Colaboración/6 agosto,
2015/
Por José Luis Santillán
Agencia SubVersiones
Un proyecto de
vida se reestructura
Agencia SubVersiones
Publicado el
06/08/2015
08 de mayo del 2015, 1er
Congreso Extraordinario y VII del Frente Popular Francisco Villa Independiente
(FPFVI), decenas de delegados y delegadas de todos las comunidades del frente
fueron llegando de las distintas comunidades de la organización. Se dio a
conocer la problemática por la que atravesaba la Unidad Nacional de
Organizaciones Populares de Izquierda Independiente (UNOPII), proceso
organizativo en el que desde hacía 15 años coincidieron la UCOPI de Guanajuato,
la OCEZ-DI de Chiapas y el FPFVI del Distrito Federal.
Algunos
podrán pensar que la disolución de la UNOPII es una derrota al movimiento y
muchos dirán que esa es la prueba de que la izquierda independiente no puede
avanzar y construir, pero nosotros decimos que no. Nosotros decimos que tenemos
25 años de construir día con día, un futuro al que aspiramos, un futuro que
queremos para nuestros hijos. Y 25 años de experiencia nos dicen que a veces
uno se cae, pero que hay que levantarse, que a veces las cosas no salen como
uno quisiera pero que hay que volverlo a intentar una y otra y otra vez, hasta
que las cosas van siendo como uno realmente las quiere.
—Enrique Reynoso, 30 de Mayo 2015
30 de mayo del 2015, 1er Congreso Extraordinario y VII del
Frente Popular Francisco Villa Independiente (FPFVI). Decenas de delegados y
delegadas del frente fueron llegando de las distintas comunidades de la
organización. Se dio a conocer la problemática por la que atravesaba la Unidad
Nacional de Organizaciones Populares de Izquierda Independiente (UNOPII),
proceso organizativo en el que desde hacía 15 años coincidieron la UCOPI de
Guanajuato, la OCEZ-DI de Chiapas y el FPFVI del Distrito Federal.
Al iniciar el congreso se leyeron los comunicados y propuestas, que
frente a la problemática interna de la OCEZ-DI de Chiapas, necesitaban el
análisis y ratificación del congreso para dar por concluido el proceso
organizativo de la UNOPII, al que por tantos años se le había apostado no como
una simple alianza estratégica, sino como la idea de consolidar una unidad
orgánica nacional.
Durante el congreso se instalaron tres grandes mesas de trabajo, la
primera el análisis de la realidad, la segunda sobre el proyecto nacional y la
tercera de los proyectos del Frente. En la mesa dos, donde se discutió el
proyecto nacional se ratificó la disolución de la UNOPII y se configuró la
nueva propuesta de nombre para la organización. Finalmente, al día siguiente en
plenaria, estos acuerdos fueron ratificados por todos los asistentes y al darse
por clausurado el VII congreso del FPPFVI, se terminó también una etapa de su
propia historia y continuaría una nueva, ahora bajo el nombre –por supuesto
villista– que los seguirá representando.
Así, desde este momento surge la Organización Francisco Villa de
Izquierda Independiente, con estas nuevas siglas que hacen a un lado la
política electorera de los otros frentes. La OPFVII continúa reivindicando la
lucha villista –que representan no sólo al nombrase así– sino con su historia
de 26 años de lucha, con la más dura, la más pesada, la del día con día,
construyendo comunidad, construyendo acuerdos colectivos, construyendo
identidad, construyendo autonomía.
El país se resquebraja. La política capitalista de la violencia, es
decir la necropolitica –a veces con rostro de narcotráfico, a veces con rostro
de militares, otras tantas de saco y corbata firmando acuerdos que asesinaran
lentamente con políticas de estado a millones de mexicanos–, orilla cada vez
más a los pueblos y organizaciones a entrar en ese mismo círculo de violencia y
muerte. Sin embargo, la OPFVII continúa apostando y trabajando con todos sus
esfuerzos por construir en sus comunidades urbanas un proyecto de vida a través
de la educación, la cultura, salud, comunicación, justicia, educación entre
otras áreas que trabajan a través de comisiones.
