Las siete piezas del rompecabezas loxicha: La Otra Campaña en Oaxaca. Entrevista a La Voz de los Zapotecos Xiches en Prisión
Publicado
el 04-08-2013
Por
Colectivo La Voz de los Xiches,
Veredas
Autónomas,
Agencia
SubVersiones y
Centro
de Medios Libres
La Otra Campaña en Oaxaca
El
paso de La Otra Campaña por Oaxaca en febrero del año 2006 constituyó uno de
los más largos realizados en el país. “El futuro de Oaxaca es el futuro de
México” enfatizó el Subcomandante Insurgente Marcos, Delegado Zero del EZLN
para La Otra Campaña. Así, la gira duró ocho días, entró por la cuenca del
Papaloapan, Veracruz y salió por la Mixteca hacia Puebla, haciendo escala en
Tuxtepec, María Lombardo, Boca del Monte, Unión Hidalgo, La Venta, Juchitán,
San Blas Atempa, Tehuantepec, Jalapa del Marqués, Guelatao, Santa María
Ixcotel, Oaxaca, Yucudá, Tlaxiaco.
En su recorrido, el Subcomandante Marcos tuvo encuentros con diferentes
organizaciones sociales y políticas, sindicatos, pueblos indígenas, consejos de
ancianos, estudiantes e individuos y colectivos pequeños. Entre otros, los
presentes fueron: CODECI, UCIZONI, el Consejo Indígena de Uxpanapa, CIPO-RFM,
FPR, MULT, PRT, SME, el Ayuntamiento Popular y Autónomo San Blas Atempa, OIDHO,
COMPA, el Frente Único de Defensa Indígena, CODEDI, UNITIERRA, UNOSJO, Mundo
Mejor, CEMPIO, Itanoni, Chocosol, FALP, el Centro de Derechos Humanos Bartolomé
Carrasco, el Centro Social Libertario, trabajadores de la Universidad Autónoma
Benito Juárez (UABJO) y de la sección 22 del SNTE, de Puentes y Caminos,
empleados de los tres poderes estatales, del ISSTE y del Sindicato de Mujeres.
El recorrido de La Otra Campaña incluyó mítines, marchas, encuentros y
visitas carcelarias y llamó a la construcción de un movimiento de unidad de las
y los de abajo. En Oaxaca tomó la bandera de la lucha contra los megaproyectos
y parques eólicos en el Istmo, donde el Subcomandante Insurgente Marcos
expresó, que “ese viento que ahora
quieren convertir en mercancía los gobiernos y las grandes trasnacionales se
convierta en un viento de rebeldía”. Además La Otra apoyó la causa de los
presos políticos, en especial los de loxicha y convocó a una campaña nacional
por los presos políticos. A pesar de un panorama político complejo y
fragmentado en Oaxaca y en donde La Otra Campaña no estuvo exenta de críticas y
roces, se logró reunir en un plenario de seis horas a la gran mayoría de las
organizaciones oaxaqueñas presentes en La Otra Campaña.
La Sexta, La Otra Campaña y la lucha por las y los
presos políticos
“Nos hemos comprometido como
zapatistas, y estamos invitando a las demás organizaciones y a todos los
miembros de la Otra Campaña a que pongamos en primer lugar, en esta primera
gira, la exigencia de libertad a todos los presos políticos, a todas las presas
políticas y la cancelación de todas las órdenes de aprehensión que hay contra
luchadores sociales, sea a nivel municipal, estatal o federal”. Estas fueron las palabras del
Subcomandante Insurgente Marcos para el 8 de febrero del 2006, justo al
salir de una visita a los presos políticos de diversas organizaciones y
regiones oaxaqueñas recluidos en el penal de Ixcotel, en Oaxaca, durante el
primer recorrido nacional de La Otra Campaña.
Tras el lanzamiento de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona por el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional en junio de 2005, la demanda de
libertad inmediata a los presos políticos de Oaxaca y de México va tomando
fuerza durante las reuniones preparatorias y luego durante las primeras semanas
del recorrido de La Otra Campaña en enero y febrero de 2006.
El 14 de agosto de 2005 por primera vez, el Delegado Zero se referirá a los
presos en el penal de Santa María Ixcotel, Oaxaca, al finalizar la segunda
reunión preparatoria de La Otra Campaña: “Los
hermanos que están presos en Santa María Ixcotel. Es otra vez la muestra de lo
que pasa con los pueblos indios a pesar de tantas promesas y tantas reformas
constitucionales. Están en la cárcel reprimidos por organizarse para defender
sus derechos y defender la naturaleza. No por robarse dinero, no por comprar
acciones en una empresa, no por ser diputados o senadores o gobernadores. Están
por defender sus derechos y defender árboles, el agua, la tierra”. (fuente).
El 20 de agosto de 2005 al finalizar la tercera reunión preparatoria de La
Otra Campaña, por primera vez las y los zapatistas en el resumen señalarán: “Hemos escuchado también propuestas de
método en la Otra Campaña y ya algunas de ellas ya apuntando hacia el programa
nacional de lucha; por ejemplo, lo de la libertad de los presos políticos”
(fuente).
