8
de marzo de 2013
Si
pudiésemos viajar a través del tiempo hasta llegar al 3 y 4 de mayo de 2006, en
las calles de Texcoco y San Salvador Atenco y observar la escena como si
pudiésemos ser simples espectadores, de nuevo sentiríamos náuseas viscerales de
ver un operativo policial de 3000 policías cazando literalmente a todo lo que
se moviese, ya fuese persona o perro.
Allí olía a sangre, a represión y a muerte. Allí olía a
Enrique Peña Nieto. Si, el mismo que hoy (des)gobierna México como presidente
del país. Él fue el cerebro político de la represión de Atenco, así como el
principal responsable también de la represión del 1 de diciembre de 2012 en su
toma de posesión como presidente, bien lo sabe nuestro compañero adherente a la
Sexta Francisco Kuykendall Leal a quien la policía federal agredió brutalmente,
con especial saña, aquél reciente día.
Hoy, 8 de marzo de 7 años más tarde, la Red contra la
Represión y por la Solidaridad ha emitido un comunicado por el cual se anuncia
que las mujeres de Atenco, denunciantes de tortura sexualizada cometida por los
elementos policíacos a las órdenes del déspota arriba mencionado, ya tienen
fecha de audiencia testimonial en presencia de una delegación del Estado
mexicano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Será el
próximo jueves 14 de marzo.
Ese día todas y todos debemos tener la atención puesta en
Washington. El Estado defenderá presumiblemente que está legitimado para
imponer su ley y su orden a costa de lo que sea necesario. Las mujeres
denunciantes expondrán sus razones por lo que han resistido éstos largos y
duros años: que se reconozca la verdad y, además, que cada quien asuma su
responsabilidad al más alto nivel. ¿Dónde quedará la reparación del daño el 15
de marzo?
Si la lucha ha valido el dolor y el desgarro y si la
lucha logra trascender los rígidos parámetros de la justicia oficial en cualquiera
de sus instancias ha sido, justamente, por esa ansia rebelde de señalar, de
desnudar, los mecanismos de la represión política que ejerce el Estado contra
cualquier persona u organización que le contradiga en su pensamiento único.
Que la justicia no se garantiza en las altas esferas
jurídicas nos ha vuelto a quedar muy clarito este miércoles 6 de marzo al negar
la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) la asunción del reconocimiento
de inocencia presentado a favor del profesor chiapaneco Alberto Patishtán
Gómez. La lucha de las mujeres de Atenco, como la de Patishtán, va mucho más
allá. Va por recobrar su soberanía en todos sus espacios y territorios como
mujeres que son, frente a una hostilidad misógina sin tregua. Va por tejer con
autonomía redes personales y colectivas que nos permitan construir relaciones
que superen el actual estado de las cosas.
Desde la CGT queremos mandar un abrazo fraterno a todas
las compañeras y decirles una vez más que no están solas. Ellas lo saben, pero
debemos recordarlo bien alto en este momento tan especial.
Así mismo, y como propuesta de movilización y apoyo a su
lucha, lanzamos una propuesta abierta a todas aquellas personas y
organizaciones que deseen colaborar en la visualización de la denuncia de estas
mujeres: la difusión por el medio que se considere más adecuado del proyecto “Mirada Sostenida” de Liliana Zaragoza
Cano, el cual se encuentra en www.miradasostenida.net
¡Vivan las mujeres de Atenco, vivan las mujeres
indomables!
Confederación General del Trabajo (CGT) del Estado Español.
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