Bachajón: De muerte y vida en las Cascadas de Agua Azul (ejidatarios adherentes a la Sexta relatan su lucha)
Texto: Aldabi Olvera.
Fotos: Eduardo Velasco, Alfonso
Flores, Ignacio Martínez y Erika Lozano.
Video: Eduardo Velasco.
Para @masde131
Los ejidatarios de San Sebastián Bachajón, Chiapas, adherentes a la
Sexta Declaración de la Selva Lacandona, explican los intereses que existen
detrás de las Cascadas de Agua Azul y toda la región que las rodea.
Agua de vida
Calabaza y chayote, chicozapote y frijol, cítricos y maíz crecen
alrededor de las Cascadas de Agua Azul. Boas, ocelotes y jaguares, tapires y
tucanes viven alrededor de las Cascadas de Agua Azul. También, hombres y
mujeres, pueblos indígenas, principalmente tzeltales, pertenecen a las cascadas
de Agua Azul.
Los ejidatarios de San Sebastián Bachajón
adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona -iniciativa política
del EZLN en el 2005- explican que hay grandes intereses sobre las cascadas y
toda la región que las rodea. Todo lo que ellos llaman su “madre tierra”.
“Es la parte más rica del Estado de Chiapas”, dice Domingo Pérez,
habitante de Bachajón. “Hay de todo: petróleo, oro… por eso la vista del
gobierno está de este lado”.
Zona de Protección Forestal, Refugio de Fauna
Silvestre y Reserva Especial de la Biósfera (de acuerdo con un decreto
presidencial del 29 de abril de 1980), las cascadas de Agua Azul son
inconfundibles por el claro color de su agua provocado por la constante
caída sobre piedra calcárea.
Toda la zona (las cascadas de Agua Azul,
la Selva Lacandona, las playas de Catazajá, las cascadas de Misol Ha y
las Ruinas de Palenque) están dentro de los planes de turismo del gobierno
encabezado por Manuel Velasco. Todo esto se proyecta desde el CIPP (Centro
Integralmente Planeado Palenque), en donde se planeó la construcción del
aeropuerto de Palenque y la carretera San Cristóbal-Palenque (que afecta
directamente a comunidades tzotziles de Mitzitón y el Ejido Los Llanos).
También el crecimiento desmedido concibe desarrollos hoteleros para los
municipios de Catazajá, Chilón, Ocosingo, Salto del Agua, Tumbalá y Palenque.
“El gobierno construirá hoteles aquí, campos,
golf”, dice
Domingo, “…nuestra idea es que más adelante, como indígenas, no vamos a
tener acceso. Turistas, pero no cualquier turista, sino que tengan mucho
dinero, y dueños de los hoteles serán los que lo tendrán”.
Velasco y Peña Nieto inauguraron el pasado
12 de febrero el aeropuerto de Palenque, que comenzará a funcionar este 13 de
marzo. Según nota de la revista Proceso titulada “Tira el EMP las peticiones a EPN de indígenas ayer en
Palenque”, habitantes
indígenas quisieron entregar peticiones a los gobernantes, pero fueron
ignorados.
Los ejidatarios de Bachajón, con quienes
hablamos, consideran que no es necesario construir grandes complejos
turísticos. Explican que la gente de todos modos llega a las cascadas, a las
ruinas y visitan los ríos, especialmente el Tulijá, donde se practica deporte y
se venden artesanías.
Ellos no piden nada al gobierno, la mayoría de
ellos no reciben apoyos de programas oficiales. Tienen su milpa que
cosechan dos veces por año. La siembran, limpian y en su momento la doblan y
comienzan a pizcar para llevarlo a casa y guardarlo.
“Aquí llueve alrededor del año. No quemamos, es
pasto natural que queda como abono”, dice Jerónimo Aguilar, “así trabajamos
aquí en la madre tierra”.
“Todo está bonito, por eso al gobierno le gusta:
porque hay agua, el bosque, hay piedras bonitas, por eso lo quiere el gobierno,
por eso le interesa mucho, porque todo acá es natural. Donde quiera quiere
entrar”, acusa
Ediberto Guzmán, ejidatario.
“Por eso esta lucha, porque si dañan a pájaros,
animales, no tendrán dónde habitar”, cuenta Domingo, “el viento que corre es
natural. No es contaminado. Con esa construcción vendrá la contaminación, la
maquinaria”.
“Defendemos como indígenas y por eso nos quieren
quitar y llevar a otro lugar. El indio está acostumbrado de vivir en su tierra,
donde vivían los abuelos”.
Historia de muerte
117 presos en el 2011, todos llevados de una sola vez a la Fiscalía de
Palenque. Antes ya habían detenido cuatro acusados de asalto y robo con
violencia. Diez de los 117 se quedaron en la cárcel de Playas de Catazajá. A
los cinco meses salieron los últimos cinco.
Los adherentes a La Sexta de Bachajón han
tenido, durante su movimiento, alrededor de 150 presos. Y dos asesinados.
El ejido de Bachajón es el más grande de
Chiapas. Se fundó en 1980 y pertenece al municipio de Chilón. Para entrar
al municipio de Tumbalá, donde se encuentran las cascadas, hay que cruzarlo.
“Los abuelos legalizaron el ejido con carpeta y
certificado de derechos agrarios, pero los oficialistas entregaron el ejido al
gobierno”, cuenta
Domingo.
La Sexta de Bachajón nació el 19 de marzo del 2007
con la conformación de autoridades alternativas a las elegidas por los entonces
ejidatarios cercanos a partidos políticos. Hoy continúa la misma situación y la
Procuraduría Agraria de Ocosingo considera como autoridades a Pedro Álvaro
Hernández y Pascual Pérez Álvaro, como Comisariado Ejidal y Consejo de
Vigilancia respectivamente. Ambos cercanos al gobierno oficial de acuerdo con
los adherentes de La Sexta.
