por
Micaela Bastidas/Tribuna Proletaria
Lunes,
29 de julio de 2013
A continuación publicamos una colaboración de la compañera Micaela
Bastidas de Tribuna Proletaria para el Partido de la Causa Obrera.
En el mundo existen 300.000 especies vegetales,
del total, México posee 30.000, 15.000 de las cuales están en Chiapas.
En 1998 en Estados Unidos se
aprueba el programa llamado Internacional Cooperative biodiversity Group
(ICBG), consorcio de agencias estadounidenses en la que están incluidos el
Ministerio de Agricultura, los institutos Nacionales de Salud y la Fundación
Nacional de Ciencia, financia proyectos en el Tercer Mundo dirigidos por la
Universidad de Georgia en cooperación con el Colegio de la Frontera Sur de México
(ECOSUR) y con la empresa Molecular Nature Limited, con sede en Inglaterra;
algunos de los beneficiarios de estos programas son Glaxo y Monsanto. Inicia
las actividades en los altos de Chiapas (ICBG-Maya) sin el consentimiento de
las comunidades mayas e ignorando el pedido de tiempo que éstas hacen para
realizar una consulta de base intercomunitaria, se hacen acopios y colectas
secretas e ilegales de especies que se envían al jardín botánico de la
Universidad de Georgia. Los doctores Brent Berlín y Elois Ann Berlín directores
del proyecto, vienen recolectando muestras y conocimientos de la herbolaria
maya desde hace 30 años, sin ninguna retribución para los pueblos chiapanecos y
sin autorización ni de las comunidades ni del gobierno mexicano, que deja hacer
siendo cómplice del saqueo.
Se han llevado 6570 colecciones que incluyen 1500 especies y 160
familias botánicas, todo lo que fue a parar al herbario que la Universidad de
Georgia tiene en Baldwin Pasillo, y ni una planta de Estados Unidos enriquece
los herbarios mexicanos a pesar de ser una práctica común el intercambio de
semillas y plantas entre las instituciones.
En 1999, 11 organizaciones indígenas nucleadas en el Consejo Estatal de
Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales de Chiapas exigieron que se suspenda
el programa ICGB-Maya, cuyo objetivo dice ser "la conservación de la biodiversidad y el crecimiento económico
sostenido de los países en vías de desarrollo". Lo que hay en realidad
es un saqueo de los conocimientos y recursos de las comunidades mayas que usan
y han usado las plantas y animales de la región como medicina. No casualmente
los especialistas del programa se apoyan, usando como guía los conocimientos de
herbolaria de las comunidades mayas, saberes que son fruto de un proceso de
mejora, selección y ampliación que lleva miles de años y que han configurado el
sistema de conocimiento maya, para los cuales la relación con la selva no es
una relación de apropiación sino una relación de paridad, esta relación impacta
los saberes, sus formas de transmisión y sus formas de aplicación, como
resultado de esa interacción se generan formas culturales específicas.
El objetivo es fabricar fármacos que a los chiapanecos no les reportan
beneficio alguno, pero si a los laboratorios imperialistas que los venderán. Lo
que está detrás de todo esto es la patentización y privatización de los
recursos de la selva, en beneficio de estos grupos de laboratorios y empresas,
cuando la utilización de los recursos ha sido siempre entre las comunidades un
saber colectivo.
Para tener una idea del negocio que se mueve detrás de los fármacos: en
1998 10 de los 30 medicamentos más vendidos en el mundo fueron elaborados en
base a productos naturales. Otro ejemplo de las ganancias de las empresas lo da
el contrato suscripto entre Costa Rica y la trasnacional Merck , que pagó al
gobierno costaricence la suma de 2.000.000 de dólares para llevarse plantas; y
sólo en 1991 Merck vendió medicamentos por 8.600 millones de dólares, eso sin
tener en cuenta las licencias que da a otras compañías por sus patentes; por
algo Vandana Shiva, dirigente hindú opuesta a la bio piratería ha dicho que el
reparto de beneficios es "un modelo
para compartir migajas, establecido para ocultar el robo del pan entero".