La agresión que se mantiene impune
7 de noviembre de 2013,
delegación Tláhuac, Ciudad de México. «Al
medio día escuchamos gritos y ráfagas de disparos, como metralletas, nos
alarmamos porque comenzó a sonar la alarma vecinal y no sabíamos, qué estaba
pasando. Cuando nos asomamos, ya había cientos de granaderos en la calle».
Es el testimonio de los vecinos de Tláhuac, tras los hechos violentos que se
registraron en la colonia Miguel Hidalgo, calle Francisco Landino, en el predio
marcado con el número 4b, cuando al medio día, grupos encapuchados que portaban
armas largas, invadieron el lugar haciendo detonaciones de las armas de fuego
de alto calibre que portaban y golpeando violentamente a quienes allí se
encontraban –aproximadamente 10 personas entre hombres y mujeres. De acuerdo
con los testimonios, fue cortado el alambre de púas de la barda, el grupo
armado ingresó, amagó a las familias que encontró y además de ser amarrados, se
les colocó una bolsa negra en la cabeza, para posteriormente interrogarlos y
amenazarlos.
«Teníamos miedo, nuestros
hijos estudian en el kínder que está en frente de ese predio, cuando llegamos,
la policía no nos permitió ingresar a la calle y querían que nos retiráramos.
Pero no sabíamos si nuestros niños estaban bien, nos angustiamos. Ninguna
autoridad quiso decirnos absolutamente nada e insistieron una y otra vez que
nos fuéramos del lugar», —relata el testimonio de
algunos padres de familia, cuyos hijos estudian en el colegio particular
Acrópolis, donde se imparte kínder, pre-primaria y primaria.
Entre los grupos armados que realizaron las mencionadas acciones
violentas, participaron grupos de taxistas de los denominados «Panteras» y la Unión de Bici-taxistas
Benito Juárez, quienes hacen base en la calle Arabella, de acuerdo con vecinos
que fueron agredidos. A los 15 minutos de las detonaciones, ingresaron 300
elementos del cuerpo de granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del
Distrito Federal (SSP-DF), patrullas de la delegación Tláhuac, quienes al
llegar al lugar no realizaron ninguna detención, a pesar de que había grupos
armados, amenazando, disparando y destrozando los vehículos de vecinos que
estaban intentando auxiliar a las familias agredidas.
Ni los elementos de seguridad pública, ni los funcionarios de la
delegación, ni del gobierno central presentes, quisieron proporcionar
información alguna. Los funcionarios públicos mantuvieron diálogo constante vía
telefónica, con el ex-diputado perredista Alejandro López Villanueva quién
ordenó estas acciones violentas para apropiarse del predio. Dicho dialogo
telefónico, también se mantuvo con los integrantes del entonces FPFVI-UNOPII, a
quienes los funcionarios públicos insistieron reiteradamente la importancia de
una negociación con el ex-diputado perredista.
Los funcionarios delegacionales, del gobierno capitalino y de la SSP, no
sólo no detuvieron a los grupos violentos que invadieron el predio, si no que
sostuvieron una reunión con algunos dirigentes de ellos y les permitieron el
libre tránsito, mientras los vecinos y padres de familia que esperaban noticias
de sus hijos, no pudieron ingresar a la calle Francisco Landino, donde se
encuentra la institución educativa, por varias horas. Algunos dirigentes del
grupo armado se retiraron del lugar alrededor de las 5pm a bordo de 3 taxis «Panteras», a los cuales les abrieron el
paso los elementos de la SSP.
El predio –invadido por grupos armados pagados por el perredista
Alejandro López Villanueva y resguardados por elementos del cuerpo de
granaderos capitalino– fue comprado por la cooperativa de vivienda Tlotalzin
Hueyi a su propietario. Tomaron posesión del lugar en septiembre del 2013 para
realizar tareas de limpieza y los preparativos de construcción, porque la
edificación del lugar correría a cargo de sus propios recursos, garantizando
así la autosuficiencia de la cooperativa de vivienda. La presencia de una
comisión muy reducida del Frente para el resguardo del inmueble, obedecía a la
legalidad con la que habían realizado la adquisición, aseguran. Ante las
propuestas realizadas vía telefónica por funcionarios del GDF, para entablar
una negociación con el grupo que los violentó, se negaron rotundamente, ya que
cuentan con toda la documentación legal del predio, exigieron, además, sea
respetado su legítimo derecho y el castigo a los responsables de estas
agresiones.
