Los pueblos que vivimos junto
al río Atoyac lo declaramos PATRIMONIO NATURAL UNIVERSAL DE LOS PUEBLOS
(Comunicado de prensa)
Zapateando
05
junio, 2017
Atoyac es una palabra de origen náhuatl, que significa
“agua que se derrama”… Y es
precisamente en el río Atoyac, en la región de las altas montañas, a lo largo
de su cauce así como sus afluentes, que estos cuerpos de agua padecen todo tipo
de agresiones ambientales. Afectaciones como la deforestación de sus
alrededores, que ha hecho disminuir su caudal en un 50%.
Lo dañan también los
residuos que se tiran en basureros a cielo abierto: los diversos tipos de
plástico, entre otros desechos, arrojados a las barrancas, en tiraderos
clandestinos. Tal es el caso del basurero a cielo abierto del municipio
de Cuitláhuac, en la comunidad de Palma Sola; así como el basurero del
municipio de Atoyac. Es urgente hacer una remediación, por las secuelas de
contaminación que genera.
Estos basureros se conectan
y se comunican con el río Atoyac. Los lixiviados se filtran directamente a los
afluentes del río y los mantos acuíferos. La basura cae a los cuerpos de agua
superficiales. Además del corredor industrial Córdoba-Amatlán, contaminan
también las granjas ubicadas en los municipios de Amatlán de los Reyes,
Cuitláhuac, Carrillo Puerto.
Los pueblos y comunidades
aledaños tenemos que soportar los olores que generan dichas granjas y el vertimiento
directo del excremento a los arroyos que desembocan al río Atoyac. La
problemática incluye la producción de la caña de azúcar en la región del río,
los ingenios, la alcoholera, la destilería del golfo, aunados a las granjas
industriales, basureros, rastros municipales, las descargas de los drenajes y
alcantarillados de aguas negras y residuales de los municipios, junto con la
fabricación de azúcar que desecha las aguas que provienen del lavado de la
caña, de la clasificación del jugo, conocidas como cachaza y también los
deshechos de la limpieza de calderas del sistema de enfriamiento de los
servicios sanitarios.
Contaminan la cuenca y la
región también las alcoholeras con su vinaza y los procesos de limpieza y
sanitarios, ya que siguen tirando residuos sin ningún proceso a la tierra, la
cual escurre y hace que el suelo pierda sus propiedades naturales, así llegan a
las aguas y la contaminan.
Son un problema además los
residuos municipales, como los diferentes derivados de los plásticos, que suman
las toneladas que tiran los ayuntamientos de Córdoba, Fortín, Orizaba, Yanga,
entre otros, al basurero de Cuitláhuac. Toda esta basura, se encuentra a
cielo abierto, por lo cual sus lixiviados van a parar a los arroyos y al río
Atoyac. Además de que toda esta basura es arrastrada por las corrientes de
agua, generando problemáticas al cauce natural del río.
Estos deshechos causan
problemas a las comunidades más vulnerables, comunidades que no tienen dinero
para comprar agua embotellada y se ven obligadas a consumir esta agua y
utilizarla para sus necesidades más básicas.
Todos estos son daños
ambientales derivados de la contaminación en los arroyos y el río Atoyac que
implican riesgos graves para la salud humana, impactando a la zona y poniendo
en riesgo a la flora y fauna nativa del río.
Ante esta serie de amenazas
y agravios que dañan a nuestro entorno y atentan contra nuestros derechos como
pueblo, todos los proyectos que están en la ribera del río Atoyac violan el
derecho humano al agua.
A partir de la reforma
constitucional en materia de energía promovida por el gobierno federal en 2013,
las actividades y explotación de hidrocarburos tienen “preferencia”, sobre cualquier otra actividad que implique el
aprovechamiento de la superficie y del subsuelo.
Los tres niveles de gobierno
y las empresas violan masivamente los derechos humanos y ambientales de los
pueblos y comunidades del río Atoyac. El gobierno federal, estatal y los
municipales otorgan permisos y concesiones a diestra y siniestra, incluso de forma
ilegal, promoviendo todo tipo de despojos e injusticias, protegiendo a las
industrias y empresas de la región y extranjeras, e incumpliendo su obligación
de proteger los derechos de los pueblos. Esto lo dictaminó el Tribunal
Permanente de los Pueblo (asociación civil internacional con sede en Roma),
cuyas sentencias y relatorías sobre su Capítulo México pueden leerse en el
libro: Juicio al Estado mexicano por la violencia estructural causada por el
libre comercio, Audiencia final de Capítulo México del Tribunal
Permanente de los Pueblos. Esta audiencia fue llevada a cabo en
México del 12 al 15 de noviembre de 2014.
A nivel nacional, Veracruz,
ocupa el primer lugar en sitios contaminados por residuos peligrosos, con 69
casos de un total de 587 registrados, según datos de la SEMARNAT.
Por todo esto exigimos actos
de justicia elemental y, con la razón ecológica de nuestra parte, los pueblos
aledaños al rio Atoyac:
Declaramos como patrimonio ambiental universal de los pueblos la
cuenca del río Atoyac, en el estado de Veracruz.
A los tres niveles de
gobierno (municipal, estatal y federal), les preguntamos:
¿Se puede
medir cuánto vale la vida de un pueblo campesino o cuánto vale su muerte?
¿Vale menos
que las empresas que quieren explotar y están explotando nuestro territorio y
robando nuestras vidas?…
La justicia es fruto del amor a
la tierra y al agua…
Coordinadora de los Pueblos en
Defensa del rio Atoyac
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