EL DERECHO A LA REBELIÓN
Quienes se oponen a todo empleo de la fuerza, aunque propugnen la
resistencia pacífica a la opresión, se ponen fuera de la historia. No hay
resistencia posible frente a hienas estatales capaces del genocidio, que hacen
del crimen una política de derecho”.
J. García Pradas
El más
reciente ataque cometido contra la normal de Ayotzinapa si bien es el punto más
álgido de la violencia de Estado contra la población políticamente organizada,
en los años recientes, es una práctica constante y necesaria para la continuación
del sistema de producción y reproducción capitalista. La desaparición y el
asesinato no son más que un mecanismo más de represión que se suma al de la
explotación diaria de la fuerza de trabajo; al despojo de las tierras de los
campesinos para concederlas a empresas trasnacionales; al encarcelamiento y
persecución de lxs que luchan.
Por ello, no sólo repudiamos la desaparición de
los 43 estudiantes normalistas de Guerrero, sino al Estado y al capital que le
dan origen y sustento al terrorismo contra el pueblo. Porque esto es un acto de
terrorismo perpetrado por el Estado mexicano, un acto más en contra de las
organizaciones e individuos que se movilizan políticamente en contra del
despojo, la explotación y la represión. Cárcel o muerte nos ofertan los
gobernantes. Libertad y justicia queremos nosotrxs. Y no le pedimos al Estado
que imparta justicia, porque su justicia se vende al mejor postor como
cualquier otra mercancía; estamos hablando de la justicia del pueblo, que
sabemos, no olvidará a sus hijos masacrados y desaparecidos, y hará pagar a sus verdugos por cada herida,
cada humillación, cada golpe y cada muerte.
Basta ver el desdén con que todxs lxs
representantes de gobierno, partidos políticos, empresarios y medios de
comunicación abordan el tema de la desaparición de los estudiantes; basta ver
las ridículas versiones que dan respecto a su suerte; basta ver las calumnias
que les quieren levantar a los desaparecidos (vínculos con el narcotráfico) para saber que no tenemos nada que
esperar de ellxs. ¡Somos nosotrxs lxs que estamos cansados de ellxs!
Por ello llamamos a que los actos terroristas
del Estado no queden impunes, a que por todos los medios y en todos los
espacios exijamos la aparición con vida de los 43 normalistas desaparecidos,
denunciar el asesinato de los normalistas a manos de policías el 26 de
septiembre pasado, y repudiemos la
existencia del Estado y el capital.
Y cuando hablamos de todos los medios, nos
referimos tanto a los medios pacíficos como a los violentos, pues reivindicamos
el derecho absoluto que tenemos, como pueblo, a rebelarnos ante la injusticia,
ante la represión, ante la explotación, ante el terror que nos han impuesto
como cotidianos. ¡Nunca más! Si
tenemos que romper todos los vidrios, quemar todos los palacios de gobierno,
pintar todos los muros, bloquear todas las carreteras, prender todos los medios
de transporte, cerrar todas las universidades, tomar todas las radios, saquear
todas las tiendas, lo haremos, si ése es el precio de la aparición con vida de
nuestros compañeros. Y más aún lo haremos si ése es el precio de nuestra
libertad.
Frente a los discursos ciudadanistas, socialdemócratas, reformistas y progresistas que condenan el uso de la violencia del pueblo frente
a la violencia del Estado, tildando de infiltrados,
vándalos y desestabilizadores a quienes la practican, nosotrxs reivindicamos
el coraje, la rabia y el enardecimiento del pueblo como auténticamente
legítimos y una de las fuentes de justicia y libertad.
Denunciamos, por el contrario, como farsantes,
cobardes y reaccionarios a quienes con el discurso pacifista señalan, juzgan y condenan a lxs que han decidido actuar
y no sólo llorar, porque de esa manera se están posicionando como represores
funcionales sólo al Estado terrorista, obstaculizando así la construcción de
una vía radical para la destrucción del sistema capitalista (con su Estado
terrorista). Se puede estar en desacuerdo con los métodos o las acciones de
otras personas o agrupaciones, lo cual es muy válido, pero ello no le da
derecho a nadie a poner en peligro la libertad o la vida de quien ha decidido
pasar a la acción directa. La crítica es de compañerxs, la denuncia es de
policías.
Sépanlo: el Estado no tiene el derecho legítimo
de la violencia, todo lo contrario, el pueblo tiene que defender su derecho a
la rebelión, que es sagrado.
Por ello, nos solidarizamos con todxs los
presxs políticos y reivindicamos sus esfuerzos por la justicia y la libertad.
Seguimos codo a codo con los padres de los compañeros desaparecidos y no
descansaremos hasta que nos sean entregados vivos para junto con ellos hacer
estallar en mil pedazos al Estado y al capital.
¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
¡PRESXS POLÍTICOS, LIBERTAD!
¡MUERTE AL ESTADO Y AL CAPITAL!
¡VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIAL!
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