La
histeria interminable
por Javier
Aymat,
En Diario de
Tierra:
[* Todos los datos y referencias
están contrastados en las fuentes que pongo más abajo].
22 de marzo
de 2020.
Wolfgang Wodarg, reputado epidemiólogo y expresidente de la
Comisión de la Salud del Consejo de Europa, Manuel Elkin, descubridor de la
vacuna contra la malaria y Pablo Goldsmith, prestigioso virólogo, entre otros
muchos científicos, cuestionan la ola de pánico creada en torno al coronavirus
y las medidas desproporcionadas y contraproducentes que se están tomando en
países como España. Mientras, los medios siguen ignorando por completo estas
voces, demasiado preocupados en el conteo de personas enfermas y fallecidas por
un virus que parece ser el enemigo perfecto.
A estas alturas
supongo que ya más de uno se habrá hecho la siguiente pregunta: ¿Cómo pudimos
sobrevivir el año pasado a 525.300 enfermos de gripe frente a 25.000 de
coronavirus y 6.300 muertes (de gripe) frente a 1.350 muertes (de coronavirus)
sin paralizar el país? ¿Y cómo lo sobrellevamos en 2018 que hubo 800.000 casos
de gripe y 15.000 muertes?
La media viene a ser
17 muertos al día el año pasado (41 muertos al día en 2018). Aunque realmente
dividir y enfrentar ambos virus no es realmente correcto, ya que, tal y como ha
manifestado el epidemiólogo Wolfgang Wodarg, el coronavirus siempre ha formado
parte de la gripe.
Lo que ocurre es que
esta vez se aisló una variante de coronavirus concreta para luego hacer un
conteo de sus efectos, las personas enfermas y las muertas.
Así que la pregunta
sería: ¿Cómo podemos hablar de un virus más mortífero y contagioso que la gripe
si el año pasado llevábamos más casos y más muertes debido a la gripe
estacional?
Pero claro, como el
año pasado no hubo este conteo ni hubo ningún seguimiento de un coronavirus
concreto, tampoco se tuvo en cuenta si mucha gente la padeció de forma asintomática
y luego la transmitió.
Este nuevo virus
parece tener una tendencia a provocar neumonía y ser más contagioso. Sin
embargo, en enero de 2018 aumentó la mortalidad de la gripe en un 77%
registrando, del 15 al 21 de enero, 121 fallecidos en una sola semana. ¿Fue un
colapso mundial? ¿O Simplemente se habló en 2018 de una gripe con mayor
virulencia?
El problema que
tiene la Organización Mundial de la Salud (OMS) con Wodarg es que es
considerado un experto mundial en la materia y, además, ha formado parte del
Bundestag. De hecho, el epidemiólogo ya ha solicitado un comité de
investigación en el parlamento, ya que, según él, está ocurriendo lo mismo que
con la gripe A. Un caso que él mismo denunció en 2009 y que terminó con una
investigación en el Consejo de Europa.
El parlamentario
socialista británico Paul Flynn, autor del informe sobre la denuncia que Wodarg
hizo en 2009 sobre la gripe A, concluyó que: “la declaración de pandemia ha sido irracional y ha hecho ganar miles
de millones de euros a la industria farmacéutica”.
En esa misma línea
se manifiesta el argentino afincado en París Pablo Goldsmith, virólogo,
bioquímico, farmacéutico, psicólogo y una infinidad de especialidades más,
aparte de voluntario de la OMS para un gran número de misiones humanitarias.
“Nuestro planeta es víctima de un nuevo
fenómeno sociológico, el acoso científico-mediático” ha
denunciado con vehemencia el virólogo. Goldsmith también denuncia que el pánico
que se está generando en torno a la cepa de coronavirus identificado en China
(COVID-19) es tan injustificado como el que se creó en 2003 con el síndrome
respiratorio agudo grave (SARS) o en 2009 con el virus de la gripe A.
Manuel Elkin,
inmunólogo creador de la vacuna de la malaria, apunta que “estamos entrando en un juego mediático sin sentido”. Advierte
también que hay que tener los ojos bien abiertos pero sin entrar en pánico ni
en medidas extremas y contraproducentes.
Elkin ha declarado
que lo lógico es asilar exclusivamente los casos de contagio y hacer un estudio
de los allegados al infectado. Con eso es suficiente, declara, y considera un
enorme error el aislamiento de personas y ciudades; “Muchos científicos en el mundo no lo vemos lógico. Hay muchas voces de
protesta que manifiestan que hay que tener cuidado con el virus, no se puede
ignorar, pero no instalar un sistema de histeria colectiva como el que hay”.