El 30 de agosto de 2005 al concluir la reunión con ONGs, colectivos y
grupos, el EZLN afirmaba: “también
estaremos con las organizaciones de defensa de los derechos humanos y por la
libertad a los presos políticos”. (fuente).
El 16 de septiembre del 2005, durante la bienvenida a la primera plenaria
nacional el Subcomandante Insurgente Marcos a nombre del EZLN lanza la consigna
que movilizará la lucha por los presos políticos desde La Otra Campaña: “Tenemos que aprender a nombrar a nuestros
presos y nombrar las represiones. En una de las reuniones se habló del caso de
la represión en Guadalajara contra los jóvenes altermundistas; quienes
hablaban, no supieron dar el nombre de los presos. Es escalofriante. Nosotros,
como ‘la Otra Campaña’ no podemos hacer eso; tenemos que ser leales entre
compañeros, y no dejar solo a nadie, ni olvidarnos de nadie”.
En ese mismo comunicado difundirá el calendario del primer recorrido de La
Otra Campaña (ver comunicado).
En enero de 2006, el Subcomandante Insurgente Marcos, Delegado Zero de la
Comisión Sexta del EZLN para La Otra Campaña, inicia un recorrido por todo
México para difundir la Sexta Declaración y preparar el camino para que nuevas
delegaciones zapatistas recorran el país. En ese primer recorrido una y otra
vez visita cárceles, en algunas logra entrar, en otras se realizan mítines
afuera de sus instalaciones y ahí se va reiterando la demanda por la libertad
inmediata de los presos y presas políticos.
De esta forma en Oaxaca visitará los penales de Tehuantepec e Ixcotel, y
exigirá la libertad inmediata de los presos Loxicha, los presos de Xanica, y de
otros grupos de presos políticos y de consciencia oaxaqueños, llamando a los
adherentes a La Otra Campaña a luchar por todas y todos los presos políticos y
de consciencia del país, no sólo por los de la organización propia.
El 8 de febrero de 2006 el subcomandante Marcos visita el penal de Ixcotel.
Ahí señalaba: “Y empecemos por lo
primero: si esta Otra Campaña empezó con un llamado a nombrar a nuestros
muertos, a nuestros desaparecidos, a nuestros presos, es el momento de empezar
a luchar juntos -sin importar qué organización sea- por la liberación de los presos políticos y de conciencia”. “Tenemos que hacer este movimiento ya y
empezar a exigir, con movilizaciones conjuntas, con acciones conjuntas, la
libertad total e incondicional de todos y cada uno de los presos y presas
políticas y de conciencia, sin importar a la organización a la que pertenezcan.
Tenemos que luchar por la cancelación total de todas, absolutamente todas, las
órdenes de aprehensión en contra de luchadores sociales”. (fuente).
“Estamos invitándolos aquí en Oaxaca
a que hagamos eso, que juntos, la Otra en Oaxaca, la Comisión Sexta
del EZLN, hagamos un llamado a todos los compañeros y compañeras de la Otra
Campaña en todo México y empecemos a avanzar en esta campaña nacional por la
liberación de los presos políticos y de conciencia y por la cancelación total
de las órdenes de aprehensión en contra de luchadores sociales”.
Con el asalto policiaco a Atenco el 3 y 4 de mayo de 2006 el tema de los
presos políticos se lleva a un primerísimo plano en La Otra Campaña. La
Comisión Sexta del EZLN se estaciona en el D.F. señalando que ahí se quedará
hasta que no sean liberados todos los presos políticos de Atenco. La mayoría
son liberados a los pocos meses.
El 2 de enero de 2007, en el Informe Parcial de la Comisión Sexta del EZLN
sobre la consulta interna de La Otra Campaña. En el punto 6, “De las tareas inmediatas de La Otra
Campaña”, “Luchar por los presos
políticos y desaparecidos es la tarea inmediata que más interés genera”,
con 146 organizaciones, colectivos e individuos a favor de la misma, frente a
los 108 de la tarea “Difundir La Sexta”
y 39 para “Decidir el programa nacional
de lucha” (fuente).
El 10 de junio de 2007 en su propuesta organizativa para una instancia
nacional contra la represión de donde nacería la Red Nacional Contra la
Represión y por la Solidaridad, el EZLN señalaba que en sus principios esta
instancia debiera ser “incluyente en sus
demandas. Asumir una posición política de solidaridad con todos los presos y
presas, desparecid@s, exiliad@s y deportad@s, aún cuando no trabajemos
directamente con todos, sean o no sean de la Otra Campaña” (fuente).
Pero la lucha de los zapatistas por la libertad inmediata de las y los
presos políticos no iniciaba esos días, siempre estuvo presente. En la segunda
mitad de los 90s había un alto número de presos políticos zapatistas. Tras el
arribo de Fox al poder una de las 3 señales que las y los zapatistas demandaban
para el diálogo, la primera era: “Libertad
de todos los presos políticos zapatistas en Chiapas, Tabasco y Querétaro”.
