El CNI llama a
organizarse para derribar el capitalismo que está acabando con todo el planeta
Gloria
Muñoz Ramírez
Entrevista
publicada originalmente en el Suplemento Ojarasca del periódico La Jornada
el 07 de julio, 2017.
Desinformémonos,
periodismo de abajo
Foto: Ramón Michelle Pérez Márquez
31
julio, 2017
No se
repartirán despensas ni promesas. No se pedirá el voto ni se buscará el poder.
Pero sí se irrumpirá en las elecciones presidenciales y se les aguará la fiesta
a los poderosos con la organización de los pueblos de abajo, explica María de Jesús Patricio Martínez, nahua
elegida como vocera del Concejo Indígena de Gobierno del Congreso Nacional Indígena
(CNI) quien, con el apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN),
participará en la contienda presidencial de julio del 2018.
Sus aliados, dice, no los
buscarán en los partidos políticos “porque
ellos ya tienen su propósito”. Los suyos, continúa, “serán la gente de abajo que ha luchado por años y sobrevive al despojo
capitalista. Ellos son los aliados inmediatos y se sumarán los que se articulen
sobre el mismo caminar”. Aclara que no serán sólo indígenas, sino
estudiantes, obreros, campesinos, maestros, mujeres, jóvenes, “todos los que se sientan fuera de este
sistema que nos oprime”.
Han pasado casi dos meses
desde su elección en la asamblea del CNI celebrada en San Cristóbal de las
Casas, Chiapas, y la vida le ha cambiado por completo a esta mujer de 53 años
que recorrerá el país convocando a su reconstrucción. A Tuxpan, Jalisco, su
comunidad natal y en la que ha ejercido la medicina tradicional en las últimas
décadas, han llegado periodistas de México y de muchas partes del mundo y ella,
entre entrevista y entrevista, atiende las reuniones de su vocería, a sus tres
hijos, y los relevos de la clínica comunitaria que pronto dejará para ocuparse
de tiempo completo en sus nuevas responsabilidades.
María de Jesús, conocida
simplemente como Marichuy, es fundadora del CNI, red de pueblos, naciones,
tribus y pueblos indígenas de México convocada por el EZLN en 1996, y ha
participado activamente en cada una de sus iniciativas. Mujer, indígena y
pobre, carga esta triple opresión con dignidad y rebeldía. Está preparada para
lo que se viene pues, dice, su lucha es precisamente por la vida.
La idea de la campaña,
explica en entrevista telefónica con Ojarasca, “no es ir a ver a la gente para que vote, sino poner en la mesa a nivel
nacional lo que realmente está pasando en las comunidades, lo que el gobierno
capitalista no quiere escuchar, pues sólo piensa en el despojo para su
enriquecimiento a cambio de la división de las comunidades, la represión, el
encarcelamiento y la desaparición”.
Marichuy es enfática: “No vamos al proceso electoral para ocupar
un puesto, pero los pueblos ya se cansaron y queremos manifestar de esta forma
todo lo que hay abajo. No nos han querido escuchar y por eso irrumpiremos en su
fiesta para hacernos visibles”. También, profundiza, “es un llamamiento a la organización para derribar el sistema
capitalista que está acabando con las aguas, los árboles, los animales, el
territorio y la tierra”.
Sus diferencias con los
partidos políticos son claras. Para empezar, dice, “los partidos hacen campañas para llegar a la presidencia, llevan
despensas y hacen muchas dádivas, se van comprometiendo para atender las
situaciones de las comunidades o lugares a los que se presentan, pero no
cumplen”. En cambio, aclara, “lo que
propone el CNI es la organización desde abajo y, más que acumular votos para
obtener el poder, articular todas las fuerzas que están abajo, el poder
denunciar lo que está pasando en las comunidades, el proceso de despojo que se
va teniendo progresivamente. Por eso nuestra participación es diferente, porque
será de denuncia, de organización, de articulación, de dar a conocer todo lo
que está realmente está pasando en las comunidades y en los barrios”.
