EZLN, 30 años de rebeldía. 5. Fuerzas de Liberación Nacional (+ fragmento de video La Insurrección de la Memoria)
Hoy el EZLN es
el cumpleañero. Pero en nuestro modo hay que celebrar a quien nos engendró. Por
eso hoy, en nuestro 23 aniversario, quiero nombrar y celebrar a
quienes, en estas tierras norteñas, formaron y cuidaron a la organización madre
de lo que hoy es conocido públicamente como el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional. En Monterrey, Nuevo León, hace más de 37 años, un pequeño
grupo de personas nacieron lo que llamaron Fuerzas de Liberación Nacional.
Desde su origen la dotaron de una ética de lucha que después heredaríamos
quienes somos parte del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Fragmento de las Palabras de la Comisión Sexta en el 23 aniversario del
EZLN en la Casa-Museo del Doctor Margil AC, Municipio de Apodaca, Nuevo
León. 17 de noviembre del
2006.
EZLN,
30 años de rebeldía.
El 17
de noviembre del año 1983 se fundó el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional. Han pasado 30 años y para recordar el origen y los inicios del EZLN,
retomamos documentos, comunicados y testimonios contados en la voz de los
zapatistas, que nos ayudan a develar parte de la historia de aquellos primeros
años.
A continuación la transcripción completa de las Palabras de la Comisión
Sexta en el 23 aniversario del EZLN en Apodaca, Nuevo León en el año 2006. Los
audios estan disponibles en Enlace zapatista
Casa-Museo del Doctor Margil AC, Municipio de
Apodaca, Nuevo León
Palabras
de la Comisión Sexta en el 23 aniversario del EZLN
17 de
noviembre del 2006
Buenas
noches compañeros y compañeras. Queremos agradecer al Partido de los
Comunistas, a su dirección y a sus militantes y simpatizantes que están con
nosotros en esta noche. A los compañeros del Frente Popular Francisco Villa
Independiente-UNOPII también, cuya dirección y cuyos compañeros también nos
acompañan. Y a la organización Unidad Obrera y Socialista, a su dirección y a
sus militantes.
Antes que nada, queremos pedir a todos que nos pongamos de pie, para hacer
memoria del compañero Sergio Almaguer, compañero de la Otra Campaña y dirigente
del Partido de los Comunistas. Su pérdida es también una pérdida para nosotros.
Gracias compañeros.
Quisiera iniciar nuestra participación en esta plática múltiple en la que
nos acompaña el Partido de los Comunistas, la Unidad Obrero y Socialista y el
Frente Popular Francisco Villa Independiente- UNOPII, mandando mi saludo y
felicitación a las insurgentas e insurgentes del Ejército Zapatista de
Liberación Nacional, a nuestros milicianos y milicianas, a las bases de apoyo
zapatistas, y a nuestras comandandatas y comandantes de la dirección del EZLN,
el Comité Clandestino Revolucionario Indígena- Comandancia General.
Los cumpleañeros y cumpleañeras de este día en las montañas del sureste
mexicano están, como nosotros, celebrando como de por sí celebramos los
zapatistas, es decir, trabajando. En nuestras posiciones de montaña, en los
pueblos y comunidades, en los caracoles, en las Juntas de Buen Gobierno y los
Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas, el cumpleañero celebra expectante,
atentos el oído y la mirada a lo que dice y muestra el que abajo se duele,
lucha y se rebela.
Con la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, los zapatistas han lanzado
unas preguntas que han recorrido, desde entonces, el México de abajo: ¿quién
eres?, ¿dónde estás?, ¿cómo ves nuestro país y el mundo?, ¿qué vas a hacer y
cómo lo vas a hacer?
En el extendido cuaderno de nuestro corazón moreno, se van acumulando
respuestas de todos los colores y todas las lenguas que abajo se hablan.
La mirada colectiva que somos va limpiando las páginas que contienen la
palabra del que arriba es o quiere ser; la del que aspira o suspira por el
cargo; la de quien piensa que desde arriba y por arriba vienen soluciones,
remedios, milagros; la de quien limosna nos daba cuando dijo ser solidario y
ahora pasa la cuenta exigiendo apoyos a los ilusionistas de amarillo; la de
quien como moda pasajera nos vio y como moda pasada nos ve; la de quien espera
líder que manda y conduzca; la de quien demanda que le sigan y obedezcan.
