Chile: ¡Hasta siempre Lucinda, Madre Lucha resistente! Gracias por tu ejemplo, coraje y consecuencia
Por Comisión de Trabajo de
ex Prisioneros Políticos del MIR
Red Latina sin fronteras
Publicado: 02 septiembre,
2016
Hasta siempre Lucinda, Luchita o señora Lucha, gracias por tu ejemplo, coraje,
y consecuencia…
Buenas tardes, con el permiso de todos los presentes… Tengo el
honor de leer el homenaje realizado por la Comisión de Trabajo ex Prisioneros
Políticos del MIR.
Estimada familia Sandoval
Torres… vecinas y vecinos… compañeras y compañeros… amigas y amigos… nos
encontramos congregados aquí… para rendir homenaje, a una mujer del pueblo, que nos deja,
con su deber de Madre cumplido con creces y con un ejemplo de lucha de
mujer chilena…
La señora Lucinda Torres
Campos… “Luchita” o “La Señora Lucha”…. Según quién la haya
conocido… casada con Don Lisandro Sandoval Puentes; “Don
Chano”, oriundo de Ranquil, un hombre trabajador… socialista, Allendista…
“Luchita”... ha fallecido con un siglo de vida a cuestas.
Era la Mamá de Nancy,
Lucy, Emerita, Belinda, Erika, Héctor Luis, Simplicio y Lisandro Sandoval
Torres… los varones… Activos y comprometidos militantes del MIR; que vivieron
la exoneración política, el exilio, y la prisión… que retornaron clandestinos
para combatir a la dictadura al costo de ser perseguidos o asesinados… como lo
fue su hijo Lisandro…
“Luchita”… era oriunda de la Araucanía, sus rasgos lo demostraban, no
así sus apellidos… nació… no sé dónde; pudo haber sido… tal vez Ranco, Gorbea o
Padre de las Casas, Imperial o Carahue,
donde estaba diseminada su familia muy numerosa porque su Padre Don Fermín,
enviudó y tuvo dos matrimonios, no sé dónde nació exactamente, pero si consta por un documento que me mostró el Chacha, que fue inscrita en Temuco hace más de cien
años.
La señora Lucinda hacía
honor a su seudónimo de Lucha, de
carácter dulce… pero fuerte. Fuerte como una araucaria araucana, enfrentó a la
represión cada vez que invadían su casa y nunca les abrió la puerta… hasta
que ellos la hacían pedazos… y entraban destruyendo la casa en busca de armas
que nunca tuvo escondidas, o en busca de sus hijos que estaban clandestinos.
Después del séptimo y
último allanamiento… decidió dejar la puerta de su casa… sin reparar durante
años, como testimonio de los atropellos que sufrió su hogar y sus derechos.
Ninguna semana dejó de
asistir a visitar a los presos políticos y llevarles lo que pudiera a Chacabuco
70… y después en el Manzano donde estaba Simplicio y a su nuera Arinda Ojeda que
estaba en la COF de Coronel.
Participó encabezando
todas las marchas de protesta que se hicieron por el centro de Concepción… donde
recibió palos y patadas en las arremetidas del Grupo Móvil… mojada por el
Guanaco, acompañada siempre de su hija Nancy, arrancaban hacia las galerías
comerciales… y… regresaban a la calle hasta que
sus piernas se lo permitían.
No era ella sola… siempre
la acompañaban las otras madres, esposas
y hermanas de los presos… de los ejecutados… de los detenidos-desaparecidos… los
estudiantes y de todos aquellos que se movilizaban contra la dictadura… por la
libertad de los presos políticos… por el fin del exilio… por el pan… trabajo…
justicia y libertad; hay fotos y registros que nos recuerdan a Luchita
encabezando las marchas por Barros Arana en
Concepción…
Estuvo junto a otras
madres… resistentes como ella. Madres
que se hicieron “resistentes”… por
sus hijos, sobrinos y nietos, exonerados… perseguidos… exiliados…
asesinados o desaparecidos…
Madre como la señora
Raquel Vera, Mamá de José Constanzo Vera… militante del MIR, ejecutado en el
Fuerte Borgoño; junto a otras mujeres solidarias y
combativas… como la señora Inés Godoy y la señora “Guigua” luchadora, mamá de
Aniceto que tenía a sus hijas en el exilio y el compañero de una de ellas continua
detenido-desaparecido, sus 3 hijos y yerno serán militantes del MIR…
Luchita… participó con las
familias de los ejecutados de Tomé… que sumaban muchos muertos… además de los de
Quebrada Honda… estaban las madres de los jóvenes comunistas fusilados de Tomé
y Lota… y de cuantas Madres… esposas y hermanas de ejecutados, de detenidos-desaparecidos
y presos políticos desafiaban a la dictadura y la represión por las calles de
Concepción… apoyadas por los estudiantes y
trabajadores cesantes…
Católica y beata… la
recuerda su hijo Héctor… de misa dominical, de comulgar hasta que tuvo
conciencia, antes de irse a descansar de los padecimientos que le tocó vivir… De
una lucidez envidiable… hasta hace poco tiempo jugaba al dominó con sus nietas
sin hacer trampas y hasta con “capicúa”…
según decían sus hijos.
De un corazón grande… como
su mando de matriarca, ella era la que
llevaba el timón de la casa, con 5 hijas mujeres, que sumados a los 3 varones hacían 8, y le quedaron 7… porque a su hijo
Lisandro, la CNI lo asesinó por la espalda en una emboscada a
traición…
Ella y su marido… comprendieron
que la causa del MIR… abrazada por sus hijos varones, era una causa noble y
cuando sepultaron a su hijo Lisandro… le puso la bandera roja y negra en
el ataúd… donde el pueblo de Tomé se desbordó… acompañándola y la solidaridad social y política llegó de
todas partes de Concepción y de las
Intercomunas…
Estimados familiares… éste
homenaje que le rendimos a vuestra Madre nos es un homenaje pasivo, es un
profundo reconocimiento a una Madre que nos legó la enseñanza e importancia de
los Derechos y la Justicia, la Solidaridad de Clase, la Verdad, la Ética, la
Probidad….y por sobre todo la defensa inclaudicable de la Vida… incluso a costa de la propia…
Hasta siempre Lucinda, Luchita o señora Lucha, gracias por tu ejemplo, coraje,
y consecuencia……
Papo…
Tomé, 24 de julio de 2016
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