Durante su estancia en DF, los representantes de Ostula acudieron a distintos foros para difundir la situación actual de Michoacán. Fotografía: Sari Dennise |
El proceso de reorganización de la
policía comunitaria en Santa María Ostula (municipio de Aquila, Michoacán) fue
el tema de foros y reuniones los días 9, 10 y 11 de junio, en los que una
comitiva llegó al Distrito Federal para compartir información sobre los sucesos
ocurridos a partir de la toma de esta tenencia, el 8 de febrero del 2014,
en contra de los grupos del crimen organizado.
Entrevista a Semeí Verdía y a Agustín Vera,
comuneros de Santa María Ostula
Publicado el 18/06/2014
Entrevista realizada a los dos comuneros, uno
comandante general de la comunidad indígena y otro vocero de la misma. Explican
la situación en la que se encuentra el movimiento a poco más de 4 meses de
recuperadas las tierras de las comunidades nahuas de la costa michoacana
En vista de la gran cantidad de
información distorsionada y contradictoria que hay en los medios comerciales
sobre las policías comunitarias y grupos de autodefensa en Michoacán, fue
especialmente importante escuchar las experiencias y puntos de vista de algunos
de los participantes clave en la lucha que se está llevando a cabo en esta
comunidad indígena.
En los varios eventos ocurridos en
el Distrito Federal, el vocero de la comunidad de Santa María
Ostula, Agustín Vera, presentó un documento que destaca el derecho a la
autodefensa indígena; resume algunos recientes sucesos clave y exige a los
gobiernos garantías para los autodefensas y policías comunitarias, para su
funcionamiento en contra del crimen organizado, por el respeto al territorio de
Xayakalan como parte de Ostula, y para que haya castigo a los responsables de
32 asesinatos y 4 desapariciones en esta comunidad. (Más información al
respecto en la página de facebook Solidaridad con Ostula).
El asesor jurídico Carlos González
explicó que la policía comunitaria tiene una larga historia en las
comunidades indígenas, pero que en 1989 el gobierno decretó su desaparición. El
primer esfuerzo por reorganizar la policía comunitaria en Santa María Ostula
ocurrió como respuesta a la privación de 1,200 hectáreas de tierras en
abril del 2008. Los comuneros se reunieron el 8 de abril y tomaron la decisión
de defender sus tierras, es decir, su vida. El 14 de junio de 2009, el Congreso
Nacional Indígena proclamó que ante la destrucción y despojo del territorio
indígena, era necesario organizar grupos para velar por la seguridad y el
respeto a la autonomía y autodeterminación de los pueblos.
La toma de tierras, el 29 de junio
de 2009 y el establecimiento del poblado de Xayakalan en el paraje conocido
como la Canaguancera, dio nuevas esperanzas a miles de personas; aunque dos
años después, la embestida del Estado e intereses privados resultó en
muchos asesinatos, desapariciones y un poblado ocupado por los delincuentes
del crimen organizado.
Ahora, dice Carlos González, «se reorganizan, pero de otra manera, de acuerdo
con la Asamblea General de los comuneros. Al compañero [Semeí Verdía,
comandante de la policía comunitaria] lo
nombraron en la asamblea. A finales de abril se tomó protesta a todos los
policías comunitarios. Ahora el consejo está desarrollando el reglamento
de la policía comunitaria para determinar cuáles son sus funcionamientos,
sus alcances y sus límites». El abogado insiste en que la
policía comunitaria debe estar subordinada a la autoridad civil «para cumplir con los anhelos y sueños de la comunidad».
El asesor también señala que un
importante logro de la comunidad reorganizada de Ostula es haber puesto fin al
saqueo de maderas preciosas, y en particular, a un codiciado árbol en peligro
de extinción conocido como “sangualica”.
También destaca la búsqueda de los desaparecidos y la reciente localización de
los cuerpos sin vida de tres comuneros secuestrados el 25 de noviembre de 2013.
Da información sobre los cuatro comuneros desaparecidos y los 32 asesinados, y
menciona que el actual comandante general Semeí Verdía fue el objetivo de un
atentado contra su vida cuando 12 hombres fuertemente armados abrieron fuego
contra él mientras jugaba fútbol en la cancha de La Ticla el 20 de febrero del
2011. El compañero logró esquivar la lluvia de balas para llegar al monte donde
logró esconderse y sobrevivir.
Antes de vivir en el exilio, Semeí
había participado en todos los trabajos por la recuperación y defensa de las
tierras de Xayakalan, desde que empezó a asistir a las reuniones convocadas a
las dos o tres de la madrugada, por don Trinidad de la
Cruz Crisóstomo para organizar ese gran esfuerzo. Y al regresar
a Ostula el pasado 8 de febrero, encabezó la reorganización del pueblo.
