Fotografía de
portada: Bager / Tomada en İstiklal (la
calle comercial que desemboca en Plaza Taksim) en enero de 2015.
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Acción Anarquista
Revolucionaria (Devrimci Anarşist Faaliyet–DAF)
Agencia SubVersiones
/22 julio, 2016/
Tras el fallido intento de golpe de Estado al régimen de Recep
Tayyip Erdoğan, que comenzó a altas horas de la noche del pasado viernes 15 de
julio de 2016, sangrientos episodios de violencia se llevaron a cabo en las
ciudades más importantes de Turquía, particularmente en la capital Ankara y en
İstanbul. Grupos armados afines al Partido de Desarrollo y Justicia (AKP, que
gobierna el país), entre ellos sectores jihadistas, tomaron las calles y
persiguieron tanto a golpistas como a civiles.
Con el paso de los días
parece que el ambiente en las calles se ha calmado, pero dentro de las cúpulas
de poder se prepara un golpe político que daría mucho mayor poder a Erdoğan.
Después de la detención de alrededor de 6 mil personas —militares, jueces,
fiscales—, el presidente ha enunciado la posibilidad de reactivar la pena de
muerte en el país. Aunque dicha pena no se aplica oficialmente desde 1984,
apenas hace 12 años que fue abolida en Turquía; como requisito para ingresar a
la Unión Europea.
La reinserción de la pena
de muerte, lejos de sólo afectar a los militares golpistas, también atañe a
todo sector que se manifieste contra el orden establecido en el poder. Esto
significa que, por ejemplo, el líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán
(PKK), Abdullah Öcalan, preso desde 1999 podría ser ejecutado.
Ante esta situación,
colectivos de carácter anticapitalista, cercanos o no cercanos a las políticas
del PKK, han manifestado su preocupación en torno al intento de golpe del
pasado viernes. A continuación se presenta el comunicado de la Acción
Anarquista Revolucionaria (DAF), una de las principales agrupaciones
anarquistas de toda Turquía.
El golpe es
el Estado, ¡la revolución es libertad!
Ver original (en inglés):
DAF – 17 de julio de 2016
El golpe ha sido una inevitable realidad de la presencia del
Estado en esta geografía desde el golpe militar de 1980, surgió tras 36 años,
durante la noche del 15 de julio. Muchos edificios del Estado fueron bloqueados
durante unas cuantas horas durante la movilización militar que se basó en
İstanbul y Ankara. El golpe comenzó con el desfile aéreo de jets de combate en
Ankara y el bloqueo de puentes por parte de soldados en İstanbul, y continuó
con la toma del jefe del Estado mayor como rehén, y el sonido de tanques y
armas de fuego en las calles. Muchos edificios gubernamentales fueron atacados
por F16 y helicópteros, incluido el edificio del parlamento y los cuarteles
generales de la Organización Nacional de Inteligencia (MIT). En muchos lugares
hubo enfrentamientos armados entre soldados y la policía. Tras los eventos, la
transmisión de la televisión nacional Estatal fue cortada y la declaración del
golpe firmada, se leyó «Concilio de Paz
en Casa». Cuando el «Golpe de 5
Horas» acabó, más de cien soldados, más de ochenta oficiales de policía y
más de ochenta protestantes anti-golpe murieron. 2,839 soldados, entre ellos
muchos de alto rango, fueron tomados bajo custodia [A esta «purga» se suman 2,745 jueces y fiscales].
Durante este último
periodo de 36 años, el golpe ha fungido como una herramienta de opresión
política, violencia y represiva, ha sido utilizado como amenaza por el ejército
una y otra vez. Sin duda, para nosotros, los oprimidos, este golpe significa
tortura, represión y masacre de las personas en esta geografía durante estos
periodos. Es evidente que la estructura que toma poder a través de las
masacres, continuará haciendo masacres bajo el nombre del «proyecto de la unidad indivisible del país». El reciente golpe es
el resultado de grupos de poder peleando por poder dentro del Estado. Tal vez,
la existencia oculta de grupos de poder fuera del Estado empuja su definición a
una escala mayor. En todo caso, no hay duda de que aquellos que fortalecieron su
poder como resultado del golpe de 5 horas son el actual gobierno y la cabeza
del Estado.
