ALAI, América Latina en
Movimiento
México, 2014-06-23
México, 2014-06-23
Hace unos días el Secretario de Agricultura
de México Martínez y Martínez, declaró en Canadá junto con sus homólogos que el
camino agrícola en México sería con la ayuda de la siembra de transgénicos[1]. También hace un par de días salió el
archi-condecorado Francisco Bolívar Zapata (investigador emérito y ligado a los
corporativos de Biotecnología desde hace décadas y actualmente coordinador de
Ciencia, Tecnología e Innovación de la Oficina de Presidencia de la República)
a decir que: “harán una consulta pública
para juntar evidencias científicas a
favor (sic) de los
transgénicos para hacer valer la ley que ya permite el uso de OGM y para que
legisladores tomen decisiones bien sustentadas”[2]. La consulta pública que se realizará en
algún momento aunque no se ha dicho cuándo ni dónde recuerda a otras que
parecen ser parte de un modelo.
Los inicios de la “consulta
pública”
En el año 2001 cuando Arturo Montiel era el
entonces recién electo gobernador del Estado de México, el priismo estatal tuvo
que integrar a las corrientes fragmentadas después de una flagrante simulación
interna. La integración se fraguó a través de la inclusión de los derrotados en
la elaboración de los planes y políticas públicas al mero Atlacomulco’s
Style. La estrategia fue simple: Darles a los derrotados la posibilidad de
participar en la elaboración del programa de trabajo y en la participación de
los negocios e intereses con el acuerdo entre burócratas, “representantes” y los grupos privados.
Este “lobbie”
tendría el mote de "participativo y
público" y funcionó bastante bien para los priistas quienes con el
Plan de Desarrollo Social hicieron jugosos negocios. Desde entonces empresas
como Soriana incursionaron en el uso de tarjetas de consumo para organizar el
reparto de despensas dentro del programa piloto “COMESA”, referente de la actual Cruzada contra el Hambre.
Para
variar los priistas mexiquenses se traicionaron y fue así como nació la
brillante idea de firmar acuerdos previos ante Notario Público (un aliciente
para incitar a los desconfiados –que requieren un documento que acredite
su parte del motín– para volverse a sentar en la mesa). La "conciliación participativa" ante notario que EPN utilizó
durante su campaña a gobernador era idéntica a las formas anteriores: Se
diseñaba el plan con anticipación y luego se validaba en una “consulta participativa”.
Filtros de exclusión para “asegurar”
la participación
La consulta pública se componía de varios
filtros para evitar cualquier situación “incómoda”:
Primer
Filtro “infraestructura cibernética”: El
trámite se realizaba por internet así que se requería de una computadora y
conexión. Era bastante sencillo: Se promovía la consulta por los medios
oficiales. Luego los interesados escribían a una dirección mail enviando su
propuesta en forma de ponencia.
Segundo
filtro “la selección de ponencias no
contrariantes”: Si la ponencia no era “contraria a los intereses oficiales” se enviaba un registro con
los datos del lugar y fecha donde se realizaría la consulta y una contraseña
para recoger un gafete que daba la garantía de participar. La participación se
dividía en mesas tal como se dividen las secretarias de gobierno.
Tercer
filtro “el acceso dentro de espacios parciales”: Las
consultas participativas se realizaban en las grandes casas de los caciques
priistas (con todo y sus guaruras en puerta trasera y delantera). Una vez
dentro de los fastuosos jardines, los participantes eran recibidos por
elegantes edecanes (práctica común y no exclusiva de Cuauhtémoc Gutiérrez[3]) quienes validaban si el gafete estaba en
su lista. Toda vez validado, se indicaba en cual carpa estaba ubicada la mesa
de trabajo.
Cuarto
filtro “el hambre del lejano”: Había
un gran buffet con suculentos
desayunos pagado por el pueblo pero cerrado a una iniciativa partidista. Esto
hacía que casi nadie estuviese en las carpas sino en las mesas dispuestas para
desayunar. O se asistía a la incómoda y calurosa carpa o se desayunaba
magnánimamente en un ambiente relajado y abierto que por cierto no incluía
baños, así que el que caía en la trampa del desayuno tenía que abandonar en
breve el encuentro.
Quinto
filtro “la demagogia patriarcal y el
institucionalismo”: Ya dentro de la carpa había un montón de
sillas en forma de escuelita de gobierno llenas de campesinos hombres e
institucionales (sombrerudos, con botas y con grandes hebillas) quienes
utilizaban sus diez minutos para exponer las ideas a incluir al plan. Los
primeros cinco minutos eran para saludar a los presentes y agradecer al
candidato a gobernador por su esfuerzo democrático, y los siguientes cinco para
exponer “la necesidad de modernidad en el
campo”.
Sexto
filtro “La selección de las propuestas
por los relatores”: Ya expuestos sus puntos, se procedía al
“aplausómetro” mientras dos jóvenes, los únicos medianamente atentos a lo que
se decía, capturaban desde atrás de la carpa, las ideas que ellos consideraban
sobresalientes. Al final de la declaratoria se leía a quienes quedaban el
programa general.