Sobre el proyecto de nación
y sus propuestas de gobierno, María de Jesús afirma que “será muy diferente a lo acostumbrado, donde los partidos ya tienen
diseñado el programa. Nosotros los haremos con la participación de la gente,
serán las mismas comunidades las que van a exponer sus problemas. Quién mejor
que ellas para contar sus problemas y sus necesidades. Pero no partiremos de
cero, pues damos este paso con la final de destruir este sistema que está
acabando con todos: ése es nuestro objetivo”.
Será el Concejo Indígena de
Gobierno, órgano conformado por 42 hombres y 31 mujeres de 17 estados y 23
pueblos indígenas del país, el que participe en el proceso y recoja las
propuestas de la gente. “El CNI propuso
un Concejo, no a una persona. El Concejo será mandatado desde las mismas
comunidades por asambleas para proponer a dos miembros, un hombre y una mujer
de las 93 regiones diseñadas. Yo soy la vocera, seré la voz de ellos, pero
ellos son el candidato. Son un candidato colectivo, pero como no se puede
registrar así pues eligieron una vocera”.
La vocera indígena
especifica que el proyecto surge de los pueblos indígenas, “pero es para todos los sectores de la población, los no indígenas. Es
para todos aquellos que sientan que también están siendo exterminados o que
también les afecta el proyecto de muerte del gobierno. Incluye a todos los que
quieran sentir que también es su espacio y que pueden participar dentro de él
junto con los pueblos para construir un México diferente”.
Es una propuesta “para la sociedad civil organizada o no,
para todos los que vean que este México se está despedazando y que necesitamos
trabajar juntos para articular las fuerzas y reconstruir el país. Hablamos de
estudiantes, mujeres, jóvenes, obreros, campesinos que se sientan parte del
proceso”.
–¿Y si ganan?
–No se trata de ganar o no. Ellos tienen su cochinero.
Los pueblos pensamos que tenemos que hacer algo y éste es el momento de
irrumpir y de hacernos escuchar, que sepan que lo que se dice no es lo que
están haciendo en las comunidades. La intención es desacomodar el tablero que
tiene el poder ya diseñado, porque entre ellos ya tienen planeado quiénes
quedan y al final no hay respuesta o interés en proteger a las comunidades. Nos
toca entrar en su fiesta para echárselas a perder, no para acabar como ellos.
Respecto a la reacción de
rechazo de la izquierda partidista a su candidatura, Marichuy señala que “en el panorama electoral no hay izquierda”.
Pero, aclara, “nosotros no tenemos ningún
ánimo de confrontación. Lo que hemos dicho es que voten o no voten, se
organicen”.
–¿Qué sería un verdadero
proyecto de izquierda?
–Aquél que realmente derribe todas las estructuras impuestas desde
arriba y que atienda a la voz de abajo y a la organización. Y que el que esté
arriba obedezca al pueblo. Así de simple.
María de Jesús Patricio es
una sanadora. Cuenta en la revista Tukari que su vocación viene desde pequeña “cuando observaba cómo las mujeres mayores,
entre ellas mis tías y mi abuela, curaban a los enfermos de susto, espanto,
aduendado, bilis, debilidad o canícula. Mi tía Catarina, por ejemplo, hacía las
limpias con plantas y preparaba ungüentos que esparcía por todo el cuerpo de
los enfermos”. Fundadora del espacio de sanación Casa de los Antepasados de Tuxpan, actualmente prepara a las
compañeras que se quedarán en su lugar para continuar con el uso de la medicina
tradicional en la región.
Para ella llegan otros
tiempos. Además del despojo territorial a los pueblos, Marichuy refiere que el
Concejo “está contemplando todos los
asuntos de violaciones a los derechos humanos del país, las desapariciones, los
normalistas de Ayotzinapa, los asesinatos de periodistas, todo”. Se trata,
dice, de situaciones en las que “el poder
está aliado y afianzado con la policía, el crimen organizado, el ejército, y
desde abajo no podemos esperar a que nos resuelvan algo porque por años no nos
han resuelto nada. Si no hacemos algo nosotros, dejaremos que ellos sigan
haciendo y deshaciendo”.
