Colectivo Azcapotzalco: 18 años de trabajo hormiga.(Ponencia para el III Coloquio sobre Movimientos Sociales. Memorias de las resistencias.
Colectivo
Azcapotzalco: 18 años de trabajo hormiga
Somos un colectivo formado por
mujeres y hombres, estudiantes y trabajadores que a través de los años le hemos
dado vida a este colectivo, nos hemos sumado por circunstancias y en tiempos
diferentes, en espacios diversos y no siempre con las mismas tareas; algun@s de
nosotr@s nos sumamos por una pequeña demanda, pero con el tiempo nos hemos dado
cuenta de que much@s tienen la misma demanda que nosotr@s, que también hay
otras demandas de gente que son como nosotr@s y entonces nos damos cuenta de
que no estamos sol@s aunque sí un poco dispers@s, entonces vemos que hay que juntarnos y hacer
nuestra la demanda del otr@. Y entonces nos damos cuenta de que ya no sólo
luchamos por recuperar el empleo sino que también estamos luchando porque no
cierren el hospital, porque liberen a los presos políticos del país, porque
mejoren los salarios, porque no se privatice la educación, porque …
Entonces
nos damos cuenta de que el mundo es más grande y más antiguo. L@s que estamos
en este colectivo sabemos que estamos situad@s en una lucha permanente, la
lucha de clases, los de arriba y los de abajo. Nosotr@s, l@s de este colectivo,
con el tiempo y no sin errores, nos reconocemos entre l@s de abajo, entre
quienes tratan de defender lo que aún queda y, no sin razón, también somos de
l@s que queremos que todo cambie. Sabemos que el camino de la lucha se remonta
varios siglos atrás y se proyecta muchos años adelante, sin embargo nos alienta
saber que ese camino no lo recorreremos sol@s, porque en otras partes también
hay quienes se están organizando, como nosotros, en grupos, organizaciones,
colectivos o de manera individual, formando parte de este proyecto que se llama
Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
¿Por
qué somos zapatistas?
Si bien es cierto que el
Colectivo nace una segunda semana de enero de 1996, a partir de una propuesta zapatista, a saber,
la Cuarta Declaración de la Selva Lacandona, a lo largo de estos años vemos que
es el zapatismo la propuesta política revolucionaria más radical, por lo menos
en este continente.
Heredero
de la vieja izquierda comunista (recordemos a las FLN), el EZLN constituyó un
parteaguas histórico en la concepción teórica y práctica de los movimiento sociales;
la irrupción armada de un grupo de indígenas vino a echar por la borda la
teoría del fin de la historia, los comentarios de que ya no era época de
revoluciones y cuestionó, no sólo al neoliberalismo sino al sistema de
producción y reproducción capitalista que ya se había autoproclamado ganador
después de la caída del socialismo ruso.
El
zapatismo y su proyecto autonómico representan una propuesta política que
amplía al sujeto revolucionario, no se refiere sólo al proletariado:
sino a indígenas, campesinos, obreros, desempleados, estudiantes, mujeres,
ecologistas, profesores,
artesanos, profesionistas,
bisexuales, transexuales, transgénero, trabajadoras sexuales, etc.
Constituyendo así un punto de convergencia entre tod@s l@s que luchan contra
alguna forma de dominación en cualquiera de sus ámbitos.
Representa
también el zapatismo, debido a la heterogeneidad de sus convocados, un
ejercicio de síntesis de prácticas rebeldes que han convergido en este país: la
resistencia indígena, las luchas contra los megaproyectos –minería a cielo
abierto, presas, parques eólicos-, contra el
despojo, contra la destrucción de la
naturaleza, en suma: por la vida, contra la muerte. Y de los
pensamientos revolucionarios: el anarquismo, el sindicalismo, el socialismo, el
comunismo, con todas sus variantes, incluyendo las religiosas, en las cuales
basa su riqueza de posibilidades, aunque al mismo tiempo, representa sus puntos
de flaqueza.
Como
práctica revolucionaria el zapatismo ha cambiado la realidad de aquí y ahora, a
partir de la construcción de municipios autónomos, no esperando a que todo
cambie a partir de un momento revolucionario, que sin descartarlo, “lo camina” antes que esperarlo.
Hacer
en el momento lo que se dice es lo que a muchxs de nosotrxs jóvenes nos enamoró
de este movimiento, con el cual crecimos y nos educamos políticamente; con el
cual identificamos nuestra rebeldía innata y por el cual un dirigente, un
comité central, un buró político nos parecen tan anacrónicos como inservibles.
