Gustavo Labastida Andriano, preso político obrero, dirigente de trabajador@s de Sandak en resistencia
Gustavo
Labastida Andriano, Secretario General del Sindicato Único de Trabajadores de
Calzado Sandak, preso político desde el 17 de agosto de 2015
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x Gerardo Peláez Ramos
La Haine
11/01/2016
México
Desde el 17 de agosto
de 2015 fue detenido en Calpulalpan, Tlaxcala, Gustavo Labastida Andriano,
secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Calzado Sandak,
siendo recluido en el Centro de Reinserción Social de Apizaquito, Tlaxcala,
acusado de despojo, al que se la ha
fijado una fianza de 44 millones de pesos. Este encarcelamiento refleja en
forma clara la confabulación de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, el
gobierno de la entidad y la empresa extranjera, con el objetivo de echar abajo
la resistencia de las obreras y obreros zapateros, que demandan la reapertura
de la planta de Calpulalpan.
Calzado Sandak forma parte
del monopolio Bata Internacional, fundado en 1894 en Zlín, Países Checos del
Imperio Austro-húngaro, hoy República Checa. Después de la II Guerra Mundial,
al ser nacionalizada la empresa en Checoslovaquia, se trasladó a Canadá. En la
actualidad es la mayor productora de zapatos en el planeta, con filiales en
decenas de países y con sede en Lausana, Suiza. En nuestro país se instaló en
1958, construyendo varias fábricas.
Pese a que la trasnacional
presume de aplicar una orientación social,
a través de la construcción de campos deportivos y bibliotecas, así como la
entrega de zapatos a sectores marginales de la población, para librarse de un
sindicato independiente y combativo, abaratar costos de producción y facilitar
la acumulación de capital, la empresa decidió, con la complicidad de las
autoridades laborales y del gobierno priísta de Mariano González Zarur,
impulsar la maquila domiciliaria y trasladar la maquinaria de la planta de
Calpulalpan, Tlaxcala, a sus instalaciones de la Ciudad de México.
La política antisindical
de la patronal salta a la vista: el 6 de
diciembre de 2010 decidió efectuar un despido masivo de operarios y
desmantelar la mayor parte de la maquinaria instalada en Calpulalpan, sin
avisar a los trabajadores y a su organización representativa. El monopolio foráneo
planteó a los obreros y obreras la aceptación de su liquidación “voluntaria”, y dio inicio a una campaña
tendiente a liquidar al sindicato y el contrato colectivo, para ahorrarse el
pago de prestaciones sociales y salarios fijos, mediante el impulso de la
maquila a domicilio, que no es otra cosa que la explotación de los trabajadores
por la libre, a ciencia y paciencia
del gobierno mexicano.
La situación tendió a
agudizarse. Sin respetar las causales establecidas en la Ley Federal del
Trabajo, Calzado Sandak cerró sus puertas el 10 de julio de 2011, con el objeto de dar por terminadas las
relaciones laborales y liquidar el contrato colectivo de trabajo.
De cara al cierre de la
fábrica, el sindicato estableció un plantón afuera de la planta y emplazó a
huelga. La Junta Local de Conciliación y Arbitraje archivó el emplazamiento.
Paralelamente, la patronal informó al Instituto Mexicano del Seguro Social que
había cerrado y que el servicio médico debía ser negado a los trabajadores.
Luego de tres negativas de la JLCA, el emplazamiento a huelga fue admitido el 22 de agosto de 2011. De esta manera,
el 29 de agosto se colocaron las
banderas rojinegras. El 21 de septiembre
la autoridad laboral declaró inexistente
el movimiento de huelga, ante lo cual el sindicato promovió un amparo.
En junio de 2012 el Comité Ejecutivo del SUTCS solicitó la toma de
nota, pero la JLCA arbitrariamente se la negó. De este modo, la Junta expresaba
su connivencia con la trasnacional, para dejar en la indefensión a los
trabajadores, a quienes, además, los llamaba a liquidarse y a laborar en la
maquila a domicilio. En agosto del mismo año, el tribunal colegiado del 28
circuito decretó la inexistencia del
movimiento de huelga, resolución que le fue notificada al sindicato por la
Junta Local de Conciliación y Arbitraje. De acuerdo con la ley, la patronal
debería abrir sus instalaciones en el plazo de 24 horas. No lo hizo así. Desde
entonces, la trasnacional se niega a reabrir la planta.
La violencia hizo su
aparición. El 20 de agosto de 2012,
un apoderado de la empresa y golpeadores a su servicio se propusieron tomar la
fábrica y extraer la maquinaria, siendo heridas varias trabajadoras, entre
ellas Yolanda Franco Espinoza, María Luisa Hernández Moreno y Margarita
Maravilla Sánchez. La oposición obrera impidió que concretaran su propósito. El
19 de octubre falleció María Luisa
Hernández Moreno, por falta de atención médica y de medicamentos.
Debe concluirse que este
deceso fue producto de la política capitalista de resolver el conflicto
mediante la utilización de métodos violentos y la eliminación del servicio
médico del Seguro Social.
En septiembre de 2012, la empresa dio por terminadas las relaciones
laborales con los trabajadores de la planta de Calpulalpan. Continuaba así, la
cadena de hechos ilegales de la trasnacional, con el apoyo del gobierno de
Mariano González Zarur.
2015 fue el año en que la
empresa radicalizó su ofensiva antisindical. El 8 de febrero quiso desalojar a los obreros y obreras que sostenían
su plantón afuera de la fábrica. Los trabajadores deshicieron tal propósito. El
10 de marzo volvieron a pretender
sustraer máquinas con la utilización de camiones, siendo contenidos por los
trabajadores. El 23 de marzo,
golpeadores de la empresa, con apoyo de granaderos del gobierno del estado,
saquearon maquinaria de la planta, pues los trabajadores no opusieron
resistencia ante el temor de que los golpeadores recurrieran a la violencia. El
13 de agosto concluyó el saqueo de la maquinaria.
El encarcelamiento del
secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Calzado Sandak forma
parte de la política neoliberal que busca eliminar la organización obrera y
facilitar la acumulación de capital. La resistencia de las obreras y obreros ha
dificultado la imposición de los planes patronales, sin embargo al final éstos
se han implantado, gracias al respaldo de los gobernantes del estado y de la
Federación. Por ello, es muy importante la solidaridad obrera, campesina y
popular con los trabajadores de Calpulalpan. La lucha del SUTCS ha sido y es
apoyada por la Nueva Central de Trabajadores, otras organizaciones de México,
así como de organizaciones obreras de otros países. Es necesario de manera
inmediata, lograr la libertad del compañero Gustavo Labastida Andriano.
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