Por Rafael Camacho
12 agosto, 2015
AgenciaSubVersiones
Si me preguntaran qué es
la cárcel, os respondería sin dudar que es el basurero de un proyecto
socio-económico determinado, al cual arrojan todas aquellas personas que
molestan dentro de la sociedad: por eso la cárcel alberga principalmente
pobres.
Xosé Tarrio
Han pasado 47 días desde que la Coordinación Informal de
Presos en Resistencia (C.I.P.RE.) diera por iniciada una huelga de hambre –en
algunas cárceles de la Ciudad de México– como medida de protesta ante los
constantes abusos que sufren los reclusos y reclusas por parte de las
autoridades penitenciarias.
Las demandas de la
huelga se centran en exigir alto a las torturas y abusos dentro de las
cárceles, así como la denuncia del actuar de la Comisión de Derechos Humanos de
la Ciudad de México (CDHDF), a la que acusan de ser una institución cómplice de
las arbitrariedades que se llevan a cabo día a día dentro de dichos centros de
internamiento.
Por su parte, las
autoridades del gobierno del Distrito Federal han hecho caso omiso de las
exigencias de los presos organizados, en una actitud que reafirma su carácter
represivo y autoritario a la vez que demuestra su claro desprecio hacia la
vida, tanto de los huelguistas como del resto de la población penitenciaria.
¿Reinserción social?
Hacinamiento, tortura, cobro de cuotas, abusos, malos
tratos, violaciones sexuales y castigos injustificados, son el pan de cada día
para los más de 37 mil presos (según datos del propio gobierno capitalino) que
habitan en los 10 centros penitenciarios del Distrito Federal.
Los deficientes
servicios sanitarios y de alimentación e higiene, la escasa o nula actividad
cultural y deportiva, los castigos en aislamiento, las golpizas, humillaciones
e insultos, lejos de cumplir su objetivo de «reinserción
social» evidencian la brutal pretensión de destruir a la persona, hacer
sentir la soledad más intensa, borrar los sueños y recuerdos y finalmente
someter y aniquilar al individuo tanto física como emocionalmente.
Esta brutalidad es ejercida
cotidianamente por custodios de los centros penitenciarios, que con la
complicidad de médicos, jueces, instituciones, medios de comunicación y hasta
algunos sectores «progresistas» de la sociedad (quienes exigen cárcel como
castigo), esconden y niegan la práctica diaria de un sistema cruel y
despiadado.
Las denuncias en contra
de la sistemática violación a los derechos humanos de lxs presxs recluidos en
el sistema penitenciario de la Ciudad de México, difícilmente proceden, las
instituciones encargadas de velar por los mismos no sólo hacen caso omiso de
las quejas, sino que las encubren en un claro acto de complicidad con los
carceleros y de sometimiento al gobierno de la ciudad encabezado por Miguel
Ángel Mancera Espinosa.
La Coordinación Informal de Presos en Resistencia (C.I.P.RE.)
La tarde del 27 de junio, la C.I.P.RE., hizo público un
comunicado colectivo con un pliego petitorio
declarándose en huelga de hambre indefinida debido a los constantes
abusos de autoridad por parte de los custodios a los integrantes de esta
asociación informal, así como a otros reclusos.
Un caso concreto es el
de Luis Fernando Bárcenas Castillo, (detenido en diciembre del 2013 acusado de
incendiar el árbol de Coca-Cola en el cruce de Insurgentes y Reforma) preso
anarquista a quien un custodio acusó por un supuesto (y claramente
tergiversado) robo de 200 pesos.
Luis Fernando ha
denunciado abiertamente los abusos por parte de las autoridades ya que tanto él
como sus familiares que lo visitan han sido hostigados por el personal
penitenciario. Cabe destacar que Luis Fernando, junto con otros compañeros
reclusos, son responsables de la redacción del periódico El Canero, una publicación de índole contra-informativa al interior
del Reclusorio Norte.