También Vageesh
Jain, profesor de Salud Pública en el University College de Londres, se plantea
muy seriamente la conveniencia de “un
escenario de apocalipsis zombi que no ayuda en la coordinación operativa de
actividades complejas de salud pública”.
Y también añade que
un bloque de estas características “no
solo es superfluo, sino que también introduce nuevos problemas. La primera
semana de cuarentena ha conducido a hospitales abarrotados, escasez de
alimentos y economías estancadas”.
Estas voces, junto a
otras crecientes del mundo de la ciencia y la medicina, siguen poniendo en duda
la validez del pánico que provocan estas medidas extremas contra la libertad de
la ciudadanía.
A mí, personalmente,
no me deja de sorprender de qué manera nos hemos dejado quitar las libertades
básicas de un plumazo. Esos derechos constitucionales que tanto nos han costado
y con los que muchos de nuestros políticos se han llenado, hasta ahora,
falsamente la boca.
¿Razones
para el pánico?
Primero me gustaría empezar explicando cómo hemos llegado a esta
situación en la que, precisamente, los medios han sido decisivos. Ningún
telediario ha hablado de los datos que muestro al principio. Sólo hacen el
conteo de los casos de contagio y muerte por coronavirus, no vaya a ser que la
gente se despegue de las pantallas.
¿Qué hubiera
ocurrido si, el año pasado, los medios hubieran hecho un conteo de los 6.300
muertos de gripe? ¿Y los 15.000 de la anterior?
En la primera semana
de febrero del año pasado contábamos 150.000 casos de gripe estacional, frente
a los 20.000 de coronavirus. Hay que recordar que, aunque no fue noticia de
alarma, la gripe de hace dos años fue tan virulenta en esas fechas que la
mortalidad rondaba el 10% de los ingresados.
Por lo tanto, esta
frase continua de los medios de todo tipo de «el coronavirus está colapsando los hospitales» es muy
cuestionable.
Es evidente lo
difícil que es que haya medios sanitarios para atender un virus de esta
envergadura. Pero muchos expertos como
es el caso de Andreu Segura, expresidente
de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, opina que “las consecuencias negativas de tales
procederes no se limitan a las derivadas de las injerencias e interferencias en
el trabajo, la economía y la vida cotidiana de las personas, sino que distraen
el funcionamiento habitual de los servicios públicos, incluidos los sanitarios,
que se someten a un estrés innecesario, como ocurrió durante la pasada pandemia
gripal”.
Es decir no es que
sólo no haya medios para atender al virus, sino que no hay medios, sobre todo,
para atender al pánico creado en torno a él.
Hacia
el abismo para evitar el abismo
La situación en la que estamos me recuerda a aquella persona,
responsable principal de una familia, que era muy austera y que decidió que su
familia viviera en la pobreza para evitar la pobreza. Pues en este caso vivimos
en la alarma y el colapso para evitar la enfermedad. Evitar la enfermedad para
convertirnos a todos en enfermos. Como si el miedo no fuera la verdadera plaga.
Pongamos ahora el
caso de que alguien que vive en Madrid te dice que tiene fiebre. ¿Qué es lo que
piensas? Efectivamente, coronavirus.
¿Todos
tenemos coronavirus?
Aquí se abre una situación contradictoria aunque, en el fondo,
puede que no lo sea tanto. Actualmente, en la Comunidad de Madrid hay 6.500.000
habitantes y unos 9.000 tienen coronavirus… Resulta que, según los mapas de
conteo, sólo el 0’13% de los madrileños han sido diagnosticados con
coronavirus.
Aunque estamos
convencidos de que nos vamos a encontrar con alguno o, incluso de que somos uno
de ellos la probabilidad es baja. A nivel nacional el riesgo de coronavirus es
del 0,05%.
Evidentemente el
factor de riesgo varía si vives en Madrid y te dedicas a mezclarte con miles de
personas y no tienes ninguna precaución. Pero con medidas de higiene básicas y
un comportamiento responsable, las posibilidades siguen siendo escasas.
También es cierto
que habrá personas que hayan pasado el coronavirus y no se han enterado o
simplemente han aguantado en sus casas. En todo caso, esto se convertiría en
una buena noticia ya que significa que el ratio le letalidad es menor del que
le asignan.
Aun así, en los
mapas de los periódicos ponen colores en la progresión de la enfermedad. Pero
no figura que el máximo al que se llega en ese color oscuro (tono muerte) no va
mucho más allá del 0’2%.
