Tocuila:
testimonios de una agresión armada
14
marzo, 2017
La reactivación del proyecto del Nuevo
Aeropuerto para la Ciudad de México, acompañado de varios proyectos de
infraestructura vial, es en el discurso del gobierno mexicano "una magna obra de progreso".
Pero para los
pueblos a la orilla del agua en Texcoco y Atenco, este proyecto ha significado
la imposición del despojo que se opera a través de estrategias de engaño y
violencia.
La complicidad de la
empresas y las autoridades ejidales, protegidas por la omisión de las
instituciones de gobierno, hacen operar grupos de choque para amedrentar,
buscando sembrar el miedo en la resistencia de los ejidatarios.
Su objetivo es
aniquilar la rebeldía para apoderarse de la tierra.
Pero la terca
dignidad de los viejos ejidatarios NO se ha doblegado, y lograron desesperar al
enemigo que arremetió nuevamente, y que ha decidido escalar la violencia a la
agresión armada.
El jueves 9 de marzo
de 2017, un grupo armado atacó a los ejidatarios, entre ellos: ancianos,
mujeres y un pequeño de tres años.
Este video presenta
algunos de los testimonios.
Defender
la Madre Tierra contra los intereses capitalistas
La Voz del Anáhuac
marzo 2017
El Ejido Tocuila es parte del Frente de
Pueblos en Defensa de la Tierra que desde 2001 resiste contra la imposición del
megaproyecto de despojo, destrucción y muerte llamado Nuevo Aeropuerto
Internacional de la Ciudad de México, activado entonces por el gobierno
federal, presidido por Vicente Fox en octubre de ese año mediante un decreto
expropiatorio, mismo que fue revertido en agosto de 2002.
Este primer triunfo
de los ejidatarios organizados en el FPDT, fue brutalmente reprimido en mayo de
2006. Des jóvenes fueron asesinados, más de 200 personas encarceladas, las
mujeres detenidas fueron torturadas sexualmente.
La resistencia de
los pueblos se mantuvo hasta lograr la liberación de todos los presos en 2010.
Entonces Enrique Peña Nieto era gobernador del Estado de México.
En 2014 Peña Nieto,
ya como presidente de la república reactivó el proyecto del NAICM, pese a la
rotunda oposición del pueblo.
Con engaños, compra
de ilegal de tierras, complicidad de autoridades ejidales que traicionan a sus
pueblos, hostigamiento, incursión de fuerzas policíacas y militares, agresiones
de grupos de choque que actúan impunemente, los tres niveles de gobierno
(federal, estatal y municipales) pretenden imponer a toda costa el megaproyecto
del NAICM afectando tierras ejidales de Atenco, Tocuila, Nexquipayac,
Acuexcomac, Texcoco y otros pueblos de la región.
Pese a esto, los
pueblos organizados sostienen la resistencia, defendiendo su territorio, sus
tierras, su historia, su cultura, la vida, no sólo de los pueblos directamente
afectados, sino del Valle de México en su conjunto, pues esta megaobra traerá
graves consecuencias pues agravará los problemas de suministro de agua,
producción de alimentos, urbanización salvaje, crecimiento desmesurado de la
mancha urbana, destrucción de la vida agrícola de las comunidades, contaminación
ambiental, pues la construcción del NAICM incluye desarrollos inmobiliarios, hoteleros,
centros de almacenamiento, plazas comerciales, red de vialidades para comunicar
el Aeropuerto con la Ciudad de México y estados vecinos.
Se ha pretendido
hacer ver este megaproyecto como la oportunidad de “progreso” y “desarrollo”
para la población, cuando en realidad sólo beneficiará a las empresas que
construyen y a las que administrarán el Nuevo Aeropuerto. Se ha dicho también
que será fuente de empleo para los pobladores. Pero los campesinos ejidatarios
no están dispuestos a perder sus tierras, su vida agrícola, que milenariamente
han sido la fuente de sustento para los pueblos de la orilla del agua y a
cambio obtener un empleo como maleteros, pues la tierra produce alimentos todo
el tiempo, mientras sea trabajada, cuidada, amada, como estos pueblos han
aprendido generación tras generación, mientras que como maleteros tendrían que
sobrevivir de las propinas, pues como sabemos, estos empleos no cuentan con un
salario, ni son empleos seguros, estables.
“La tierra da
frijoles”
afirman los ejidatarios. Conciben a la tierra como la madre, la dadora de vida,
por eso su grito de resistencia en defensa de la tierra y el territorio es: “La
tierra no se vende, se ama y se defiende”.
Es ejemplar la lucha
de los pueblos a la orilla del agua (significado en lengua náhuatl de Atenco).
Hoy, en condiciones más difíciles, enfrentando todo el poder del Estado y el
capital, el FPDT no se rinde ni se vende. Todos los mexicanos con buen corazón,
con conciencia social, debemos solidarizarnos con esta lucha, asumiéndola como
propia. No podemos, no debemos ser indiferentes, pues no sólo está en riesgo la
vida, cultura, historia y la existencia misma de estos pueblos, está en juego
también la sobrevivencia digna y sana de todos los habitantes del Valle de México.
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