Poco a poco en la libreta de apuntes de nuestros pasos, van quedando sólo a
quienes aspiramos a llamar “compañero”
y “compañera”, y en esas palabras
poner la vida… y la muerte si es preciso.
23 años cumple el EZLN y, pronto, serán 13 los años que calendarios pasados
son desde aquel primero de enero de 1994.
Vayan ustedes a saber por qué o cómo, pero el caso es que el EZLN salió muy
otro.
Tal vez haya sido por la extraña mezcla de norte, centro y sur de México
que animó sus primeros pasos.
O tal vez por la inmensamente mayoritaria sangre indígena de sus
dirigentes, dirigentas, soldados y soldadas, bases de apoyo, y autoridades
autónomas.
O tal vez por el largo y complicado puente que une, a pesar de los años, la
distancia, los dolores, las desapariciones y las muertes, a esta casa, hoy sede
de la “Casa Museo del Doctor Margil A.C.”,
con las montañas del sureste mexicano.
O tal vez sea por el amasijo de todas esas cosas, que fueron y son la
argamasa que nos da identidad, raíz histórica, aspiración y modo a los
zapatistas, a las zapatistas.
Los modos y “ni modos” del EZLN
han desconcertado a cercanos y lejanos al llamado neo zapatismo. Y cuando
alguien aventura una definición o una certeza, ¡zaz!, las y los zapatistas salimos con alguna de nuestras
ocurrencias.
Ya ven cómo hacemos rompecabezas con los calendarios y las geografías. Y
luego resulta que las historias y mapas no se entienden si se acomodan mirando
hacia arriba, y sólo quedan cabales si se mira hacia abajo y si se pone uno de
cabeza.
Un ejemplo: uno de los oficiales insurgentes del EZLN sostiene firmemente
que, en lugar de felicitar a los cumpleañeros y cumpleañeras en su día, a quien
habría que celebrar es a la madre o al padre, o a ambos.
Hoy el EZLN es el cumpleañero.
Así que yo quiero darle luz y tibieza a mis palabras en este lugar, que vio
crecer a César Germán Yáñez Muñoz, nombrando y celebrando a Doña Beatriz Muñoz
García, originaria de Nueva Rosita, Coahuila, y al Doctor Margil Yáñez
Martínez, originario del municipio Lamadrid, en Coahuila, que fueron sus
padres.
La digna sangre que César Germán y sus hermanos y hermanas llevan en las
venas, vino de esa mujer, la doña Rosita le decíamos, y de ese hombre, a quien
llamábamos “el don Romeo”.
Y no nombro ni celebro el dolor de no tenerlos aquí con nosotros. Tampoco
el que ellos cargaron durante tantos años, buscando la respuesta a la pregunta
de qué pasó con el tercero de sus hijos.
No, pero en cambio nombro y celebro las semillas que formaron, cuidaron y
orientaron para que fueran lo que fueron y sean lo que son.
Así que aquí hay otro ejemplo del modo muy otro de los zapatistas, porque
el don Romeo, el doctor Margil pues, nomás asomándose al mundo se dio en
complicar los calendarios. Y es que al doctor se le ocurrió la travesura de
nacer un 29 de febrero, haciendo un desmadre padre con sus cumpleaños.
Pero no sólo, porque resulta que el don Romeo, previo acuerdo con la doña
Rosita y habiendo hecho el trato respectivo entre quienes se aman, pues se
dieron a la amable tarea de nacer rebeldes.
Uno de los paridos por esa digna sangre, cuando el don Romeo sólo tenía en
su broma de calendario, un poco más de 7 años, fue llamado “César Germán”, y nombrado cumpleañero cada 23 de octubre hasta el
año de 1974, cuando fue desaparecido por el gobierno federal mexicano
encabezado por un criminal llamado Luis Echeverría Álvarez.
A la rebelión contra el calendario, César Germán sumó la de la rebelión
contra la muerte. El recién nacido había recibido la sentencia de muerte cuando
vio la luz primera con apenas un kilo de peso.
