CÁRCEL O MUERTE: respuestas gubernamentales a las luchas del pueblo por la tierra, el agua, la vida digna
Texto
de La Voz del Anáhuac
El pasado 17 de junio fue
apresado con lujo de violencia el compañero Marco Antonio Suástegui Muñoz, vocero del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota (CECOP). Los cargos que se le imputan
(‘despojo’ y ‘homicidio en grado de tentativa’), mas los que pretendan
acumularle, pues según dice el procurador de Guerrero, hay 17 órdenes de
aprehensión en su contra, no son sino la cortina de humo para encubrir que en
realidad se trata de criminalizar la lucha social, pues en el caso de Marco
Antonio Suástegui es claro que su encarcelamiento es por la lucha que junto con
los ejidatarios y comuneros de Cacahuatepec,
Guerrero, han sostenido, desde hace más de 10 años, en contra de la construcción
de la presa hidroeléctrica La Parota, proyecto que el CECOP denomina como
proyecto de muerte, pues, de realizarse, quedarían inundadas miles de
hectáreas, condenando a desaparecer a pueblos enteros.
Con Marco Antonio
Suástegui, suman ya 11 los presos de la CRAC-PC, a la que en diciembre pasado se incorporó la Policía Comunitaria constituida en
Cacahuatepec y comunidades del Río Papagayo. Néstora Salgado García,
coordinadora de la Policía Comunitaria
de Olinalá, Guerrero es una de los otros 10 presos de la CRAC-PC.
También por oponerse a un megaproyecto de muerte en Puebla,
están presos desde abril Enedina Rosas Vélez, Juan Carlos Flores Solís y Abraham Cordero Calderón, integrantes
del Frente de Pueblos en Defensa de la
Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala. Ellos se oponen al llamado Proyecto Integral Morelos que consiste
en la construcción de dos termoeléctricas
en Huexca, Morelos. Además de estar en contra de estas termoeléctricas por
la enorme contaminación ambiental que provocarán, se oponen porque este
proyecto implica la construcción de un acueducto
que despojará de su agua a pueblos de Morelos y de un gasoducto, que llevará el combustible desde Tlaxcala, con lo que al
paso del gasoducto, muchas comunidades de Tlaxcala, Puebla y Morelos serán
despojadas de su tierra. Y el peligro de muerte se advierte de manera mayúscula
en los pueblos de la región volcánica, pues el paso del gasoducto está trazado por
esta zona de alto riesgo, pues como se sabe, la actividad volcánica del
Popocatépetl ha sido marcada con ‘alerta
naranja’. A Enedina, Juan Carlos y Abraham también les fabricaron delitos,
la verdadera razón de su encarcelamiento es por oponerse a un proyecto de
muerte.
Desde el 31 de mayo están presos
Alberto Pérez Linares, Javier Brígido Castro, Ricardo Pozo Granados, Eduardo Mejía Nava y Gerardo Gutiérrez García, habitantes de
San Bartolo Ameyalco. ¿Qué delito
cometieron? Defenderse de la agresión policíaca que ese día irrumpió en su
pueblo para despojarlos del agua. Semanas antes, el pueblo de Ameyalco había
instalado un campamento en el ojo de agua, como forma de resistencia pacífica,
para impedir una obra hidráulica que sin informarles debidamente ni consultar
el gobierno del DF quiso imponerles. Pero dado que el pueblo se organizó para
resistir, el GDF ordenó un enorme operativo policíaco que, de madrugada, el 31
de mayo irrumpió en Ameyalco. Estos 5 compañeros están presos por defender el agua de su pueblo, por
defender la vida.
Francisco Santiago Mora López, José Amador Santos Mora, Miguel Hernández y Maximino Hernández, adherentes a la 6ª Declaración de la Selva Lacandona, integrantes de los Dorados de Villa y del Sector de Trabajadores, fundadores de
la Comunidad Autónoma Ernesto Guevara de
la Serna, en el predio Paso María Cristina, en Ayotoxco, Puebla, fueron detenidos el 12 de junio, acusados
falsamente de homicidio. Durante dos años lucharon por la tierra y construían
autonomía en esta comunidad. Recientemente habían ganado jurídicamente la
posesión de la tierra, cuando, para quitarlos de en medio, el gobierno de
Puebla, en complicidad con la CNPA-MN les imputa un homicidio.