Y la paranoia sigue
aumentando. También considero un error pensar que la gente va a hacerse
responsable desde el miedo. Más bien, el propio pánico provoca fugas peores por
otros lados. Después de todo, desatando una alarma de este calibre no se puede
esperar que la gente actúe de una forma diferente en urgencias que en los
supermercados.
Ante los medios,
ocurre lo mismo; cuando la gente habla de «si
le pego el coronavirus a mi abuela o a mi abuelo» da por hecho algo que es
muy improbable pero que los medios le han hecho ver como muy posible (sin que
esto signifique no tomar medidas con respecto a los mayores).
Por otra parte, lo
que antes era algo rutinario o nada noticiable, que era que alguien tenía gripe
o tenía fiebre, ahora se convierte en algo que inmediatamente se cuenta en las
redes y por Whatsapp con el indudable apellido de coronavirus.
Mientras escribo
estas líneas, la noticia en el telediario es que mueren “tres personas jóvenes de menos de 65 años”. Ya la consideración de
joven es sospechosa. Pongamos que es
así…
¿Fue noticia durante
el año pasado o al anterior que de entre los 6.300 y 15.000 muertos por gripe,
había varias “personas jóvenes” por
debajo de los 65 años?
Motivos
para la calma
Yéndose al lado opuesto, lo más curioso de todo, es que,
probablemente muchos ya tuvimos coronavirus los años anteriores (no sabemos
cuál en concreto porque no se aisló para contar los casos como se ha hecho este
año). Y la inmensa mayoría sobrevivimos sin caer en el caos de detener el
mundo.
El epidemiólogo
Manuel Elkin se queda muy asombrado cuando algunos políticos dicen que del 70%
al 80% de la población se verá afectada “no
sé a quién consultará [Boris
Johnson] cuando dice eso pero me extraña
porque Londres tiene excelentes expertos en enfermedades infecciosas”.
Y aclara que ser
contagiado depende de tres factores; “la
causa externa, el virus en este caso, el medio ambiente y, sobre todo, el
componente genético de cada persona”.
Que coincidan los tres factores en un tanto por ciento tan alto, según
el Elkin, es imposible.
De ahí que las
cadenas de contagio que se dedican a multiplicar por doquier no sean para nada
exactas.
Esto, que cada vez
denuncian más virólogos y especialistas, sería un motivo de tranquilidad. Pero
la calma no vende mascarillas ni llena supermercados ni provoca un gasto en
vacunas desmesurado. Como primer indicio de este hecho, 810€ han llegado a
cobrar en un hospital privado madrileño Ruber Internacional por una prueba para
detectar coronavirus.
Aludiendo a lo más
básico, en Ginebra ahora mismo el precio de las mascarillas es de 400€ por un
pack de 20 unidades (indivisible, por supuesto). La producción de mascarillas
ha subido un 8.000%. Así que, a partir de ahí, a multiplicar.
Que quede claro que
no pongo en duda el trabajo de los sanitarios (al revés, están siendo víctimas
de la histeria colectiva y del propio virus), pongo en duda la negligencia de
crear un estado de alarma que no está acorde con el riesgo.
Resulta muy curioso
que cuando Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS anunció el estado de
alarma, declarara también: «Nuestro mayor
enemigo en este momento no es el virus en sí mismo sino el miedo, los rumores y
el estigma». Sin embargo, pese al pánico creciente, días después lo
declararon pandemia global. ¿Con qué criterio?
El
archivo que seguramente no recibiste
A estas alturas habrás recibido varias veces tanto el vídeo de la
niña que chupa la barandilla, los miles de memes del papel higiénico y otros
tantos del estilo (¡bendito humor!).
Por desgracia habrás
recibido bulos sin parar, audios de una calidad extraordinaria igualmente
falsos y un largo etc. La desinformación basada en el exceso de información. Si
le quitas el filtro del espíritu crítico llegamos a donde estamos.
Es menos probable
que hayas visto un vídeo en el que Iñaki Gabilondo daba una reveladora noticia
sobre la pasada gripe A en el que denunciaba que, el entonces presidente de
Salud de la Comisión Europea, Wolfgang Wodarg, acusaba al lobby de los
laboratorios farmacéuticos de organizar la psicosis de la gripe A.
Además, atribuía a
la OMS la responsabilidad de esa ola de histeria. Wolfgang Wodarg, médico y
epidemiólogo denunció que no existía razón para justificar tal alarma. Denunció
también que, a partir de mediados de 2009, había bajado de forma incomprensible
los criterios para declarar pandemia.
