Rebelión, 24-03-23
Para José, para
Maité, para Nuria, para Gerard, para Rosalía, para Manuel… y para Mercedes por
supuesto. Como Raimon sintió hace muchos años en la ciudad del antifranquismo:
sobre un día que no oblidarem, de un día que jamás podremos (ni debemos)
olvidar.
De nuevo Madrid fue la ciudad resistente, la
ciudad del antifascismo y la lucha contra el capital, la ciudad de la rebeldía,
la equidad, la justicia y la solidaridad. Gracias Madrid.
Sus calles, las calles de
Enrique Ruano y de tantos otros héroes y luchadores anónimos se llenaron el
sábado 22 de marzo de insumisos ciudadanos y ciudadanas, de trabajadores
llegados de todos los rincones de Sefarad. De todos ellos, sin excepción.
Gracias compañeros, gracias compañeras por vuestro ejemplo imborrable.
Han querido cambiar la
realidad, han pretendido transformar el sentido del día. Han llegado a hablar
de la indignidad de la izquierda, de un escaso número de personas movilizadas.
Sus cifras dan risa… y rabia. Han dedicado sus portadas a asuntos “más importantes”. Gracias por la
ruptura de todos los espejos: son medios de intoxicación, no de información.
Sabemos a quienes sirven, sabemos quiénes son sus amos, sabemos qué “verdades” defienden.
Compañeros como Manuel
Martínez Llaneza y otros amigos y amigas imprescindibles, siempre en pie,
enrojecidos hasta el último citoplasma de la última célula, nos acogieron y nos
regalaron 10, 12, 14 lecciones de ternura y solidaridad, tantas como el día de
nuestra República ya cercana. Gracias a esa admirable tradición emancipatoria
no vencida que volverá a asaltar los cielos, orgullos de todos nosotros.
Ninguna bandera, ninguna
pancarta señalaba ni abonaba puntos de ruptura, de separación, de fractura de
demos solidarios, de sectarismos y distancias entre hermanos y hermanas. Gracias
por esa muestra de fraternidad, por ese internacionalismo esencial.
Las gentes insumisas,
rodeadas en la mañana del domingo 23 por una policía “antidisturbios” (que cada día recuerda más y con más exactitud la
actuación de la policía del franquismo), decidieron continuar la lucha. No hay
que parar, no hay que resignase, no hay que entregarse. Ni pudieron ni podrán.
No vamos a arrodillarnos ni vamos a permitir, gritaron, una y mil veces, que
nuestros presos sigan en sus cárceles. ¡Libertad para todos los detenidos!
Gracias por esa verdad tan básica, tan esencial.
Los mal denominados sindicatos mayoritarios estuvieron
ausentes. Apenas alguna bandera de CCOO. Nada. Que haya sido así en la que sin
duda es la movilización social y obrera más importante de estos últimos años,
es muestra de la situación en la que nos encontramos. No hay nada que agradecer
en este caso. Si acaso, la presencia y difícil práctica de una izquierda
sindical que no olvida cosas esenciales.
Los diarios del domingo,
prácticamente todos ellos, estuvieron a la altura de sus circunstancias. No
entienden nada, no quieren entender nada…. O acaso entiendo mucho. No hay que
agradecer nada en este caso. Acaso un punto central: la claridad y oscuridad de
su juego. ¿A quién pueden engañar?
El sábado al mediodía,
mientras reponíamos fuerzas en un bar, un joven de apenas 12 años, cantaba: “¡Golpe a golpe, verso a verso!”. Me
atreví a preguntarle: “¿Y de quién es esa
canción que cantas?” Me miró, rió y me respondió: de Antonio Machado por
supuesto, de don Antonio Machado. Una hermosa bandera republicana ondeaba
pocas horas después en la Cibeles. Gracias Iván.
Me olvidaba. En Madrid no
se ha visto este fin de semana a Carme Forcadell ni a gentes próximas de sus
contornos políticos. Ni tampoco a algunas fuerzas que dicen luchar por la
libertad y la emancipación de los pueblos. Tampoco a ellas.
¡Gracias a todos los
compañeros y compañeras que con su esfuerzo, su entrega, su decisión, han
construido un día que ya está incluido en la hermosa historia universal de la
dignidad y la lucha! Como quería Marcelino Camacho: ni nos han doblegado, ni
nos pueden doblegar, ni podrán hacerlo. Nunca.
Salvador
López Arnal es profesor de
ciclos formativos en el Puig Castellar de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona)
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