Recientemente
se ha denunciado que se ha librado orden de aprehensión en contra de Mario Luna, vocero de la Tribu Yaqui, que se opone al Acueducto Independencia, con el que se
pretende despojar del agua al pueblo Yaqui. A saber que delitos se les ocurra
inventarle a Mario y/o a otros compañeros de la Tribu Yaqui, lo cierto es que
los quieren encarcelar por defender el agua, es decir, por defender la vida de
un pueblo que durante siglos ha luchado contra el despojo, contra la
explotación, el desprecio y la represión.
Mario González, Alejandro Bautista y Abraham Cortés son tres presos políticos desde el 2 de octubre de 3013. Como ellos, otros 300 han sido detenidos arbitrariamente por ejercer el derecho a la protesta social. Hay que remarcar que en el DF la práctica de criminalizar la protesta social se ha recrudecido desde el 1° de diciembre de 2012, fecha en que tomó posesión de la presidencia de México el ‘carnicero de Atenco’: Enrique Peña Nieto.
Pero no ha
sido sólo la cárcel el precio por ejercer el derecho a la protesta social.
También ha sido la muerte o la desaparición forzada. De ese día, 1° de
Diciembre de 2012, tenemos el caso de Juan
Francisco Kuykendall, quien falleció el 25 de enero de 2014 a consecuencia
de la lesión grave que le ocasionó el impacto de una granada de gas lacrimógeno
en el cráneo. Pudo resistir un año, un mes y 25 días, pero su fallecimiento es
a consecuencia de la herida provocada por policías el 1° de diciembre de 2012.
El 21 de
marzo fue acribillado con más de 20 balas el compañero Juan Carlos Gómez Silvano, adherente a la 6ª Declaración de la Selva
Lacandona y ejidatario de San
Sebastián Bachajón, comunidad que lucha en defensa de su territorio y
construye la autonomía. Al momento de su artero asesinato, Juan Carlos
coordinaba a los adherentes a la 6ª en Bachajón y realizaba trabajos en la
comunidad Virgen de Dolores, invitándolos a asumirse autónomos y así crecer el
camino de la liberación. Por eso fue asesinado
En esas
fechas estaba por cumplirse un año de que el compañero Juan Vázquez Guzmán también fuera asesinado. El 24 de abril del
2013 fue asesinado por paramilitares pagados por el mal gobierno. Juan Vázquez
estuvo siempre con su pueblo, defendiendo el territorio y los bienes comunales,
parte de estos son las Cascadas de Agua
Azul, que había recuperado para hacer un espacio comunitario de trabajo
colectivo y no como el gobierno y los caciques decidieron: un proyecto
ecoturístico privado. Las Cascadas les fueron arrebatadas con el uso de la
fuerza pública. Juan Vázquez y los ejidatarios adherentes a la 6ª lucharon sin
descanso por la libertad de los presos políticos de San Sebastián Bachajón. A
los dos Juanes de Bachajón los asesinaron por luchar por la autonomía, es
decir, por luchar por la vida digna.
Así,
escalando la represión, llega a La
Realidad, a territorio zapatista.
La Junta de Buen Gobierno trataba de resolver mediante el diálogo el conflicto
que venía generando la CIOAC-H y
gente del PAN y del PRI-Verde. Habían retenido una
ambulancia zapatista que transportaba medicamentos para los trabajos de salud
autónoma y comunitaria, había problemas por la grava, que los no zapatistas
querían sólo para ellos, pero que había acuerdo que era para todos. El 2 de mayo, cuando la JBG dialogaba con
los de CIOAC-H, llega un grupo de esa organización según que a liberar a su líder que según que estaba
secuestrado, y aunque el susodicho
les aclaró que no era así, que estaban dialogando, ese grupo se trasladó a la
entrada del Caracol y emboscó a bases
zapatistas que llegaban de sus trabajos, los agredieron con balas, machetes, garrotes y piedras, dejando 15 heridos, dañaron los
vehículos de la comunidad y continuaron con la destrucción de la clínica y de la escuela. Ante esto, los que
estaban dialogando salieron a ver qué pasaba, pidieron a los líderes de la
CIOAC-H, con quienes habían estado dialogando, que calmaran a sus compañeros,
pero no hicieron caso. Era parte de su plan. Fingir un diálogo para después agredir. Los compañeros de la JBG
intentaron parar la agresión, pero también fueron agredidos. Ese fue el momento
en que el compañero José Luis Solís
López, ‘Galeano’ fue asesinado: un balazo en la pierna, otro en el
pecho, un machetazo en la boca y finalmente un balazo en la nuca.
