Por Heriberto Paredes Coronel
22
mayo, 2013
Marduk Chimalli aparece de pronto tras
la rejilla de pruebas del juzgado 7º de lo penal. En ese pequeño espacio en
donde los presos se acomodan mientras sus respectivas audiencias se
desarrollan. En esta parte del juzgado, detrás del mostrador que sirve como
límite entre los asistentes y la burocracia jurídica, pocos conocen la penuria
que significa el tránsito por el túnel que conduce a los internos de la parte
reclusoria a los distintos juzgados: asaltos, intimidaciones y hostigamientos.
Algo cotidiano que Marduk conoce en primera persona. El no debería conocer esta
parte del sistema de justicia mexicano, mucho menos si es inocente del cargo de
robo con agravante que aún lo mantiene en prisión preventiva en el Reclusorio
Varonil Norte. Marduk, pese a la injusticia que vive diario, llega a su
audiencia con la cara en alto, con ánimos para avanzar lo más posible en su
defensa.
La cita era a las 10 de la
mañana, pero tanto los familiares como los amigos y compañeros de la
universidad tuvieron que esperar casi dos horas más en lo que el sistema
penitenciario “llama a la audiencia a
Marduk”. Nadie en el resto de la sala se inmuta porque haya casi treinta
personas esperando con inquietud a que inicie este procedimiento. Es en esta
larga espera que la Secretaría de Acuerdos, la licenciada Patricia Hernández Asís
comienza a mascar chicle, no una pastilla o dos como suele hacerse, ella
prefiere casi todo un paquete. Su rostro muestra un claro desvanecimiento de la
normalidad y delata un bulto en el cachete.
No es la única persona en
alimentar este vicio de oficina. Algunos funcionarios (con actividades
desconocidas pero que atraviesan la sala y entran y salen de la oficina del
juez, con grandes barrigas y sonrisas falsas en el rostro), el propio juez
séptimo de lo penal, Fernando Guerrero Zárate, mascan chicle. Al final, creo
que la única economía que se fortalece a partir de los burócratas es la
industria de la goma de mascar. La justicia no se está fortaleciendo, eso está
claro.
Mientras esperamos, el
abogado de Marduk, Sergio Soto y yo conversamos respecto a los caminos que se
están fortaleciendo para conseguir la libertad absoluta de quien ahora se ha
vuelto un ícono de la política de Tolerancia
Cero que heredamos de Rudolph Giuliani. El primer aspecto, comenta Sergio
con ánimo y con seguridad, es buscar ganar la apelación en contra del auto de
formal prisión en la 7ª Sala Penal del Distrito Federal, en este sentido será
un magistrado competente quien revocaría o no el proceso penal, será este 30 de
mayo cuando se podrá tener más luces respecto a este primer camino.
En segundo lugar, y Sergio
es muy preciso en que es el camino más largo, se trata de lograr lo que en
términos jurídicos se conoce como incidente de libertad por desvanecimiento de pruebas. Resulta
largo este proceso porque es el camino que está relacionado con la descarga de
todas las pruebas y con las audiencias, sin embargo, lo que hay que tener claro
es que, resultado de la última, Marduk solicitó el recurso del careo y en un
segundo momento la utilización del polígrafo tanto en la parte acusadora como
en él. De manera sorpresiva y a favor, el juez determinó que se “adelantara” la próxima audiencia a la
semana siguiente y no con un espacio de 15 días como anteriormente se venían
dando. En palabras del abogado defensor y de los familiares esta circunstancia
puede leerse como una buena señal, algo que fue posible por la presión mediática
que se ha venido dando desde hace ya un mes: artículos, análisis, artículos de
opinión, la publicación de las propias caricaturas de Marduk, videos, cartas de
apoyo, fotografías provenientes de todo el mundo.
Pese a ser el más largo de
los caminos, el proceso penal tiene la característica de desnudar con certeza
las contradicciones existentes en el expediente: desde las declaraciones de los
policías remitentes que no concuerdan ni con la hora de los hechos ni con la
puesta a disposición del ministerio público hasta la falta de elementos que
sostengan la versión de una supuesta persecución.
Ni siquiera existen los objetos robados. En fin, más allá del detalle, es justo
este devenir lento y burocrático lo que nos tiene audiencia tras audiencia
viendo el mismo espectáculo de la absurda justicia mexicana.