Hay quienes han buscado desarticular
a los grupos de policías comunitarios de la región; al respecto el comandante
dice «pero no lo lograron y no lo
lograrán porque cada vez estamos más unidos. ¿Por qué? Porque lo que hacemos es
por el bien de toda la ciudadanía. También lo hemos dicho nosotros. No venimos
abanderando tampoco a ningún partido político. Venimos por el bien de la
sociedad. Estamos sufriendo todos… ».
Afirma que la Policía Comunitaria de
Ostula tiene una buena relación y coordinación con el Dr. José Manuel Mireles y
algunos de los comandantes de los grupos de autodefensas que han surgido en las
comunidades mestizas de Tierra Caliente y otros lugares.
Dice: «Es lamentable lo que estaba sucediendo en nuestras comunidades, ver
cómo había destacamentos de la Marina a escasos 500 metros del poblado donde se
encontraba el jefe de los Caballeros Templarios y sucedían las extorsiones, los
levantones, y el gobierno no veía eso. Sólo el pueblo lo veía y no podía acudir
a ningún nivel de gobierno a hacer una denuncia porque más tardabas en llegar a
dónde se hacían las denuncias [que]
en que llegaras a tu casa, te podrían tener trozado o embolsado».
Semeí niega que las Policías
Comunitarias y autodefensas sean un nuevo cártel. Asegura que la mayoría se
levantaron en armas porque tienen familiares asesinados o secuestrados. En su
caso son seis, entre tíos y primos asesinados por el crimen organizado.
Ante el público, que en su mayoría
tienen poco o nada de confianza en el gobierno federal, el comandante afirma
que las reuniones con el comisionado Castillo siguen, pero que el gobierno no
ha resuelto el problema del crimen organizado y no ha liberado a 19 presos
políticos. Dice que «estamos dentro de
las fuerzas rurales», pero destaca que no hay desarme, sólo registro de
armas. En Casa Lamm, aclaró varias posturas controvertidas:
«La policía
comunitaria es responsable de cuidar los bienes de la comunidad. Éste es mi
cargo. No voy a tomar el cargo de policía rural [aplausos].
[…] Se tomó la decisión que se va a hacer
la fuerza rural aquí en el municipio. ¿Por qué? Porque la zona es conflictiva y
mientras más armas nos dé el gobierno, mejor […] Se ha difundido la información que iba a haber desarme el día 10 de
mayo y que las autodefensas y policías comunitarias iban a desaparecer.
Era una información que daba el gobierno a la prensa. Ustedes se dan cuenta de
que al Dr. Mireles lo destituyen un día antes del día 10 como vocero. ¿Por qué?
Porque el gobierno federal había dicho que el día 10 se habría arreglado
Michoacán […] Nosotros hemos dicho
que no peleamos contra el gobierno, sino contra los criminales. Claro, si entre
los criminales hay alguien del gobierno, pues… [risas y aplausos]»
Entrevista con el comandante Semeí Verdía
Después de la
conferencia de prensa en el Centro PRODH, fue posible hacer la siguiente
entrevista con el comandante Semeí Verdía:
En su opinión
¿qué es lo más importante que ustedes han logrado en Santa María Ostula?
Lo más importante para mí es que parece que la seguridad prevalece en
nuestra comunidad indígena. ¿Por qué? Porque después de que organizamos nuestra
Policía Comunitaria y tomamos nuestras tierras en 2009, hubo muchas
represalias, mucha violencia contra nuestra gente. Desarmados, permitimos
que el gobierno se encargara de la seguridad pero la verdad, no pudo.
Pero ahora, gracias a los grupos de autodefensa y la Policía Comunitaria que
ya reorganizamos en nuestras comunidades, la situación ha cambiado. Durante
cuatro meses en Santa María Ostula, la gente está trabajando, los niños van a
la escuela, no hemos tenido ningún asesinato, ningún asalto, ningún secuestro
y parece que las cosas siguen mucho mejor de lo que estaban
durante tres o cuatro años atrás.
¿El movimiento
de los autodefensas en Michoacán tuvo que ver con que pudieras regresar a tu
comunidad?
Pues la verdad sí. ¿Por qué? Porque si no fuera por ellos, no habría
manera de enfrentar al crimen organizado, que nos estaba golpeando muy
fuerte. La verdad, yo agradezco a los grupos que se han formado en Tierra
Caliente o donde sea. Desde el exilio yo busqué la manera de organizarme con
unos compañeros. Gracias a ellos, puedo decirlo, volví a mi comunidad, a mi
municipio. La gente de la comunidad tenía la esperanza de que yo
anduviera en un grupo de estos porque me conocen. Saben lo que soy en la
comunidad y lo que he sido y lo que he hecho para la comunidad también.