Galeano era Votán
y maestro de la Escuelita Zapatista. Aunque desarmado, como todos los bases
zapatistas que resultaron heridos, se defendió hasta el final. Murió peleando,
defendiendo a sus hermanos, exigiendo a los agresores usar la palabra, no la
fuerza de las armas. Galeano fue asesinado cobardemente
por gente engañada por el mal gobierno, por gente que se vende, que traiciona a
sus hermanos. No obstante, los zapatistas han dicho que no quieren venganza, sino justicia, que no van a pelear contra
otros hermanos indígenas, aunque engañados, ellos no son el enemigo. Contra el
que hay que luchar es contra el mal
gobierno, contra el sistema capitalista.
El EZLN es un referente de lucha en Chiapas, en
México, en el mundo. Con el ataque paramilitar del 2 de mayo recibió un duro golpe,
pero ni se arredra ni se siente derrotado. Sembró a Galeano y le rinde
homenaje dando un paso más en la horizontalidad, en la profundización de su trabajo
emancipador. Desaparece una imagen que fue fundamental por un tiempo para que
la palabra zapatista se escuchara, pero ahora las bases zapatistas han
alcanzado un nivel político que ya no necesita de que una imagen mestiza hable
por ellos. Esto quedó demostrado desde la Escuelita Zapatista. Los maestros y
Votanes, como Galeano mostraron al mundo que las comunidades tienen la
capacidad de sistematizar por sí mismas la experiencia acumulada en 20 años de
lucha, de construcción de la autonomía, de mandar obedeciendo.
En Atenco, el 1°
de junio también se perpetra una traición. El comisariado ejidal priísta, utilizando provocadores de Antorcha Campesina monta una farsa de ‘asamblea ejidal’ e ilegalmente saca ‘acuerdos’ que permitirán la venta de la
tierra: ‘dominio pleno’ y ‘cambio del uso del suelo’, premisas
legaloides para convencer a los ejidatarios, por miedo o por ‘conveniencia’ personal a que vendan las
tierras. Este paso era necesario para que el gobierno y las empresas que se
beneficiarán por fin, después de 13 años de lucha, puedan adueñarse de estas tierras para construir el aeropuerto alterno, ‘Ciudad
Futura’ y otros proyectos capitalistas.
Y en este caso, los compañeros del FPDT también tienen claro que el enemigo principal no es el
comisariado corrupto, ni los golpeadores de Antorcha
Campesina, ni los ejidatarios que se dejaron comprar, sino el gobierno y los grandes capitales que los
despojarán de la tierra, el sistema capitalista pues.
No está dicha la última palabra. La lucha en defensa de la tierra sigue.
Jurídicamente harán todo lo necesario, se ampararán, intentarán echar abajo los
acuerdos de la asamblea fraudulenta, buscarán recuperar la representación ejidal,
harán trabajo político con los ejidatarios que se dejaron engañar, se
organizarán más y mejor como pueblo. Sembrarán y demostrarán en los hechos que
la tierra siempre da, que produce alimentos y da sustento siempre, si se le
trabaja con amor e inteligencia. Y que el dinero se acaba. Los que optaron por
vender la tierra se sentirán ‘millonarios’
un corto tiempo. Algunos podrán comprar un auto, quizá una casa, pero el dinero
se les acabará y ya no tendrán la tierra, ya no tendrán el sustento permanente,
ya no tendrán nada. Yo no tendrán madre, porque la tierra es la madre, es la
dadora de vida, es la que ha dado cobijo, alimento, sustento a sus hijos que la
aman y la defienden.
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