Por Jesús Robles Maloof
Detención arbitraria de Ana
Berenice de la Cruz #1SMx
Video publicado el 02/09/2013
Ana Berenice estudiante de
octavo semestre de la Universidad del Claustro de Sor Juana fue detenida
arbitrariamente en el centro de la ciudad cuando caminaba con sus amigos hacia
una movilización pacífica convocada para el 1 de septiembre.
Ayer domingo regresaron las detenciones arbitrarias
contra chavos que se manifestaban pacíficamente, tal y como ocurrió el 1 de
diciembre y el 10 de junio pasados. Parece que en esta ciudad el aspecto de
algunas personas y las ideas contra la norma no son bien vistas. Ana Berenice
de la Cruz, una estudiante, se dirigía hacia el Zócalo cuando fue detenida.
Ella y su grupo estaban preparados para hacer un performance sobre la libertad
de expresión y la represión por parte del Estado. Como abogado que participa en
movimientos sociales me tocó entrarle a la defensa de Ana.
Aquí les narro la historia:
Temprano el
domingo decidí salir de mi casa, por el oriente de la ciudad, para observar el
cerco que la policía montó alrededor de la Cámara de Diputados en San Lázaro.
Estaban convocadas diversas protestas por el primer informe de la
presidencia de Enrique Peña Nieto. Diez meses atrás militares del Estado Mayor
Presidencial me agredieron en un operativo similar cuando documentaba con mi
cámara de celular aquel abuso. Ayer mismo, después de tomar varias fotos
intenté regresar a casa utilizando diferentes rutas. Lo logré sólo horas
después, cuando ya recibía avisos de jóvenes detenidos arbitrariamente, aun
cuando las movilizaciones convocadas todavía no iniciaban.
A mi mente
vinieron las largas jornadas de diciembre de 2012 cuando un grupo de hasta cien chavos estuvo preso
después de esas manifestaciones, algunos de ellos más de un mes. Recordé
también las detenciones
de animalistas en el
Centro Histórico mientras difundían folletos contra el maltrato animal o de
cuando el 3 de mayo de este año, policías detuvieron y torturaron a tres
jóvenes poblanos que
preparaban por Facebook una protesta simbólica, y también pensé en Gustavo
Maldonado preso en Chiapas
por criticar vía internet al gobernador Manuel Velasco.
Me lancé a la
Magdalena Contreras donde estaba detenida Ana Berenice de la Cruz Cortés. Ana
era la primera detenida del día y dadas las noticias que me llegaban, no sería
la última. Me llevó bastante tiempo llegar a la colonia El Potrerillo, en la
parte alta de en Magdalena Contreras, donde se encuentra la agencia. No es para
menos, es la agencia del ministerio público ubicada a mayor altura, en los
confines de la ciudad y cerca de lo poco que nos queda de bosque.
¿Y qué hace Ana
allá si la detuvieron en la avenida Juárez del Centro Histórico? La clave la
encontramos un día anterior cuando en la marcha convocada por Cuauhtémoc
Cárdenas y organizaciones sociales fue detenido el activista Julián Luna, en la
calle de Mesones y 20 de Noviembre, en el centro y llevado a 70 kilómetros de
ahí, a la agencia del MP ubicada en Milpa Alta. A Magdalena Contreras y Milpa
Alta, más tarde se les sumaría Tláhuac. ¿Pero a qué brillante asesor de Miguel
Ángel Mancera, jefe de gobierno del DF, se le ocurrió esta estrategia de alejar
lo más posible a quienes fueran detenidos?
Llegué finalmente
cerca de las tres de la tarde. Hablé con la madre de Ana Berenice y su hermano.
Pasé a presentarme con la agente del ministerio público quien a pregunta mía
respondió que Ana había sido llevaba hasta allá porque las otras agencias
estaban saturadas y ellos no tenían trabajo. Mis dudas aumentaron cuando vi a
un lado de su escritorio dos aspersores vacíos, una botella de agua y algunos
otros materiales que más tarde entendí, eran utilería para la ejecución de un
performance.
La historia es la
siguiente. Ana y sus cuatro compañeros estudian en la Universidad del Claustro
de Sor Juana y tienen un colectivo que prepara performance para diferentes
causas sociales o culturales, y les parecía importante acompañar las
manifestaciones pacíficas convocadas, con lo que saben hacer. Decidieron
hacerlo este 1 de septiembre.
Caminaron en las
inmediaciones de la avenida Reforma hacia la avenida Juárez. A las 9:10 horas y
con distancia de horas para el inicio de la marcha principal, fueron detenidas
por un grupo de por lo menos 15 policías. Ana y su compañera universitaria
fueron replegadas hacia un módulo de información turística, las dos chavas
vestían de negro.
Los granaderos las
registraron a detalle. Ana traía la utilería para el performance, y su
compañera cargaba el vestuario. A los granaderos les pareció peligrosísimo que lo que Ana cargaba
para su performance. Sí: los mismos aspersores con los que planchamos en casa,
cuerdas, cintas y algunos plumones. Acto seguido la esposaron y la subieron a
una patrulla. Nunca le dijeron los delitos que enfrentaba, así como nunca vio
la marcha en la que actuarían.
