Mart, hoteles
internacionales y, de manera velada, mineras canadienses a cielo abierto,
hidroeléctricas, 'fracking' y una subestación con tendido eléctrico a un costado de la
cabecera del lugar. Sus habitantes rechazan todos estos proyectos, pero siguen
latentes.
"El primer pueblo que venció a Wal-Mart": así fue conocido
Cuetzalan entre 2010 y 2012, durante la efervescencia nacionalista fruto del
bicentenario de la independencia de México. Mediante reuniones de cabildo, la
población logró prohibir la instalación de una tienda departamental en la calle
principal de su cabecera y sentó un precedente importante en un país donde la
empresa estadounidense está envuelta en casos de corrupción y ha empleado dinero para imponer sus tiendas.
Paulina
Garrido Bonilla preside la Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske —'Unidos venceremos' en náhuatl, que hoy
cumple 40 años— asegura a RT que
la transnacional ya tenía convenios con el Ayuntamiento de Cuetzalan desde 2009
y llegó a publicar su proyecto en el Diario Oficial de la Federación, el órgano
oficial de noticias de México.
"A través de nuestras asambleas, protestamos en contra
de la instalación de esta tienda trasnacional" y "con firmas, las comunidades no aceptaron la instalación",
explica esta activista.
Las
asambleas son la base de la organización de las comunidades originarias en
México. En 2008, gracias a esa práctica, Cuetzalan creó un acuerdo de
protección de su territorio: el Comité de Ordenamiento Territorial (Cotic), un
ejercicio de institucionalidad originaria destinado a la conservación del
hábitat y la belleza del municipio, que sirvió para prevenir la posible
instalación de un proyecto de desarrollo turístico promovido desde el Gobierno
estatal.
Leonardo
Durán, consejero de la Tosepan, relata que "los
primeros que se organizaron fueron las empresas de turismo familiar, pues les
sería difícil competir contra un Hyatt", pero "realmente la lucha no fue por precios, sino por preguntarse
'¿Cómo hacemos una actividad que respeta lo que tenemos: ir a la cascada sin
que se privatice ni que la fiesta del pueblo sea la fiesta para el turista?'…".
Curiosamente,
el Cotic se estrenó contra Wal-Mart y el presidente municipal tuvo que negar el
permiso. Tras la derrota de esa multinacional, Cuetzalan vivió otro gran reto,
que arreció en 2012. Entonces, sus habitantes conocieron que alrededor del 30 %
del territorio de la Sierra Norte de Puebla está concesionado a megaproyectos de extracción. Desde entonces, Cuetzalan
tuvo que recurrir a todas las herramientas de defensa.
Unidos venceremos
Esos serranos han
recurrido a diversas herramientas para detener la persistente llegada de
agentes externos a lo largo de su historia. Por ejemplo, de la región salieron
los combatientes indígenas que derrotaron al Ejército francés en una batalla
que tuvo lugar el 5 de mayo 1862 y hoy se conmemora hasta en Estados Unidos.
Resulta
común escuchar historias transmitidas de generación en generación sobre ese
acontecimiento. El embate que hoy vive el lugar quizás es más fuerte que el
vivido durante la intervención francesa, a pesar de que la lucha es pacífica,
narra Leonardo Durán.
Así,
los pueblos de la región conformaron el Consejo Tiyat Tlali para informar y
coordinar la defensa ante esta "nueva
invasión". Durán detalla que "ha
sido un proceso muy creativo: generaron nuevas estructuras con las viejas
formas que tienen los pueblos". Un ejemplo de estas nuevas estructuras
con conocimientos ancestrales es la propia Tosepan, una familia de cooperativas
indígenas encabezada por primera vez por una mujer.
Paulina
Garrido cuenta que su trabajo forma parte de un proceso de organización para
solucionar diversos abusos y recuerda que, en la década de los 70, en Cuetzalan
surgió un movimiento para dotar de productos básicos a comunidades víctimas de
altos precios; después, pasaron a buscar sus propios mercados para combatir el 'coyotaje': pago de los productos del
campo a bajo costo.
