Escrito por Centro de Medios Libres
Sábado, 02 Marzo 2013
El periodista comercial busca primicias, las de los medios libres buscan
que la información sea compartida oportunamente por la mayor cantidad de medios
libres de tal forma que llegue a la mayor cantidad de gente posible.
El periodista comercial se da
de codazos con otros durante las entrevistas, se sabe técnicas para pisar,
desplazar y sacar el aire, los de los medios libres colaboran, incluso cuando
no se conocen, y se saben técnicas de coordinación, colaboración, consenso y de
cómo sumar a otros y otras que quieren sacar la información, para empezar los
de las nuevas generaciones.
El periodista comercial
considera que debe ser tratado con privilegios, la mediolibrista considera que
es un privilegio compartir con otros y otras que luchan, que más gente debe
poder sumarse a la lucha y que la comunicación debe dirigirse ante todo a los
no convencidos.
El periodista comercial busca
premios y distinciones, el mediolibrista sabe que el premio es colectivo, y es
poder ver en ésta organización, en aquella mirada, en esas palabras y en
aquella comunidad que el mundo nuevo ya está, y que por ese mundo nuevo vale la
pena luchar.
El periodista comercial
circula la versión de quien paga los contratos publicitarios de su medio, la
mediolibrista difunde la versión de quienes son agredidos por quien paga el
contrato publicitario de los medios comerciales y que ya se decidieron a
resistir y a construir otro mundo.
El periodista comercial
difunde información por un pago, el mediolibrista difunde la información por
convicción, porque considera que es un deber dar los pasos para que el mundo
cambie.
El periodista comercial hace
trampas para obtener las respuestas que quiere, la mediolibrista es una
facilitadora de que se difunda la versión de la gente.
El periodista comercial se
disfraza de corbata y traje, el mediolibrista es un chavo banda, una campesina,
un indígena, una punk, y los hay darketas y emos.
El periodista comercial se
forma en las universidades, la mediolibrista se forma en los procesos de lucha,
en los colectivos y las organizaciones populares, y cuando bien le va en los
talleres de medios libres y en las escuelitas de comunicación popular, que ya
por ahí andan.
El periodista comercial cree
en el copyright, los mediolibristas
en el cópialo y rólalo, en el corre-la-voz y en el copyplis.
El periodista comercial jamás
comparte un contacto o una fuente, las mediolibristas se comparten toda la
agenda.
El periodista comercial no
comparte su material, los mediolibristas se comparten hasta los crudos y sus
archivos históricos completos.
El periodista comercial jamás
cuenta cómo resolvió técnicamente tal trabajo, las mediolibristas no sólo se lo
cuentan, sino que dan talleres (gratuitos), incluso cuando no se los piden,
pero sobre todo cuando la gente organizada se los pide, pensando que toda la
gente debe poder tomar los medios de comunicación y tomar la palabra, no sólo
algunos cuantos privilegiados egresados de las universidades que expropian las
voces de las colectividades.
El periodista comercial no
siente empatía con la gente que entrevista, los mediolibristas sienten
solidaridad, ánimo de lucha y ansias de justicia y se les va la vida en ello:
construyendo desde su campo de acción la solidaridad, la lucha y la justicia.
El periodista comercial llega
comúnmente a cubrir una lucha cuando ya hay heridos, detenidos, muertos y
desaparecidos, reportando para la nota roja. Las de los medios libres por el
contrario estuvieron desde el principio, cuando apenas se gestaba esta o
aquella lucha ó resistencia, y se quedan hasta que todos y todas quedan libres,
aparecen, salen de los hospitales y aún mientras se sigue demandando justicia
por los muertos, y no reportan la nota roja de izquierda, sino sobre los
avances y retrocesos de la construcción del mundo nuevo. Las de los medios libres
de por sí no son algo aparte o afuera de las luchas, nacen desde adentro de las
luchas y forman parte de los procesos de lucha.
El periodista comercial se
escandaliza cuando la gente bloquea una calle, se toma una plaza o una oficina
de gobierno, cuando la gente “afectando a
terceros”, se opone al despojo de sus tierras o casas, a tal megaproyecto o
a la denegación de derechos, los mediolibristas celebran el bloqueo, la toma de
la plaza o la oficina y saben que los de arriba ya no lo van a tener tan fácil
ni llegarán muy lejos.
Cuando hay una verbena popular
convocada por la gente de lucha, con baile y música, el periodista comercial se
queda en la redacción, en su casa viendo el fut, o se va de colado a la fiesta
de un político, las de los medios libres no sólo van a la verbena, sino que
bailan hasta que se acaba, a veces hasta ayudan a recoger el equipo, para luego
irse y subir la nota.
El periodista comercial cree
que los monstruos de las corporaciones con sus gigantescos rascacielos y sus
trailers llenos de equipos no pueden ser derrotados, los de los medios libres
de a tiro por viaje derrotan los cercos informativos que gobiernos y
corporaciones les ponen enfrente. Las de los medios libres pasan con su
grabadora vieja junto a un gigantesco trailer de la televisora del momento y se
ríen, sabiendo que con esa grabadora vieja y con mucha comunicación de base
será derrotado el cerco informativo erigido por esa televisora. Y saben que la
tarea es construir medios libres autogestionarios de abajo: radios libres y
comunitarias, teles comunitarias, periódicos y revistas independientes, páginas
web, periódicos murales, mantas y murales, radiobocinas, marchas informativas,
asambleas informativas, teatro popular, gráfica de lucha, volantes y folletos,
etc.
El periodista comercial
escribe con aburrimiento mientras intenta que se acabe la jornada burocrática
de hoy, las de los medios libres escriben con pasión, ríen, se enojan,
conversan accidentadamente, incluyen algunas líneas poéticas en medio de una
redacción muy creativa, para rematar llamando a la acción. El trabajo de los
medios libres no cesa, es diario.
Las de los medios libres
sueñan con el mundo nuevo cuyas raíces, tallos y ramas ya se van viendo por la
lucha de muchas generaciones anteriores y de las generaciones presentes, el
periodista comercial sueña una pesadilla donde despierta y el mundo viejo no
está más.
Nota
al pie: No dejamos de notar que hay
periodistas comerciales, que trabajando adentro de las corporaciones de la
comunicación se les despertó la consciencia, y van colando la información de la
construcción de otra cosa: de la solidaridad, la lucha y la justicia, que luego
no duran mucho ahí y los corren, pero el texto era para referirse en general a
la diferencia entre el periodista comercial y las y los de los medios libres,
no para las excepciones, les saludamos ahí donde estén ellos y ellas a quienes se
les despertó la consciencia, luchando cada día a contracorriente de la
formación que les dio ésta o aquella universidad.
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