Pensaron que no duraría sino unas horas, pero César Germán fue arrancando
vida de estas tierras regiomontanas y libró un año, dos, tres, cuatro, y fue
pintándole caracolitos a los calendarios hasta que la noche del 6 de agosto de
1969 lo encontró, ya arrebatados 26 años a la muerte, fundando junto a otros
mexicanos un proyecto de vida, de libertad, de justicia y de democracia para
ese país que ya dolía y que todavía se llama México, uno de los proyectos más
hermosos, nobles y honestos que ha conocido la humanidad: el proyecto de
prepararse para aprender, para obedecer, para despertar.
Hoy el EZLN es el cumpleañero.
Pero en nuestro modo hay que celebrar a quien nos engendró.
Por eso hoy, en nuestro 23 aniversario, quiero nombrar y celebrar a
quienes, en estas tierras norteñas, formaron y cuidaron a la organización madre
de lo que hoy es conocido públicamente como el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional.
En Monterrey, Nuevo León, hace más de 37 años, un pequeño grupo de personas
nacieron lo que llamaron Fuerzas de Liberación Nacional. Desde su origen la
dotaron de una ética de lucha que después heredaríamos quienes somos parte del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Ni secuestros ni asaltos fueron fuente de sus recursos. En cambio,
sustentaron su economía y su tamaño en el trabajo político entre la población
explotada, despojada, despreciada, reprimida.
Ni acciones espectaculares, ni golpes de mano marcaron su andar. En cambio,
alimentaron lo que llamaron “acumulación
de fuerzas en silencio”, esperando el momento en que el pueblo, nuestro
pueblo, requiriera de los modestos esfuerzos de una organización marcada por la
frase del general insurgente, Vicente Guerrero, de “Vivir por la Patria o Morir por la Libertad”.
No asentarse donde tenían el apoyo, el conocimiento, la costumbre de vivir,
trabajar y luchar, sino cruzar el país e irse al último rincón de nuestra
Patria: las montañas del sureste mexicano.
No engañar, sino hablar con la verdad sobre caminos y dificultades.
No el culto a la muerte, ajena o propia, sino la lucha por la vida, pero
por una vida mejor para quien sólo conoce la supervivencia adolorida del que
nada tiene.
No calcar manuales e importar teorías, análisis y experiencias extranjeras
y extrañas, sino enriquecer las ciencias y las artes de la lucha con la
historia de México y el análisis de nuestra realidad concreta.
No imponer, ni con armas ni con argumentos, la idea propia, sino escuchar,
aprender, convencer, crecer.
No seguir el calendario de arriba, sino ir construyendo el calendario de
abajo.
No dejarse imponer coyunturas ajenas, sino trabajar para tener la
posibilidad de crear las propias, abajo y a la izquierda.
La ética del guerrero que se forjó en una casa de la ciudad de Monterrey,
Nuevo León, México, habría de encontrarse años después con la ética de los
guerreros de raíz maya en las montañas de Chiapas.
De esa mezcla habría de nacer no sólo el EZLN, también la palabra hecha
arma, escudo y espada de los más olvidados de la Patria: los pueblos indios
zapatistas.
Ya antes dije que los zapatistas somos muy otros. En esta otredad tenemos
la creencia de que a la tierra se le da por parir, cada tanto, a una generación
de hombres y mujeres a quienes encomienda una tarea determinada. Una misión
especial, decimos los militares.
Los hombres y mujeres que en los 60’s, 70’s y 80’s lo dejaron todo para
tener nada, son nuestras madres y nuestros padres. A ellos y ellas llamamos la “generación de la dignidad”, la
generación que tuvo como propósito el nacernos y heredarnos lo mejor de su
historia personal y colectiva, para formar no a maestros, ni dirigentes, ni
mandos, sino aprendices aplicados, dispuestos a aprender de quienes abajo son
los que son: indígenas, campesinos, obreros, empleados, ancianos, mujeres, jóvenes,
niños y niñas.