Como toda organización de lucha, tras su salida a la luz, el EZLN no ha
dejado de tener presos políticos en estos casi 20 años, desde ahí es donde ha
reivindicado la libertad inmediata para todas y todos los presos políticos, y
desde donde se lanza la lucha por los presos y presas políticos desde La Sexta
Declaración de La Selva Lacandona y en una primera etapa desde La Otra Campaña.
Entrevista con Érica del Colectivo La Voz de los
Zapotecos Xichés en Prisión
P: ¿Cómo nace y quién es el Colectivo La Voz de los
Zapotecos Xiches en prisión?
Este colectivo nace a raíz del trabajo
que estuvimos haciendo dentro del penal de Ixcotel con los compañeros conocidos
como los presos Loxicha. Surge en el 2009, tres años después de la caravana de
la Otra Campaña y de su paso por Oaxaca, y surge por la necesidad de
construirnos una identidad propia que reflejara nuestra forma de trabajar y
nuestra percepción sobre la prisión política. ¿Quiénes son el Colectivo La Voz
de los Zapotecos Xiches? Principalmente Álvaro Sebastián Ramírez que él es el
motor de este trabajo, es Érica Sebastián Luis que acá fuera es la voz, los
ojos y los oídos de Álvaro que esta allá adentro. ¿Quiénes más? Pues somos
algunos compañeros que somos solidarios con Álvaro y con Érica, que hacemos la
labor de acompañamiento.
Surge la propuesta de
trabajar como colectivo a raíz de la necesidad de construirnos una identidad
propia, pero una identidad que reflejara ese trabajo que nosotros llamamos de
abajo y a la izquierda, que parte de nuestra adherencia a la Sexta Declaración
de la Selva Lacandona y de nuestra pertenencia a la Otra Campaña y
específicamente el ser integrantes de la Red contra la Represión y por la
Solidaridad.
P: ¿Qué es luchar contra la prisión política en México
y cómo es hacerlo desde la Sexta Declaración?
Difícilmente podría responder que es
luchar por la libertad de los presos políticos en México, puesto que hay
diferentes esfuerzos en todo el país. Específicamente en el penal de Ixcotel,
nosotros entramos a partir del compromiso de trabajo que adquirimos como
adherentes a la Otra Campaña. En donde el compañero Subcomandante Insurgente
Marcos al recorrer Oaxaca realiza una visita al penal de Ixcotel, que es donde
estaban los presos loxicha, los compañeros de Xanica y de otros casos
considerados prisión política. Cuando el Delegado Zero platica con ellos se
hace un acuerdo de no dejarlos en su dolor ni en su lucha y que la propuesta de
la Otra Campaña partía de que un movimiento que no cura sus dolores pues no
tiene futuro. De ahí partíamos para considerar de que la lucha por la libertad
de los presos políticos, la cancelación de ordenes de aprehensión de compañeros
luchadores y luchadoras sociales, la justicia y esclarecimientos de asesinatos
de compañeras y compañeros por motivos políticos, el regreso de los exiliados,
la presentación con vida de desaparecidos y desaparecidas y lo que después de
Atenco se convertía en el regreso de los deportados. Compañeros
internacionalistas que tenían una vida ya hecha aquí en México y que después de
la represión son expulsados ilegal y arbitrariamente a sus países de origen
cuando ellos ya tenían nacionalidad en el país. Desde ese punto de vista
empezábamos a ver que era necesario intentar trabajar de otra manera en contra
de la prisión política y por la libertad de los compañeros y compañeras presas
por luchar.
A principios del 2006 nos
costó mucho trabajo porque no había ningún antecedente de donde pudiéramos
partir: la lucha por la libertad de los presos políticos veíamos que estaba en
una tradición de táctica y estrategia, “movilización,
negociación, movilización”, entonces incluso en las reuniones preparatorias
para lanzar una campaña nacional por la libertad de los presos, no se logró
llegar a mucho, aunque había sido un acuerdo con la Comisión Sexta y la Otra
Campaña en Oaxaca de que de aquí tenía que salir esa propuesta nacional que
arrancara a nuestros compañeros de las prisiones. Pero esto fue bastante
difícil, porque los que pensábamos que urgía construir otro modo de hacer
política, prácticamente nos encontrábamos con el método predominante de que los
presos se tenían que negociar, que van a salir sólo con negociación. Decían que
con la fuerza de la Otra Campaña se presionara al gobierno para sentarnos a
negociar, buscar mesas de diálogo y así poder arrancar la libertad de nuestros
compañeros.
Esa postura chocó con la
idea de los que queríamos construir otra cosa. De los que no estábamos
mirando hacia arriba, no mirábamos al poder, y pues que primero queríamos
encontrar un punto de partida para saber dónde estábamos parados. En el caso de
Ixcotel, estaba la compañera Isabel Almaraz Matías, mujer indígena loxicha,
estaba Pedro Castillo, Gonzalo vinculados también a grupos armados, estaba
Abraham de Xanica y estaban los presos Loxicha: había algo muy diverso. Por los
años que llevaban presos los compañeros Loxicha, era una situación muy
imponente, ¿cómo íbamos a llegar nosotros a plantearle una propuesta de trabajo
a los compañeros? Tenían todo nuestro respeto por haber luchado desde tanto
tiempo por su liberación.
