“ESTO NO ES EL FINAL”: protectores del agua y veteranos
ante desalojo de Oceti Sakowine
Rob
Wilson
Fotorreportaje
Desinformémonos
Periodismo
de abajo
27
febrero, 2017-02-27
Desinformémonos/La fecha límite para salir del campamento Oceti Sakowine fue
marcado por la autoridad: 22 de febrero a las 14 horas.
Esa mañana, la gente se
congregó en la cocina de la Séptima Generación para tomar café, merendar y
quitarse el frío frente a la estufa de barril. Veteranos, protectores del agua,
renegados, patriotas y presos políticos. Todos juntos las últimas horas
que se podía estar en el lugar que los protegió y al que cuidaron con verdad y
belleza durante muchos meses. El día anterior, una gran nube de tormenta salió
por el oeste dibujando destellos y presagios. Hubo menos de 24 horas para salir.
A las 14 horas, sobre la
carretera 1806, la policía antimotines, fuerzas armadas y el cuerpo de
ingenieros del Ejército norteamericano hicieron una larga fila a la
orilla del campamento. Las máquinas excavadoras, los vehículos militares Humvees y los blindados de MRAP esperaban entrar también para desmontar
los restos del campamento.
Los protectores del agua,
los veteranos de guerra que los acompañaron y cientos de personas más
emprendieron la ceremonia de despedida: “no
les daremos el gusto de echarnos por la fuerza” y con oraciones, danza y
cantos ceremoniales, iniciaron la despedida antes de marchar a los autobuses
que los llevarían fuera.
La mayoría se marchó
antes de la hora límite, sin embargo, los veteranos y los ancianos tribales
decidieron permanecer y reclamar los derechos que los tratados firmados con las
tribus años atrás le otorgan.
”Este no es el final de
ningún modo”, dijo Wasté Win Young,
mientras caminaba hacia el puente Cannon Ball durante una ceremonia de oración
final celebrada momentos antes de la fecha límite de evacuación el miércoles. “Esta
es la chispa que prende el fuego. El mundo entero está despertando ahora“,
dijo Young, miembro de la tribu sioux de Rock Standing.
La tribu del río Cheyenne
se unió a la tribu de Rock Standing en su batalla legal contra el Cuerpo de
Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, quienes recientemente echaron atrás
una declaración de impacto ambiental que había detenido la construcción del
proyecto.
Durante las tres horas
que ocupó la policía para desmantelar el extenso tramo de tiendas de campaña y
yurtas, el presidente tribal Harold Frazier se detuvo en un farol para ver a la
destrucción de Oceti Sakowin: “¡Volveremos!” gritó. El momento de
tristeza se sintió en el ambiente.
Un anciano habló y
agradeció a todos haber venido a apoyar en la lucha contra la “serpiente negra” o sea el oleoducto
Dakota Access. Los hombres y las mujeres lloraron alrededor del fuego en una
comunión colectiva.
“Siempre hemos estado
alrededor de este río y por eso estamos aquí, para protegerlo”, dijo Harold Frazier, presidente de la tribu Cheyenne River
Sioux, la nación hermana de Standing Rock. “Este río trae vida al pueblo”.
Frazier ha sido uno de
los más activos combatientes del oleoducto Dakota Access y a pesar de la
destrucción del campamento Oceti Sakowin, ha prometido junto a docenas de
hombres y mujeres protectores del agua, que continuarán la lucha para proteger
al Río Missouri de un posible derrame de petróleo.
Rob
Wilson / fotógrafo, estuvo presente en el campamento Oceti Sakowine los días
previos y el día del desalojo
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