Si ahora no están con nosotros para este cumpleaños, no es porque no lo
hayan previsto. Su ausencia fue siempre de una alta posibilidad en el camino y
el paso que eligieron, para que nosotros en él andáramos y, a estas alturas del
partido, sigamos constatando que las botas de estas mujeres y hombres nos
siguen quedando grandes, y tal vez eso sirva para explicar nuestras torpezas y
tropiezos.
Esta generación de la dignidad tuvo algunos de sus destellos más luminosos
en:
El compañero César Germán Yáñez
Muñoz (el compañero Pedro o Manuel), originario de Monterrey, Nuevo
León. Desaparecido político desde 1974.
El compañero Alfredo Zárate Mota
(el compañero Salvador), originario
de Veracruz. Caído en el cumplimiento de su deber en 1974.
El compañero Mario Sánchez Acosta
(Manolo), originario de Veracruz.
Caído en el cumplimiento de su deber en 1974.
El compañero Mario Alberto Sáenz
Garza (Alfredo), originario de
Monterrey, Nuevo León. Caído en el cumplimiento de su deber en 1977.
El compañero Raúl Pérez Gasque (Alfonso), originario de Yucatán.
Desaparecido político desde 1974.
El compañero Ricardo, originario
de Tamaulipas. Caído en el cumplimiento de su deber en 1974.
El compañero Gonzalo, originario
de Coahuila. Caído en el cumplimiento de su deber en 1975.
El compañero Juan Guichards Guts
(Héctor), originario de Chiapas.
Desaparecido político desde 1974.
El compañero Federico Zurita
Carballo (Tomás), originario de
Tabasco. Desaparecido político desde 1974.
La compañera Elisa Irina Sáenz Garza
(compañera Murcia), originaria de
Monterrey, Nuevo León. Desaparecida política desde 1974.
La compañera Carmen Ponce Custodio
(compañera Sol), originaria de
Chiapas. Caída en el cumplimiento de su deber en 1974.
La compañera Dení Prieto Stock
(compañera María Luisa), originaria
de Nueva York, Estados Unidos. Hija de padre mexicano y madre norteamericana,
Dení Prieto Stock se hizo mexicana por elección. Caída en el cumplimiento de su
deber en 1974.
Anselmo Ríos Ríos (compañero Gabriel), originario de México, Distrito .Federal. Caído en el
cumplimiento de su deber en 1974.
El compañero profesor Fidelino
Velásquez, originario de Chiapas. Desaparecido político desde 1974.
La compañera Julieta Glockner
Rosains (compañera Aurora),
originaria de Puebla. Caída en el cumplimiento de su deber en 1975.
La compañera Ruth, originaria de
Campeche. Caída en el cumplimiento de su deber en 1982.
El compañero Mario Marcos,
originario de Monterrey, Nuevo León. Caído en el cumplimiento de su deber en
1982, y de quien yo tomo el nombre.
Tan grande fue la luz de esta generación, que su resplandor llegó hasta las
montañas del sureste mexicano y semilla fue de lo que hoy se conoce, en México
y el mundo, como Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Entre las sombras de la lucha clandestina en el México de los 60’s y 70’s,
forjaron una ética que fue también su método de hacer y de hacerse.
Con esa ética se fundó, hace 23 años, el EZLN en Chiapas, México. Con esa
ética creció y con esa ética salió a la luz de afuera el día primero de enero
de 1994.
Hay hombres y mujeres que deciden nada tener, nada poseer de bienes
materiales. Si preguntamos qué heredan esas mujeres y hombres a otros, a otras,
se suele responder que su ejemplo.
Quienes son parte de nuestra raíz como zapatistas no sólo nos heredaron su
ejemplo, también nos heredaron una tarea, una misión.
Paréntesis: de lo que Elías Contreras, Comisión De Investigación del EZLN,
le contó a la Magdalena sobre el origen del EZLN, una madrugada cualquiera del
calendario de abajo.
Oí pues Magdalena. Cuentan nuestros
más antiguos sabedores en las comunidades indígenas zapatistas, que cada tanto
de tiempo pasan cosas extrañas en el cielo y en la tierra.
Como si los dioses primeros, los que
nacieron el mundo más desde el principio, se hubieran ido dejando algunos
pendientes, maravillas olvidadas que no acomodaron cabales, sino que por ahí
quedaron, en un rincón, hasta que un viento las destapara.