Era muy complejo el
panorama, no encontrábamos ese punto de partida pero lo que inmediatamente
encontrábamos es que los presos políticos han sido moneda de cambio, han sido
un botín para organizaciones, para los representantes y los dirigentes. Tú
luchas por la libertad de un preso político y de inmediato tienes una posición
destacada en los medios que te coloca en un papel de interlocutor con el Estado
para negociar las condiciones de libertad o de la no libertad. Fue lo que vimos
al hacer la revisión de casos en la historia contemporánea de México, veíamos
que la mayoría de presos obtenían su libertad por negociación con el Estado y
algunos poseían una base social grande. Pero en el caso de los presos loxicha
ya no tenían una organización afuera que los estuviera respaldando, sus
familias prácticamente desintegradas, los vínculos con sus comunidades
deteriorados y vimos que estaban en un aislamiento económico, político,
mediático que pues dificultaba esta idea utópica con la que salimos en el 2006
de que en cada penal que hubiera un preso político hacer un centro de agitación
política.
P: Hace unas semanas vimos la liberación de presos
políticos de Chiapas, integrantes del Colectivo la Voz del Amate. ¿Qué ha
significado para ustedes trabajar junto a familiares y compañeros de otros
presos adherentes a la Sexta?
Pues compartir con ellos la misma lucha
por la libertad de los presos políticos es una escuela, es como lo que
queríamos hacer desde un inicio y que poco a poco se ha ido logrando. Una gran
escuela donde aprendamos unos de otros, donde las experiencias de los demás nos
vayan nutriendo y que nosotros podamos mínimamente aportar algunos logros que
podamos tener. Es muy motivante saber que los compañeros presos no están solos,
que donde quieran que estén hay compañeros solidarios tejiendo redes para visibilizar
sus casos y que tarde o tempranos vamos a lograr la libertad de todos. Pero eso
no se va a dar sin hacer nada, es un trabajo que tiene que ser desde abajo, que
tiene que involucrar a los compañeros presos. En el caso de los compas de
Chiapas, es un trabajo muy importante que ha trabajado el compañero Patishtán,
incluso nosotros como colectivo al empezar este trabajo con Álvaro, adentro de
la prisión empezamos a llevarle la información acerca del caso de Alberto y del
trabajo que él hacía. Él se identificó mucho con el trabajo de Alberto porque
igual a Álvaro se le acercaban los presos comunes para que les diera revistas,
lecturas, libros, que les diera “material”
decían ellos. Al conocer Álvaro al compa Alberto en la búsqueda de una
identidad propia, entonces Álvaro y Érica optaron por tomar el ejemplo de la
Voz del Amate. Ellos dijeron somos adherentes, somos de la Sexta y construyamos
aquí La Voz de los Zapotecos Xiches en Prisión. Sí hay una fuerte vinculación,
tal vez no directa, pero sí una gran escuela que nos va formando para lo que
hacemos.
Hijxs de preso político: un intercambio entre Érica Sebastián y Héctor
Patishtán
Publicado el 02/08/2013
Presentamos una entrevista cruzada entre Érica
Sebastián, hija de Álvaro Sebastián y Héctor Patishtán, hijo de Alberto
Patishtán, ambos hijos de preso político, quienes nos comparten sus
experiencias, particularmente de los traslados que sufren los presxs politicxs
y sus familiares.
La
entrevista tomó lugar pocos días después del traslado de Álvaro Sebastián y los
presos loxicha del CEFERSO Nº 13 de Mengolí de Miahuatlan, Oaxaca al CEFERESO
nº6 de Huimanguillo, en el estado de Tabasco que ocurrió el 21 de junio de
2013.
Entrevista
realizada en la ciudad de Oaxaca, en junio de 2013. Forma parte de "Las Siete Piezas del Rompecabezas
Loxicha", producido por Veredas Autónomas en colaboración con el
Centro de Medios Libres y Subversiones, Agencia Autónoma de Comunicación.
twitter : @veredasaut
http://subversiones.org/
http://www.megafono.lunasexta.org/
http://lavozdelosxiches.blogspot.mx/
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P: Para quién está leyendo esta pieza, si pudiéramos
abrir una ventana que permitiera ver a Álvaro Sebastián y su caminar dentro de
su prisión política, ¿qué veríamos?
El caminar de Álvaro ha sido el de un
compañero, de inicio nos impresiona su fuerza, es un compañero que tiene muy
claras las cosas, que su trabajo organizativo en la región lo lleva muy
presente, él sabe que aún estando adentro puede contribuir a la lucha que
estamos haciendo acá afuera. No sólo por la libertad de los presos políticos,
sino para el trabajo organizativo en sí de un colectivo, de las organizaciones,
del movimiento. Sus comunidades son algo que lleva muy presente, la vida de su
región, de sus pueblos, de toda la gente que dice él que lo está esperando en
la región. El caminar de Álvaro es el de un compañero que no se rinde, que a
pesar de lo adverso él siempre está pensando en lo que va hacer, como va a
organizarse con los demás.