Ellos me decían que tenían la confianza en mí y en mis compañeros, que mientras
estábamos fuera de la comunidad nos reorganizáramos. Si no hubiera sucedido
esto, a lo mejor todavía estaríamos allá fuera. Entonces sí, el movimiento de las
autodefensas tiene mucho que ver con mi regreso, con nuestro regreso. Y el otro
factor crítico ha sido el apoyo de nuestra gente.
¿Tenías la
expectativa de tanto apoyo de la comunidad?
Pues puedo decir que sí. ¿Por qué? Porque uno lo siente. Lo ha vivido,
cómo ha sido en su comunidad. Pero no sabía si sería tan rápido porque la
gente ha sufrido muchas agresiones y podría tener miedo. Y cuando llegamos el
día 8 de febrero, así fue. Pero dicen los dichos que lo que siembras cosecharás
y yo no he sembrado terror. He sembrado amistades. Y gracias a Dios obtuvimos
el respaldo de toda la comunidad. Al principio llegaron alrededor de 70
personas para platicar con nosotros, luego 200, y el otro día ¡500! Casi no me
lo pude creer. Luego un general del Ejército nos desarmó pero con el apoyo de
la comunidad, lo obligamos a devolvernos las armas. Y el día 13, llevamos
a cabo una asamblea donde 1,300 personas decidieron reorganizar nuestra Policía
Comunitaria y me nombraron comandante general. Esto me conmovió mucho.
Y el apoyo no sólo es de mi comunidad. Ahí tenemos la Policía
Comunitaria porque somos una comunidad indígena. Pero no todas las comunidades
en el municipio de Aquila son indígenas, solo cuatro, por eso en el
municipio nos organizamos en los grupos de autodefensa, bueno, es el nombre que
el estado nos da. El municipio entero de Aquila me arropó porque las
autodefensas liberamos al municipio independientemente de mi comunidad. Yo la
verdad iba para rescatar a mi comunidad pero me dieron un cargo más, que
tenía que coordinar a todo el municipio. Entonces ahora tengo dos cargos
–Comandante General de la Policía Comunitaria de Ostula y Coordinador de los
Autodefensas de Aquila. Parece que vamos por un buen camino.
¿Dices que en
Ostula fue la asamblea que tomó la decisión de reorganizar la Policía Comunitaria?
Sí, la reorganización de la Policía Comunitaria en Ostula bajo su
autoridad es algo nuevo. En el 2009, no fue así. Pero la verdad, todas las
decisiones importantes se toman en la asamblea general. Ahí estamos nada más
los comuneros de la comunidad, y vemos los asuntos de la comunidad, los asuntos
internos y no ocupamos gente de otros lados, aunque a veces les invitamos
para que vean la organización. Como es en una comunidad indígena, es muy
distinta a los ejidos o a los que tienen propiedades o a los avecindados,
porque nuestras reuniones son contínuas. Los avecindados casi no se
reúnen como las comunidades indígenas, no tienen esa tradición, por eso,
invitamos a los demás compañeros para que vean lo que es una comunidad y
se den cuenta de cómo se puede organizar.
¿Cuál es la
situación en Xayakalan?
Durante más de tres años estuvo muy triste. Asesinatos, despojos,
amenazas, violencia. No fui el único obligado a vivir en el exilio. Muchos
tuvieron que salir o ser asesinados. Hace cuatro meses, cuando llegamos a
Ostula, tuvimos que trasladarnos para Xayakalan. ¿Por qué? Porque nos avisaron
que grupos de policías ministeriales estaban agrediendo a la gente. Yo en
cuanto llegué a mi comunidad me dijeron que los estaban amedrentando, que
los querían desalojar de Xayakalan. Logramos que los ministeriales salieran de
ahí. También se han ido todos los del crimen organizado. Ahora muchas familias
han regresado y la gente vive con una tranquilidad que no ha conocido desde
hace mucho tiempo. Podemos decir que la situación en Xayakalan está muy bien.
¿Qué ha pasado
con las personas que torturaron y asesinaron a Don Trino?
Algunos de los delincuentes, incluyendo algunos de los que asesinaron a
don Trino, fueron asesinados antes de la reorganización, no sabemos por
quiénes. Y otros se fueron. Están fuera de la comunidad y fuera del municipio y
fuera del estado de Michoacán. Están fuera.
¿Hay algo más
que te gustaría agregar?
Pues nada más invitarles a visitarnos. Nuestras playas son algunas de
las más bonitas y ahora las más seguras del país. ¿Por qué? Porque los del
crimen organizado ya no están ahí. Durante tres años los turistas no nos
visitaban como antes, porque los delincuentes solían robarles su dinero, sus
camionetas. Pero ahora no. En Semana Santa volvieron los turistas y no hubo
ningún asalto. Puedo decirles que la paz en nuestro municipio y nuestra
comunidad de Ostula volvió y primeramente Dios así seguirá. Y los
esperamos allá.
Gracias.
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