La noche que comenzó como
un golpe militar se convirtió en unas «vacaciones
democráticas» mientras el poder Estatal ganaba poder. El partido en el
poder, el AKP, consiguió el título de «repeler
un golpe» con su victoria sobre el golpe, en la cima de su legitimidad
sobre su «elección». En toda la
noche, todos los canales de televisión hicieron transmisiones que sirvieron a
esta victoria e hicieron propaganda sobre la ilusión de democracia
personificada por Tayyip Erdoğan. Esta propaganda también fue hecha de manera
continua por los medios de comunicación que eran conocidos por su oposición. En
esta pelea por el poder estatal, los medios de comunicación no solo tomaron el
lado de Tayyip Erdoğan, pero también jugaron el rol de canalizar gente a las
calles.
Así como los medios, los
partidos de oposición del parlamento quienes no «escatimaron» su apoyo por el AKP desde el principio de este
proceso, cayeron en la trampa del poder de Estado de «prevenir que otros hagan política». Su posición de «tomar partido por la democracia contra el
golpe» es una máscara de su inconsciencia política. Esto indica claramente
que a corto plazo no se movilizarán más que dentro de las políticas del poder
de Estado fortalecido. Definir a aquellos que «morirían cuando Tayyip Erdoğan diga mueran, dispararán cuando diga que
disparen», que llenaran las plazas con slogans como «queremos la pena de muerte», enfocados en linchar a cualquiera que
se les atraviese, como «defensores de la
democracia», ¿no es acaso un signo de estancamiento político de los mismos
partidos de oposición?
Con este golpe y la
victoria contra el golpe, el AKP ahora tiene el ambiente necesario para crear
una transformación ideológica en la sociedad. El «50% que difícilmente se contenían en casa» que se mostraron como
una amenaza para Tayyip Erdoğan durante las Protestas de Gezi, estuvieron en
las calles. La cultura fascista, que es una parte importante de la
transformación ideológica que toma lugar a través del sistema legal hacia la
vida social, fue despertado por aquellos movilizados por el Estado hacia las calles.
No sólo eso, estaban disfrazados como gente que trataba de sostener el poder de
la democracia. No es tan difícil adivinar cómo estas «movilizaciones democráticas» harán frente a los oprimidos de
diferentes maneras en diferentes lugares. Ya hemos escuchado noticias de
linchamientos hacia aquellos que no están tomando el lado con el poder de
Estado reforzado.
Esta pelea de grupos de
poder que trata de adquirir el poder de Estado que opera en la cima de la
injusticia económica y política que va en aumento; no es más que la
perpetuación de la autoridad de los opresores sobre los oprimidos, con el fin
de destruir la libertad de los oprimidos. No hay duda que ni la dictadura
visible ni la invisible, ni las estructuras militares o civiles, ni el golpe,
ni las elecciones de los poderes políticos que son enemigos del pueblo, tienen
algo que ver con la voluntad de la gente. Nosotros, que creemos que una vida
libre no puede ser creada por un golpe o por elecciones, reconocemos la
existencia del Estado como un golpe contra la libertad y nuestra revuelta
continuará hasta que se cree un mundo libre. El Estado es el golpe, la
revolución es libertad. Lo que todos necesitamos, es no hacernos esperanzas
sobre las peleas entre las autoridades, sino saber que la esperanza es la
revolución por la libertad.
Fotografía originalmente publicada en bitacoraanarquista: «Una entrevista con Acción Anarquista
Revolucionaria sobre Kobané: “Somos Kawa
contra Dehaq”».
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