21/3/2013
Canarias-semanal.org
Un análisis sobre la izquierda europea y la Crisis
"Conciertan" con los poderosos acuerdos que "alivien" el peso de la explotación capitalista
La mayoría de las organizaciones
que integran el grupo denominado "Partido
de la Izquierda Europea”, (PIE), perseveran en su reclamación de
autodenominarse "comunistas".
Sin embargo, no dejan de asumir al sistema capitalista en su conjunto, sus
normas y sus instituciones. Los "comunistas"
adscritos a este grupo esgrimen el argumento de que en el marco del régimen
capitalista es posible desarrollar políticas favorables a los trabajadores. El
caso de Chipre puede servirnos como muestra de la inconsistencia de este
planteamiento ideológico.
Chipre es un país de
aproximadamente 1.120.489 habitantes. La isla, no obstante, está dividida en
dos. Una parte está dominada por la población griega y la otra por habitantes
de origen turco. El gobierno de Chipre está organizado de acuerdo con la
Constitución de 1960, que repartió el poder entre las comunidades
grecochipriota y turcochipriota. En el año 2004, el sur de la isla ingresó en
la Unión Europea.
LA CRISIS CHIPRIOTA
El "Partido Progresista de los Trabajadores de Chipre",
nombre con el que se conoce al Partido Comunista (AKEL), ha dominado hasta hace
poco el Parlamento de la isla. Además de ser partidario de la reunificación de
las comunidades étnicas que dividen Chipre, defendió también la integración del
país en la Unión Europea.
El pasado fin de semana Chipre
se añadió a la lista de los cinco países de la UE que han sido "rescatados" por la Unión
Europea. A cambio del rescate, el gobierno chipriota, ahora controlado por la
derecha, ha suscrito una serie de obligaciones políticas y económicas que
lesionan gravemente los intereses del conjunto de la sociedad isleña.
Los países del Norte europeo
han destinado 10.000 millones de euros a sanear a los grandes bancos de Chipre.
A cambio, exigen la imposición de un peculiar "impuesto" sobre los ahorros que los ciudadanos tienen
depositados en los bancos. Aquellos chipriotas que posean más de 100.000 euros
en sus cuentas de ahorro tendrán que pagar casi el 10% de sus depósitos. A los
que no alcancen esa cifra el Estado se verá obligado a "expropiarles" el 6,75%. A diferencia del expolio
indirecto al que la UE ha sometido a Grecia, España, Portugal e Irlanda a
través de los recortes en los servicios públicos y las privatizaciones masivas,
los representantes de los capitalistas noreuropeos desean apropiarse
directamente de los ahorros de los depositantes chipriotas. Desde fuentes de la
UE se especula con la posibilidad de que, de resultar exitosa, esta novedosa
"experiencia" pueda aplicarse en los países "rescatados" que no cumplan con las exigencias de
Bruselas.
Estas drásticas medidas
impuestas a Chipre por las entidades financieras del Norte europeo han generado
una gran tensión social en la isla. En la última sesión del martes 19 de marzo,
el Parlamento chipriota no aceptó los criterios de Bruselas para la aplicación
del rescate. Pero dados los posicionamientos sostenidos hasta ahora tanto por
el gobierno - conservadores - como por la oposición -"comunistas"- todo indica que este rifirrafe quedará en
una exhibición de gestos que, finalmente, dará lugar a un "arreglo" con la Unión Europa.
LOS COMUNISTAS CHIPRIOTAS
El Partido Progresista de los
Trabajadores, AKEL, fue fundado en 1926 con el nombre de Partido Comunista de
Chipre. Sin embargo, su lucha contra el colonialismo británico lo llevó pronto
a la clandestinidad, siendo ilegalizado en 1931. Los comunistas chipriotas han
estado una parte importante de su historia muy vinculados a la clase
trabajadora de su país, encabezando sus luchas y sufriendo los efectos de la
represión y el crimen.
En la década de los 90,
después de la desaparición de la Unión Soviética, AKEL sufrió una escisión en
sus filas. La corriente eurocomunista, minoritaria, se separó de la
organización, convirtiéndose en una fracción extraparlamentaria en trance de
desaparición. Pero, contrariamente a lo que podría deducirse, la línea
ideológica de la organización de los comunistas chipriotas no siguió una senda
de radicalización revolucionaria sino que, por el contrario, fue escorándose
también hacia posiciones eurocomunistas y de reformismo económico. En el año
2008, el 53% de los votantes chipriotas eligió a AKEL para formar gobierno.
Dimitris Christofias, el presidente de la formación política
"comunista", fue designado para presidir el ejecutivo de su país.