Como parte de los elementos
a favor de la defensa de Marduk se dio a conocer la existencia de una
investigación paralela llevada a cabo por la Comisión de Derechos Humanos del
Distrito Federal (CDHDF/1/121/AZCAP/13/D2020) y que, ya sea por parte del
abogado o por la propia Comisión, tendrá que ser aceptada como prueba en el
expediente. En este documento se consideran, además de los datos existentes
hasta ahora, las frecuencias de radio con cruce de llamadas entre el 066 y la
estación de policía más cercana al lugar de los hechos), la ruta que siguieron
las patrullas y que quedó registrada en GPS, la cual no coincide con la
referida con la que declaran los policías en el ministerio público. Pese a lo
lento de esta línea, la defensa se muestra con confianza en que también por
este lado se podrá demostrar la inocencia de Marduk y recuperará su libertad.
Finalmente, como tercer
recurso, aunque no menos importante, es la mesa de trabajo solicitada a las
autoridades de la Procuraduría de Justicia del gobierno del Distrito Federal en
donde se planteó la petición de sobreseimiento o desistimiento de la acción
judicial como figura jurídico-política. Hasta ahora se sabe que durante el
desarrollo de la misma, los funcionarios escucharon atentamente la exposición
del caso por parte de la familia y la defensa y que hasta ahora se
comprometieron a leer con detenimiento el expediente para poder determinar su
postura al respecto en los siguientes días.
Estos son los tres caminos que
se están abordando para conseguir que Marduk regrese a su casa y a su vida,
para que deje atrás estas rejas y ese color de ropa que ahora es impuesto.
Sergio Soto afirma que “de manera
paralela estamos trabajando en estas líneas, ninguna se contradice y si no es
por un lado será por el otro, pero vamos a conseguir la libertad absoluta de
Marduk”. Afuera cada día más personas conocen esta historia, van
acercándose a la injusticia que en esta ciudad y en este país comienza a
desnudar su imposición y establecerse como parte de las políticas sociales que
combaten –absurdamente- la delincuencia.
Todo resulta absurdo. El
juez que sale de su oficina en el juzgado y se pase alrededor de la rejilla de
pruebas en donde Marduk aumenta su declaración o responde las preguntas que la
defensa le plantea como parte del proceso, pero que no mira nunca al acusado,
prefiere mirar la pantalla de una computadora, todo menos voltear su rostro y
enfrentar la mirada tranquila y firme de un joven deportista y diseñador que se
ha comportado con una entereza sorprendente. La voz de Marduk al teléfono es
sin duda una inyección de fortaleza.
Absurdo es todo como que el
rector de una de las universidades en las que Marduk es alumno, la Universidad
Autónoma de la Ciudad de México, lo visita en un acto de profunda
responsabilidad social. El Dr. Enrique Dussel se ha convertido en el primer
funcionario de este nivel en visitar a un alumno en situación de cárcel en este
país, y este acto resulta tan paradigmático porque el diálogo universitario que
tuvieron, alumno y Rector lo debieron haber sostenido en alguna de las
instalaciones universitarias y bajo otras circunstancias, no en la cárcel, no
bajo una evidente injusticia. Invitamos a conocer más detalles de esta visita
en la nota de Samantha Lara para Somos el Medio:
Un académico de la talla de
Enrique Dussel, polémico en las aulas de sus seminarios y cursos de filosofía,
polémico por sus tesis acerca de una filosofía de la liberación y su carácter
latinoamericano, polémico pero no por ello menos querido, un profesor que
abarrotaba sus aulas en cada sesión y que discutía puntualmente muchos de los
conceptos y propuestas de pensamiento que planteaba. Un académico de esa talla
se ha convertido no sólo en un Rector interino de una universidad pública,
desde el momento en que accedió a visitar a Marduk en los locutorios del
Reclusorio Norte adquirió una calidad humana enorme en tiempos en que el gatopardismo es doctrina. Ha sido a
todas luces congruente con su ser social. “Ese
acto es ilegal (la injusta prisión),
hacer este acto de acompañar al estudiante es porque siempre tendrá defensa de
la Universidad ya que son parte de la comunidad y nos jugaremos todo por todos
siempre”, declara.
Absurdo es todo esto, el
propio acto de escribir un texto para referir una injusticia tan visible para
todos, una injusticia que se suma al memorial de agravios de este país; debería
estar escribiendo acerca de otro tema que construya o proponga, sin embargo la
realidad inmediata me ha llevado a una denuncia constante, a estrechar las
manos de la familia de Marduk, a escuchar su voz que por teléfono me comentaba
su disposición a platicar. Lo absurdo de la realidad mantiene las ruidosas y
viejas máquinas que terminaran por tirarse a la basura, de la misma manera en
el sistema de justicia tendrá que ser desechado para construir uno distinto que
no niegue la presunción de inocencia antes que cualquier otro elemento.
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