Por el derecho al trabajo
De acuerdo con las apreciaciones de la organización villista, «este ataque es parte de una política de
gobierno que se puede palpar a nivel federal contra las organizaciones que no
se alinean a las políticas electorales. Así, la represión, despojo,
encarcelamiento, desapariciones y asesinatos de luchadores sociales en la
república mexicana, son una práctica constante, que se mantiene impune y ahora
se está equiparando el mismo nivel de violencia que podemos percibir en
Michoacán o Guerrero en la Ciudad de México y si no los frenamos, podría ser
igual de grave». En particular, señalan que el PRD-GDF los ha venido
hostigando y desalojando de sus puestos comerciales en las medianías de la
línea 12 del Metro, a pesar de que el grupo de comerciantes del Frente presentó
un proyecto a las autoridades, para regular su actividad y mejorar el paisaje
urbano. «Sin embargo, parece ser que no
importan las ideas, ni los proyectos que contemplen innovar, si no que el
comercio sigue siendo como hace años con el PRI y ahora con el PRD, una
cuestión de compadrazgo político».
Cabe señalar que el ex-diputado López Villanueva compitió, precisamente,
en las elecciones por el cargo de jefe delegacional en Tláhuac, por lo que no
se descartan algunos pactos políticos con la administración, afirman. De hecho,
todos los habitantes de la delegación son testigos cotidianos de que a los comerciantes
y taxis «Pantera» que lidera el
perredista, se les brindan facilidades para ejercer el comercio en vía pública
e incluso estacionar sus taxis frente a las estaciones del metro, sin que
ninguna autoridad los moleste.
Para los frentistas independientes la lógica gubernamental en el país
pretende orillar a las organizaciones sociales a enfrentarse con grupos armados
de la llamada «delincuencia organizada»
que actúan con total impunidad. Aseguran que el gobierno capitalino está
cometiendo abusos de autoridad por acción u omisión, por lo que, haciendo uso
de su derecho a la libre manifestación, realizaron un paro en la zona oriente
del DF, junto con miles de agremiados más de la Alianza Mexicana de
Organizaciones Sociales (AMOS) y otras organizaciones sociales que se
solidarizaron, para exigir al gobierno que termine con el hostigamiento
político.
En total, 15 puntos de la zona oriente de la ciudad fueron paralizados
la mañana del 27 de noviembre del 2013. A pesar de la enorme muestra de
organización y capacidad de movilización, la única respuesta de las autoridades
fue concertar una cita con un funcionario menor, que no tenía la capacidad para
resolver la problemática, por lo que los frentistas no asistieron a la reunión.
Desde entonces se preparan para realizar movilizaciones masivas, cada vez más
fuertes.
Este reportero solicitó una entrevista con el secretario de gobierno del
DF, Héctor Serrano Cortés, para conocer la versión oficial de las autoridades,
sin embargo a pesar de la insistencia, no se obtuvo respuesta alguna.
El hostigamiento y la represión, una constante desde el nacimiento del
frente
Los conflictos militares se
llevan a cabo para determinar quién y en qué condiciones estructurara el orden
de paz que le sigue. Esa es la razón de ser de la guerra.
—Heinz Dieterich
30 de mayo de 1994. Los
noticieros por radio y televisión hablan de la refriega, de los heridos y de
las, por lo menos 4 horas de batalla entre cientos de granaderos y panchos
villa al oriente de la capital. La obscuridad inundaba la ciudad, en un
estacionamiento subterráneo, bajaron de sus automóviles por un lado funcionarios
públicos de la regencia de la Ciudad de México y por el otro, dirigentes de una
de las organizaciones más amplias y combativas del DF. El encuentro fue
solemne, rápido, obligado; intercambiaron detenidos, lo cual no significó una
tregua, en lo más mínimo, ya que al día siguiente se liberaron más de 15
órdenes de aprehensión contra la dirigencia del frente.
