#1SMX Relatoría de hechos, detención arbitraria de Alejandro Amado Frausto, fotoperiodista independiente
Publicado originalmente
en:
05/09/2013
Mi nombre es Alejandro Amado Frausto y soy un fotoperiodista
independiente. El pasado domingo 1º de septiembre me encontraba documentando
gráficamente la movilización que se registró en varias arterias de la Ciudad de
México con motivo del Primer Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto.
Me incorporé a registrar los hechos en Eje
Central y Arcos de Belén pasadas las 12:40 horas, posteriormente proseguí con
el contingente sobre el Eje Central con dirección al sur hasta Doctor Río de la
Loza, donde los manifestantes dieron vuelta a la izquierda y fueron
encapsulados por un cerco policiaco que, si bien no impedía salir o entrar
individualmente, no permitía el avance de los inconformes en conjunto. Esto
ocurrió alrededor de las 13:00 horas.
Continué documentando sobre Río de la Loza hasta
su incorporación a Fray Servando, es decir, pasando 5 de Febrero. El
contingente, ya bastante nutrido con la llegada de los maestros, prosiguió
sobre Fray Servando hasta topar con un contingente de uniformados.
Al llegar a las inmediaciones del Congreso de la
Unión, vallas metálicas impedían el paso, aproximadamente a las 16:00, se
desató una represión por parte de los granaderos, en ese momento corrí a la
calle Sur 81 para capturar imágenes de los hechos, sin embargo me quedé
rezagado en la esquina de Oriente 30 tomando fotos a un par de manifestantes
que formaban una barricada mientras sus compañeros se introducían en las calles
de la colonia que está a espaldas del Mercado de Sonora.
Me introduje por esas calles buscando obtener
imágenes, pero tanto policías como manifestantes ya me habían dejado muy atrás.
Caminando por esas calles salí hasta Lorenzo Bouturini y me dispuse a retirarme
caminando rumbo a Tlalpan para abordar el Metro, incluso le llamé a una amiga
reportera gráfica, para ver si estaba bien y para indicarle que me dirigía a su
casa.
Sin embargo, a una cuadra de Tlalpan unas
camionetas con granaderos me rebasan y se detienen al llegar a Tlalpan, donde
se bajan varios elementos y comienzan a correr tras un grupo de jóvenes que al
parecer venía de la marcha.
Al percatarme inicio la carrera para llegar a
Tlalpan y tratar de documentar las detenciones. Inmediatamente al dar vuelta
veo a cuatro uniformados intimidando a dos jóvenes, mujeres ambas.
Segundos después tomé otro video corto en donde
se aprecia como un policía se lleva la mochila de una joven (http://www.youtube.com/watch?v=R4KYANn6eUg).
A estas alturas ya no llevo registro de la hora, pero calculo que son alrededor
de las 16:20 horas.
Segundos después grabo como se llevan un joven a
una patrulla, posteriormente me subieron a mí al mismo vehículo (http://www.youtube.com/watch?v=jyhVVBldbP8).
Enseguida ingreso al Metro y sigo registrando la
movilización de policías que corren tras otros jóvenes, incluso en la grabación
se escucha como un policía llama “hijos
de puta” a las víctimas de la persecución (http://www.youtube.com/watch?v=z_2hOZPhIDI).
Al final del video ya no alcanzo a captar el uso
excesivo de la fuerza con que se realizan las detenciones. Enseguida grabo otro
video corto donde se llevan a un joven con el que también compartiría patrulla
segundos después
Los anteriores videos fueron conjuntados por
el5poder.org en un video subido a YouTube en la siguiente dirección:
Después de estas grabaciones veo como un policía
se acerca a mí de forma intimidatoria, por lo que intento ingresar al Metro
antes de que cierre sus puertas. Sin embargo, los uniformados ordenan al
operador abrir y los policías me dan alcance; ya sólo puedo agarrarme de un
tubo del vagón del Metro y un joven intenta ayudarme. Al sentir que ya era
inevitable mi detención, opté por soltar la cámara y gritarle mis datos para
que me localizara después; él de forma valiente resguardo mi cámara y
posteriormente subió los videos a YouTube.
La imagen de cuando me detienen fue publicada en
la portada del diario Reforma en su edición impresa del 2 de septiembre con un
pie de foto que no le hace honor a la verdad: “Van por ellos. Tras lanzar bombas molotov contra granaderos, los
anarquistas fueron perseguidos en el Metro San Antonio Abad”.
La situación se repitió en la página 11 de la
sección Nacional del diario Metro, propiedad del mismo grupo empresarial, donde
aparece la misma fotografía con el pie de foto: “Luego de que lanzaran bombas molotov contra granaderos, los
anarquistas fueron perseguidos hasta los andenes del Metro San Antonio Abad”.
Enseguida varios policías me llevan por la
fuerza con lujo de violencia sin informarme la razón de la detención, a pesar
de que les digo que soy prensa. En el transcurso del traslado a la patrulla
recibo golpes en varias partes del cuerpo; aún tengo secuelas en el tobillo
izquierdo, la espinilla derecha, el hombro izquierdo, la sien del lado
izquierdo y especialmente en el ojo izquierdo, pues hasta el momento tengo la
vista borrosa por un puñetazo que me propinó con toda alevosía un granadero
cuando ya me llevaban sometido otros compañeros suyos que me querían obligar a
agachar la cabeza, acción a la que me negaba por considerarla vejatoria.
Después del golpe en el ojo les dije que ya no
me resistiría a la detención y que dejaran de golpearme, además les reiteré que
era periodista; sin embargo, siguieron insultándome y golpeándome con saña
hasta salir del Metro, donde ante la presencia de más periodistas dejaron de
propinarme golpes.
