Red Latina sin fronteras
Octubre 29 del 2016
Las gentes compañeras zapatistas y sus pueblos hermanos están
diciendo sus palabras. Y escuchando. O sea que salieron de andadura por sus
caminos en afán de Consulta. Con mayúscula porque se propone grande, en
alcances y contenidos. Con digna ambición desde la humildad de gentes sencillas
que hace ya años decidieron dar ejemplo en aquello de confiar en las propias
fuerzas y consecuentes cabezas duras en eso de hacer lo que dicen y sumar
hechos a hermosas palabras. Hechos y decires que rompieron tranqueras,
alambradas y fronteras. Y que por ellos supieron ganarse la adhesión y la
solidaridad de gran cantidad de agrupaciones militantes y personas de esos
tantos otros mundos también en lucha por abajo y a la izquierda, combatiendo la
barbarie del capital en todas sus formas y expresiones.
Claro que -como no es
sorpresa para nadie- cada nueva propuesta, la que fuere, de las fuerzas
zapatistas y los pueblos en resistencia de México; reciben el hostigamiento
mediático inmediato, agresiones y descalificaciones de todo tipo de sicarios
periodísticos y cuanto escriba de alquiler disponible para ensuciar,
desprestigiar y tergiversar en la ya consabida tarea de sostener el régimen
dominante, sus castas explotadoras y enemigas de la vida. Estos entonces son
los días donde seguirán escuchándose esos cacareos histéricos e incluso
amenazantes. Nada nuevo bajo el sol.
Tampoco nuevo es el
revoltijo que se conmueve y reacciona -en el pleno sentido de la palabra- desde
posiciones supuestamente progres o
desde los propietarios con uso oficial exclusivo de diversos espacios izquierdistas -o cosa parecida-. Desde
el sectarismo y la soberbia de sus registros de marcas y patentes de diversos
dogmatismos, no entienden del intercambio de ideas y propuestas entre gentes
compañeras. No hay concepción de sumar, avanzar y ampliar los alcances para los
fines en común de emancipación integral. Por el contrario, hay competitividad
de la peor -cuasi de mercado- y al grito de “figuración
o muerte”, se encienden interminables batallas de escritorio, ahora
rearmadas con las bravías herramientas digitales, que también se demuestran
difusas y engañadoras.
Pero no se trata de
embarullarse en eso de pisar los palitos de estas tramperas cazabobos. Conocidos son esos territorios del Antón pirulero donde cada quien hace su juego, en ello se
entretienen y obtienen placer. Aquí cabe agregar aquella frase refranera: “el que nace para maceta no sale del
balcón…” En fin, que cada quien la balconea a su modo en eso de practicar
esgrima con recetas infalibles y ofertas de caminitos obligatorios -donde hay
que pedir permiso y pagarles peaje, claro está-.
De lo que sí se trata es
de recuperar algunas viejas -y no tanto- buenas costumbres militantes a partir
de las cuales durante algunos tiempos dignos de buena memoria y en distintas
regiones de los mundos sociales en lucha; se tenía el orgullo de practicar la
lealtad compañera, en síntesis, como una expresión más de la confianza en
nuestras propias fuerzas y gentes. La fraternidad aquella que, forjada en el
combate cotidiano, pasaba a ser botón de muestra de las ideas guías y anticipadora
de tiempos nuevos.
Algunos nos dirán que eran
otras épocas y no pocos se declararán ignorantes de esas conductas e ideas guías.
Por veteranos simplemente,
sabemos que en el camino -con los años- resulta que lo que se gana en
experiencia en algunos temas, se pierde en paciencia para volver a tropezar con
las mismas suciedades. Sabemos que al andar es inevitable pisar algunas
inmundicias. Lo más importante es no quedarse detenido en ellas y menos aún llevárselas
pegadas en el zapato. También forman parte del paisaje, de lo indeseable del
camino y sus avatares. El arte está en la gambeta dicen los que saben.