Específicamente, refiere la
vocera: “el tema de las desapariciones en
México es muy alarmante, son 30 mil aproximadamente, pero son los que sabemos. Son
más, cada vez desaparecen más. Sale uno a la esquina y no sabe si va a
regresar, o ve que la policía habla con el crimen organizado. Es muy descarado
todo, están muy bien aliados. Lo que nos hace falta es unirnos a nosotros
porque si no lo que se viene será peor. Los familiares de los normalistas de
Ayotzinapa han estado en algunas reuniones del CNI y han manifestado el apoyo.
Tienen esperanza y saben que nos tenemos que apoyar todos para hacer algo
juntos”.
En cuanto a los asesinatos
de periodistas, tema en el que no se han pronunciado hasta el momento ninguno
de los posibles candidatos a la presidencia, Patricio Martínez afirma que “a los que están desenmascarando este
cochinero los quieren callar o ya los están callando porque son la voz de
algunos lugares de la realidad. Van quitando, asesinando, a los que se atreven
a decir las cosas”.
La violencia contra las
mujeres se incrementa, señala: “A las que
se atreven a alzar la voz o a hacer algo por los demás también las callan, no
sólo en las comunidades, también en la ciudad. Va parejo, no sabemos quién está
exenta. Por eso debemos trabajar juntas”, considera.
Marichuy se define como “una mujer que está en contra del
patriarcado”. Señala que “es
necesario que la mujer alce la voz y participe en la misma organización de la
comunidad porque los problemas que se tienen no sólo recaen en el hombre, sino
también en la familia”·.
–¿Eres
feminista?
–Me considero una mujer que no está de acuerdo con el sistema que nos
destruye a las mujeres, pero no sé cómo se llamaría eso. Tal vez una feminista
comunitaria.
Durante el anuncio de su
elección como vocera, el Subcomandante Moisés, vocero zapatista, se colocó de
pie, discreto, detrás de su silla. Para ella esto “representa el símbolo de la mujer, que ahora ella irá al frente. Y
también que el EZLN irá atrás y el CNI adelante”.
Los pasos a seguir. En
octubre es la cita siguiente del Concejo Indígena de Gobierno. Se reunirán
nuevamente en Chiapas y desde ahí darán a conocer su próximo plan de
actividades “para caminar juntos por todo
el país”. Por lo pronto, explica la entrevistada, hay una comisión
encargada de los requisitos para participar en el proceso electoral,
específicamente el registro de la candidatura independiente. “Se habla de que necesitas un millón de firmas.
Nosotros consideramos que no tendremos problemas porque hay mucha gente
inconforme y organizada dispuesta a apoyar”.
Los recursos económicos para
recorrer el país y organizar las firmas “vendrán
de los propios pueblos”. María de Jesús explica que “así como nos organizamos para las fiestas, así nos organizaremos para
esto, muy al estilo de los pueblos y de los zapatistas que han estado siempre
participando desde hace más de 20 años”.
Sobre el papel del EZLN en
el proceso, señala que “los zapatistas
son considerados los hermanos mayores. Su palabra es muy valiosa dentro del
Concejo y ellos respaldan la iniciativa”.
Fuera del mundo indígena,
quizás es en los jóvenes en los que la iniciativa encuentra mayor eco. “Se siente su energía para participar en
algo distinto. Preguntan cómo pueden apoyar y participar, los indígenas y no
indígenas. Y nosotros les decimos que llegará el momento que les diremos cómo
pueden incorporarse a la campaña y a la organización de los pueblos”.
Mientras tanto Marichuy, los
y las concejales, el resto del CNI y los zapatistas preparan la asamblea de
octubre. Se tratará, dijeron en mayo, “de
desmontar ese poder podrido que está matando a nuestros pueblos y la Madre Tierra”.
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