¿A quién se le
ocurre hacer un performance en una marcha? Creo que podemos válidamente hacer
la pregunta. El problema de abrir ese camino es que terminaremos preguntándonos
a quién se le ocurre caminar en la calle, o a quién se le ocurre cuestionar al
gobierno y así hasta terminar sin voluntad para criticar algo, cuales zombis.
Les invito a preguntarse mejor: ¿Y por qué no salir y encontrarnos con quienes
comparten ideas similares? ¿Se trata de recuperar los espacios públicos o de
usarlos sólo como superficie de rodación para los automóviles? Como diríamos
los abogados, lo que no está prohibido está permitido y ese es un poderoso
freno a los abusos de la autoridad que día a día, si lo permitimos, ganarán
mayor espacio de control.
Conocí que los
delitos que se le imputan son el de: “Portación, fabricación e importación de
objetos aptos para agredir”. El artículo 251 del Código Penal para el Distrito
Federal establece lo siguiente:
A quien porte, fabrique, importe o acopie sin un
fin lícito instrumentos que puedan ser utilizados para agredir y que no tengan
aplicación en actividades laborales o recreativas, atendiendo a las referencias
de tiempo, modo y lugar, se le impondrá prisión de tres meses a tres años o de
noventa a trescientos sesenta días multa.
Los otros dos delitos son primero desobediencia y
resistencia de particulares el cual dice:
ARTÍCULO 282. Se le impondrá de seis meses a tres
años de prisión al que por medio de la violencia física o moral, se oponga a
que la autoridad pública o sus agentes ejerzan alguna de sus funciones en forma
legal, o resista el cumplimiento de un mandato que satisfaga todos los
requisitos legales.
Y finalmente el de ultrajes a la autoridad el cual
establece:
ARTÍCULO 287. Al que ultraje a una autoridad en el
ejercicio de sus funciones o con motivo de ellas, se le impondrá de noventa a
ciento ochenta días de semilibertad.
A manera de
resumen enumero sólo tres de las varias irregularidades que en estas horas
encontré en la detención de Ana Berenice:
1. No se le trasladó sin demora al
Ministerio Público más cercano como lo mandata nuestra Constitución, y no se
observó la tesis que
sobre este tema ha definido
la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
2. Sobre el delito de resistencia
de particulares y el de ultraje a la autoridad, un video
muestra con claridad como Ana Berenice no se resiste y mucho menos injuria, de hecho la
estudiante universitaria coopera con las autoridades a pesar de que la detienen
sin motivo alguno.
3. Como vemos del texto sobre
portación de objeto apto para agredir,
es claro que para cometerlo se requiere que no sea para un fin lícito y que no
tengan aplicación para actividades recreativas. Es claro que la utilería para
performance cumple ambas excepciones y el delito no procede.
4. No existe reporte oficial o en
medios de comunicación sobre eventos de violencia o agresiones en avenida
Juárez. No existirán porque a esa hora las movilizaciones aún no iniciaban.
Espero que los videos de seguridad pública de esa avenida sean mostrados ante
el MP y los medios de comunicación.
Resulta claro que
quienes agreden a otras personas, a los servidores públicos y a las propiedades
deben ser sancionados, incluyendo lo que nunca vemos: a los policías que abusan
o detienen injustificadamente a personas en la calle. Ana y sus amigos incluso
son reconocidos por sus profesores universitarios por su compromiso con el arte
comprometido con los problemas sociales, al grado que la Universidad mandará al
ministerio público las cartas correspondientes.
Ana ciertamente no
es modelo de joven adaptada al orden establecido y qué bueno así sea. Practica
el veganismo, lucha en defensa del maíz nativo, se opone a las corridas de
toros y defiende los derechos de los animales, participa desde hace meses en
talleres para los indígenas Triquis desplazados por el conflicto en Oaxaca,
ninguna de las cuales son actividades ilegales.
Mientras termino
estas líneas, tanto Ana como Gustavo Ruiz, fotoperiodista que grabó su propia detención, y una decena de personas están en los separos
esperando saber si irán a un reclusorio capitalino para enfrentar su injusto
proceso. Hoy, lunes 2 de septiembre se decide todo y ellos declararán ante el
MP.
Llevo años
movilizándome por diferentes causas. Con la irrupción callejera de miles de
jóvenes el año pasado al fragor de la batalla electoral, por primera vez
cambiamos las viejas y desgastadas consignas setenteras, por nuevas y mucho más
divertidas formas de protesta social, entre ellas el performance. Les pregunto:
¿Vamos a permitir que las libertades se erosionen al grado de volver esta
ciudad aburrida?
Hoy espero ver a
Ana Berenice antes de su declaración en el ministerio público de Magdalena
Contreras. Lo primero que lo voy a decir es que por el bien de esta libertaria
ciudad, el performance tiene que continuar.
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