Para
lxs compañerxs que tuvieron militancias anteriores a la zapatista, lo hemos
platicado, verse reflejados en el espejo zapatista no fue difícil, porque más
allá de cualquier dogmatismo ideológico, antes que levantar cualquier bandera había
levantado la causa de los despojados, explotados, reprimidos y despreciados, y
estos no sólo habrían de ser obreros.
Y confluyeron
la convocatoria zapatista, la experiencia de algunxs, la inexperiencia de
otrxs, la falta de obediencia de todxs y el amor por este mundo. Abrazamos la
causa zapatista porque es la causa de la libertad, de la igualdad, de la
justicia, de la vida.
Como
colectivo practicamos, a manera de principios:
Autogestión, como
la creación de condiciones materiales, libertad en todos sus aspectos, lo que
implica reducir los márgenes de autoridad que algún externo pueda ejercer sobre
el colectivo, o alguno de los miembros al interior de éste.
Solidaridad, como el concurso de cada uno
al bien de todos y de todos al bien de cada uno. Por lo tanto acompañamos las
luchas de abajo que son independientes del poder en sus tres niveles y de todos
los partidos políticos, sin pretender dirigir, aportando lo que podemos.
Respeto, no
imponer ni dejarse imponer, al interior como al exterior; privilegiar siempre
el libre acuerdo.
Actividades
Acompañamos las luchas de abajo que son independientes del poder
en sus tres niveles y de todos los partidos políticos, sin pretender "dirigir" ni suplantar a nadie, sólo aportando lo que podemos desinteresadamente. Repudiamos la
utilización clientelar y electorera que los partidos políticos pretenden
imponer a los movimientos sociales, montándose oportunistamente en ellos. La intromisión de los partidos en las luchas sociales trae siempre
consecuencias nefastas.
Nuestro colectivo tiene el
anhelo de despertar conciencia política en la gente para que
se reconozca abajo y a la izquierda, para que tenga una visión
general de los problemas causados por la globalización y no se queden
lamentándose por su problema individual como la pérdida del empleo o la
precariedad de su situación económica.
Desafortunadamente, el impacto
no es tan grande como quisiéramos Las tareas cotidianas
nos absorben de tal manera que queda poco tiempo para innovar e
intentar nuevas estrategias de lucha y de difusión de nuestra información. Poco
tiempo también para nuestra auto-formación política, el estudio tan
necesario para fortalecer nuestro propio conocimiento teórico.
Nuestros aliados, otros
colectivos, aparentemente se encuentran en la misma situación. Los encontramos
desbordados. Siempre respondiendo a las urgencias y con poco tiempo para
acercamientos o trabajos en equipo.
Esta problemática es
real, y aunque no nos desanima porque sabemos que nuestra lucha es permanente,
si quisiéramos tener alternativas para mejorar nuestro impacto y
poder observar un cambio más tangible en nuestra sociedad al menos en nuestro
pequeño entorno en donde nos movemos.
Publicamos
La Voz del Anáhuac desde agosto de
1995 como parte de los diversos esfuerzos por crear medios libres,
alternativos, críticos. Con la idea de potenciar la difusión de la palabra de
abajo. Igualmente, desde 2010 estamos presentes en las redes sociales: blog, facebook y twitter.
Este
boletín informativo se sostiene de la cooperación económica de quienes lo
reciben de manos de lxs integrantes de este espacio; la distribución pasa por
facultades, CCHs, preparatorias, marchas, tokines, cafés, eventos culturales,
etc.
Realizamos
actividades públicas sin pedir permiso a nadie, que consisten en jornadas culturales de contenido
político en algunos parques de Azcapotzalco, donde participan artistas solidarios
(teatro, música, danza, poesía, etc.). Esto no sólo con la finalidad de
informar sobre asuntos relacionados con la comunidad o cuestiones nacionales o
internacionales, creamos un espacio de encuentro y discusión con la gente de
abajo, a la par que utilizamos los espacios públicos que pretenden hacerse para
uso exclusivo o del GDF o de empresarios.
Algunas
otras actividades que realizamos son: asesoría jurídica, serigrafía y apoyo
técnico dentro de comunidades que se ven afectadas por megaproyectos mineros o
de otra índole.
También
como parte de las actividades primordiales de este espacio tenemos un taller de
formación y discusión política que nos ha servido para conocer la historia,
discutir posturas ideológicas, analizar momentos específicos de la realidad y
tratar de visualizar un futuro mejor que el que ahora vivimos. Nuestro método
de aprendizaje es caminar, preguntar, mirar, escuchar, discutir, experimentar,
rectificar. Nuestra escuela es la vida, no el aula ni la cátedra.
Colectivo
Azcapotzalco de la Sexta.
Twitter: @VozAnahuac,
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