La Voz del Anáhuac.
30 de agosto de 2015.
Hoy en el mundo se realizaron jornadas de lucha y de
protesta con motivo del Día Internacional del Detenido-Desaparecido.
En el Parque Revolución
de la colonia Nueva Santa María, Azcapotzalco, realizamos un acto
político-cultural-informativo y de protesta con la presencia de una comisión de
madres, padres y estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de
Ayotzinapa, Tixtla, Guerrero, a unos días de haberse cumplido 11 meses de la
desaparición forzada de 43 compañeros.
Con la participación
solidaria del grupo de teatro Utopía Urbana y de los trovadores Aarón Villa y
Alex Bernal, alzamos nuestras voces para reiterar nuestra exigencia de su
presentación con vida. Tres madres, una hermana, un padre y dos estudiantes normalistas
de Ayotzinapa nos compartieron su palabra de dolor y coraje, su testimonio de
la pesadilla de mentiras, amenazas, agresiones, burlas, tentativas de soborno
que vienen enfrentando desde el 26 de septiembre del año pasado. Todo ello no
ha sido suficiente para hacerl@s desistir de su grito incesante: ¡Vivos
se los llevaron, vivos los queremos!
Atentas y solidarias,
las personas que les escucharon, llevaron la certeza de que esta injusticia no
debe quedar impune y entendieron que las maniobras del Estado son incapaces de
abatir la persistencia con que digna y valientemente los familiares y
compañeros de los 43 ausentes sostienen esta lucha.
“Es un dolor que no le deseamos a nadie”, dijeron las madres. “Ustedes -dijeron a las mujeres
presentes-, sabrán comprender, como
madres, el dolor que significa no poder abrazar a un hijo durante más de 11
meses”. Y a los jóvenes que escucharon: “a
ustedes los vemos como si fueran nuestros hijos, pues nuestros hijos son
también jóvenes, como ustedes, con sueños de superarse, de prepararse para
estar al lado de su pueblo luchando contra las injusticias”.
“Ellos no estaban haciendo nada malo, sólo estaban boteando,
buscando el apoyo económico del pueblo, pues el gobierno ha dejado de darles lo
que por ley tiene obligación de dar a las Normales Rurales”.
“Ese día –el 26 de septiembre- reunían
fondos para venir acá, a esta ciudad de México, para estar presentes en la
conmemoración del 2 de octubre de 1968, cuando el gobierno asesinó a muchísimos
estudiantes. Ellos, en la Normal Rural han aprendido a ser sensibles, a hacer
suyo el dolor de las familias que entonces perdieron a sus hijos. Ahora que
nuestros propios hijos están desaparecidos, los entendemos y estamos orgullosas
de ellos, ahora hacemos nuestros sus ideales, ahora comprendemos sus palabras
de cuando nos decían: ‘Mamá, no me prohíbas ser activista, no te opongas a que
participe en esta lucha, imagina que a mí me encarcelaran, me torturaran, me
desaparecieran o me asesinaran, como ha ocurrido con tanta gente en todo el
país, quedarnos callados nos haría cómplices de los que oprimen, nos
desprecian, nos humillan, nos reprimen, de los que nos condenan a la miseria…’
Ahora que están ausentes comprendemos esas palabras… Por eso nunca dejaremos de
luchar porque nos los devuelvan…”
Otra madre aseguró: “aunque el gobierno niegue que el ejército
fue parte del ataque, nosotras estamos seguras de que el ejército los tiene, si
no ¿por qué no nos dejan entrar a buscarlos en el cuartel del 27 batallón de
Iguala? Desde hace muchos años, en Guerrero, el ejército ha estado involucrado
en las desapariciones de jóvenes, de campesinos, de indígenas. Y sabemos que
detienen, torturan, desaparecen o asesinan a los que defienden la tierra, la
vida, la naturaleza, a los que están en contra de los megaproyectos de despojo,
muerte y destrucción.
“Los queremos ya de regreso, que ya nos los devuelvan. Ya va
a ser un año desde que los desaparecieron. ¡Ya basta!”, reclamó una de las
madres crispando los puños de desesperación.
“No somos guerrilleros, ni miembros de ningún grupo criminal,
como nos han señalado”, dijo uno de los jóvenes que sobrevivieron al ataque, “nosotros sólo defendemos a nuestra escuela
normal rural, porque es nuestra segunda casa, la normal no da todo, ahí nos
preparamos para ser maestros, ahí comemos, ahí dormimos, ahí hemos aprendido a ser
libres, a ser conscientes, a luchar por un mundo mejor, sin injusticias…”
“Luchamos por nuestros compañeros porque son nuestros
hermanos. Ahí todos somos hermanos. Ahí aprendimos a que nunca hay que dejar
solo a un compañero, a que debemos cuidarnos unos a otros, que debemos
defendernos, a estar unidos y luchar juntos” agregó el otro joven normalista. “El gobierno es el culpable, entre sus
mentiras el gobierno culpa a un grupo criminal, pero nosotros sabemos que son
los mismos, que los narcos y el gobierno son cómplices, que el ejército siempre
ha estado involucrado en las drogas, en el crimen, en la delincuencia…”
“Desde entonces nos han estado amenazando, dicen que nos van
a matar. No tenemos miedo. ¡Aquí estamos! Acompañamos a las madres y a los
padres de nuestros compañeros porque sabemos que así como luchan por sus hijos
estarían luchando por nosotros si fuéramos uno de los 43”.
También del estado de
Guerrero y egresada de una normal Rural, hace 40 años, en 1975, fue detenida-desaparecida
Carmen Vargas. Ella egresó de la Normal Rural de Atequiza. Luchadora social,
como Roberto Gallangos, su compañero, originario de Oaxaca. Ambos desaparecidos
desde entonces. Hoy sus hijos siguen luchando contra la injusticia, siguen
reclamando la presentación con vida de sus seres queridos.
Hoy como ayer la lucha
por los detenidos-desaparecidos sigue siendo un grito que sacude conciencias y
señala al gobierno como principal culpable de tantos crímenes de Estado. Hoy
nosotros reiteramos que la lucha en contra de la impunidad es un compromiso.
Hoy como ayer nuestros pasos acompañan los pasos que ha pretendido truncar el
sistema criminal.
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