La batalla de Cabeza de Juárez, en el predio conocido como CCH 6, fue
memorable, no sólo por el gran despliegue de fuerzas policiales que actuaron,
sino por la capacidad de resistencia del FPFV y la solidaridad demostrada por
vecinos de Ciudad Nezahualcóyotl. Hoy se recuerda cómo la actual Facultad de
Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM, abrió sus puertas para atender a
los heridos.
Mayo de 1993. Durante
el gobierno de Manuel Camacho Solís, como regente del entonces Departamento del
Distrito Federal, se realizó una reunión más, de gestoría, entre integrantes
del FPFV y el secretario de gobierno de la Ciudad de México, en ese entonces
Marcelo Ebrard Casaubón, y el coordinador regional Octavio Flores Millán. Una
llamada urgente sacó a los funcionarios de la sala de reunión. Durante su
ausencia, se encontró entre la documentación de los funcionarios, una hoja que
hablaba de órdenes de aprehensión. Los dirigentes del FPFV tomaron la carpeta
entera y salieron del lugar. El documento completo resultó ser un plan para
desmantelar al frente, dentro del cual se delineaba una estrategia: el gobierno
planteaba campañas de desprestigio por radio y televisión, acciones punitivas
contra los campamentos, siembra de armas y drogas, órdenes de aprehensión,
generar división a partir de beneficiar con la gestión a unos grupos más que a
otros, cooptación de dirigentes, impedir algún tipo de coordinación o
acercamiento con la Sección 9 de la CNTE, con el MPI y con SUTAUR 100.
El Frente publicó un desplegado en un diario de circulación nacional,
donde denunció el hecho. Hoy reflexionan que no hubo grandes movilizaciones o
acciones más contundentes, probablemente debido a un exceso de confianza en sus
propias fuerzas, de aquellos años. Lo cierto es que con el paso del tiempo, se
fueron cumpliendo, una a una, las líneas plasmadas de aquel documento hallado
en la oficina de Marcelo Ebrard.
En la memoria colectiva de los capitalinos, aún están grabadas las
contundentes batallas entre integrantes del FPFV y granaderos del DF, por
ejemplo en el predio «Las Calabacitas»
o «El Molino». Las condiciones
internas del frente, el constante hostigamiento y represión dirigidos a
intimidar, cooptar y desarticularlos, dieron resultados paulatinamente. Para
mayo de 1997 se anuncia la primera escisión de la organización, el Frente
Popular Francisco Villa Independiente (FPFVI), aunque la separación interna
llevaba ya mucho tiempo siendo una realidad para la vida de esta organización.
El FPFV dirigido principalmente por la familia López Villanueva, se fue
colocando al interior del PRD y han llegado a ocupar incluso cargos de
diputación federal. Actualmente existen alrededor de 15 fracciones que se
reivindican como parte de ese primer frente, teniendo que pactar la gran
mayoría de ellas, con el PRD-GDF para mantener cierto nivel de gestoría, en
aéreas de comercio, transporte público y vivienda.
Solo existe una fracción que no ha pactado votos, ni concesiones
electorales para ningún partido político o gobierno; que además construye un
proyecto urbano autonómico, incluso que ahora trasciende por su importancia las
fronteras de nuestro país.
Cuando en 2013 el jefe delegacional de Iztapalapa, Jesús Salvador
Valencia Guzmán, viajó a la Universidad de Harvard, Estados Unidos, tomando
unos 700 mil pesos del presupuesto de la demarcación, se llevó una gran
sorpresa: académicos de aquellas prestigiada institución recomendaban al
alcalde que se tomara la cooperativa de vivienda Acapatzingo como una comunidad
urbana modelo. Esta comunidad fue desarrollada por el FPFVI a pesar del
hostigamiento del gobierno local de Clara Brugada, predecesora de Valencia.
