Rosario y Chaco, 26 y 27
de septiembre
Rebelión, 25-09-2013
En La Toma (Rosario)
El
jueves 26 de setiembre a las 19:00 en
LA TOMA (Tucumán 1349 - Rosario) se presenta el libro "EL
MOVIMIENTO DE AUTOGESTIÓN OBRERA EN LA ARGENTINA" de Mario Hernández,
con prólogos de James Petras y Vicente Zito Lema.
En este trabajo se reflejan las experiencias de IMPA, BAUEN,
ZANÓN, LA TOMA, UTD (General Mosconi), Coop. Unión, Pichangú, entre otras,
junto a nuevos procesos en Italia y Grecia.
Expondrán Norma Valentino (por el Centro de Investigación y
Estudios del Trabajo de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNR), Carlos
Ghioldi (La Toma) y el autor, Mario Hernandez.
Invitamos a todos los compañeros y compañeras a participar
de esta actividad que intenta promover la reflexión y el debate sobre un
proceso que distingue a las luchas de la clase obrera de nuestro país.
Fraternalmente.
CENTRO CULTURAL DE LA TOMA
El viernes 27 de setiembre a las
19:00 en la Librería 8 de Marzo – Resistencia - Chaco
Prólogos:
James Petras
Mario
Hernández ha escrito, editado y compilado un maravilloso manuscrito que
analiza, documenta y transcribe el surgimiento de las fábricas autogestionadas
en Argentina.
El movimiento de ocupación de fábricas que Hernández analiza
en Argentina provee en la actualidad de profundas claves teóricas y lecciones
prácticas a millones de desempleados y subempleados en todo el Sur de Europa y
Europa del Este.
El presente estudio enfatiza la historia de los trabajadores
que encabezaron la toma de fábricas frente al colapso económico y que se
constituyen en ejemplos de una tradición de acción directa que cuestiona la
santidad de la propiedad privada y la primacía de las “necesidades” patronales. Así, Hernández pone de relieve la
capacidad y el potencial de los trabajadores para conducir las relaciones entre
capital y trabajo hacia la lucha por la hegemonía en los espacios de trabajo.
La bancarrota de las empresas producto del impacto de la crisis capitalista se
transforma en la base para la movilización de los trabajadores que vinculan la
toma de fábricas con la creación y la preservación de puestos de trabajo y con
la articulación con las luchas vecinales.
Hernández combina el análisis con entrevistas a activistas,
militantes y líderes de las tomas de fábricas. “La Historia desde abajo” ilumina las luchas, los logros y los
problemas que enfrentan las fábricas recuperadas luego de una década. El libro
de Hernández ofrece un “testimonio vivo”
de los desafíos en los espacios laborales autogestivos en tiempos de crisis y
de movilización social, así también como en períodos de estabilización y
reacción. Este estudio subraya las demandas de las fábricas tomadas relativas a
la necesidad de apoyo por parte de las políticas nacionales, en cuanto a
políticas de financiamiento y de un marco legal que consolide la propiedad de
los trabajadores.
El trabajo de Hernández sobre las experiencias autogestivas
en Argentina cobra relevancia en el debate sobre las economías post-capitalistas.
Sugiere que entre el “capitalismo de
libre mercado” y el “estatismo
burocrático”, estas organizaciones de base autogestiva pueden servir como
alternativa solo si forman parte de una transformación socio-cultural que
incluya la creación de nuevas instituciones educativas y políticas orientadas a
los trabajadores.
Hernández incluye un capítulo sobre “La Universidad de los Trabajadores” diseñada para servir a aquel
propósito. De cualquier modo, los datos que se presentan sobre los participantes
sugieren que los trabajadores que están involucrados son principalmente
trabajadores jóvenes sin estudios superiores.
Hernández debate si acaso la autogestión y la eficiencia del
movimiento masivo de trabajadores desocupados es pertinente en la actualidad
frente a las condiciones de desempleo masivo en el Sur de Europa. El presente
estudio contiene una entrevista a un activista griego que describe la toma de
fábricas en Tesalónica, inspirada en las luchas argentinas. Sin embargo, la
acción de masas directa de los “piqueteros”
en Argentina no es todavía parte de la estrategia de los desempleados en
España, Portugal, Italia e Irlanda.
Hernández nos ofrece una valiosa historia documentada de los
trabajadores que han desempeñado un papel protagónico en la caída del estado
neo-liberal, pero que en la actualidad enfrentan la contraofensiva que pretende
revertir esos cambios, es por todo esto que: la lucha continúa.
La potencia de la necesidad
Vicente Zito Lema
Buenos Aires, Junio de 2013
La
potencia del contenido de este libro de Mario Hernández -cuyo núcleo creador es
la razón de existencia y legitimidad social de las fuentes de producción
recuperadas por sus trabajadores en la Argentina-, nos lleva a algunas
reflexiones que pueden ser vistas como un marco inicial de referencia
conceptual. A la par y con creces este libro, claro y profundo, fundamentado y
documentado con rigor, aviva sentimientos, nos compromete vivencialmente con lo
que allí se dice, desde dónde se dice y cómo y para qué se dice.