De esta forma,
continúa Gabilondo, los gobiernos hábilmente pastoreados por los laboratorios
hicieron lo que les correspondía hacer; comprar millones de vacunas. Hoy
sabemos que la gripe A ha producido la décima parte de muertes que una gripe
estacional (apunto aquí que el coronavirus todavía no ha llegado ni siquiera a
las cifras de la gripe A).
El Consejo Europeo,
concluye el periodista, abrirá una investigación sobre el negocio más
repugnante. El negocio del miedo.
Como contaba
anteriormente, el Consejo de Europa investigó el caso, y denunció la poca
transparencia de la OMS y su servidumbre a los lobbies farmacéuticos.
Como ser humano y
como periodista, aparte de sentir una profunda vergüenza por lo que está
pasando en los medios, considero alucinante que ninguno de ellos, excepto el
diario El salto, se haya preocupado por saber la opinión sobre el coronavirus
de la persona que destapó semejante escándalo en un caso tan parecido como el
que nos ocupa.
Datos
reveladores
En el artículo del mencionado diario, publicado a principios de
este mes, Wolfgang Wodarg insiste en que no tiene sentido las medidas de pánico
que están tomando los distintos gobiernos.
«En vista
del hecho bien conocido de que en cada ola de gripe entre el 7% al 15% de las
enfermedades respiratorias agudas (ERA) son
causadas por coronavirus, el número de casos que ahora se suman continuamente
siguen estando completamente dentro del rango normal».
Wodarg también
denuncia el hecho de que cuando se dice que se convierte en «algo más» debe ser por contraste con
otros datos, pero no por criterios aleatorios o interesados.
¿De
dónde parte el error?
Como ha demostrado Wodarg en su web y en varios vídeos y
entrevistas, desde 2005 a 2013 comprobaron en un estudio en Glasgow qué virus
ocurren entre las enfermedades respiratorias. En este estudio se muestra
claramente que las partes verdes que son el coronavirus siempre han formado
parte de la mezcla. Aquí lo podemos comprobar en las zonas verdes.
Cuenta también que
la alarma partió en el momento en que en Wuhan los laboratorios examinaron una
nueva variante de coronavirus y esos datos se pusieron en conocimiento de toda
la comunidad científica.
Esta nueva variante
del coronavirus fue transmitida a la OMS y fue admitida rápidamente. Denuncia
el especialista alemán que no hubo test previos. Luego se compartió con el
resto de los científicos de todo el mundo sin haber hecho comparativas
pertinentes (por eso no se sabe ni siquiera si es realmente nuevo).
“Un laboratorio de la clínica berlinesa Charité ganó la carrera en
la OMS y se le permitió comercializar sus pruebas internas en todo el mundo a
varias veces el precio habitual” añade Wodarg.
Poderosas
preguntas
El epidemiólogo se pregunta entonces:
“¿Cómo es posible que sepamos que este virus es peligroso? ¿No es
algo que ya tuvimos el año pasado? ¿Cómo es posible que no se haya comparado
con años anteriores?”
Pasando por alto
toda esta lógica, el test ni siquiera
se hizo sobre un abanico de población en general y él mismo duda de su
eficacia. Se escogió una muestra de menos de 50 personas enfermas en Wuhan con
lo que el grado de personas afectadas de coronavirus resultó ser muy alto y, en
personas enfermas ya graves, subía aún más la mortalidad.
A partir de ahí,
según Wodarg, los gobiernos consultaron a sus expertos que, a su vez,
consultaron a los expertos que iniciaron la alarma. “Los gobernantes han sido seducidos por científicos que quieren formar
parte de esto, que quieren dinero para sus instituciones y otros que proponen
aplicaciones, estudios, programas” y, añade con ironía, “muchas ganas de ayudar y ganar relevancia”.
Goldsmith es de la
misma opinión: “Se fueron replicando
comunicados emitidos desde China y Ginebra, sin que se los confronte desde un
punto de vista crítico y, sobre todo, sin subrayar que los coronavirus siempre
han infectado a los humanos y siempre provocaron diarreas y lo que la gente
llama resfrío banal o resfrío común”.
El doctor en
Medicina Darren Schulte, CEO de la compañía de análisis Apixio, también ha
manifestado que “la reacción de los
medios y de muchos gobiernos va a producir más daño a las sociedades de todo el
mundo que el propio virus. Un perjuicio que se extenderá además durante muchos
años”.