Entonces, la Tosepan comenzó a
distribuir café, pimienta y miel de manera independiente. Hoy en día posee una
cooperativa de crédito que funciona como un banco de confianza -'tumin' significa
moneda, en náhuatl-, otra de materiales alternativos de construcción, otra de
servicios de turismo alternativo ('calli', casa), de salud preventiva,
una escuela, una radio, y la cooperativa de mujeres ('siuamej', en
nahua). Sus miles de socios están repartidos en decenas de municipios donde
viven comunidades que se organizan con sus propias asambleas: el 86% de sus
integrantes son indígenas y el 64%, mujeres.
Su finalidad es un concepto mexicano del buen vivir, un término popularizado en el continente mediante las nuevas constituciones de Bolivia y Ecuador, pero ya conocido en las comunidades nahuas como 'yeknemilis': vida buena. "Aquí en la región van sucediendo las cosas: conforme nos damos cuenta de lo que hace falta, se resuelve. Es lo que realmente le ha dado vida y fortaleza a que el movimiento cooperativo siga en pie de lucha y estemos aquí ahora, porque el espíritu de la gente macehual ha sido cooperar", detalla la presidenta de Tosepan.
Su finalidad es un concepto mexicano del buen vivir, un término popularizado en el continente mediante las nuevas constituciones de Bolivia y Ecuador, pero ya conocido en las comunidades nahuas como 'yeknemilis': vida buena. "Aquí en la región van sucediendo las cosas: conforme nos damos cuenta de lo que hace falta, se resuelve. Es lo que realmente le ha dado vida y fortaleza a que el movimiento cooperativo siga en pie de lucha y estemos aquí ahora, porque el espíritu de la gente macehual ha sido cooperar", detalla la presidenta de Tosepan.
La asamblea del
pueblo
Cuetzalan también se ha
vuelto famoso por albergar enormes asambleas junto con municipios vecinos. Cada
dos meses, indígenas macehuales, totonacos y personas mestizas realizan una
reunión informativa de toma de decisiones: 18 asambleas en los últimos tres
años.
A
la reunión del pasado 18 de febrero acudieron representantes de, al menos, 20
municipios de Puebla y Veracruz: 173 pueblos. Además, contaron con la compañía
de familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en 2014 en
Guerrero, indígenas otomíes que combaten la construcción de una autopista y una representante del
pueblo Lakota, quienes tratan de evitar la instalación de un oleoducto en el río Misuri
(EE.UU.).
En
plaza principal de Cuetzalan y frente a un tronco de árbol donde se
desarrollaba el antiguo ritual de los voladores totonacos, la asamblea muestra
su nueva preocupación: la instalación del tendido eléctrico con torres de hasta
40 metros por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En
esa reunión hay dos sillas vacías: los lugares reservados a los representantes
de la CFE invitados, que nunca se presentaron para exponer sus intenciones. Se
tomaron tres acuerdos a mano alzada: no permitir la instalación de la línea,
acompañar a otros pueblos que sufren su situación y buscar formas alternativas
de energía.
RT recorrió el campamento que, desde octubre, mantienen los
pobladores de Cuetzalan para vigilar que no continúe la obra para instalar los
cables de alta tensión, unos trabajos que ya derribaron vegetación en las
inmediaciones del pueblo. El lugar está construido con bambú y prácticamente se
trata de una casa ecológica, con una milpa y páneles solares.
Leonardo Durán insiste en que
la línea de alta tensión pasa justo en medio de proyectos mineros y de 'fracking';
es decir, están conectados. El Cotic ha permitido que Cuetzalan detenga la
minería a cielo abierto y ahora ha interpuesto una demanda al Estado mexicano.
Sin embargo, Paulina Garrido Bonilla adelanta en qué consiste la lucha que darán "los próximos 40 años":
Sin embargo, Paulina Garrido Bonilla adelanta en qué consiste la lucha que darán "los próximos 40 años":
"La raíz tiene que ver con esta forma de vida que han
tenido nuestros abuelos. No vamos a volver a vivir con candiles, sino más bien
rescatar todo aquello que hicieron bien: consumiendo alimentos sanos, sembrando
y trabajando sus tierras. Comprender que todo esto, lo que nos rodea, es parte
de nosotros. Tenemos un fuerte reto y enseñanzas para enfrentarlo".
Comentarios
María de Lourdes Pérez Molina
Puebla, Pue