Por Aldo Santiago
Agencia SubVersiones
10 abril, 2016
Las injusticias, los asesinatos, desapariciones,
encarcelamientos injustos y amenazas de parte de los gobernantes es lo que
sufren y sufrimos cada persona en diferentes del país y estados. Juntos podemos
ganar las verdaderas justicias.
Alejandro Díaz
Santis
En el sistema penal mexicano las marcas de una sociedad
desigual son aún más profundas. Mientras grotescos jóvenes ricos pueden violar
a su antojo, es evidente que los que están en la cárcel sin siquiera ser
sentenciados, son los que no pueden pagar. De 260 mil presos en México, el 40% no
recibieron sentencia. Son presuntos culpables que no tienen dinero para salir
de la cárcel y se quedan presos, alimentando el sistema penitenciario que vive
de la pobreza y marginación de estas personas.
Sin embargo cada cárcel,
con sus celdas y sus presos, tiene voces, tonos y estruendos distintos, voces
solidarias entre sí que conforman una orquesta de dignidad incansable, de rabia
por la injusticia, de resistencia y lucha por lo que es propio, de ellos, de
ustedes, de nosotros y de todos, del pueblo: tierra, educación, salud,
libertad, humanidad. Organizaciones adherentes a la Sexta Declaración del EZLN,
a aquella lucha inacabable de más de 500 años, tanto fuera como dentro de los
barrotes, desde abajo y hacia el espacio, son su megáfono.
El compañero Alejandro es
indígena tzotzil de 35 años, está preso desde el 1999 acusado de un homicidio
que no cometió. Al momento del arresto no hablaba español, fue torturado, nunca
tuvo acceso a un traductor y no podía contar con dinero suficiente para una
defensa legal adecuada. Es decir fue detenido y encerrado por ser pobre e
indígena, algo muy común en la lógica racista del sistema colonial de justicia
en México y en Chiapas.
Se politizó en la cárcel y
se adhirió a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del EZLN. Se organizó
con otros presos y presas en un colectivo llamado «Solidarios de la Voz del Amate», cuyos integrantes –tras muchas
acciones emprendidas y en las que participó el mismo Alejandro– lograron su
libertad en julio de 2013. Alejandro Díaz Santis es el único integrante de esa
organización aún detenido, a pesar de haber realizado una huelga de hambre de
39 días en octubre de 2011.
«Yo veo que el gobierno no toma en cuenta a la gente indígena
y yo estoy pidiendo la libertad de mi hijo; y él también está pidiendo su
libertad y el gobierno no nos toma en cuenta. Al contrario lo mandaron lejos.
No hay justicia»
comenta Antonio Díaz Velázquez, padre de Alejandro, durante una plática en San
Cristóbal de las Casas.
Alejandro Díaz Sántiz, por sí
mismo
Agencia SubVersiones
Publicado el 23 mar. 2015
El indígena tzotzil Alejandro Díaz Sántiz
está cerca de cumplir 16 años de injusta reclusión. Se le acusa de un delito
que no cometió y en el debido proceso penal no se le respetó el derecho a
defenderse ni a tener traductores para que conociera puntualmente los detalles
de su expediente y de la defensa que necesitaba tener. Es por estas razones que
no puede defenderse adecuadamente de las acusaciones que un primo suyo hizo
contra él y desde el 11 de mayo de 1999 fue recluido, primero en un penal de
Veracruz y tras 10 años logró su traslado a un penal en Chiapas. Está acusado
de haber violado y matado a su hija de 1 año y 7 meses, dejemos que sea él
mismo quien nos cuente –desde el interior del CERESO 5 de San Cristóbal de las
Casas– su historia.
Gracias
a un esfuerzo colaborativo entre medios libres (Másde131, Radio Zapote y
Agencia SubVersiones) fue posible realizar este video para que no sea
suplantada la voz de Alejandro, cumpliendo así uno de los principios
fundamentales de la solidaridad y la lucha por la libertad de los presos
políticos.
Este
video es el inicio de la difusión de materiales que buscan aportar un granito
de arena en la lucha por la libertad de los presos políticos en México.
Su hijo cumple 17 años
preso el próximo 11 de mayo y desde el 10 de septiembre de 2015 fue trasladado
del CERESO Nº 5 de San Cristóbal de las Casas a una cárcel federal en Villa
Comaltitlán, Tapachula, Chiapas, lo que ha agravado una dolencia en sus ojos, además
de desgastar emocional y económicamente a su familia. «Yo lo veo algo triste, allá donde esta él porque yo fui a ver el día
21 de este mes y pues tiene enfermedad y no hay atención médica, y está enfermo
de sus ojos y dice que se le puso colorados los ojos, se inflaman y tiene dolor
de cabeza y no hay atención médica y como no se pueden pasar necesitan varios
documentos para pasarlo a ver y quiere ir su cuñado, sus tíos, amigos, y no se
les deja pasar» comparte don Toño quien remarca que toda la población
carcelaria padece los mismos maltratos que su hijo en un sitio donde el
aislamiento es parte del castigo.