Tom Jefferson, del
centro de investigaciones independientes, Cochrane Nordic, dice no reconocer
nada nuevo en el hecho de que se descubra una nueva variante dentro del
coronavirus.
Al doctor Schulte la
situación le recuerda a la crisis del coronavirus de 2003. Entonces China tomó
medidas parecidas de aislamiento. El Banco Mundial calculó que las medidas
contra el SARS supusieron unas pérdidas de 33.000.000.000 de dólares.
En ese sentido,
Schulte está seguro de que la recesión económica, la pérdida de empleos, el
endeudamiento de familias y empresas… y ya, directamente, los venideros
recortes en sanidad “incrementarán el
número de enfermedades evitables y de muertes por un periodo de tiempo mucho
más largo”.
Recuerda también que
en el mundo mueren entre 300.000 y 650.000 personas por gripe, mientras la
gente va libremente en transporte, va a los pubs, se celebran acontecimientos
multitudinarios… Es cierto, recuerda, que el Covid-19 no tiene vacuna pero
debemos encontrar “un equilibrio entre la
salud pública y la seguridad y las consecuencias de interrumpir la vida diaria”.
Por eso, advierte,
que sería mucho más adecuado y efectivo, aislar temporalmente a las personas
infectadas o que tienen un alto margen de riesgo, ponerse en mascarillas en
esos casos, mientras el resto toma medidas de higiene básicas.
En ese sentido
también, John P.A. Ioannidis, profesor de medicina, epidemiología y biomedicina
expone que se están tomando decisiones muy exageradas sin un contraste fiable de
datos.
De hecho, todos
parecen coincidir en que los gobiernos no se están rodeando de científicos que
realmente vean el problema con perspectiva, con datos fiables y comparados, con
criterios desinteresados, ni con una coordinación con el resto de expertos del
mundo.
Virus
mediatizado y viralizado
Desde que en Wuhan, con sus 11 millones de habitantes, con
constantes neumonías y todo tipo de gripes y enfermedades, saltó la alarma se
empezó una campaña muy sensacionalista. Se monitorizó la temperatura de sus
habitantes y ya entonces, de forma inmediata, hilamos cualquier temperatura
alta con coronavirus y, a su vez, relacionamos el coronavirus con una letalidad
que, al final, va a ser mayor que las medidas tomadas contra él.
A todo esto, se
llenan los telediarios de datos sin contrastar con otras epidemias, de ansia
por engullir a la población en las pantallas sin darle tiempo a pensar ni a
reaccionar, sometiéndola a un estrés y una psicosis irresponsable en busca de
audiencias y de competir a ver quién alerta más.
Lo que tampoco
saldrá en los telediarios es que la propia Federación de Asociaciones de
Periodistas de España (FAPE) ha emitido un comunicado mediante el cual hace “un llamamiento a todos los medios de
comunicación para que informen con rigor y datos reales, verificados y
contrastados sobre este problema, sin recurrir a enfoques amarillistas o
sensacionalistas que solo pueden crear situaciones de miedo generalizado”.
También en esa
carrera por conseguir audiencias se han pasado por alto los derechos de imagen
e intimidad. De ahí que la FAPE también añada en el extenso comunicado: “ […]
respetemos el derecho de las personas a su propia intimidad e imagen, sobre
todo en el tratamiento informativo de los asuntos en que medien elementos de
dolor o aflicción en las personas afectadas”.
El propio Manuel
Elkin denuncia que la propia denominación de pandemia ha hecho mucho daño. “Llevamos diez años con alrededor de diez
supuestas pandemias”. Ahora pide con vehemencia “mesura en el manejo de la información sobre todo por parte de los
gobiernos y los medios”.
“Normalmente los medios cada vez tienen una menor asesoría
científica” y también añade: “No son
suficientemente analíticos y convierten cualquier noticia en una razón para el
pánico universal”.
Según él también
debe considerarse algo muy importante y es que “puede darse la situación de que una epidemia puede expandirse por el
mundo entero, considerarse pandemia y no tener la cifra suficiente para
constituir una alarma como ocurre con el coronavirus”.
Resulta curioso
también que en la audiencia del Consejo de Europa de 2009, el director del
centro colaborador en epidemiología de la OMS en Múnich, Ulrich Keil, ironizara
sobre los nuevos criterios para declarar una pandemia, comentando: “Con los nuevos criterios de pandemia,
¿podría declararse una epidemia de estornudos? Sí, podría”.