Séptimo
filtro “La simulación total”:
Independientemente de que los ponentes tuvieran o no la precaución de verificar
que se agregaran sus aportaciones a la relatoría general. Estas no saldrían en
el impreso del programa porque sencillamente, no se puede aportar nada a algo
que ya está escrito, diseñado, editado y en imprenta antes de nacer.
El lobbie Peña TransgeNietista: procedimientos y pronósticos
Lo mismo está pasando ahora con la consulta
pública para siembra de maíz transgénico a nivel comercial. Sólo que antes, en
las épocas de elección, al menos se hacía la faramalla de “lo participativo” pero ahora la consulta pública se decide en
corto y de forma unilateral por un lobbie de actores estatales y
privados[4]. Ya no hace falta que el acuerdo se firme
ante notario público porque finalmente es la cámara de diputados el “gran notario” ahora. La Reforma al
Campo que vende como "participativa"
esta desde hace rato negociada por el lobbie transgénico-priista para
votarse en fast-track al mismo estilo que hicieron con la reforma
energética[5].
Los
argumentos de los diputados serán lo que ya sabemos: “que los transgénicos son para alimentar a los mexicanos que padecen
hambre” y entonces procederán a dar despensas “de engorda” para que los campesinos minifundistas ya desposeídos
(los mismos a los que llevan 30 años fastidiando y limitando de cualquier apoyo
público para sus sectores productivos) no se vean tan flacos.
En
lugar de fortalecer la producción de los sistemas productivos, garantizar
precios para el maíz nativo, establecer esquemas de conservación para la
biodiversidad local y la cultura indígena, se dotarán como estilan de semillas
y alimentos transgénicos a esos ex campesinos que todavía sigan dentro del
padrón de beneficiarios del Oportunidades
y del Progresa (o de programas locales[6]).
También
saldrá la secretaría de Salud Pública y algunos eméritos del Instituto Nacional
de Nutrición para avalar que los alimentos transgénicos son incluso benéficos
-como lo han hecho- y habrá cifras alentadoras y elocuentes de la SAGARPA y la
SEMARNAT reportadas en el SIAP para reafirmar que “México es un país que hasta exporta maíz transgénico a sus vecinos
centroamericanos”.
Después
más de lo mismo de siempre: Vendrá el BID, o la CEPAL a reportar en un estudio
que el caso mexicano es un modelo
ejemplar, y entonces el Banco Mundial tomará al caso del maíz transgénico
en México como una referencia para ejecutarlo a nivel planetario (tal y como
hacen actualmente con el fatídico programa REDD+).
Esta
será la historia que le contarán los abuelos a sus nietos desde sobre cómo
desparecieron de los países mega-diversos biológica y culturalmente como
México, Guatemala, Nicaragua, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Perú, Bolivia,
Venezuela, Ecuador, y Brasil entre otros, la biodiversidad cultivada y el modo
de vida campesina
Esbozos de las consecuencias socio-geográficas
Y colorín
colorado, es así como Mesoamérica con su gran historia y riqueza biológica
quedó acabada por el sueño neoliberal: Ciudadanos sin derechos sociales,
laborales, económicos, culturales ni alimentarios que vivan en la toxica
ignorancia televisiva y se alimenten de comida chatarra. Geográficamente México
lucirá así:
En
el norte (Nuevo León, Sinaloa, Chihuahua, Durango, Coahuila) será un
Paraguay de glifosato y enfermedades.
En
el centro (Edomex, Querétaro, León, Hidalgo, Guerrero, Michoacán,
Jalisco) seguirá la expansión de la Gran Chimalhuacán, un polo urbanizado
empobrecido parecido a una “India pero en chiquita”.
En
el sureste (Yucatán, Campeche, Oaxaca, Chiapas, Chetumal) la
continuación de esta especie de actual Belice o Honduras con minifundios
improductivos exportadores de mano de obra.
La resistencia campesina debe de continuar
su trabajo fuera de los márgenes de la simulación de las “consulta públicas”. No se pueden bajar los brazos ahora, menos
ahora que nunca o México y Centroamérica (cuna mesoamericana del maíz)
continuarán la dolorosa senda hacia la desestructuración social y económica,
sin sistemas locales agroalimentarios y con campesinos despojados por el lobbie
público-privado.
- Renzo
D’Alessandro es Sociólogo Rural y candidato a doctor en
Socio-antropología por la Universidad Paul Valery de Francia.
[2] Periódico Crónica del 17 de junio de 2014.
URL: http://www.cronica.com.mx/notas/2014/839402.html
[4] Periódico La Gran Época, tomado el 18 de
junio de 2014. URL: http://www.lagranepoca.com/32243-abogado-define-como-monologo-debate-transgenicos-reforma-agraria-mexico
[6] Periódico Cuarto Poder, 11 de junio de
2014. URL: http://www.cuartopoder.mx/44-mil-790-paquetes-de-insumos-agricolas/
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