En la nota que aparece en los periódicos Metro y
Reforma, la información publicada contradice la imagen de mi detención, pues el
primero afirma que mi detención se realizó afuera del Metro, como declara el
oficial Nava, quien me acusa de ultrajes a la autoridad, portación de armas
para agredir y resistencia de particulares, esto queda asentado en la
Averiguación Previa 816-13. Aclaro que yo no supe qué cargos se me imputaban
hasta que se tomó mi declaración, y conocí al oficial que me acusaba hasta el
Ministerio Público, por lo que denuncio la falsedad de declaraciones en las que
incurrió.
Una vez que me suben a la patrulla, sólo alcanzo
a gritar mi nombre y que estudio en la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la UNAM. Había ya varios jóvenes en la unidad y aún subieron más,
en total éramos nueve, pero minutos después nos trasladaron a mí, a otra
periodista de Regeneración Radio y a Silvia Colmenero.
En la otra patrulla se quedaron Gonzalo
Amozurrutia Nava, Pavel Alejandro Primo Noriega (Multimedios Cronopios),
Christian Adrián Cortés Gasca y Daniel Alberto Pérez Segura de la Facultad de
Filosofía y Letras; Juan Daniel Velázquez Peguero, estudiante de gastronomía;
Estela Morales de Regeneración Radio; además de otros nombres que mi grabadora
registró con bastante ruido por las circunstancias, pero lo que alcanzo a
entender de los otros nombres es alguien de apellido Dávila Olivares, si no me
equivoco. En ese momento se acabó la pila y ya no alcancé a registrar más
nombres.
A todos nos retiraron las mochilas cuando aún
estábamos juntos en la misma patrulla y se las llevaron a un camión de
granaderos, a pesar de demandábamos que se revisaran en nuestra presencia.
Segundos más tarde, uniformados bajaron del
camión a mostrar algunas mochilas, incluso una tenía escurriendo algo, uno de
los policías afirmó que era amoniaco y se la atribuyeron a Silvia Leticia. Lo
anterior me sorprendió, pues yo no vi que ninguna mochila escurriera cuando se
las llevaron. Luego de eso, a Estela, a Silvia y a mí nos cambiaron de unidad y
me percaté que estábamos en San Antonio Abad, pero del lado contrario a donde
nos subieron a la patrulla.
De ahí nos llevaron al MP-2 de Magdalena
Contreras en la patrulla A4-104 (o al menos eso alcanzo a recordar en un
momento en el que levante la lona y vi el reflejo del número en otro auto). En
el camino al MP, incluso la patrulla casi choca con un taxi al rebasarlo en una
calle estrecha, por lo que los choferes se hicieron de palabras.
Al llegar al Ministerio Público, se hizo
presente Humberto Amado Corona Ramírez, fiscal desconcentrado en Magdalena
Contreras, quien nos preguntó por qué estábamos ahí, sin embargo, en un
desplante de arrogancia dejó con la palabra en la boca a Silvia cuando ésta le
contestaba. Después de un rato, en ese lugar fueron presentadas nuestras
pertenencias, pero ya les habían sembrado artefactos relacionados a los
disturbios. A Estela le adjudicaron una mochila que recogió de otro joven que
también fue arbitrariamente detenido.
Cabe señalar que el mismo fiscal, Humberto Amado
Corona, actuó de la misma pedantería con nuestros familiares y amigos cuando le
cuestionaron la presencia de granaderos en el MP durante nuestra declaración,
que sucedió más de 24 horas posteriores a nuestra detención. Considero
lamentables estas actitudes al no ser propias de un servidor público.
En el transcurso que permanecimos encerrados nos
entrevistaron visitadores de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito
Federal y denunciamos la violencia y arbitrariedad con que se dieron las
detenciones.
En algún momento del encierro, llegó una mujer
que nos quería tomar fotografías, a lo que los tres detenidos nos negamos.
Además, al comentarle al médico legista sobre mi malestar en el ojo como
producto del golpe, me dijo que se trataba de la presión, sin embargo las
molestias continúan hasta el momento.
Cabe destacar que los custodios actuaron de
forma omisa con la salud de Silvia, quien estaba bajo prescripción médica y a
quien le negaban el suministro de los medicamentos bajo pretextos burocráticos,
además se tardaban demasiado tiempo en hacernos llegar las cosas que nos
enviaban nuestros familiares, incluso a veces no llegaban. Además, no me devolvieron
mi credencial de la UNAM que me solicitaron para cotejar mis datos cuando
llegue al MC-2.
Ya al momento de tomarnos la declaración, la
noche del 2 de septiembre, el ministerio público amago con suspender la sesión
porque nuestro abogado, no le habló de usted al fiscal –lo que consideró una
falta de respeto- y porque los acusados no aguantamos la risa por lo absurdo de
los cargos que nos imputaban. “¿Quieres
hacer esto de la forma fácil o difícil?”, le advertía el ministerio público
a nuestro representante legal, indicándole que tardaríamos más en salir si
continuábamos con esa actitud.
Finalmente fuimos liberados alrededor de las
4:00 horas del 3 de septiembre una vez que se cubrió el monto de nuestra
libertad bajo caución, esto en medio de un sorprendente despliegue de
granaderos para dos periodistas, una activista y sus familiares y amigos. El
proceso legal continúa en libertad.
Alejandro Amado Frausto, fotoperiodista
independiente y estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de
la UNAM. Número de cuenta: 408038496.
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