Excepciones
al sensacionalismo
Por contraste, Lorenzo Milá en TVE hacía un llamamiento a la calma
desde Italia puntualizando información veraz y otros periodistas tales como
Francino (SER) apelaba a Aristóteles para aplicar aquel sabio pensamiento de
que “la virtud está siempre en el término
medio”.
También en ese
sentido, esRadio en una entrevista al investigador del CSIC Luis Enjuanes, el
virólogo que lleva más de 30 años investigando este tipo de virus, cuando le
preguntaron sobre si estaba preocupado por el virus (a sus más de 70 años)
contestó: “No estoy preocupado en
absoluto”.
Según manifestó en
ese medio, la mayor parte de la gente no considera las amenazas de forma
global. Y como dato dice que en el año
2017 se infectaron 32 millones de personas por gripe estacional en Estados
Unidos.
Declaró también que
los muertos por coronavirus son muchos menos este año y que “alarma no debe existir en absoluto porque
si no todos los años deberíamos vaciar los supermercados”.
Eso no quita,
añadió, que haya que seguir escrupulosamente las indicaciones sanitarias.
Los
más perjudicados
Muchas personas están usando el argumento de que este encierro es
para proteger a los más vulnerables. Todo esto mientras los recursos no pueden
llegar a toda persona mayor que está aislada, mientras las mujeres maltratadas
están encerradas con sus maltratadores, mientras muchas personas con
enfermedades degenerativas ven restringidos sus tratamientos, mientras personas
enfermas de Alzheimer no pueden ver a sus familiares, mientras las mujeres que
ejercen la prostitución quedan en custodia de sus explotadores…
¿Quién puede medir
los daños psicológicos, emocionales y físicos de mantener a una población
aislada y lejos de sus seres queridos? ¿Cómo ha afectado esto a nuestro sistema
inmune? ¿Cuántas de las personas enfermas no lo están más por el nivel de
estrés al que hemos sido sometidos? ¿Cuál va a ser el síndrome post traumático
de todo esto?
Por otra parte,
teniendo en cuenta que en España la primera causa de muerte no natural es el
suicidio; ¿Dónde están las cifras de suicidio actualmente? ¿Qué consecuencias
ha tenido el aislamiento y la falta de contacto en las personas con tendencia a
la depresión o enfermedades metales? ¿Cuántas mujeres han muerto por violencia
de género en estos días?
¿Qué ocurría si este
colapso económico al borde del abismo nos sorprendiera algún tipo de catástrofe
natural como incendios o inundaciones de hace meses? ¿Cuántas víctimas podrían
venir ante un sistema paralizado y un pánico generalizado al contacto con el
otro? ¿Tendremos el próximo invierno o el siguiente otra edición de un nuevo
coronavirus?
Ningún medio ni
contertulio se ha dignado a cuestionárselo; sólo importan los números del
coronavirus.
Si seguimos con esta
estrategia la enorme crisis golpeará precisamente a las personas más
vulnerables empezando por las personas más pobres, desempleados, autónomos,
pensionistas… haciendo que la curva de la desigualdad aumente hasta niveles
imposibles de sostener.
¿Responsabilidad?
Me parece curioso con qué facilidad la gente apela a la
responsabilidad ante la situación. Pero lo siento, no creo en apelar a la
responsabilidad después de que hayan tenido la irresponsabilidad de haber
creado este caos. Considero que la responsabilidad es también poner en duda
medidas negligentes como alarmar a toda una población ante un mal mucho menor
al que nos hacen creer.
Yo no digo que la
situación no sea terrible, especialmente para las personas que lo padecen y sus
allegados. Lo que digo es que la gripe, como muchas otras enfermedades que nos
rodean, nos traen miles de tragedias todos los años. Todo depende de si pones
un foco constante en ellas o, por el contrario, les dedicas un tiempo
proporcional en los medios.
¿Hacia
dónde miramos?
En Europa hay 800.000 muertes al año por contaminación ambiental.
¿No será que estamos perdiendo el norte de lo que es realmente importante? ¿No
estábamos hace bien poco protestando en las calles para revertir esta masacre
del planeta (y, por lo tanto, de sus habitantes)?
¿Estamos mirando con
perspectiva el problema o nos lo impide estar cegados en nuestro propio
ombligo?
Manuel Elkin declara
casi como un mantra en sus entrevistas que si queremos ver las cifras con
perspectiva quizás deberíamos fijarnos en “la
desproporción que supone que la malaria aflige entre 230 a 250 millones de
personas al año y, de ellos, mueren de 1.250 a 1.500 al día”. Así que los
muertos por coronavirus en cuatro meses vienen a ser los de una semana de
malaria.