O sea que como quien dice, dicen
nuestros jefes más de antes, muy distraídos fueron estos dioses primeros, como
que no se concentraron en los trabajos que como dioses tenían, y en veces
hicieron las cosas ahí nomás al aventón, sin fijarse pues.
Y dicen los más viejos de nuestros
mandantes, que el mundo está de por sí lleno de grandes maravillas, luces
ocultas en las sombras, misterios terribles y tesoros que no se pueden medir.
Y cuando acuerdan esto, mucho
refunfuñan nuestros guías que lejos miran. Refunfuñan porque dicen que viera
que esos dioses no se distrayen en sus trabajos, pues el mundo estaría cabal,
igual con ríos, valles, mares y montañas, pero parejitos los hombres y las
mujeres, o sea sin nadie que mandón sea, sin nadie arriba del abajo.
Y entonces, dicen, pos no estaríamos
batallando con esto de que tierra, techo, trabajo, pan, salud, educación,
información, cultura, independencia, democracia, justicia, libertad y paz.
Y pos así en paz estaríamos los
zapatistas y las zapatistas, sembrando maíz y niñas y niños en el vientre de la
tierra y de la noche… o del día, según cada quien con su cada cual, o en su
caso o cosa, según.
O sea que como quien dice el mundo
no quedó cabal, pero por ahí está lo necesario para ponerlo cabal, dicen.
Cuestión de buscarlo bien y encontrarlo y acomodarlo y entonces sí, la alegría,
la bailadera, el canto, el color, el gusto pues.
Bueno, pues entonces eso que es muy
maravillosamente otro, pos está escondido y no se ve, ni se siente, ni se oye,
y arresulta que uno o una, según el caso o cosa, pos nomás camina y ni se
entera y hasta se cree que así es el mundo y que ya no se puede descambiar, que
sea que ya no se puede hacerlo de otra manera, o sea cabal.
Pero cada tanto viene uno como
viento, pero no es mero viento sino apenas un airecito que a saber de dónde
viene, no sabemos, y entonces como que lo levanta la nagüa de la tierra y ahí
nomás van saliendo unos hombres y mujeres que parece que son como todos los
hombres y mujeres pero no, aunque siempre un poco sí.
O sea que así por fuera son como los
demás hombres y las demás mujeres, y también por dentro. Que sea que tienen
tripas como tenemos todos, y todas, según.
Pero entonces arresulta que estos
hombres y mujeres como que entra en su pensamiento otro pensamiento. No sabemos
si ya lo traían de por sí, o a saber de dónde lo agarraron ese pensamiento muy
otro.
Pero entonces arresulta que esas
mujeres y hombres se ponen como un trabajo especial, que sea que dice el Sup
que se dice “una misión especial”, o sea que así como yo tengo esta misión
especial que me dieron, que sea que me encargaron los mandos zapatistas, de
buscarlo al Mal y al malo para darles un estate quieto, o quieta, según.
Pero nomás que ahí está la problema,
porque a estos hombres y mujeres que te cuento no les dieron el encargo sus
mandos, porque a saber si tienen mandos o jefes, o jefas, según, como nosotros
los zapatistas. No.
Sino que arresulta que estas mujeres
y hombres, solitillos se dan su tarea, que sea su misión especial y ahí se
trincan con que la tienen que cumplir, y todo el rato, día y noche, están muele
y muele, que la misión especial para allá, que la misión especial para acá, y a
veces hasta cayen mal porque ora sí que como luego dicen, pos nomás están
chingue y chingue con eso de su misión especial, o sea que como quien dice que
son tercos, o tercas, según.
Y así nacen y así mueren esos
hombres y mujeres, luchando por cumplir su misión especial.
Y entonces yo una vez le pregunté a
un señor ya de edad cuando yo no tenía todavía edad, que sea que él ya era
grande de tiempo, y yo pos apenas criaba unos años, no pocos pero tampoco
muchos, según.
Y entonces yo le pregunté a este
viejo, que cuál era la mentada tarea especial ésa, que sea la misión especial
pero yo no sabía que se decía “misión especial” por eso digo que tarea
especial, que sea diferente, o sea distinta.