Ese mismo año, los adherentes decidieron poner
una caseta de peaje en su territorio en la que cobraban a los turistas por el
paso a las cascadas de Agua Azul. Lo que se hacía con el dinero se decidía en
asamblea. Principalmente, cuentan, se utilizaba en enfermos y para apoyar a
familias necesitadas.
En el 2009 fueron desalojados, la recuperaron
pero el dos de febrero del 2011 volvieron a sacarlos, violentamente, por la
policía y grupos de choque afines a partidos políticos.
El 24 de abril de 2013 asesinaron a Juan Vázquez
Guzmán, militante, agricultor que fue en el 2010 Secretario General de La
Sexta en Bachajón y cuando fueron encarcelados los más de cien presos, él
los visitaba a todos en distintas cárceles.
El 24 de diciembre del 2011 Juan Vázquez había
sido detenido sin orden de aprehensión por la policía municipal de Chilón a
solicitud del entonces Comisariado Ejidal Francisco Guzmán Jiménez y llevado a
la cárcel estatal en Ocosingo, Chiapas. Horas después fue liberado. El 22 de
marzo de 2012 fue amenazado de muerte por el mismo comisariado ejidal.
Entre los presos que visitaba estaban Antonio
Estrada Estrada y Miguel Demeza Jiménez, ambos detenidos injustamente y
torturados por policías obligándolos a declararse culpables, con una sentencia
de dos años cuatro meses y tres años y dos meses (respectivamente), su pueblo
hizo una intensa campaña para liberarlos a la par de la campaña por la
liberación del profesor indígena tzotzil Alberto Patishtán.
El pasado 21 de marzo, fue asesinado Juan Carlos
Gómez Silvano con más de veinte disparos de arma de fuego. Se dirigía a la
comunidad Virgen de Dolores, fundada por los adherentes a la Sexta en el 2010.
Juan Carlos fungía como Coordinador regional de La Sexta en Bachajón, puesto
que ocupó en su momento Juan Vázquez Guzmán.
Junto a la tumba de Juan Vázquez (25 de junio de
1980- 29 de abril de 2013) hay una tumba más pequeña. Es de su sobrino que
murió a los diez meses de nacido.
Es que la muerte en Chiapas tiene distintas
formas: la tasa de mortalidad infantil es de 75 por cada mil menores; es el
segundo estado con más desnutrición del país, 71% de la población indígena la
padece; el estado vive en una crisis de justicia, sus cárceles mantienen presos
que son inocentes del delito que se les imputa – como el caso del tzotzil
Alejandro Díaz Sántiz, también adherente a La Sexta-; los mal planeados
proyectos de minería y turismo afectan al medio ambiente y las comunidades; el
ejército (en Xanil) y grupos afines a partidos políticos responsables de
ataques violentos mantienen presencia constante.
“El mismo gobierno lo que hace es mandar a la
cárcel o mandar a matar como a Juan Vázquez Guzmán”, dice Mariano Marcelo
López, ejidatario también, “Nuestra lucha no es por poder económico o político.
Es por el pueblo, la madre tierra y el territorio”.
Semilla que brota
La tumba de Juan Vázquez está rodeada de árboles de lima, naranja y
mandarina. En su cuarto hay fotos con el obispo Raúl Vera en el centro de
Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas. Todos hablan en presente de Juan:
“Juan ama su pueblo”, “Juan es agricultor”, como si Juan
estuviera vivo.
“Juan para nosotros es una semilla que brota”, dice Domingo,
“nunca le vamos a perder la lucha porque si no, de qué sirve que tanto tiempo
Juan estuvo frente del pueblo. Juan vive, por eso la lucha de Bachajón sigue”.
Antonio Estrada Estrada, liberado recientemente
-en diciembre de 2013-, se encuentra sentado con su hijo, rodeado de su padre,
madre y hermanos. Muestra un elote y sonríe. Se ve en su rostro las marcas de
la tortura que sufrió al ser detenido.
“Bien contento porque estás con la familia.
Estar libre, correr y pasear donde quieras”.
Tiene 26 años, pero dice: “Yo le voy a seguir
luchando, le voy a echar ganas hasta morir, vamos a seguir defendiendo lo que
es de nosotros, de nuestros abuelos: el territorio”.
Miguel Demeza, quien también salió libre en
diciembre, cuenta:
“Nosotros somos indígenas. Trabajamos en el
campo y tenemos derecho de participar en una organización y para defender
nuestra tierra, pero eso no le gusta al gobierno. No es justo pagar en la
cárcel algo que nunca cometí. Voy a seguir luchando por la injusticia que hay
en el estado de Chiapas. La injusticia que hay en mi comunidad”.
Dice
todo esto mientras se le entrevista en la oficina que tienen los adherentes a La Sexta que llaman Nah Choj
(donde habita el tigre). Una tierra recuperada desde 1994. Hoy tienen proyecto
de comunicación popular, talleres y comité de Derechos Humanos y una mina de
grava que llaman Nah Chawuk (donde habita el rayo). Los hombres miran las nubes
los niños juegan al futbol en el patio de sus oficinas. Una pintura de Zapata
se haya en la pared y las mujeres preparan las tostadas. En las paredes se
encuentra un cartel con una cascada azul. A su lado, la cara de Juan Vázquez
Guzmán.
Bachajón. Despojo de muerte. Vida en resistencia.
(video)
Publicado el 25/03/2014
Los ejidatarios de San Sebastián Bachajón, Chiapas, adherentes a la
Sexta Declaración de la Selva Lacandona, explican los intereses que existen
detrás de las cascadas de Agua Azul y toda la región que las rodea.
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