Al conocer la Sexta Declaración de la Selva Lacandona él ve y reconoce un
proyecto de trabajo, es de los pocos compañeros que nos ha planteado el
reconocimiento de sí mismo en el documento. Él dice “es que así trabajábamos nosotros en la región, estos son los
principios con los que luchábamos, y definitivamente como pueblos indígenas no
hay otro camino más que la Sexta”. La Sexta, decía el, es uno de los
proyectos más avanzados que había conocido y que hasta este momento los
zapatistas son los que nos han hablado con la verdad a todo el pueblo mexicano
y a los pueblos del mundo donde nos invitan a una propuesta diferente, a
construir otra cosa.
Álvaro lo tiene muy claro y lo lleva muy presente e incluso después de los
trece días que rompimos el aislamiento y que Érica pudo verlo por pantalla en
el penal de Mengolí, una frase que se nos queda muy grabada es: “dile a los compas que aquí ya estoy
promoviendo la Sexta”.
Creemos que aún antes de junio del 2005 que saliera a la luz pública la
Sexta, Álvaro es como mucha gente de abajo, de los pueblos, donde no hay reflectores,
no hay cámaras, donde no hay prensa pero que están haciendo ese trabajo de la
Sexta, desde mucho tiempo antes.
P: ¿Para los compas del colectivo qué ha
significado trabajar junto con los presos loxicha?
Desde
el 2006 que empezamos a entrar en contacto con los compañeros loxicha, fue
hasta el 2009 que Álvaro dice reivindicó la Sexta, me suscribo y vamos a darle
forma al trabajo. Tuvieron que pasar 3 años de conocernos, de platicar, de ir
tejiendo ese acercamiento que de buenas a primeras no se puede dar un trabajo
organizativo o político. Fue un proceso lento, que nos permitió ir conociendo
detalles tanto de la lucha por la libertad de los presos aquí en Oaxaca, como
cuestiones muy específicas del caso loxicha y ahí entendimos que uno de los
criterios importantes es que no queríamos luchar “por” los presos políticos, teníamos que cambiar ese modo de
relación y la forma que encontramos es luchar “con” los presos políticos. Ese cambio de palabra, encierra una
forma de caminar y de ver las cosas, de platicarnos entre todos, de reflexionar
juntos, de decidir en colectivo y de no suplantar. No tomar al compañero o
compañera presa como un objeto que está ahí y que necesita de nosotros para
luchar por su libertad, lo que logramos con Álvaro es que se apropiara de su
carácter político y que reivindicara su lucha por su libertad desde dentro del
penal. Por eso menciono que él es el motor principal de este trabajo, en ese
sentido luchar “con” los presos
políticos nos ubica en nuestra justa dimensión, de acompañantes. No de los
protagonistas, no de los que dirigen, no de los que coordinan, tampoco de los
que suplantan, venden, traicionan y claudican la resistencia o lucha de los
compañeros presos políticos. Eso nos dio un panorama bastante claro para tejer
una relación bastante fuerte con Álvaro, pero sobre todo un horizonte político
fuera del asistencialismo, en donde Álvaro se convierte en nuestro compañero y él
nos acepta a nosotros como compañeros, el modo de relación cambia totalmente .
Álvaro menciona que el se tuvo que reconstruir como sujeto, al mismo tiempo que
nosotros empezábamos a construirnos y reconstruirnos en otro tipo de sujetos,
más allá del que toma la bandera de los presos para capitalizar mediática,
política y económicamente, como sigue siendo en parte la tradición de la lucha
por nuestros compañeros presos.
P: ¿Qué significa luchar por la libertad de los
presos loxicha en el contexto mexicano?
Para
nosotros significa que es luchar por la humanidad. Ahora que se cumplen 17 años
de prisión de los loxicha, no sólo injusta sino a todas luces ilegal, nosotros
vemos que en lugar que el régimen actual abra una posibilidad para que ellos
puedan acceder a su libertad, hace todo lo contrario. Los reubica en penales de
máxima seguridad, los deslocaliza y los saca de sus redes de apoyo de sus
familiares, de toda la solidaridad que han recibido los siete presos en su
conjunto. Vemos que la tendencia de este régimen es hacerle lo que le han hecho
a los presos loxicha, es hacérselo a cualquiera de nosotros, a la gente común.
El contexto de guerra neocolonial, en donde la clase dominante viene por todo y
pues los que estorben van a ser tratados del mismo modo. Entonces luchar por
los presos políticos loxicha es luchar por la defensa del territorio, por la
autonomía de los pueblos, es luchar por la autodeterminación, es luchar por la
vida misma. En los siete loxicha reconocemos a todos nuestros compañeros de
lucha, de trabajo, reconocemos a nuestras familias, a nosotros mismos.
P: ¿Qué mensaje le da el colectivo a los compas
solidarios de México y el mundo?