El proyecto autonómico
Con
nuestra resistencia y nuestra rebeldía que nos ha dado la libertad para crear,
inventar, imaginar de cómo trabajar mejor nuestro gobernar para tener una mejor
vida, y eso es lo que nos está ayudando de ir descubriendo de cómo mejorar el
gobernar o su trabajo de nuestros gobiernos autónomos.
—SCI Moisés, 7 de mayo de 2015. Apuntes de
resistencia y rebeldía.
Cuando hablamos de la autonomía que construye la naciente OPFVII, no
sólo hablamos de las posturas antisistémicas o del distanciamiento –sano– de la
política electoral o de las estructuras gubernamentales. Es la sonrisa de los
niños, que pueden jugar en plena calle sin temor a sufrir accidentes; es la
mirada de los abuelos y abuelas que participan en las jornadas comunitarias o
en las guardias; es saberse útiles y parte de una comunidad; es la confianza de
los habitantes que saben que pese a las problemáticas de convivencia o de
problemas vecinales, tienen un espacio –las asambleas– de discusión, que
eventualmente busca soluciones colectivas.
La OPFVII ha logrado mantenerse y trascender en uno de los carriles más
agrestes de la autopista por la que circula la izquierda en México, el de la
independencia, el de la autonomía. Dicha organización ha suscrito e impulsado
diversos espacios de coordinación nacional a lo largo de su historia, y ha
logrado consolidar algunos frentes organizativos con varios años de
experiencia, tales como la Unidad Nacional de Organizaciones Populares de
Izquierda Independiente (UNOPII), recientemente disuelta, la Alianza Mexicana
de Organizaciones Sociales (AMOS) o la Red de Resistencias Autónomas
Anticapitalistas (RRAA).
Los panchos mantuvieron una
activa participación durante la iniciativa zapatista de la Otra Campaña en
2006, cuando recorrieron los 32 estados del país junto con la Comisión Sexta, y
llegaron a hospedar al Delegado Zero del EZLN, el finado Subcomandante
Insurgente Marcos, en la cooperativa de vivienda Acapatzingo. También
participaron en las movilizaciones pacíficas en la Ciudad de México, como
respuesta de la Otra Campaña a la brutal represión que sufrieron los ejidatarios
de San Salvador Atenco, en la cual se denunciaron actos de tortura, tortura
sexual, asesinatos, detenciones ilegales y estuvieron involucrados los tres
órdenes de gobierno con los tres distintos partidos políticos, Vicente Fox
Quesada del PAN en el gobierno federal, Nazario Gutiérrez Méndez del PRD en el
gobierno local y finalmente, señalado como autor intelectual de la represión,
Enrique Peña Nieto del PRI al frente del gobierno estatal.
La OPFVII ha sobrevivido, además, a la política de exclusión social del
GDF, inaugurada por Andrés Manuel López Obrador, el cual posibilitó la
privatización del Centro Histórico, hoy a manos de Carlos Slim Helú,
implementando la Cero Tolerancia de
Rudolph Giuliani, ex-alcalde de Nueva York.
Desde entonces, la capital ha mejorado su «imagen urbana» a costa del deterioro de las condiciones de vida de
miles de capitalinos al concesionar diversos servicios públicos, que recaudan
beneficios multimillonarios para empresas multinacionales, mientras se encarece
la vida para sus habitantes y se anula la inversión de las empresas locales.
Muestra de ello, por citar un par de ejemplos, es la constante apertura de
centros comerciales como Wal-Mart, en sus diferentes modalidades y sub-marcas
como Aurrerá o Auerrerá Express, y la nula apertura o apoyo a la
infraestructura de los mercados tradicionales. La concesión de diversas vías
públicas para la empresa MetroBus, cuyo mayor accionista es ADO, y el convenio
con la empresa fabricante de vehículos Volvo, dejando fuera de las ganancias de
este sector a cientos de familias que habían venido manteniendo las rutas de
transporte público en la ciudad y a fabricantes nacionales. En el mismo Metro,
las cadenas de comida rápida Domino’s Pizza y Bimbo, en su modalidad de pan
frío, mantienen una fuerte presencia, mientras por distintos medios se ataca a
los vagoneros que intentan ganarse la vida.