«Antes de su traslado, nosotros lo visitábamos para tener una
vinculación de nuestra lucha y nuestra exigencia; es un aislamiento total
también para nosotros como compañeros porque ya no podemos hablar con él. Las
veces que he acompañado al compañero Antonio pues igual yo quisiera entrar y
hablar con Alejandro pero desgraciadamente no se puede porque es una cárcel
federal donde sólo el papá, la mamá y los hermanos pueden visitarlo, siempre y
cuando tengan todos los documentos que ellos piden» relata Pedro López
Jiménez, integrante de los «Solidarios de la Voz del Amate» organización de
presos surgida en el CERESO No.14 en Cintalapa, Chiapas, que se declararon
adherentes a la Sexta Declaración el 5 de enero de 2006 consiguiendo la
liberación de 138 presxs en un proceso de lucha que llevó consigo huelgas de
hambre y protestas, movilización social y presión pública.
«A menudo se refiere a un preso político a alguien que cayó
preso por luchar, recordamos que los ‘Solidarios de la Voz del Amate’ son
presos que cayeron por discriminación, por el sistema de justicia colonial que
se vive en Chiapas y México donde está criminalizada la pobreza y el ser indígena;
cayeron por delitos que sí pasan por las situaciones de pobreza y
criminalización que el mismo estado favorece. Muchas veces son hombres y
mujeres indígenas que no hablan español, sobre todo no conocen los términos
jurídicos de que los acusaron, no tienen conocimiento de sus derechos como
ciudadanos ante la ley y que caen en redadas o en situaciones de venganza
familiar, de clan o de caciques que meten presos a ciertos incómodos o ciertos
indígenas que saben no se pueden defender» comparten integrantes del Grupo de Trabajo
No estamos todxs (GT).
¿Qué hace la justicia?
Básicamente el sistema de justicia en Chiapas y en todo México requiere dinero
y cuanto más dinero tiene no importa el delito, saldrá libre; por ello es
difícil encontrar a personas ricas dentro de la cárcel, sino que éstas están
destinadas para quienes no alcanzaron a pagar la mordida al policía, la mordida
al MP, la mordida al juez y su cuota al abogado. Toda esta maquinaria sirve
para sacar dinero, sobre todo a la gente pobre.
De acuerdo al colectivo
anticarcelario, un preso en lucha es aquel que pasa por un proceso de
politización dentro de la cárcel y desde las entrañas del aparato represor
emprenden la lucha por la libertad. «Es
un castigo; supuestamente a Alejandro lo llevaron porque tiene una condena
larga, pero ya no lo tiene porque ya casi va cubriendo el 50% de su pena: 17
años; y quizá, como dicen las autoridades, es una persona peligrosa y quizá sí
lo es ante el gobierno, ante el sistema. El gobernador actual supuestamente no
tiene nada que ver con ese traslado pero sabemos que es mentira, quizá el mismo
gestionó el traslado porque igual pasó con el compañero Patishtán en 2011
cuando estábamos en huelga, que el mismo secretario lo había solicitado cuando
lo llevaron a Guasave, Sinaloa. Y yo creo que en este caso con el compañero
Alejandro lo mismo pasó» añade Pedro sobre la situación actual de
Alejandro.
«Lo llevan a una cárcel federal con el fin de privarlo más de
sus derechos y de su voz porque Alejandro cuando estaba aquí en el cinco, él
hacía sus comunicados, todo lo que sucedía adentro, él lo hacía público; cuando
se leen un comunicado, muchos compañeros retoman ese mensaje para apoyar la
exigencia del preso, pero ya estando allá ya cambian muchas cosas porque él no
puede escribir, no puede hablar con sus compañeros; ellos tienen una hora de
receso cada ocho días. Al estar en el patio, si hacen ejercicio, lo hacen con
las cabezas agachadas porque no se pueden hablar, mucho menos mirar, es muy
duro, es un castigo de aquellos; quizá como decimos nosotros, el gobierno lo
quiere matar en vida porque sabiendo Alejandro que es inocente, es un luchador,
que ya está por salir aunque las autoridades siempre encuentran la forma de
cómo atrasar todo esto porque igual respecto de la vía jurídica, del amparo de
Alejandro, la vez pasada en 2013 no fue admitido» explica Pedro sobre los
castigos y obstáculos que el estado, en sus todos sus niveles, ejerce en la
prolongada e injusta detención de Alejandro».