Otro de los presos que
integran la C.I.P.RE., es Jesse Alejandro Montaño, Jamspa, quien fue detenido en 2014, en el marco de una protesta que
llevó a cabo en la megapantalla instalada en el Zócalo capitalino con motivos
del mundial de fútbol en Brasil y donde exigía la liberación de los activistas
presos por el gobierno de la Ciudad de México.
Al día de hoy Jamspa se encuentra en la Torre Médica
Tepepan debido su delicado estado de salud por la prolongada huelga de hambre
que están llevando a cabo, sumado al hecho de que en días recientes se coció
los labios como medida de protesta y para exigir su liberación.
Los otros reclusos que
se encuentran en huelga de hambre son José Santiago Hernández, Julio César
Núñez Delgadillo y Julián Barrón López, quien en días recientes ha iniciado una
huelga de líquidos junto con Fernando Bárcenas, situación que pone aún más
peligro a su ya prolongada huelga de hambre.
Informe de estado de salud de los presos en huelga de hambre
Después de 45 días de huelga de hambre, en el caso de
Fernando, Julián y José, y 18 días de huelga por parte de Julio, el pasado 10
de agosto del 2015, dejaron de ingerir líquidos, es decir que están en ayuno
total. Este día fue posible realizar una evaluación antropométrica y clínica de
su estado nutricional donde se resaltan los siguientes puntos:
–En el caso de Fernando,
de acuerdo con el peso reportado ha perdido 10.5 kg, lo que representa el 16.4%
de su peso corporal. Se encuentra en estado de riesgo porque aunados a los
síntomas del ayuno prolongado como mareos intensos, visión borrosa, dolor
abdominal, acidez, reflujo, debilidad muscular, dolor en coyunturas,
extremidades frías, sequedad y ardor en la piel, se encuentra con síntomas de
gripe; si no se atiende con las medidas adecuadas, esto puede ser fatal para él
y sus compañeros. Cabe destacar que refiere dolor abdominal y en la zona lumbar
izquierda que deben ser evaluados para su adecuada atención.
–Julián, de acuerdo con
el peso reportado ha perdido 5 kg, lo que representa 7% de su peso corporal.
Julián cursa con mareos intensos, vista borrosa, cansancio, calambres, dolor en
extremidades, insomnio, ardor en la piel, encías sangrantes y extremidades
frías. La pérdida de peso reciente y la restricción de líquidos han
intensificado los síntomas de un aparente daño renal, que no se ha podido
confirmar por las deficiencias de los servicios de salud que argumentan no
tener vasitos para las muestras de orina.
–De igual manera a
partir del peso reportado, José ha perdido 6kg que representan 11% de su peso
corporal. Se observa buena adaptación a pesar de las bajas reservas de grasa
corporal. Presenta insomnio y mareo, negando otro tipo de malestar. Pero de
acuerdo a estudios hechos hace 2 semanas, presentaba niveles limítrofes de
electrolitos séricos, lo cual puede ser riesgoso para trastornos en el sistema
nervioso y huesos.
–Julio, ha realizado 8
huelgas de hambre con anterioridad, por lo cual después de 18 días de huelga de
hambre ya ha perdido 5kg, lo cual representa el 8% de su peso corporal.
Presenta dolores musculares en pecho y espalda, problemas de audición y dolor
en la ingle, que refiere son consecuencia de golpes causados por policías,
anteriores a la huelga. Presenta mareos, debilidad general, calambres e
insomnio. Cursó con infecciones gastrointestinales hace una semana y refiere
que el medicamento que le indicó el equipo médico del reclusorio le causó una
gastritis intensa.
Los riesgos de la medida
tomada son altos, existen cifras de que una persona con un estado de salud
normal no puede sobrevivir más de 5 días sin ingerir líquidos, debido a su
estado de desnutrición con la que iniciaron esta medida hace muy variable el
tiempo que puedan sobrevivir, por lo que no sabemos con exactitud el daño que
ya existe en hígado, riñones, corazón y cerebro, el cual se puede intensificar
por la falta de riego sanguíneo.
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