Hacinados
Agazapados en nuestros hogares, rendidos por el miedo y el acicate
constante de los medios, hemos hecho el virus mucho más grande de lo que es y,
mientras, en nuestra idea de que nada es demasiado, los poderes han visto que
ancha es Castilla a la hora de arrasar con nuestros derechos más básicos.
Me parece muy
curioso cómo, hasta hace bien poco, protestábamos contra la negligencia
política, la corrupción, el abuso de la banca, ante siglas que nos gobiernan
cada vez más como el FMI, BCE, OPEP… pero que no son de ninguna manera
democráticas ni elegidas por ningún pueblo.
Ahora le ha tocado a la OMS que, desde luego, no siempre se ha
comportado de forma ejemplar en casos similares.
Ahora resulta que el
enemigo del pueblo es un virus. Y toda la masa a luchar contra él. Lo siento
pero no me lo creo. Como dice el doctor Karmelo Bizkarra se le están dando
cualidades humanas al virus como si fuera un invasor, otorgando al virus lo
peor de los humanos cuando “es el ser
humano el que actúa sobre el virus y no al revés”.
Cuanto menos me
produce dentera pensar que han sido los medios los que más han empujado hacia
una situación de encierro. Quédate en
casa para seguir pegado a nuestras pantallas alimentándote de miedo y
alarma que justifique un siguiente estado de encierro.
Porque, independientemente
de lo que ocurra con el virus, lo más probable es que lleguemos al estado de
excepción (como Italia). Así que todos consumiendo terror y plataformas
televisivas mientras el ejército ocupa las calles. Llamadme loco pero no me
pinta nada bien. No estoy en contra del ejército ni considero que esto sea una
conspiración para volver a una dictadura.
Sólo considero que
no puedo aceptar alegremente que me quiten la libertad de decidir sobre mi
destino, ni me rindo fácilmente cuando nos encaminan a un estado donde se pueda
detener personas si se cree que alteran el orden público, secuestrar
publicaciones, ejecutar registros domiciliarios y prohibir huelgas entre otras
circunstancias que supone el estado de excepción (por mucha excepción que sea).
Llamadme loco si
también me rechina que ayer estuviéramos en la calle gritando a los balcones “¡No nos mires únete!” y ahora estamos
desde los balcones grabando, insultando y viralizando como chivos expiatorios a
las pocas personas que se reúnen en la calle.
Eso, junto a las
catastróficas consecuencias económicas de todo esto, sí que debería alarmarnos.
Confesión
personal
Confieso que me he sentido muy cabreado con el mundo. He discutido
con infinidad de personas sobre este asunto de llamada en llamada y, sobre
todo, de chat en chat. Mal terreno pero, dadas las circunstancias, no tenía más
remedio.
Quiero dedicarles a
ellas también este artículo si es que alguna de ellas ha llegado hasta aquí
(que lo dudo). Sus argumentos, aunque la inmensa mayoría contrarios, también me
han ayudado mucho.
Lo cierto es que me
he sentido un poco como en “La invasión de los ultracuerpos”
(película más que recomendable para estos tiempos que corren, especialmente la
de 1956). Incluso con alguna persona con la que llegaba a coincidir en cierto
nivel de razonamiento, al día siguiente me llamaba diciendo que, visto lo
visto, estaba buscando mascarillas, comprando mucho más de lo que necesitaba o
que se encontraba preocupada porque un vecino tenía fiebre.
“Visto lo visto” me sumo a la locura que la cordura es muy
solitaria, parecían decir. Al fin y al cabo, aquí también es muy importante la
pertenencia, aunque la pertenencia signifique denunciar al vecino, insultar al
que discrepa… aunque signifique el desastre y el pánico, da menos miedo que la
soledad. De ahí que los bulos apocalípticos corran como la pólvora.
Yo veo pasar esa ola
de locura y espero que cada vez más gente se baje de ella. Por supuesto, no
descarto que el loco sea yo.
Naturaleza
Los pájaros se escuchan en las ciudades, el aire es más puro, el
agua más cristalina, los delfines y los cisnes vuelven a Venecia. La naturaleza
recupera su espacio. Quizás también debamos pensar en cómo se sienten los
animales cuando les confinamos en jaulas. Quizás debamos aprender mucho de esto
a nuestra vuelta. Quizás debamos ralentizar nuestro ritmo, conformarnos con
menos para obtener más.
