«En defensa de la vida y el patrimonio del
Lago de Texcoco»
Texto
por César Godínez Meneses
Agencia
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Publicado: 07 diciembre, 2016
Con la presentación de la declaración del foro
académico «En defensa de la
vida y el patrimonio del Lago de Texcoco», el
pasado 28 de noviembre, científicos, académicos y
organizaciones sociales cuestionaron la viabilidad del nuevo aeropuerto
internacional de la Ciudad de México.
Uno de los principales
inconvenientes para la realización del megaproyecto, según argumentos de
especialistas, es que se extiende sobre
el antiguo Lago de Texcoco,
una zona sísmica, con potencial de hundimiento e inundación. El documento
señala:
Investigaciones recientes
(interferometría) definen el hundimiento anual de la zona del Lago de Texcoco
en 30 centímetros al año, es decir, 3 metros en 10 años y corroboran su
vulnerabilidad, ya que el riesgo de inundación es real; la relación
huracán-inundación arroja que se requerirían semanas para sacar el agua del
Lago de Texcoco.
En la declaración se buscó
presentar un panorama integral de las problemáticas y poner a la vista el «contrasentido descomunal» del proyecto,
al que calificaron como innecesario, ecocida e incosteable, definiendolo como «el megaproyecto de muerte más
grande y más corrupto de Latinoamérica».
Organizaciones
sociales pertenecientes al Frente Amplio No Partidista contra el Nuevo
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, conformado desde
2014, junto con un grupo de
científicos de las instancias académicas y de investigaciones de la UNAM, del
Instituto Politécnico Nacional (IPN), de la Universidad Autónoma de la Ciudad
de México (UACM), del Colegio de San Luis Potosí, y con expertos de urbanismo,
ciencias de la tierra, geología, derecho ambiental, petrología, entre otras
áreas afines, señalaron que el proyecto, además, cae en la ilegalidad y
señalaron que es una imposición por parte del gobierno y de empresas con meros
intereses económicos. El texto señala:
Se hizo pasar la reunión
informativa realizada en octubre de 2014 en el municipio de Ecatepec, Estado de
México, como Consulta Pública para ilegalmente autorizar la Manifestación de
Impacto Ambiental (MIA), desechando la MIA del año 2001 elaborada por el Programa
Universitario del Medio Ambiente de la UNAM que determinaba el Proyecto del
Nuevo Aeropuerto en el Lago de Texcoco como no viable, además de ser público el
conflicto de interés por la contratación para la elaboración de la MIA de la
empresa Especialistas Ambientales S.A. de C.V., cuyo fundador Rodolfo Lacy
Tamayo fungía al mismo tiempo como Sub-Secretario de Planeación Política y
Ambiental de la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y
del Colegio de Biólogos de México A.C., en cuyo Consejo Directivo estaba Juan
José Guerra Abud, en ese entonces SEMARNAT.
En el foro se denunció que
han aumentado las amenazas, hostigamiento y ataques a opositores del proyecto y
se expresó la preocupación que el nuevo
aeropuerto traiga consecuencias sociales muy
fuertes, como violencia, inseguridad, pobreza, feminicidios, desplazamiento
interno, gentrificación y despojo de zonas arqueológicas. Las consecuencias
ecológicas no serían de menos gravedad, incluyendo desabasto de agua en la
región, desecación del lago Nabor Carrillo y taponamiento de los vasos
colectores naturales de agua de lluvia, que sirven para abastecer a los
municipios cercanos y a las delegaciones de la Ciudad de México circundantes a
Texcoco.
Posteriormente, el Instituto
Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI) reconoció que la
SEMARNAT no ha entregado documentos relacionados al impacto ambiental de la
obra, argumentando posibles
daños sociales y ecológicos:
Se ha advertido que con el
nuevo aeropuerto 168 especies de fauna y flora podrían desaparecer y se
dañarían 21 núcleos agrarios y 31 bienes comunales, lo que impactaría a casi
248 mil 808 habitantes.
Finalmente, las
organizaciones señalaron que seguirán combatiendo el proyecto hasta su
cancelación, además de exigir la remoción de los funcionarios responsables del
atentado ambiental, cultural económico y social, cuyas consecuencias van desde
el colapso hídrico de la ciudad hasta el exterminio de pueblos originarios de
la Cuenca del Valle de México.
El Frente señala a los
siguientes funcionarios públicos como actores principales del ecocidio: Enrique
Peña Nieto, Presidente de México; Gerardo Ruíz Esparza, Secretario de
Comunicaciones y Transportes; Rafael Pacchiano Alamán, Secretario del Medio
Ambiente y Recursos Naturales; Rosario Robles Berlanga, Secretaria de
Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano; Roberto Ramírez de la Parra, Director
General de la Comisión Nacional del Agua; Jaime Francisco Hernández Martínez,
Director General de la Comisión Federal de Electricidad; Diego Prieto
Hernández, Director General del Instituto Nacional de Antropología e Historia;
Eruviel Ávila Villegas, Gobernador del Estado de México; Miguel Ángel Mancera
Espinosa, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Voces de la academia: memoria del
foro
El foro «En
defensa de la vida y el patrimonio del Lago de Texcoco» se
realizó dentro del marco de la Acción Global 2016 en
contra de los proyectos aeroportuarios y la expansión de la aviación, realizada
en Austria, Francia, Reino Unido, México,
Turquía y Alemania. María Verónica Ibarra García, geógrafa de la UNAM, así
introdujo la aportación de la Academia:
Estamos haciendo lo que le
corresponde a la Universidad con el país, con las personas y con la nación, ya
que ésta problemática de los megaproyectos está desatando una serie de
inconformidades sociales, estos megaproyectos se insertan en otras variantes, como
los mineros, aéreos, de espacios públicos, recreativos y zonas de comercio. La
Universidad y la Academia tienen que dar respuesta ante tales temas.
