Liberan al líder yaqui Fernando Jiménez: “¡No pudieron apagar el grito namakasia (firmes), la voz de la tribu yaqui!”
Milton Martínez
28 de agosto de 2015
Hermosillo, Son., (apro).- Luego de purgar una condena de 11
meses y cuatro días por delitos que no cometió, el líder yaqui Fernando Jiménez
abandonó anoche el Centro de Readaptación Social (Cereso), en esta ciudad.
“¡No pudieron apagar el grito namakasia
(firmes), la voz de la tribu!”,
exclamó Jiménez tras la pesadilla que vivió después su captura, ordenada desde
el Ejecutivo estatal por tratarse de uno de los principales opositores al
Acueducto Independencia, que trasvasa mil 200 litros de agua por segundo de la
cuenca del río Yaqui a esta capital.
“Ya sabía a lo que me enfrentaba al oponerme a las políticas
hídricas del gobernador Guillermo Padrés, y de antemano sabemos que la
persecución de yaquis es una muestra más de que este gobernante no supo llevar
las riendas del estado”, añadió, en medio del llanto y aplausos de familiares y
amigos que lo esperaban afuera del penal.
Jiménez abandonó el
Cereso con un semblante tranquilo y la férrea consigna de lograr la libertad
para el otro líder yaqui, Mario Luna, preso desde el 11 de septiembre de 2014.
“Esta lucha no está completa, nos falta Mario. Primero lo
arrestaron a él y después a mí, porque yo siempre lo acompañé en las
incursiones que realizó a la Ciudad de México, y por eso el gobierno me tenía
fichado”,
subrayó.
Fernando Jiménez,
aprehendido el 23 de septiembre del año pasado, fue acusado sin pruebas –al
igual que Luna– de la privación ilegal de la libertad de Francisco Delgado Romo
y el robo de un automóvil.
Bajo esas falsas
acusaciones fue perseguido durante meses desde los ocho pueblos Yaquis hasta la
Ciudad de México, hasta que elementos de la Procuraduría General de Justicia
del estado (PGJE) lograron detenerlo.
“Ya tenía advertida a mi familia porque sabía que en
cualquier día me iban a levantar y ni modo, porque podría haber sido cualquier
indígena Yaqui por frenar las acciones del gobierno”, señaló.
Hace tres días el
Juzgado Tercero de Distrito desechó el recurso de revisión interpuesto para
neutralizar el amparo que se le concedió a Jiménez en febrero pasado, pero la
iniciativa no prosperó.
De acuerdo con el líder
Yaqui, pasó tres meses en “el hoyo”
totalmente en penumbras e incomunicado, hasta que compareció ante los
visitadores de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y Amnistía
Internacional. Los ocho meses restantes fue enclaustrado en una celda aislada
del resto de los internos.
Horas antes de la
liberación de Fernando Jiménez, la organización Amnistía Internacional (AI) en
México entregó a la Secretaría de Gobernación (Segob) un documento con más de
15 mil 600 firmas para exigir justicia en favor de la tribu Yaqui de Sonora.
En un comunicado, el
organismo internacional detalló que las obras del Acueducto Independencia han
afectado los derechos humanos de la tribu Yaqui, debido a que no se cumplió con
el derecho a la consulta previa e informada de los pueblos indígenas.
“Es crucial que se analice inmediatamente que las
autoridades no estén imponiendo restricciones a los derechos humanos de la
Tribu, verificando que dichas limitaciones no pongan en riesgo su subsistencia,
de lo contrario, podrían ocasionarse daños irreparables”, precisó Perseo Quiroz,
director ejecutivo de AI México.
El organismo
internacional de derechos humanos destacó que además del documento con las
firmas para exigir que cesen los abusos contra ese pueblo originario,
entregaron a la Segob una escultura monumental en forma de venado (símbolo de
la cultura Yaqui), realizada por el artista Humberto Sandoval.
Las firmas fueron
recabadas por AI México, junto con FIAN México, Fundar Centro de Análisis e
Investigación, Movimiento de Pueblos, Comunidades y Organizaciones Indígenas, y
el Programa de Interculturalidad y Asuntos Indígenas de la Universidad
Iberoamericana, entre otros organismos.
Comentarios