Los trabajadores y los más pobres, los más afectados por
esta catástrofe
08 de septiembre, 2017
El sismo de 8.2 grados registrado anoche con epicentro
Pijijiapan, Chiapas, provocó, según distintos reportes, 31 muertos. Aunque la
cifra puede subir en las próximas horas por el gran número de desaparecidos. El
terremoto fue el de mayor intensidad en un siglo.
Según datos oficiales del
gobierno de Oaxaca, en esa entidad son 23 las personas fallecidas, en su
mayoría en Juchitán. En Tabasco 2 niños perdieron la vida, en tanto que en
Chiapas fueron 6 los decesos.
Las comunidades afectadas en
Oaxaca se cuentan por decenas: el derrumbe de edificios y la pérdida total de
sus pertenencias afecta a miles de habitantes. Mientras en Juchitán se derrumbó
el Palacio Municipal, las siguientes poblaciones también resultaron afectadas,
entre muchas otras: Asunción Ixtaltepec, Santa María Xadani, Santiago Niltepec,
Santo Domingo, Ingenio, El Espinal, Tehuantepec, Matías Romero, Unión Hidalgo,
San Dionisio del Mar.
En Chiapas, algunas de las
poblaciones afectadas son Villaflores, Pijijiapan, Jiquipila (donde hubo
víctimas fatales), así como Huixtla, Tapachula, Ciudad Hidalgo y Motozintla,
entre otros.
Sin embargo, estos datos no
han sido confirmados hasta el momento por los responsables de Protección Civil
Federal, que en su último reporte sólo reconocieron 16 fallecimientos.
Como siempre, los
trabajadores y los sectores populares sufren con mayor fuerza los efectos de
los desastres naturales. La
corrupción gubernamental y el desprecio por la situación de millones de
personas no tiene nada de natural. Las
condiciones precarias en que vive la inmensa mayoría de la población, así como
de las vías de comunicación, muestran que los gobiernos prefieren actuar en
provecho de los capitalistas, en lugar de garantizar las mínimas condiciones de
seguridad y de vivienda digna para la población.
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