Pedro Echeverría V.
(26/XII/14)
1.
Muchas veces la gente no entiende (o se olvida) acerca de quiénes son los
culpables de la miseria y pobreza, por ello hay que recordárselo siempre. Si
pierde los objetivos de sus luchas puede pasarse la vida batallando contra “molinos de vientos” inexistentes y
dejando intactos a quienes realmente la oprimen. Luchamos contra lo cercano a
nuestras narices, el “tendero de la
esquina”, pensando en que es el culpable de la carestía y olvidamos la
estructura, la política económica y productiva que es la que determina los
precios. Luchamos contra personajes y partidos y no vemos que también ellos son
víctimas de un sistema capitalista que los ha convertido en asesinos y
beneficiarios de la corrupción.
2.
Si Peña Nieto renunciara, el PRI tendría a por lo menos diez listos para
sustituirlo sin que ningún cambio importante (con excepción de nombres) se
registrara. En cada sexenio (de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón) hemos pedido
las renuncias de los presidentes por incapaces, por favorecer a la burguesía
privada y por ser muy corruptos; nunca logramos nuestro objetivo, aunque cada
presidente ha sido más de lo mismo. Siempre se olvida que este es un sistema
político-económico muy bien estructurado que coloca a sus representantes
simulando “elecciones”. ¿No son acaso
los partidos de la burguesía los que han impuestos a sus candidatos para
legitimar con una elección controlada?
3.
Desde Carranza (1917-20) hasta Peña (2012-¿?) –de acuerdo a la Constitución de
1917- ha habido 18 presidentes “electos”;
además de sus respectivos senadores, diputados y alcaldes municipales. De esas
decenas de miles de funcionarios “electos”
en 97 años sólo tres presidentes de la República no cumplieron sus períodos
nombrándoles sustitutos (a Carranza lo asesinaron en 1920, a Obregón lo
asesinaron en 1928 y a Ortiz Rubio lo renunciaron en 1932) Nada cambió el
sistema de dominación; al contrario le dieron al partido oficial en el poder
mejores experiencias de dominación. Siempre la clase dominante obtiene más
experiencias y aprendizajes que los oprimidos.
4.
El derechista Carranza fue asesinado por el falso populismo obregonista cuando
aquel quería imponer a su sucesor; luego, ocho años después, Obregón fue
acribillado en una comida por representantes de la Iglesia en plena guerra
cristera. La renuncia presidencial de Ortiz obedeció a una mini dictadura
impuesta por el expresidente Elías Calles. En 1930 la República Mexicana apenas
tenía 16.6 millones de habitantes (equivalente a lo que hoy posee la ciudad de
México) y las elecciones fueron mucho más que fantochadas por el dominio total
del caudillismo. Sin embargo toda esa experiencia fue usada durante más de 70
años de dominación del partido oficial.
5.
Por ello cuando se pide la renuncia de un gobernador, un ministro de gabinete y
del mismo presidente de la República me da un poco de risa porque tengo la
convicción que aunque “se vayan todos”
del gobierno vendría otro equipo más reforzado y experimentado para dominar. No
olvido que la CNTE desde 1979 luchó contra el cacique Jonguitud Barrios,
secretario general del SNTE y logró expulsarlo 10 años después con la indirecta
ayuda del presidente Salinas. Nada logró porque lo sustituyó Esther Gordillo
que fue mucho peor para el magisterio que la acusó de asesina, ladrona y demás;
en 2012 el gobierno de Peña la encarceló y no cambió nada porque la estructura
de dominación sigue igual.
6.
¿Qué pasó después de la renuncia del gobernador de Guerrero, del presidente
municipal de Iguala y otros funcionarios más? Todo depende del desarrollo de la
conciencia del pueblo y de las movilizaciones en las calles, las escuelas, los
campos, no de la renuncia de uno u otros funcionarios porque estos retiros sólo
son consecuencia o resultados. Los asesinatos de Sadam Hussein, de Milosevic,
de Gadafi, de Allende y otros más, provocaron cambios a gobiernos pro EEUU
porque los yanquis fueron los principales actores; pero ninguno de los cambios
de gobierno puede llevar a cambios profundos si el nivel de conciencia de las
masas está por los suelos. Si no cambia la correlación de fuerzas estamos
perdidos.
7.
El sistema capitalista es una poderosa estructura mundial hegemonizada por el
gran poder de los EEUU. Cuando los países entran en crisis económica y política
el imperio acude a su salvación. Muchas veces parece que están en crisis final,
pero resulta una de las tantas crisis de las que han sufrido durante más de 500
años de dominación. El desplome de un gobierno o un liderazgo sindical es nada
frente a la poderosa fuerza capitalista mundial. Por ello tenemos que ser más
serios al trazar nuestros objetivos y planear nuestras estrategias de lucha si
nos hemos planteado cambios revolucionarios reales y no simples cambios que engrasan
la maquinaria de dominación dentro del sistema para que todo siga igual. No veo
de otra.
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