Fuente: Noticias Aliadas,
20-06-2014
Capulalpam ha construido su propio modelo de
desarrollo basado en los bienes naturales de propiedad comunal.
“Nuestra
lucha es, no a la minería porque
nuestro medio ambiente nos pide protección (…). Decimos que no a la minería porque de decir sí;
estaríamos cambiando vida por muerte, vida que se muestra en nuestras montañas
y ríos que rebozan de vida en todo lo que está a su alrededor”
Palabras de Bienvenida al Encuentro de Pueblos de Mesoamérica: SÍ A LA
VIDA, NO A LA MINERÍA
Mientras
el bus subía por el profundo y serpenteante camino, empezaron a aparecer las
señales con la promesa de nuestra llegada al pueblo mágico de Sierra Juárez de
Oaxaca. Al mismo tiempo, al mirar las verdes montañas me preguntaba cuál era
exactamente la magia de este pueblo.
Capulalpam tiene una historia de más de dos siglos de
minería de oro y plata. Saúl Aquino, líder indígena zapoteca y presidente del
Comisariado de Bienes Comunales de la comunidad, recuerda que los desechos
químicos de la actividad minera devastaron los acuíferos y contaminaron el
agua, las tierras comunales y el bosque. La mina pertenecía a una empresa
mexicana, pero ahora es de propiedad de Sundance Minerals, con sede en
Vancouver, Canadá.
Los conflictos más graves en Oaxaca se produjeron en
comunidades indígenas donde las corporaciones procedieron a explorar y explotar
sin el consentimiento previo de las poblaciones indígenas. Comunidades como San
José del Progreso, en la que el gobierno no cumplió con informar y consultar a
la población local antes de entregar concesiones mineras por 50 años y donde
fueron asesinados dos líderes por defender pacíficamente el derecho al consentimiento
previo libre e informado del pueblo indígena sobre la implementación de
proyectos en sus comunidades. A pesar de ello, el gobierno canadiense se niega
a hacer cumplir cualquier tipo de regulación sobre derechos humanos fuera de
Canadá; en vez, el gobierno apoya financiera y políticamente a la industria
minera a pesar de sus prácticas (1).
La industria minera canadiense es la más grande del mundo, y
en el 2004 su participación en el mercado mundial constituía el 60% de todas
las empresas mineras. De hecho, en términos de la amplitud de la exploración y
desarrollo de la actividad minera, la totalidad de la región latinoamericana
está en segundo lugar después de Canadá (2). Actualmente, sólo el estado de Oaxaca
tiene alrededor de 343 títulos de concesiones mineras.
Territorio libre de minería
En
el 2011, el gobierno de Oaxaca presionó a las autoridades mineras de Capulalpam
a que aceptaran una nueva concesión minera a cambio del título de “pueblo mágico”. La iniciativa de los pueblos mágicos fue lanzada en el 2001
por la Secretaría de Turismo (SECTUR) de México para promover y reconocer una
serie de pueblos en todo el país que ofrecen a los visitantes una experiencia “mágica”. La población y autoridades
indígenas no aceptaron la presión; por el contrario, se organizaron,
movilizaron y llevaron a cabo su asamblea comunitaria. Finalmente, la comunidad
decidió que Capulalpam sería territorio
libre de minería.
La población de Capulalpam y el Colectivo Oaxaqueño en
Defensa del Territorio (CODT), fundado en el 2009 como un espacio de
organizaciones de base y activistas para trabajar juntos en la defensa y
promoción de los derechos de las comunidades a sus territorios y bienes
naturales, trabajaron juntos para declarar Capulalpam territorio libre de minería.
“Ha sido una ruta difícil la que estamos
caminando juntos. El espíritu colectivo de Capulalpam es como un cinturón que
nos mantiene unidos”, dijo Francisco García, autoridad indígena encargada
de bienes naturales. “Nuestros valores
espirituales como indígenas están unidos a nuestra tierra, agua y territorios,
que van más allá del simple valor monetario”.
De hecho, Capulalpam es el primer territorio reconocido
libre de minería en México.
En los últimos años, Capulalpam ha construido su propio
modelo basado en los bienes naturales de
propiedad comunal. Además de su proyecto de ecoturismo reconocido a nivel nacional, también embotella agua de su manantial en la
montaña, maneja un servicio forestal
sostenible, y tiene una cantera de
grava a pequeña escala. Todos esos proyectos son administrados de manera cooperativa por la asamblea comunal.
Luego de mi experiencia con la población de Capulalpam,
entendí cuál era la magia de este pueblo. Una de las definiciones de magia es “el uso de poderes especiales para hacer que
ocurran cosas que por lo general son imposibles”. Matthew Strecher definió
el realismo mágico como “lo que sucede
cuando un entorno altamente detallado y realista es invadido por algo
‘demasiado extraño para creer’” (3). La magia de Capulalpam reside en el poder
de los pueblos indígenas para unirse y decidir su futuro colectivamente, y
preservar su identidad, existencia y relación espiritual con el bosque, el
agua, la tierra y su territorio. Una magia que el gobierno y las corporaciones
mineras todavía no entienden porque es demasiado real y poderosa para creer.
NOTAS:
(1)
Gordon, Todd and Webber, Jeffrey R. “Imperialism and Resistance, Canadian
Mining in Latin America, Third World Quarterlu, 29:1,70
(3)
Matthew C. Stretcher, Magical Realism and Search for Identity in the Fiction of
Murakami Haruki, Journal of Japanese Studies, Volume 25, Number 2 (Summer
1999), pp. 263-298, at 267
Ángela
Martínez
es Oficial Senior de Programas Internacionales de American Jewish World Service
(AJWS), organización que acompaña al Colectivo Oaxaqueño en Defensa del
Territorio y otras organizaciones sociales de Oaxaca.
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