El
mensaje es que sigamos resistiendo, sigamos tejiendo esas redes de solidaridad
y de acompañamiento. La lucha por la libertad de un preso de carácter político
o de conciencia, es luchar por la humanidad. Si no lo hacemos ahora,
definitivamente no tenemos oportunidad para lograr nada. Decían Los tres
paseantes de Francia que todos los esfuerzos por pequeños que sean
contribuyen a derrumbar los muros de las prisiones. Y esto es cierto, en el
momento que Álvaro recibe la visita de los compañeros de la CGT de España, de
Los Tres Paseantes de Francia y empieza a recibir y enviar
correspondencia, a participar en actividades políticas en Europa, en ese
momento está rompiendo ese aislamiento, esas barreras que le intentan poner a su
dignidad, a su sentido de lucha, su lucha por la vida. Definitivamente todo lo
que se haga en cualquier rincón del mundo y que sea por la libertad de un
preso, una presa política, sí contribuye. A veces nos sentimos solos y sentimos
que somos pocos, pero cada vez hay más señales de que hay un avance importante
en la lucha por la libertad, y tenemos que redoblar el esfuerzo.
P: ¿Cómo ve el colectivo las luchas de las
organizaciones y de los pueblos en Oaxaca?
Bueno,
para hablar de Oaxaca y sus luchas, sí es bastante complejo. A nosotros nos
agrada mucho un chiste entre los compañeros de la Red contra la Represión y por
la Solidaridad en el que decimos que hablar de Oaxaca está complicado: en
Oaxaca hasta el queso se hace bola. Entonces sí describe perfectamente la
situación respecto a las luchas, a las organizaciones. Nosotros desde la Voz de
los Zapotecos Xiches en Prisión, y con nuestra identidad de adherentes a la
Sexta, hemos tratado de caminar en ese horizonte que nos plantean: la
autodeterminación, la autonomía como pueblos originarios. Definitivamente el no
mirar hacia arriba, el no mirar al poder ni para pedir perdón ni para pedir
permiso sí nos ubica bastante fuera de la mayoría del contexto local y más si
es desde la lucha por la libertad de los presos. Desde ese eje nosotros hemos
aprendido aquí en Oaxaca que la lucha por la libertad de los presos políticos
es un eje de trabajo, una lucha que no convoca a las masas.
Oaxaca tiene una tradición, llamémosle de ese modo, de luchar con
una táctica y estrategia, como lo plantea muy bien la Sección XXII en todas sus
actas de acuerdo o en los acuerdos de las asambleas estatales, de movilización-negociación-movilización.
La mayoría de organizaciones aquí en Oaxaca surgen del seno de la Sección XXII,
por lo que vemos, si no la incompatibilidad, sí una forma muy diferente
de luchar. Nosotros, repito, desde el trabajo que hacemos contra la prisión
política y en específico por la libertad de los compañeros de Loxicha, del caso
de Álvaro, sí vemos que definitivamente vamos por un rumbo diferente al que
pretende ir el movimiento o las organizaciones. Por un lado nosotros, al
platicarlo con Álvaro, decíamos que la lucha por la libertad de los presos
políticos, la lucha con Álvaro, no se limitaba a la cuestión de analizar
el concepto del poder, que nosotros no buscamos la toma del poder, no creemos
que sea garantía de nada, de nada bueno desde luego, como dice el dicho que hay
quienes luchan por el poder por el poder mismo. Entonces nosotros en este
ejercicio de reflexión con Álvaro acerca de la prisión, acerca de un recuento
histórico de ellos viendo cuántos espacios han acompañado la lucha por la
libertad de los presos loxicha en todos estos 17 años, hacíamos la reflexión
que, al buscar otro modo, Álvaro sale de ese juego de palabras de los que
luchan por el poder por el poder mismo.
Entonces nosotros decíamos, ¿nosotros qué vamos a hacer? No pues no
queremos eso. Si lo trasladamos a la lucha por la libertad de los presos,
decimos, y Álvaro lo ha ejercido bastante bien, de que no luchamos por la
libertad por la libertad misma. O sea no es “compañero,
ya obtuvo usted su libertad, nos vemos, fue un placer conocerlo, seguimos
carteando, hasta pronto”. En el caso de Álvaro, ese fue el primer grado de
reflexión, de decir “bueno, no voy a
luchar sólo por mi propia libertad, voy a seguir luchando por mi pueblo, seguir
luchando por los pueblos del mundo y si la Sexta me da esa oportunidad de
conocer otros pueblos, otros compañeros, otros espacios con los que me
identifico y que me ven como un compañero. como igual, pues yo encantado de
luchar con ellos”. Entonces ese otro modo de relación se empieza a
practicar y nos lleva a otro grado de reflexión un poquito más grande: de decir
que Álvaro mismo no era necesario que estuviera libre, que obtuviera su
libertad, para después luchar por lo demás, como dividir “primero lucho por mi libertad y ya que esté libre pues entro a la
lucha con ustedes, con todos los pueblos del mundo”. Él logra entender,
todos logramos entender en esas pláticas, que él aún estando preso podía seguir
luchando con los presos del mundo, podía seguir luchando por la autonomía, la
autodeterminación.
Entonces nosotros, al desarrollar esta dinámica propia, vemos hacia fuera,
llega el momento en que tenemos que ver a hacia fuera y pues realmente no nos
identificamos con muchas de las organizaciones que están ahí en la táctica de
interlocución con el poder, con el Estado, con el gobierno, el mal gobierno.