Alejandro tiene derechos a
beneficio de pena, pues más allá de la dificultad en demostrar su inocencia, él
ya rebasó la mitad de su sentencia. La vida carcelaria acumula ciertos «beneficios» por buena conducta, por lo
cual Alejandro debería salir. Legalmente ya cumplió con los requisitos pero el sistema
judicial argumenta lo contrario. Ante ello se presentó un juicio de amparo
contra la decisión del tribunal cuya resolución deberá ser pública para
mediados o finales de abril y si la resolución se da favorable Alejandro
tendría que salir porque automáticamente utilizará esos «beneficios».
Este 17 de abril de 2016
se llevará a cabo una jornada para recordar lxs presxs políticxs en todo el
mundo –iniciativa que nace en Palestina y fue retomada en el Kurdistán y el
País Vasco-. Desde hace años el GT se suma a estas iniciativas que se hacen en
todo el mundo recordando los presxs políticxs en Chiapas y México. Justo ese
día convocan para una movilización con la familia de Alejandro, los «Solidarios de la Voz del Amate» y los
adherentes a la Sexta Declaración, para recordar los casos de presxs políticxs
en lucha de Chiapas y el mundo, evento que converge en el marco de la
resolución de amparo próxima.
Experiencias como la de
los «Solidarios de la Voz del Amate»,
como la lucha de Alejandro, ilustran la necesidad de la construcción de otra
justicia, una como la que comparten perspectivas comunitarias de reparación de
daño y verdadera reintegración social en el que creen comunidades mayas.
«No es que las comunidades no tengan sentido o aplicación de
la justicia, nada más que no coincide con la del Estado y este aplica de manera
colonial como un invasor sobre la vida de la gente de los pueblos indígenas.
Además de eso hay una tortura real. Tienen técnicas en casas de seguridad que
están ubicadas en estos territorios que no son los cuarteles, son casas que la
policía tiene rentada donde encierran a los detenidos y hasta que salgan de ahí
con una declaración autoinculpatoria. La mayoría de los presos se autocondenan
para no sufrir más tortura».
La gran mayoría de los
presos indígenas, que son el 80% de las cárceles de Chiapas, sufren y se
declaran culpables con hojas blancas firmadas y con declaraciones de
culpabilidad obtenidas bajo tortura. «Sin
contar que a veces hay testigos de cargo que el ministerio público o el cacique
utilizan contra ciertas personas por ser enemigos o porque les conviene, por
ser rivales de amor, etc., los testigos de cargos reciben dinero; un MP puede
recibir 40 mil pesos para confirmar una acusación; un testigo de cargo puede
recibir 25 mil pesos para atestiguar, es todo un pinche mercado sobre la vida
de la gente. ¿Dónde está la justicia? No buscan justicia sino culpables que
permitan la lubricación de un sistema que vive de mordidas y dinero y traga
vidas humanas en las cárceles y dinero en los bolsillos de los funcionarios,
desde los policías hasta del crimen organizado; todos viven de esa corrupción,
pero para que exista y se alimente todo el gran sistema se necesitan culpables
y ellos son los que no hablan español, son pobres, que no tienen amistades
porque uno puede ser indígena pero si conoce a tal cacique o licenciado, a lo
mejor se salva».
Alejandro al quedar solo
no se desanimó; consciente de que su libertad sólo puede llegar a través de la
organización, de los presos y quienes estamos afuera, siguió este trabajo. Por
eso Alejandro estaba haciendo denuncia de la corrupción de los funcionarios, la
falta de medicamentos, el control que tienen sobre las visitas que es una forma
de chantajear a los presos; ha denunciado de todo. Alejandro, que sólo hablaba tzotzil,
que le daba pena hablar en público, aprendió a hablar y escribir en español
para demandar y denunciar a las autoridades. Por eso, realmente lo están
castigando con su traslado a un CEFERESO. Esta es una técnica que se ha utilizado
contra Alberto Patishtán; se ha utilizado contra Álvaro Sebastián Ramírez en
Oaxaca y se ha utilizado contra Alejandro, ellos han sido «castigados» por su trabajo de organización y denuncia.
Hacemos un llamado a las
organizaciones adherentes pero también a las organizaciones solidarias, a lxs
de corazones sencillos, que entiendan esta injusticia y se sumen a esta
exigencia de libertad para Alejandro Díaz Santis.
Cartel en una
jornada de lucha por la libertad de Tod@s l@s pres@s polític@s del mundo.
Alejandro Díaz Sántiz y Mumia Abu-Jamal en la imagen.
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