25 de octubre de 2015
Hace un lustro, un diario alarmista decía: la UACM “4 mmdp… y gradúa a 28!”, como
si crear una nueva universidad fuera como iniciar una fábrica de tornillos.
Pero aun en ese nivel, hay que aclarar que suman 4 mil 650 los estudiantes que,
o han completado 100 por ciento de créditos, o tienen su certificado de
terminación de estudios o, como es el caso de más de mil, ya están titulados.
Estudiaron
en la UACM carreras y posgrados de actualidad: sistemas de transporte urbano,
promoción de la salud, comunicación y cultura, derechos humanos, modelación
matemática, derecho crítico, creación literaria, arte y patrimonio cultural,
energía, ciencias de la complejidad, educación ambiental, estudios de la
ciudad, ciencias genómicas, en cinco (y pronto, seis) planteles en zonas
excluidas de la ciudad y en sedes académicas dentro de los centros de
reinserción social (reclusorios) del DF.
La UACM
es hoy una institución joven, con docencia, investigación, difusión cultural,
en rápido proceso de fortalecimiento. Sin embargo, llama la atención que
figuras políticas la descalifiquen como "semillero
político", como si eso fuera degradante. El Colmex, la UNAM, la UAM,
el IPN durante décadas formaron cuadros para la vida política nacional y, como
también la UACM, activamente deben seguir contribuyendo a que los jóvenes se
interesen en mejorar el país y la ciudad, la polis. Esas instituciones en su
momento fueron novedosas y por eso su aportación sigue siendo valiosísima. Como
ellas, la UACM tiene derecho a crecer y, sin acosos, ofrecer su original
contribución a la ciudad y el país. Es un profundo error (y financieramente
costosísimo) perseguir a instituciones que ofrecen nuevas respuestas a las
necesidades educativas de los jóvenes.
La
Universidad Autónoma de la Ciudad de México, proyecto humanista de educación
pública que atiende a cerca de 15 mil estudiantes a través de 19 licenciaturas
y ocho programas de posgrado (maestrías y doctorado), destaca por su compromiso
con la inclusión, la no discriminación y la defensa de los derechos humanos en
un contexto de crisis económica y política nacional.
Nuestra
universidad es la única en el continente americano que imparte licenciaturas
presenciales en reclusorios, cuenta con el programa nacional más sólido y
maduro dirigido a estudiantes ciegos y débiles visuales (Letras Habladas) y
destaca, además, por preservar uno de los acervos internacionales más
importantes sobre movimientos sociales y derechos humanos a través del Centro
Académico de la Memoria de Nuestra América (Camena).
Pretender
disminuir el presupuesto de la UACM, como lo propone la presidenta de la
Comisión de Educación de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Cynthia
López Castro (PRI), implica un artero ataque en contra de la educación pública
y de los habitantes de esta ciudad. Hacemos un llamado a todas las fracciones
parlamentarias de la ALDF a rechazar dicha pretensión.
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