Entonces llega el momento en que volteamos para muchos lados y no tenemos para
donde hacernos: no hay para donde hacerse. Todos llegan a plantearte que o
estas equivocado, que estás con una táctica y una estrategia que no corresponde
a la altura del conflicto loxicha, que lo que hay que hacer es buscar una mesa,
que hay que negociarlo. En fin, diferentes opiniones, pero nadie, nadie hasta
este momento había reparado en que son compañeros y que ellos tienen que
hacerse de su propia lucha reivindicarse a sí mismos y después entre todos
vamos viendo cómo hacerle. Y más con la plataforma de la Sexta que nos ha
enseñado que, pues, es caminar preguntando como podemos lograr algo, y
sin mirar al poder. Sin suspirar al ver hacia arriba y decir “ay, ellos ya están ahí o desde allá adentro
podemos hacer algo”. No. Tener muy claro que la libertad de nuestros
compañeros la vamos a obtener luchando y eso lo menciona Álvaro muy claramente.
Es con la movilización, es con la presión política, es el acompañamiento, con
este tejido, con este construir organización que va a lograr mayor solidaridad,
mayor difusión del caso, mayor grado de acompañamiento y por lo tanto: la
libertad arrancarla luchando. Obvio, acompañado de algunas cuestiones jurídicas
que no se pueden dejar de lado. Pero eso nos ubica, definitivamente, pareciera
muy a la orilla, muy por fuera de la dinámica predominante con la que se
trabaja aquí en Oaxaca, respecto a las demás organizaciones.
No todo es eso. Por otro lado vemos colectivos pequeños, vemos espacios de
diversidad, donde se privilegian las diferencias. Como en el otro espacio lo
que se busca es la unidad, la uniformidad, entonces si tú le entras debes
pensar como ellos, no hay opción de pensar distinto. Pero de este otro lado,
abajo, vemos que sí hay muchos espacios que están surgiendo, muchos colectivos
pequeños, compañeros individuales que también rechazan esa forma tradicional,
sin caer tanto en ese concepto, pero en esa forma de hacer política que no
garantiza más que meterte al Estado y desde ahí a ver si se pueden cambiar las
cosas. Entonces Oaxaca tiene mucho de eso, y definitivamente, por el otro lado
sí hay una corriente que está creciendo, más ahora que resurge la propuesta de
los compañeros zapatistas, pues esto viene a dar un nuevo respiro, un nuevo
aire de compañeros que se tienen que acercar, que empezamos a buscarnos entre
iguales y que tejemos nuestro modo de relación ya con respeto, ya con otras
perspectivas.
Entonces Oaxaca está como en esos espacios ahí, coexistiendo, pero que
definitivamente la lógica del poder es visualizar a un movimiento cooptado, que
figure en los medios: “sí nos reunimos,
sí platicamos”. Incluso, hoy nos decían algunos funcionarios del mal
gobierno que llegaron a tratar de pararnos la actividad, “Sí, los compañeros presos”. Esa idea de que el Estado es amigo de
las organizaciones y viceversa, entonces es algo que nosotros no aceptamos y no
compartimos pero que sí nos ubica desde ese enfoque como un poco fuera de
contexto.
P: Si nos fuéramos 7 años atrás y pudiéramos
analizar qué sucedió en el 2006. ¿Qué sucedió desde eso que se llamó la Otra
Campaña, desde eso que fue la caravana con el Delegado Zero aquí en Oaxaca y lo
que en su momento se llamó la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca? ¿Qué
fue ese 2006 oaxaqueño?
El
2006 oaxaqueño fue una mezcla de muchas cosas. Hay quienes dicen que fue
producto de los más de 500 años de dominación, hay quienes dicen que el
hartazgo de estar sometidos al priísmo. En fin, muchos factores que hicieron
que detonara un movimiento bastante diverso, muy amplio, pero que
definitivamente llegó a demostrar dónde verdaderamente está el poder, que el
poder está abajo y que bueno arriba tienen sus auxiliares, sus bomberos, que
justamente pareciera que cobran la cuota para apagar esos brotes, esas llamas
que empiezan a encenderse. En ese 2006 de Oaxaca, sí hay un factor ahí que
nosotros consideramos parte importante también que nutrió esas condiciones para
que surgiera el movimiento magisterial popular, y fue el paso de la caravana de
la Otra Campaña, encabezada por el Delegado Zero. Cuando Marcos cruza por
Oaxaca sí logra contagiar a mucha gente de que algo se tiene que hacer.