Y entonces que le digo: “Oiga Don
Antonio”, porque así se llamaba el viejito ése, que sea que se llamaba Antonio.
Y se dice “se llamaba” porque ya está finado ya, porque cuando uno no está
finado se dice que “se llama” y eso lo aprendí no me acuerdo ónde mero pero son
los tiempos de los verbos según si antes o después o ahorita, y eso se dice que
la conjugación de los verbos o sea de las palabras que caminan, creo, bueno,
creo que me hice bolas que es tiempo pasado y ora pos esperar el tiempo futuro
a ver si se desenreda.
Bueno, pues entonces le digo al
señor ése: “Oiga Don Antonio, ¿y cuál es esa tarea especial que se dieron esos
hombres y mujeres que son muy otros, y otras, según?”
Y entonces el tal finado Don
Antonio, cuando todavía no estaba finado, no me contestó luego, sino que tardó
porque lo estaba forjando un su cigarrito con un doblador, que sea con la hoja
del maíz.
Y ahí estoy yo nomás esperando a ver
hasta qué hora me va a contestar el mentado Don Antonio ése. Y ahí nomás lo
prendió su cigarrito con un pedazo de leña ardiendo y entonces me queda viendo
y no dice nada y nomás me queda mirando.
Y entonces yo, pos pensé que ya se
le olvidó lo que le pregunté así que otra vuelta le solté:
“Oiga Don Antonio, ¿cuál es la tarea
especial de esas mujeres y hombres?”
Y él nomás me dijo:
“Despertar”.
Y yo no entendí luego, pero más
después sí lo entendí. Porque arresulta, Magdalena, que ésa es nuestra misión
especial de los zapatistas: Despertar…
Vale. Salud y, claro, los cumplimos muy felices porque no estamos solos, y
solas, según.
Desde Nuevo León, el otro norte de México.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Noviembre del 2006.
P.D.- EL CUMPLEAÑOS SEGÚN SOMBRA.- Madrugada y noviembre. Algo de
frío, sí, pero también un aliento tibio en forma de ausente nube. Sombra mira
sus manos y no. Mira lo que no tienen. La ausencia de una luz, los jirones de
una piel hecha largos suspiros, gemidos quedos, palabras sin idioma de
referencia. Un nombre que no sale de sus labios porque sólo en el oído de ella
habrá de sonar. En la mirada se le queda, en las manos vacías de sombra. Es
Noviembre y es madrugada donde Sombra cuenta los calendarios de abajo. “Y los que faltan”, piensa mientras
levanta la copa de la noche y, sombra en las sombras, brinda murmurando: “Que siempre vivan los muertos que mueren
para vivir”. Mientras se calza las botas, masculla: “Mmh, me siguen quedando grandes…”
Gracias,
compañeros, compañeras.
La Insurrección de la
Memoria 5/5
(Fragmento del video del mismo nombre)
Subido el 01/10/2009
Dice Paco Ignacio Taibo
II respecto al movimiento de 1968: La
bronca no es que otras generaciones tienen mitos mejores que los nuestros La
distancia no es el problema. La bronca es que parecen estarse creando versiones
autorizadas. Y eso es lo que hay que destruir. El movimiento no sólo tiene el
derecho de las versiones de los participantes, también tiene el derecho de las
versiones de los herederos para acabar reivindicando la re-narración de los
hechos.
La insurrección de la
memoria. Un testimonio de las FLN es producto de un ejercicio historiográfico
colectivo, fue realizado a partir de la necesidad compartida de reconstruir un
fragmento de nuestra historia. Un momento de esa otra historia construida a
base de esfuerzo y sacrificio, de dolor y derrotas pero también de esperanza y
convicción.
Todo importa, cada
detalle, cada escenario, cada rostro con su nombre y apellido, cada recuerdo
conmovido en aras de subvertir el tiempo y contribuir a la construcción de
nuestra memoria de lucha. Cuarenta años han pasado desde la fundación de las
Fuerzas de Liberación Nacional y 35 años desde los hechos aquí narrados. Esto
no es un rescate arqueológico de historias pasadas sino un presente vivo.
Audios, transcripción y
más fotos en la fuente original:
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rebeldía:
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