Esperanza
Lloro, junto a mi pareja, cada vez que salimos a aplaudir al
personal sanitario. Y eso me da un chute de esperanza diario. Y me hace pensar
que quizás despertemos de la pesadilla de la misma forma. Desde el sentido de
que los otros no son amenaza sino la salvación.
Me llenan de fuerza
las caceroladas de protesta, la población que despierta y reivindica. Espero
que pronto el grito sea de libertad. Los medios nos han dejado solos ante la
bestia que no es, precisamente, un virus. Pero con lo que no contaban es que en
nuestra soledad, en nuestro encuentro con nosotros mismos, como la naturaleza,
hemos resurgido desde mucho más adentro.
Y, por eso, desde
este encierro tiro ahora este mensaje en una botella. Y desde que la lanzo me
siento menos solo. Y tengo el sueño de que otros la reciban y, quizás al
compartirla, nos demos cuenta de que en verdad no estamos en soledad. Quizás,
de alguna manera, necesitamos estar más unidos y unidas que nunca para remontar
todo esto.
Porque también he
coincidido con personas últimamente que se cuestionan toda esta locura y tengo
mucha fe en que el resto se empiece a bajar de esa ola pronto para sentir de
nuevo el tacto, la palabra, el amor que nos evite la ruina interior y exterior.
Cuanto antes mejor, y así no perderemos tanto y, así, iremos de nuevo a por lo
que es nuestro.
FUENTES:
Me gustaría apuntar que, aparte
del desierto mediático de investigación en español, todos los virólogos,
médicos, epidemiólogos… que he encontrado. Son hombres. Cuando salgamos ahí
fuera quizás deberíamos seguir luchando también por algo tan básico como la
igualdad.
.- ¡Lectura imprescindible!
Acabo de leer este artículo del doctor Karmelo Bizkarra y me quedo muy
sorprendido hasta qué punto coincidimos. Lo cierto es que él da otorga una
visión mucho más completa desde el punto de vista médico:
Carta abierta ante la crisis del coronavirus
.- Única referencia en los medios
españoles a Wolfang Wodarg traduciendo un artículo del epidemiólogo
«La solución
al problema del coronavirus es aislar en cuarentena a los alarmistas»
.- El Consejo de Europa reclama a
la OMS “más transparencia” y un
cambio en la definición de “pandemia”
.- Woflgang Wodarg explica el
origen de todo el problema (traducido al inglés)
.- Pablo Goldsmith: «El
pánico es injustificado»
.- La FAPE hace un llamamiento a
los medios para que informen con rigor sobre el coronavirus
– Audio de Pablo Goldsmith
desmontando la alarma
.- Vídeo de Manuel Elkin
desmontando el mito del coronavirus. Manuel Elkin explica en video varios
conceptos sobre el contagio y el virus
.- Informe sobre las
investigaciones en torno al escándalo de la gripe A
.- Conclusión investigaciones
gripe A: «Estrasburgo no se fía de la relación entre la OMS y las farmacéuticas»
.- La sanidad privada ante el
coronavirus: pruebas a 800 euros y derivando pacientes a la pública
https://www.vozpopuli.com/sanidad/sanidad-privada-hospitales-coronavirus-pacientes_0_1335167411.html
.- Los números de la gripe:
Sistema de Vigilancia de la gripe en España
.- Mapa de contagio del Covid-19
.- Darren Schulte: ‘The
novel coronavirus is a serious threat. We need to prepare, not overreact’
.- Tres noticias sobre el colapso
de los hospitales en 2018 y 2019: Epidemia de gripe: así sufre un médico de Urgencias
el colapso del sistema/Urgencias saturadas en Barcelona con la gripe a punto de
entrar en epidemia/Los sindicatos denuncian el colapso de urgencias antes de la
epidemia de gripe
.- Gripe estacional: La epidemia
de la gripe no da tregua en España y crece un 77% su mortalidad
.- “Así queremos informar del
coronavirus”. El directo de Lorenzo Milá moviliza a los periodistas
.- Gripe A: El Consejo de Europa
investigará a la OMS
.- La opinión de Carles Francino:
Aristóteles y el coronavirus/La Ventana/La opinión de Carles Francino/ Cadena
SER
.- Gripe estacional: La
mortalidad por el virus de la gripe en 2018 ronda el 10% entre los pacientes
ingresados
.- Entrevista Luis Enjuanes,
Investigador del CSIC - esRadio
.- Coronavirus de Wuhan y gestión
sensata de la incertidumbre, por Andreu Segura
.- La OMS eleva a ‘muy alto’ el riesgo de expansión global
del coronavirus
Comentarios