Este libro nos planta de lleno frente al mundo del trabajo
en su cotidianeidad explícita y en su proceso complejo para que sus sujetos
puedan alcanzar la conciencia crítica, forjada duramente en un campo grupal
como práctica liberadora e instituyente de la propia condición humana. Ello
ocurre en tiempos tan difíciles como nefastos, con asimetrías de fuerzas
negativas, y cuando buena parte de la sociedad cede, retrocede, se licúa, se
opaca, se martiriza y literalmente destruye entre las manos y las lógicas de la
cultura de la muerte.
Leer este libro nos impulsa a sostener que la realidad
social que producimos y nos produce como sujetos alienados, puestos cabeza
abajo, fuera de sí y sin mayores posibilidades de acceder al otro, puede volver
a ser producida, con humanístico sentido, no desde la ilusión sino a partir de
una esperanza dialéctica, planificada y materializada ladrillo tras ladrillo,
sueño tras sueño.
Partiendo del ejemplo épico de las fábricas recuperadas, el
autor nos muestra cómo grupos de trabajadores de distintos tipos, también de
servicios, acorralados por la usura y la desesperación -grado mayor de las
secuelas naturales del sistema capitalista-, superan la necesidad extrema, se
ponen por encima de la línea de adaptación pasiva y entre actos que aceptan la
categoría de subversivos y desesperados hacen de su salvación grupal un
manifiesto explícito del bien común, para construir -cuanto menos- una
alternativa concreta y posible de economía social, aún dentro de las
condiciones de la época. Desde el fondo de las pasiones tristes han
generado un salto de calidad dialéctica: la dignidad del sujeto social
restablecida grupalmente mediante la razón y la conciencia en lucha. Ya no son
ni serán esos trabajadores lo que eran; su viaje existencial, material y
diario, avanza entre las aguas de una inédita pasión de alegría.
Estamos ante una realidad cuestionada, movida, develada con
hechos puntuales, si se quiere de intereses particulares, primarios en tanto
acontecen como respuesta directa a necesidades elementales, tangibles a más no
poder. Estamos en los terrenos de la desesperación y la angustia más que ante
un deseo capaz de iluminar la profunda oscuridad del ser. Y aun así, más allá
de sí y la mismidad que los nutre, terminan siendo actos absolutamente
sociales. Con categoría de acontecimiento, esas tomas de fábricas de empresas
múltiples, que han sido vaciadas, alejadas del valor de uso, pervertidas como
valor de cambio hasta en la simbología que pudo justificar en un momento
histórico su existencia como bien de producción privado, terminan cambiando la
relación de fuerzas, potenciándose unas a otras. Son una red, componen un
enjambre. Se origina así el fenómeno de una auténtica multiplicación dramática;
el otro, el compañero ya no es ni un concepto ni una idea y menos una ajenidad.
Son cuerpos, cuerpos que nos duelen; cuerpos ansiosos, sufrientes,
esperanzados.
Esas fábricas recuperadas, casi siempre frente al saqueo
inicial, al vaciamiento cometido por sus dueños originarios en la jungla del
capital, terminan disparando una serie de consecuencias que desafían la estructura
legal de la sociedad y el Estado. Nace una divisoria de aguas que compromete la
lógica del poder, su razón de ser.
Todo es movimiento y disputa en la reproducción material de
la existencia. Todo es lucha entre los que organizan y defienden hasta el hartazgo
el apoderamiento privado de la riqueza social y entre los que son
desapropiados, despojados, saqueados, excluidos a palos y palabras de su
dignidad de ser, de su hacer de vida, trastocado en un hacer de muerte, cuyo
rostro cotidiano y brutalmente doloroso es el crimen de la pobreza.
De una manera u otra todo lo humano puede ser contado,
medido, internalizado, justificado, escamoteado, aceptado, naturalizado,
concientizado y enfrentado, reproducido en la alienación o subvertido hasta la
epopeya. Allí galopan la conciencia y la emoción. Allí están los grandes y los
pequeños hechos de la historia. Frente a estos hechos, para registrarlos y
compartirlos, para expandirlos como se expande el fuego se planta el autor del
libro.
Mario Hernández tiene la formación del sociólogo y el
ejercicio continuo y celebrado del periodismo. Lo mueve y desafía la historia
social Argentina y Latinoamericana. Ha tomado inicialmente como materia a
investigar y hacer visible desde su capacidad instrumental, el mundo de las “empresas comunitarias”: Grisinópoli,
Río Turbio, Zanón, Brukman, General Mosconi, constituyen los primeros momentos
de un corte en la historia que apasionan al autor.
Con este nuevo libro Mario Hernández da otra vuelta de
tuerca sobre la temática y registra así, especialmente a partir de Zanón en la
Patagonia e IMPA en Buenos Aires, inéditas consecuencias de un fenómeno social
y cultural que ha dejado para siempre su huella en los múltiples pliegos de la
memoria histórica de nuestro país.
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