En fin que esos escenarios
tan frecuentados por figurones, despistados y malentretenidos; no pueden ser
arte ni parte de la marcha de gentes compañeras, comunidades y pueblos que hace
tiempo han dicho BASTA YA y se han puesto a transformar la realidad, para
empezar las suyas. Soberanamente en sus tierras y territorios. Construyendo
desde ahora sus propias alternativas de existencia y resistencia -que ya son lo
mismo y se retroalimentan-.
Y ha sido por sus luchas
de resistencia y la puesta en marcha de esas nuevas realidades comunitarias
autónomas que han merecido el reconocimiento
y la solidaridad sin fronteras de quienes también luchan en donde sea por la
liberación y nuevas sociedades sin explotados ni excluidos, contra todo tipo de
opresión.
Hoy son esas mismas miles
de familias en lucha para ser dueñas de su propio destino las que se declaran
en Asamblea Permanente, decidiendo protagonizar un proceso de Consulta. De
preguntarse y de responderse, fundamentalmente a sí mismos; porque es su propio
futuro el que queda comprometido en las decisiones que luego se refrendarán
acuerdos y proyectos nuevos. Tan sencillo y tan trascendente como que no se
trata sólo de opiniones gratuitas, sino que hay conciencia de que son
decisiones comunitarias a las que se les pone el cuerpo.
Entonces es ahora cuando
esos otros nosotros que hablen sobre el tema, lo hagan desde la confianza y la
lealtad, desde el reconocimiento y el respeto compañero de que lo que aquí se
propone no es un cambio de rumbo ni de ideales, sino una ampliación de los
campos de intervención y manifestación de esos mismos proyectos e ideas guías.
Se consultan nuevos acuerdos para intentar mayores alcances. Así de claras las
palabras pronunciadas hacen pocos días en Chiapas. No es sana nuestra costumbre
militante -ni debe serlo ahora- poner en duda las palabras compañeras.
Por eso hoy saludamos a
las comunidades y pueblos en lucha de México, desde nuestras certezas
compañeras, esas que en los peores momentos nos permitieron en otras tierras y
luchas seguir dando armas a nuestra bronca, organización a nuestro coraje,
estrategia a nuestra confianza y tantas cuestiones más, indispensables y que no
se declinan. Y creemos que de eso se tratan las propuestas en consulta y no de
lo contrario.
Donde hay certezas y
dignidad, no hay renunciamientos ni claudicación. Y este es sin duda el caso
que nos ocupa.
Por ello con el saludo va
el compromiso solidario, como debe ser para que el gesto valga de algo. Desde
los sencillos alcances, sostenidos a voluntad y autoconvocatoria. Pero por
sobre todo rescatando una vez más la vigencia del respeto, la confianza y el
cariño fraternal por las gentes compañeras, por todas y cada una de ellas.
Porque a diferencia del delirio aparatista, nosotros creemos que todos y cada
uno de los luchadores sociales SÍ son imprescindibles y merecen la mayor
atención solidaria, el acompañamiento leal y la confianza compañera.
Pueden existir
diferencias, siempre suelen existir en determinados momentos y esquinas del
recorrido de las luchas en común. No se resuelven sembrando los venenos de la
agresión y la desconfianza. Esa es tarea de los enemigos de siempre, los
declarados o encubiertos. Los desconocidos de siempre, que viven de y para esa
labor destructora.
Entendemos que sigue
siendo la hora de la construcción de alternativas y ante todo la defensa de
quienes construyen, porque sin esos protagonistas colectivos en movimiento,
nada sería posible y sólo reinaría la paz de los cementerios.
Muchas veces se ha
proclamado solidariamente que los
zapatistas no están solos -ellas y ellos-. Pero es justo destacar que la presencia zapatista también
ha quebrado las soledades de muchas otras luchas a lo largo y ancho de todos
esos munditos nuestros en resistencia, por abajo y a la izquierda. Razón de más
para que hoy nadie nos deba llamar a ocupar nuestro propio lugar.
Que todos los abajos
anticapitalistas se hagan eco de las voces zapatistas y sus propuestas de
liberación, que en definitiva también son nuestras.
Por eso decimos:
LA CONSULTA
VA. LA SOLIDARIDAD TAMBIÉN. ASÍ SEA.
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