No sabíamos qué, pero que algo se tenía que hacer, que teníamos que
organizarnos, que teníamos que acercarnos, que teníamos que juntarnos muchos
para empezar a ver cómo vamos a resolver nuestros problemas. Porque uno de los
logros que obtuvo el recorrido de la caravana de la Otra Campaña fue visibilizar
muchas luchas, que no sólo los sectores de lucha como los campesinos, los
estudiantes y los obreros eran los que existen en el país, que había por
ejemplo un colectivo de amas de casa que tienen una cooperativa de comida en su
barrio, colectivos de diversidad sexual que hacen trabajos de salud
comunitaria, en fin, compañeros de comunidades resistiendo contra las altas
tarifas de la luz. Entonces empezamos a romper esa cápsula que teníamos así
como contemplada: y empezamos a ver una diversidad bien grande y dijimos: “la Sexta Declaración de la Selva
Lacandona y la caravana de la Otra Campaña nos dice que tenemos un lugar ahí,
que ahí cabemos, que estamos convocados”. Entonces que espacios tan
diversos, obviados, pues ahora al sentirse parte de un movimiento, al
sentirse convocados pues empiezan a despertar una inquietud que después con las
condiciones del 2006 magisterial popular, pues empieza a tomar una identidad de
que aquí el pueblo manda, y el gobierno tiene que obedecer. Pero sí
definitivamente fue un movimiento que tuvo mucha fuerza, en su inercia se llevó
prácticamente todo, todos los esfuerzos. Nosotros como parte de la Otra
Campaña, como adherentes, no tuvimos la capacidad, de hecho creemos que
nadie la tuvo, así como para poder pasar de la espontaneidad a un grado mayor
de organización, para crear estructura, o no sé qué pudiera haber sido. Pero
realmente la participación de todo el pueblo, se desbordó a la lucha. Hubo
grados muy elevados de organización. En la barricada se prepara el café, se
prepara pan, hay que traer los cohetones, todos cooperan para lo que se
requiera, la gasolina, la estopa para las antorchas. Era realmente como darse
cuenta que el vecino también existe y que también piensa como nosotros y que en
otra colonia, también están haciendo lo mismo. En fin, empiezan a tejerse esos
puentes entre todos. Pero que el enemigo común era el poder, el poder de
arriba.
Y empieza a darse una tendencia a rechazar la figura de un dirigente,
cualquiera que fuera. Lo que predominó fue la colectividad en la práctica,
desde los hechos, desde la vida misma. Entonces eso la mayoría de las veces no
es algo que alguien pueda decir “a pues
esto lo vamos a cocinar así, estos lo vamos a manejar así”. No, fue muy
difícil. Y como la Otra Campaña, la mayoría de adherentes desde organizaciones,
colectivos, espacios, individuos adherentes, muchos dijeron que no había
condiciones para trabajar la Otra Campaña, que era muy arriesgado, que se veía
venir un grado de represión muy fuerte y que se retiraban del trabajo. Otros
más migraron toda su energía a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca,
pero no hacia esa energía del pueblo, no a estar abajo, sino realmente a
tirarle a un espacio de ese nuevo gobierno popular que se pensaba, bueno que
unos pensaban instaurar. Entonces sí vimos que la Otra Campaña en Oaxaca, más
bien no tenía una forma de poder sobrevivir a tanta fuerza. No a la APPO de los
dirigentes, la que pintaban en los medios, sino realmente a la labor del
pueblo. Pudiéramos decir, en determinado momento que toda la gente ya hubiera
leído la Sexta: identificaban bien quien era el enemigo, identificaban bien
como se llama, identificaban que es lo que estaban haciendo para resolver sus
problemas. Entonces prácticamente el panorama fue muy amplio, pero a la vez a
nosotros nos quedó bastante reducido, como margen de trabajo fue muy reducido.
Entonces nosotros en específico nos empezamos a coordinar con compañeros de
colectivos que venían a Oaxaca para solidarizarse con el movimiento y demás, y
responder a las propuestas nacionales. Al mismo tiempo que toda la energía que
se movió con la APPO, definitivamente desplazó del centro de trabajo la
propuesta nacional por la libertad de los presos que tendría que haber salido
de aquí de Oaxaca. Entonces fue muy fuerte ese despertar, todo eso que hubo en
el 2006 que es bastante complejo, bastante difícil de resumir.
Sobre la serie “Las siete
piezas del rompecabezas loxicha”
La
historia de los presos loxicha se encuentra en un
mar de dudas y caos controlado por las mismas
instancias de gobierno y de los medios de comunicación
masiva. Los medios del poder siguen llenando de obscuridad
lo que entendemos como un acto ilegal e insoportable, la prisión política en
este país se esconde debajo de un discurso de miedo
y de falsas hipótesis que arrastran a seres humanos con nombre,
rostro, dignidad e historia.
Con esta convergencia de medios buscamos desanudar y desenmarañar
una parte de esta historia de lucha y represión e iluminar
la vida y el recorrido de resistencia de nuestras
compañeras presas políticas. Nuestro territorio político y ético
parte del consenso y de nuestra adherencia a la Sexta
Declaración de la Selva Lacandona. Luchar con un preso político es
luchar por la libertad, libertad de todas y todos los que queremos un
mundo donde quepan muchos mundos.
Buscamos amplificar la voz del preso político Álvaro Sebastián
Ramírez y de sus familiares adherentes a la Sexta, buscamos resaltar la
historia y la lucha de los siete presos políticos loxicha, buscamos
articular con otros familiares de presos políticos para crear canales
autónomos de diálogo rebelde.
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