La OPFVII ha logrado organizar sectores gremiales, que ninguna otra
organización de izquierda anticapitalista antes había podido o querido
aglutinar. Con las demandas de educación, cultura, trabajo, salud y vivienda,
el 25 de febrero del 2010, marcharon alrededor de 10 mil integrantes de la
Alianza Mexicana de Organizaciones Sociales. Participaron organizaciones de
comerciantes formales e informales, transportistas, estudiantes, colonos,
pepenadores, vagoneros del metro, lanzallamas, entre muchos otros; sectores no
sólo marginados y excluidos, sino incómodos para las políticas gubernamentales
del DF. Desde esa fecha y hasta este momento, se instalaron una serie de mesas
de trabajo entre las organizaciones integrantes de la AMOS y el GDF. Pero el
avance ha sido mínimo, no se han resuelto sus demandas y las condiciones
sociales para estos gremios se agudizan.
En este contexto, hoy se mantienen vivos y en constante crecimiento los
proyectos de cultura, salud, comunicación, justicia y educación dentro de las
diversas comunidades de la OPFVII, ubicadas principalmente al oriente del DF,
en la delegación Iztapalapa, la cual ostenta el primer lugar a escala nacional
en población adicta a inhalantes. Según cifras de la SSP-DF y de la Procuraduría
General de Justicia local, desde hace tres años Iztapalapa se mantiene como la
delegación más insegura de la capital del país, con un saldo de 563 homicidios
durante los últimos 38 meses; es decir, casi 15 homicidios por mes. La cifra
corresponde al 22.4% de los asesinatos registrados entre enero de 2010 y
febrero de 2013 en el Distrito Federal. A pesar del millonario presupuesto de
51 millones 769 mil 57 pesos, como parte del Programa Nacional de Prevención
del Delito, la inseguridad en dicha demarcación no ha mejorado.
Desde luego, los predios y colonias ocupados por la organización son
zonas libres de violencia, ofreciendo una seguridad que no depende de
inversiones multimillonarias, ni de compadrazgos con la clase política de la
izquierda institucional. Si bien el acercamiento inicial de las familias que
integran la organización villista es la satisfacción de la necesidad de
vivienda, la cultura organizativa que promueven en todos sus espacios y
movilizaciones, permite que la reflexión y el quehacer cotidiano de estas
familias se traduzcan en un modelo urbano ejemplar, donde la toma de decisiones
colectivas y el reparto equitativo de responsabilidades en las comunidades del
frente, posibilitan que los predios adquiridos por la organización puedan
llegar a un nivel de vida y convivencia en comunidad.
Diversos colectivos y organizaciones estudiantiles se acercan
regularmente para compartir sus conocimientos y apoyar el proyecto de
autonomía, ya sea en los espacios destinados a la salud, la cultura, la
educación o la comunicación, aunque la responsabilidad de esta consolidación
recae siempre en los integrantes de la organización, para garantizar una
continuidad, que avanza lentamente, pero firme. Provenientes de los cinturones
de pobreza del Distrito Federal, muchas de estas familias hoy tienen acceso a
vivir con tranquilidad y disfrutar de las aéreas recreativas, talleres,
gimnasio al aire libre sin costo alguno, además de los bajos costos en la
adquisición de sus viviendas, entre otros muchos beneficios, en las comunidades
de la OPFVII se vive bien, más que por el dinero que alcanzan a percibir en sus
trabajos asalariados, por el trabajo voluntario.
Algunos intelectuales y académicos de la izquierda en América Latina,
llaman a este modelo organizativo política pre-figurativa, por ser un modelo de
organizaciones revolucionarias que construyen en el presente espacios donde se
pre-figuran las sociedades futuras, que serán posibles de alcanzar después del
modelo económico capitalista. Quizás la mayoría de las familias que integran la
OPFVII ni siquiera imaginan la importancia que tiene su modelo organizativo de
comunidad urbana. Pero vivir la diferencia entre su vida al interior de su
comunidad y la del resto de la Ciudad de México les basta para sonreír y
continuar con las asambleas, las comisiones, las jornadas y el trabajo
colectivo.
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