Rebelión,
07-03-2013
Una de las razones de la defenestración de Elba
Esther Gordillo –lideresa caciquil charra del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE), defendida por maestros “disidentes” aduciendo que es “una maniobra autoritaria de Enrique Peña”–,
es que no compartió totalmente la llamada Reforma Educativa recién aprobada por
el gobierno federal.
Según la
Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco
Servytur), dicha reforma “contribuirá a
impulsar la competitividad del país y enviará señales positivas a los
inversionistas nacionales y extranjeros”. El presidente del organismo,
Jorge Dávila Flores, indicó que “aspectos
elementales de la Reforma, como el Servicio Profesional Docente y la promoción
de profesores por concurso; el Instituto Nacional de Evaluación de la
Educación, al que se someterán obligatoriamente los maestros; las escuelas con
jornadas completas”, impulsarán una pretendida competitividad. Pero si algo
demuestra que tal reforma tiene más intereses económicos que educativos, es por
la idea funesta de la competitividad mercantilista, tan cara para los
neoliberales. La educación por “competencias”
–afirma Olmedo Beluche–, “pretende
presentarse como una pedagogía de última
generación capaz de salvar al sistema capitalista de su crisis y a las
nuevas generaciones del desempleo. Es el concepto mágico al que se apegan los
ministerios de educación para justificar las reformas educativas ordenadas por
el Banco Mundial, incluido no sólo el currículo académico, sino también las
relaciones laborales con los docentes”.
En México y
Latinoamérica, uno de los académicos más críticos a las políticas educativas
neoliberales es Hugo Aboites Aguilar, reconocido ampliamente por sus excelentes
trabajos de investigación sobre la materia. Aboites es autor de varios libros,
entre ellos, Viento del Norte. TLC y privatización de la Educación Superior
en México (1999); El Dilema, la universidad mexicana al comienzo de
siglo (2001). El más reciente es La medida de una nación. Los primeros
años de la evaluación en México. Historia de poder y resistencia [1982-2010],
editado por CLACSO, Casa Abierta al Tiempo e ITACA. Si alguien ha realizado
estudios objetivos y muy profundos sobre las políticas de evaluación a maestros
y estudiantes es Aboites. Precisamente de eso trata La medida de una Nación.
Profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, afirma en este
texto que “A fines de los años 1980, los tecnócratas
neoliberales recién llegados al poder en México en lugar de poner manos a la
obra para mejorar la educación optaron por evaluarla”.
La presentación
del libro nos dice que “Desde los años
1990 en México y otros países latinoamericanos se implantó un aparato de
evaluación sustentado en la promesa de calidad. Decenas de millones de niños y
jóvenes mexicanos fueron medidos con pruebas estandarizadas, cientos de miles
de maestros y académicos sujetos a evaluación para merecer un pago adicional y
decenas de miles de escuelas, programas y universidades colocadas bajo
escrutinio permanente. La evaluación moderna tuvo éxito en crear un enorme
aparato de vigilancia dedicado a medir a la nación una dinámica de mejoramiento
de la educación y más bien contribuyó a degradarla. Este libro cuenta la
historia, los personajes y el juego de factores que explican la llegada
avasalladora de la evaluación moderna y la medición científica. Es una historia
de poder pero también de resistencia y de alternativas que surgen al calor del
enfrentamiento entre dos grandes culturas y maneras de ver la educación: la
mercantil que impulsan organismos internacionales, gobiernos y grandes
empresas, y la del derecho a la educación, que viene de lo profundo de las
sociedades latinoamericanas herederas de las luchas por la tierra, los derechos
laborales y la educación”.
Hugo
Aboites, quien ha venido en anteriores ocasiones a la Universidad de
Guadalajara, el pasado lunes dictó una conferencia magistral en esta Casa de
Estudios sobre la Exclusión educativa y la mercantilización de la
universidad pública. Invitado por el Colectivo de Reflexión Universitaria
(CRU), el Frente Autónomo Universitario (FAU) y el Sindicato del Personal
Académico de la Universidad de Guadalajara (SPAUdeG), Aboites –maestro y doctor
en educación por la Universidad de Harvad– explicó claramente a estudiantes y
maestros que los exámenes de ingreso a las instituciones de educación superior
públicas tienen el cometido de ser un filtro deliberado para el acceso de
estudiantes acorde a la política de privatización, pues muchos de las decenas
de miles de jóvenes rechazados se dirigen a las “universidades” particulares, convertidas en los últimos años en un
negocio muy lucrativo. Los exámenes de admisión son, pues, verdaderamente
perversos porque no evalúan realmente capacidades ni potenciales académicas de
los estudiantes sino justifican burdamente su exclusión.
Creado en
1994 con el auspicio de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones
de Educación Superior (ANUIES), el Centro Nacional de Evaluación para la
Educación Superior (CENEVAL) es la agencia privada de evaluación y es un hecho
que no ha contribuido en nada a resolver la grave crisis educativa superior
nacional. En México, ha habido suicidios de jovencitos excluidos por los
exámenes de admisión diseñados por el CENEVAL. “A partir de 1990 con la llegada de la evaluación ‘moderna’ cambia en
México radicalmente la concepción y práctica de lo que antes era un actividad
principalmente a cargo de los maestros, escuelas y universidades. En su lugar,
el gobierno federal impulsa –dice Aboites– la creación de un aparato de evaluación centralizado, eminentemente
privado, externo a los procesos educativos, que opera a escala nacional como un
inquisidor…”
La medida de
una Nación es un libro imprescindible para conocer la profunda
crisis educativa nacional, de la búsqueda de alternativas para “comenzar a pensar para el futuro inmediato
cómo pueden maestros, estudiantes y comunidades recuperar la educación y la
evaluación de manos de los burócratas del pasado y de los evaluadores
tecnócratas del presente”. Utopía y resistencia del magisterio y del
estudiantado democrático en lucha.
Rebelión ha publicado este
artículo con el permiso del autor mediante una licencia
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