El 8 de agosto:
MOVE
Por
Mumia Abu-Jamal
–©’17maj
Traducción
Amig@s de Mumia, México
Escrito
el 19 de julio de 2017
Audio
grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto
circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Centro
de Medios Libres
08
agosto, 2017
Las primeras horas del
día. Horas de silencio, descanso y calma. El 8 de agosto, 1978, sólo se movían
los pájaros en búsqueda de gusanos.
Y
llegaron cientos de policías fuertemente armados.
Ellos atacaron a la casa de
MOVE en Powelton Village en el Oeste de Filadelfia. Cientos, tal vez miles de
balas entraron en la casa.
¿Cómo podríamos saber
cuántos? Porque antes del anochecer, la casa estaría destrozada –arrasada al
suelo oscuro y húmedo.
Cañones de agua llenaron la
casa con cientos de galones de agua. Fue un intento calculado para correr a los
integrantes de MOVE de su propio hogar comunal.
Cuando por fin ellos
salieron de las aguas turbias para escapar de la muerte por ahogamiento o por
disparos, enfrentaron decenas de policías diabólicamente apuntándoles con
rifles y pistolas.
Por instinto, levantaron las
manos para demostrar que no llevaban armas para evitar que la camarilla
enfurecida de policías les dispararan.
Delbert África logró salir
de una ventana del sótano con sus manos arriba y su espalda y pecho desnudos.
Le dieron culatazos y golpes con un casco policial hasta que cayó, luego lo
apalearon y patearon una y otra vez en la cara y la cabeza.
Cuando apareció en el
tribunal para la lectura de cargos varias horas después, su ojo izquierdo se
parecía más a una pelota de golf que un globo ocular. Saliva corrió por su
barbilla, indicando una mandíbula fracturada.
Casi todos los hombres
fueron golpeados. ¿Y qué les pasó a las mujeres?
Las llevaron en coche a las
orillas del Río Delaware, donde escucharon a los policías discutiendo entre sí.
Uno diría, “Vamos a violarlas y luego
echarlas al agua”.
Entonces las llevaron por
otro lado, hacía la Casa de Correcciones, una prisión del condado, para ser
enjuiciadas.
Lo que les pasó a las
mujeres y hombres el 8 de agosto –la lluvia infernal de balas, golpizas,
amenazas de violación y encarcelamiento– no fue nada comparado con lo que
enfrentaron en los tribunales de Filadelfia. Ahí les negaron todos sus
derechos, incluyendo su supuesto derecho de auto-representación. Fueron
golpeados de nuevo cuando se negaron a participar en su propio linchamiento
legal.
Y lo más elemental fue la
condena. Una sentencia colectiva impuesta por el juez Edwin Malmed, de un
mínimo de 30 años y un máximo de cien. ¡¿Para homicidio en 3er grado!?
Malmed, en una llamada
telefónica que hice yo al talk show
de Frank Ford en la radio WWDB FM, donde el juez era un invitado, respondió a
mi pregunta sobre quién asesinó al policía, diciendo: “No tengo la menor idea”.
Nueve personas. Nueve
hombres y mujeres. Nueve integrantes de MOVE. Desde 30 hasta 100 años.
Hoy, el 8 de agosto, 2017,
marca 39 años en prisión para los integrantes de MOVE. Siete de los nueve
sobreviven. Merle y Phil África han vuelto a la Fuente bajo lo que sólo se
pueden llamar circunstancias sospechosas.
Otro hecho. Ninguna de las
hermanas de MOVE fue acusada de portar armas.
Además, Eddie África nunca
fue acusado de ninguna clase de homicidio. ¿De qué le acusan? Tentativa de
asalto. No bromeo.
Los integrantes de MOVE
siguen en prisión hoy en día por ser integrantes de MOVE…y punto.
No son culpables de nada
excepto resistencia a un sistema racista, brutal y corrupto. El mismo sistema
que dio lugar al encarcelamiento masivo en una escala jamás vista en el mundo.
Sus sentencias son una
abominación.
¡Liberen
a Delbert, Eddie, Mike, Chuck, Janine, Janet y Debbie África!
Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.
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