CAMBIAR NADA PARA QUE NADA CAMBIE
Pero, pese a esos holgados
resultados electorales, las cosas en Chipre apenas cambiaron a partir de
entonces. En los últimos cuatro años la isla fue convertida en un enorme
paraíso fiscal, donde fluían ingentes cantidades de capital provenientes de la
Unión Europea y de Rusia para proceder a su blanqueamiento en los bancos
chipriotas. El gobierno "comunista"
hizo caso omiso de la situación que se estaba creando, prefiriendo recurrir a
la aplicación de medidas llamativas y electoralistas, en lugar de aplicar una
política de profundas reformas sociales que contribuyeran a una transformación
radical en la vida del país. El propio gabinete de Dimitris Christofias alentó
la compra de bonos griegos, aprovechándose de las desgracias de su vecino
continental y de los réditos que proporcionaba la ruleta especulativa de los
mercados bursátiles.
LA POLÍTICA ECONÓMICA DE LOS "COMUNISTAS"
CHPRIOTAS
El gobierno "comunista" de AKEL fue
incapaz durante su legislatura de romper las cadenas que ataban a la economía de
la isla a la Unión Europea. Con su aliento, Chipre fue convirtiéndose en una
pieza clave de la economía especulativa mundial. En lugar de proceder a la
nacionalización de una banca que arrastraba irremediablemente al país hacia una
quiebra segura, el primer ministro "comunista"
Dimitris Christofias unió su suerte a las directrices marcadas por Bruselas. La
dirección política de AKEL defendía por entonces - y defiende ahora - el
principio de que las líneas de la economía de la isla debían ser "negociadas" con las mismas
instituciones europeas que facilitaban que Chipre se convirtiera en un refugio
de corsarios financieros internacionales, de mafiosos bursátiles y de
criminales de toda laya. Como los hechos se han encargado de demostrar, de nada
ha valido la promesa del primer ministro Christofias, según la cual las cargas
de la crisis tendrían que "repartirse
en función de la capacidad de cada uno, y nunca a costa de los
trabajadores".
Como suele suceder, el
electorado tiende a adscribirse a las marcas políticas auténticas, rechazando
las copias que tratan de imitarlas. Algo así fue lo que le sucedió a AKEL, el
partido de los "comunistas"
chipriotas. Ocuparon el gobierno con la promesa de realizar cambios
verdaderamente transformadores en la sociedad de la isla. Pero en lugar de
afrontar esa tarea, desarrollaron políticas de derechas, amoldándose a las
exigencias de los intereses de la Banca internacional y ellos mismos terminaron
convirtiéndose en gestores de la especulación de los mercados bursátiles. En las
elecciones del pasado mes de febrero la derecha recibió el apoyo del 57% de los
votantes. La sociedad chipriota apartó a los "comunistas" del
gobierno.
LOS "COMUNISTAS" DEL
PARTIDO DE LA IZQUIERDA EUROPEA
En realidad, AKEL y el resto
de partidos "comunistas"
que en el Parlamento europeo integran el PIE (Partido de la Izquierda Europea )
- Partido Comunista de España, Partido Comunista Francés, Refundación
Comunista, etc.-, junto a organizaciones como Die Linke o Syriza, parten de la
ilusión ideológica reformista, socialdemócrata, de que es posible cambiar desde
dentro las instituciones estatales o supraestatales, mediante un
"sabia" combinación entre la "presión"
de la calle y la "negociación"
institucional.
Los partidos del PIE no hacen
sino recoger el legado de las antiguas formaciones socialdemócratas europeas,
consistente en "concertar"
con las clases sociales hegemónicas acuerdos que "alivien" el peso de la explotación capitalista. Pero
llegan a destiempo. El panorama para la lucha de los asalariados europeos no
puede ser más desolador. El enemigo con el que se han batido históricamente las
clases dominantes europeas se encuentra ideológicamente diezmado por la
arrolladora influencia de más de dos décadas de reformismo político y
amarillismo sindical. Y en el plano internacional ya no existe un "campo socialista" que pueda
equilibrar la correlación de fuerzas, haciéndola más favorable a las clases
trabajadoras.
LA NUEVA SITUACIÓN EUROPEA Y EL FUTURO DE LAS POLÍTICAS REFORMISTAS
La presente crisis económica
ha servido para poner de relieve que los objetivos del gran capital europeo
están orientados a la recuperación del terreno perdido a lo largo de la segunda
mitad del siglo XX. Los drásticos recortes salariales, el fin de las prestaciones
sociales gratuitas, las privatizaciones masivas o el alargamiento de la edad de
jubilación no son recortes coyunturales y reversibles en cuanto se supere la "crisis". El objetivo de la
clase capitalista europea es estratégico. Lo que intenta es aumentar a toda
costa la tasa de ganancia empresarial en un mercado mundial altamente
competitivo, donde no puede permitirse hacer concesiones de ningún tipo. No se
trata solo de un gesto cicatero de la patronal, sino esencialmente de una
imposición de la dinámica del desarrollo del sistema capitalista. Y es
justamente por esa razón por la que las políticas de "concertación" y "reformas"
propugnadas por las organizaciones que integran el "Partido de la Izquierda Europea" están condenadas de
antemano al más estrepitoso fracaso.
Lo que se avecina en el
escenario social de Europa es una dialéctica de clase contra clase. Y para ello
deben prepararse tanto los asalariados como sus organizaciones políticas y
sindicales.
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