Por Mario González
García
Ante el comunicado presentado por la DGCS de la UNAM, difundido en la
noche del 8 de abril, y la campaña de desinformación que derivaron diversos
medios a partir de ésta, declaro lo siguiente:
1. Que denuncio las difamaciones que en mi contra
han hecho las autoridades universitarias. Éstas son sistemáticas y carecen de
fundamento legal. Las autoridades de la UNAM me responsabilizan de lo
acontecido en el CCH Naucalpan, como si todo lo que pasara en dicha institución
fuera mi culpa. Habría que reiterarle a la máxima casa de estudios del país que
la presunción de inocencia es un derecho humano garantizado por la legislación
nacional e internacional.
2. Que estos ataques, tanto por parte de medios,
como de autoridades universitarias y gubernamentales, han sido constantes desde
que salí absuelto de la cárcel, en donde me mantuvieron sin justificación
alguna por más de un año. No es coincidencia que después de mi injusto encierro
y de haber sido torturado por el Estado Mexicano en complicidad con las
autoridades de Rectoría, al levantar una denuncia por tortura, el Estado siga
hostigándome, señalándome y difamándome.
3. Que en repetidas ocasiones me han ido a buscar
policías federales, atentando contra mis derechos humanos. Con varias notas en
las que buscan incriminarme de ciertos hechos, se ha orquestado en una campaña
mediática en mi contra, con la única constante de hablar sin pruebas ni
argumentos, para seguirme utilizando como chivo
expiatorio. Pareciera que las autoridades universitarias buscan desviar el
verdadero problema.
4. Que por lo anterior, exijo que las autoridades
universitarias y gubernamentales respondan ante mi injusto encierro, tortura y
expulsión, pues de lo único que realmente existen pruebas es de la violencia
institucional de la que he sido objeto.
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