Esta patentizacion de los recursos comunes descansa (legalmente, no
legítimamente), en el hecho de que a los organismos vivos que se patentan se
les introduce alguna variante o "mejora",
muchas veces relacionada con la resistencia a herbicidas. Pero lo que se
esconde es que la riqueza vegetal tiene como base el trabajo colectivo humano
sobre los entornos naturales, domesticando los cultivos, seleccionándolos y
mejorándolos, proceso que lleva ya 12 mil años e insisto, fue (es) un trabajo
colectivo y anónimo, transmitido de generación en generación, muchas veces
oralmente.
Con la patentización de las semillas se impide que los campesinos
conserven una parte de lo cosechado para siembra, y se los obliga año a año a
comprar las nuevas "semillas
mejoradas" a las empresas dueñas de las patentes, empobreciendo no
sólo cultural sino también materialmente a las comunidades campesinas.
La oposición (casi) general que despertó el proyecto ICBG-Maya en las
comunidades hizo que se anunciara una moratoria del mismo en el 2001 "hasta encontrar interlocutores válidos
entre los indígenas", pero esta suspensión no repara el hecho de que
ya se han recolectado 5961 muestras en 7 duplicados comprendiendo entre 1000 y
1500 especies diferentes en concepto de "colecta
científica", muestras que dicen, en virtud de la suspensión del
programa, no serán utilizadas con fines biotecnológicos, aunque por supuesto,
no hay ninguna garantía de que no lo hagan ya que las muestras ya las han
robado y las tienen en su poder. Por otro lado, a pesar de la suspensión del
programa los doctores Berlín y colaboradores siguen realizando actividades en
Chiapas, en lugar de haberse ido inmediatamente, frente a la complicidad de los
gobiernos federal y regional que no han instrumentado una sola acción para
efectivizar la liquidación del plan y la salida de los biopiratas de la selva
chiapaneca.
El gobierno de Vicente Fox tenía una política clara de abrir el mercado
de la biodiversidad y fomentar el capital extranjero en los negocios
ambientales; para lo cual se enterró la posibilidad de una ley de derechos
indígenas, como pedían las comunidades, lo que ocurrió el 28 de mayo de 2001
cuando un congreso corrupto, pro imperialista y racista aprobó una ley indígena
que no garantiza sus derechos elementales a la tierra, al territorio y a la
defensa de su cultura, atentando además contra sus formas de organización
ancestrales ya que cada empresa puede contratar con comunidades aisladas sin
las consultas ínter comunitarias que son la forma tradicional, lo que facilita
la avanzada no sólo sobre la biodiversidad sino sobre la cultura ya que
apoyándose en las penosas condiciones materiales que sufren las etnias logran
más fácilmente la aceptación de sus propuestas a cambio de algunos puestos de
trabajo, de promesas de mejoras económicas, etc. Generando además conflictos
intercomunitarios ya que los ecosistemas nunca fueron propiedad privada de
nadie pero tampoco de una etnia en particular, siempre fue patrimonio
colectivo. Al convalidar los contratos con comunidades aisladas esto se rompe
enfrentando a las comunidades entre si. Esta situación se da paralela a la
nueva ley ambiental que busca transferir áreas naturales protegidas a los
estados y organizaciones no gubernamentales asociadas a empresas imperialistas
como Bimbo, Nestlé, Ford, aduciendo problemas de financiamiento.