Acceder al análisis completo en Geocomunes.org
La conexión de esta megaobra con
otros proyectos empresariales —como las Zonas de Desarrollo Económico y Social
(ZODES),
BeGrand, torres de oficinas y departamentos— busca que la Ciudad de México no
deje de crecer en desarrollo comercial.
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Así, recogiendo esta
invitación de la doctora, todxs lxs académicxs presentes al encuentro
presentaron sus razones para estar en contra del proyecto, cada quien a partir
de su campo de estudios específicos. A seguir, reportamos algunas de dichas
posturas y denuncias.
Señala un análisis del
colectivo Geocomunes, elaborado en conjunto con la Coordinadora de Pueblos y
Organizaciones del Oriente del Estado de México, que el proyecto «es el más importante de un conjunto de
megaproyectos que se integran al plan de seguir concentrando a millones de
personas en una gran Megalópolis. Para esto se han proyectado carreteras que
articulen otras ciudades del centro del país y puertos marítimos con la zona
del nuevo aeropuerto».
En el foro, el doctor e
investigador del laboratorio de análisis geoespacial de la UNAM, Stéphane
Robert André Couturier y miembro del colectivo GeoComunes, presentó con mapas
las zonas de impacto del nuevo aeropuerto, las rutas de conexión con la
metrópoli y los estados aledaños y los graves daños en los asentamientos
humanos alrededor del megaproyecto. Denunció que las autoridades del registro agrario
se han convertido en agentes del reordenamiento urbano y logístico de dicha
obra y agregó que los grupos constructores como ARA, Geo y Sadasi entre otros,
saldrán beneficiados no sólo con la construcción del aeropuerto
sino también con todas las obras asociadas.
«La construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de
México iniciará una nueva ola de impulso al crecimiento urbano incontrolado en
la región poniente del Valle de México, poniendo en peligro la riqueza cultural
y natural del lago de Texcoco y de los pueblos de alrededor. Esto se agrava
debido al crecimiento urbano que ha abarrotado desde 2000 a 2015 a la parte
oriente del Estado de México y que ha estado impulsado en gran medida por
infraestructura de comunicación como proyectos carreteros que funcionan como
puntas de lanza de este crecimiento». Acceder al análisis completo en Geocomunes.org
|
1.-
Innecesario: con una remodelación del actual aeropuerto se pueden
cubrir las necesidades de comunicación sin recorrer a nuevas obras;
2.-
Centralizador: todo flujo comercial y de comunicación será absorbido por
éste proyecto, dejando de lado áreas como Toluca y Guadalajara, lo cual causará
estragos económicos;
3.-
Una inversión guiada por intereses de grupos empresariales en conjunto con
autoridades federales;
4.-
Destructor del medio ambiente;
5.-
Fuente de endeudamiento, en cuanto no costeable para el gobierno federal;
6.-
Un proyecto de índole simplemente desarrollista.
María Fernanda,
doctora en geología por la UNAM y fundadora del Instituto Mexicano del
Petróleo, señaló la afectación del suelo y entre las razones por las cuales el
proyecto es inviable desde el punto de vista geológico destacó que el valle de
México es una cuenca endorreica, proclive a las inundaciones. Además criticó la
elección de estas tierras para la realización de un proyecto comercial, puesto
que la sedimentación de lava volcánica que compone el suelo las hace muy
fértiles y mucho más adecuadas para la realización de actividades agrícolas.
Juan de Dios Hernández Monge, licenciado encargado del ‘caso Atenco’, hizo un recuento histórico del mal uso que se
hizo de las leyes para encubrir y justificar el despojo de los pueblos
originarios de sus recursos naturales y sus bienes culturales y sociales. El
abogado recordó que siguen vigentes los atropellos del año 2006, cuando
campesinos y floristas de Atenco se opusieron a la construcción del aeropuerto
y fueron víctimas de la represión de Peña Nieto, en este entonces Gobernador
del Estado de México.
Guillermo Marín Ruiz, especialista en culturas originarias, llamó la atención sobre la
importancia de la llamada toltequidad, una visión filosófica y
científica integral de los pueblos originarios que habitan las zonas afectadas
y que choca con la insensatez de implementar un megaproyecto cuyo único
objetivo claro es la ganancia de las empresas constructoras.
Rafael Huizar Álvarez, experto en aguas subterráneas del Instituto de
Geología de la UNAM, sostuvo que es una idea muy arriesgada pretender desecar
los cauces naturales de esa región, pues es un sistema hídrico milenario, cuya
desaparición provocará inundaciones hasta en la zona metropolitana de la Ciudad
de México.
Edgar Talledos,
geógrafo de la UNAM, denunció el impacto negativo en el desarrollo social de la
región de este proyecto, comparándolo con las desastrosas consecuencias para
los pueblos de la iniciativa del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR),
cuando hace treinta años decidió volver el área de Cancún un polo de desarrollo
económico nacional.
Jean Robert Jeannet, arquitecto, hizo un recorrido histórico de la cuenca del valle de
México, por un lado destacando la inclinación de esas zonas a
hundirse y, por el otro, denunciando los riesgos por la conservación de
un ambiente natural que alberga muchos animales, entre los cuales 120 mil
aves migratorias.
En conclusión, Eduardo Mejía, doctor por la UACM,
etiquetó el proyecto como ecocida,
resumiendo con esta palabra los riesgos y atropellos que esta obra de
desarrollismo trae consigo.
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