Además de esta herramienta legal
de despojo, no podemos soslayar bajo ningún punto de vista la militarización
que afecta la zona de Chiapas y las comunidades indígenas en general, muchas
veces sufriendo el cerco del ejército y la represión más brutal y desembozada;
valga como ejemplo, aunque no sea de la zona de Chiapas, sino de Oaxaca, la
masacre sufrida por las comunidades autónomas de San Miguel Copala y San Juan
Copala, en 2010 y 2012, con un saldo de 21 muertos, masacre que llevan adelante
los paramilitares y el ejército luego de tener cercado al pueblo durante 8
meses. Varios de los muertos eran dirigentes simpatizantes del zapatismo, dos
de las mujeres asesinadas, de 20 y 22 años, eran las encargadas de la radio
comunitaria, a las que mataron en una emboscada, otro de los muertos fue un
finlandés que participaba de una caravana solidaria.
Luego de la masacre los pobladores han debido desplazarse de su
comunidad por miedo a las represalias y varios de ellos acampan todavía hoy
(08/05/13) en el Palacio de Gobierno de Oaxaca exigiéndole justicia y vuelta a
sus hogares al gobernador (que fue uno de los que dio la orden de la masacre,
por lo cual el conflicto en esos términos no tiene salida). El ejemplo vale
como muestra de las políticas estatales frente a las comunidades: cooptación
económica e ideológica y cuando ésta no funciona, masacre, hostigamiento y
desplazamiento de las poblaciones a fin de aplicar las políticas pro
imperialistas y racistas de saqueo y apropiación. Al respecto, los médicos
tradicionales indígenas de Chiapas denuncian la política del gobierno federal
de cooptar a los indios lacandones o caribes integrándolos al ejército para
enfrentarlos a sus vecinos de las comunidades autónomas que se oponen a la
biopirateria.
El gobierno de Fox abrió las puertas a las empresas dedicadas a la
biopiratería, y el gobierno fraudulento de Peña Nieto ahora, sigue el mismo
camino, ya que ha dado permiso para la siembra de maíz transgénicos NK 603 en
Sinaloa, lo que dio lugar a la campaña de resistencia "sin maíz no hay país". Por otro lado hay que tener en
cuenta el largo prontuario del supuesto presidente, ligado a Televisa y al
narcotráfico, su esposa gráfico sin pudor la ideología que los guía cuando
publicó en su cuenta de twitter "los
zapatistas son revoltosos que estaban poniendo en peligro las empresas. Salinas
hizo bien en mandarles el ejército" o "yo creo que si los indios quieren salir de donde están que se
pongan a trabajar, dejen de estar flojos o violentos". En tanto y
cuanto gobiernos burgueses, pro-imperialistas y racistas, no es de esperar
ninguna mejora coyuntural en la situación chiapaneca, ni de las comunidades
originarias en general, sino al contrario, un empeoramiento por cuanto el
negocio de la biodiversidad mueve miles de millones de dólares, y es la
ganancia la que guía los emprendimientos en el mundo capitalista, sin importar
los costos.
Hay que ser claros: No hay salida dentro de los marcos del capitalismo,
por cuanto las fuerzas productivas se han convertido en su contrario, en
fuerzas destructivas. Basta ver no sólo como la biotecnología sirve a fines
espurios sino como la mega minería destruye nuestros cerros y contamina
nuestras aguas para sacar del corazón de las montañas el oro; la depredación
del mar con la industria pesquera a gran escala, el avance de la frontera
agrícola por el boom de los transgénicos, el uso de agrotóxicos, etc.
El cuidado de la selva y de los seres que la habitan es incompatible con
un sistema basado en la ganancia rápida y a como de lugar, por eso decimos que
la única salida para mantener la biodiversidad y el respeto por los saberes
ancestrales, hoy saberes dominados desmerecidos como supersticiones, es el
socialismo, terminar con este sistema de opresión, exclusión, depredación y
barbarie y construir un mundo cuya vara no sea la ganancia, donde las cosas
tengan valor y no precio, una América socialista donde todos nos beneficiemos
de los conocimientos ancestrales y de las muchas especies que habitan nuestra
América, que será India, negra, mestiza y socialista.
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