El
15 de marzo de 1973 se fundó la Liga Comunista 23 de Septiembre en la ciudad de Guadalajara, hace 44 años.
Centenares de combatientes que militaron en esta organización guerrillera
fueron encarcelados, torturados, desaparecidos o asesinados por el Estado. Toda
una familia: la madre y las hijas e hijos Tecla Parra fueron víctimas de esa
guerra de exterminio que ha sido llamada “guerra
sucia”. Hoy recordamos aquí a Violeta Tecla Parra, detenida-desaparecida
desde el 4 de abril de 1978, hace 39 años, en Monterrey, N.L..
Las causas de esta lucha siguen vigentes. El sistema
capitalista sigue explotando, despojando, reprimiendo, humillando al pueblo
trabajador. Los obreros, campesinos, estudiantes, profesores, indígenas siguen
hoy resistiendo, rebelándose, organizándose, luchando en contra de ese sistema
criminal.
La guerra de exterminio contra el pueblo rebelde no
acabó con las causas de la rebeldía. Torturó, desapareció, encarceló, asesinó a
muchas y muchos hermanos, compañeros, camaradas y sumergió al país en el
terror. Las y los revolucionarios tuvieron que replegarse, reflexionar,
repensar. Pero no claudicaron, no se rindieron. Hubo algunos que traicionaron,
que se vendieron, que se pasaron del lado del enemigo. Pero, aunque diezmados,
los verdaderos, siguieron rebeldes. Fue necesario buscar nuevas formas de
resistencia, reorganizarse, reinventarse sin perder su esencia, sus principios.
Han buscado caminos emancipatorios. Junto con el pueblo han levantado
experiencias autónomas, autogestivas en diferentes estados. Se ha comprendido
que la revolución no puede ser obra de un puñado de valientes, si no es con el
pueblo organizado y luchando, no será.
La Familia Tecla Parra formaban parte de una numerosa
familia obrera de Azcapotzalco. Cuando Rosendo Tecla y Ana María Parra se casaron, el padre de él
les dio uno de los cuartos traseros de su casa para que vivieran, como lo había
hecho con sus otros hijos. La madre de Violeta, Ana María Tecla estaba dedicada
a las labores domésticas. Empezó a participar en las marchas durante el
conflicto estudiantil de 1968, como acompañante de sus sobrinas, que estudiaban
en la prepa 5, y de sus hijos mayores, estudiantes de secundaria, quienes
militaban en la Juventud Comunista. Los seguía a las manifestaciones de la
misma manera que iba con ellos al cine.
La militancia de las mujeres de la familia Tecla se fue
acentuando. Georgina Tecla, la mayor de las sobrinas de Ana, recuerda que el
activismo político no sólo surgía del deseo de "cambiar el mundo", sino que se volvió una forma de
liberarse del ambiente machista de su casa. En las marchas de 1968 y l971
(buena parte de la familia estuvo el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco y el 10 de
junio de 1971 en la marcha del Jueves de Corpus), Ana María y algunos de sus hijos
-tuvo siete- empezaron a relacionarse con grupos que optaron por la vía armada,
como el Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR). Ella estaba otra vez
embarazada y tuvo un aborto. Fue a dar al hospital.
Al parecer, los amigos que fueron por ella al hospital
eran perseguidos por la policía política, detuvo a todos, incluyendo a Ana, la
madre de Violeta, cuando abandonaban el lugar. En 1978, con la amnistía de José
López Portillo, Ana María salió de la cárcel para mujeres de Santa Martha
Acatitla.
Para Artemisa y Violeta, también hijas de Ana María, la
vida era de confrontaciones constantes Violeta, estudiaba en la Prepa Popular
de Liverpool. En esos años, la Brigada Blanca entraba y salía de la casa de los
Tecla Parra. Llegaban tirando las puertas y gritando: "somos la Brigada Blanca, ¿dónde están las armas?". La
primera tenía 18 años y la otra 15 cuando se fueron de su casa. Violeta,
estudiaba en la Prepa Popular de Liverpool. Ambas tenían contactos con grupos
armados. De Artemisa se supo que en los sótanos de la Dirección Federal de
Seguridad "se les pasó la mano" y"murió durante un
interrogatorio"….
De Violeta -todavía no cumplía los 16-cuando ingresa como
combatiente a la Liga Comunista 23 de Septiembre, integrada a la legendaria y
temible “Brigada Roja” comandada por
David Jiménez Sarmiento, su primera detención se da el 3 de junio de 1975, días
antes elementos de la Dirección Federal de Seguridad (D.F.S.) y de la División para
la Investigación de la Delincuencia detuvieron a su hermano Alfredo Tecla
Parra, “Rafael”, también militante de
la LC23S, quien, como es costumbre en México, luego de intensas sesiones de
torturas entrega el punto de contacto que tendría con sus hermanos, Adolfo y
Violeta…
A las 18:00 horas, agentes de los cuerpos represivos
antes mencionados interceptan y detienen a Violeta “Elena”, “Laura”, de 18
años en ese entonces y a su hermano Adolfo, de tan solo 14 años, quien no era
militante de la Liga…
El mismo día, las hordas represivas mexicanas localizan
la “casa de seguridad” que habitaba
Violeta, en compañía de su hermano Adolfo, Antonio Gallangos Cruz “Simón” y sus esposa Carmen Vargas Pérez
“Sofía”, “La Morena”, ubicado en la calle Bravo número 46 en Chalco, Estado
de México, en el cual, afortunadamente no se encontraba nadie en su interior…
Del menor de edad Adolfo Tecla Parra, de 14 años, no se
volvió a saber nada hasta el día de hoy, fue desaparecido por la fuerzas
represivas mexicanas…
Alfredo Tecla Parra y Violeta tiempo después fueron
liberados después de varias semanas de torturas, y después de ser trasladada al
penal de mujeres sale libre el 29 de marzo de 1979…
Ya en libertad Violeta se reintegra a la Liga Comunista
23 de Septiembre y es asignada al estado de Nuevo León, donde realiza tareas
organizativas y de propaganda, ya ahí se contacta con Pedro Lozano Cantú “Ricardo” y con José Aguilar Sansabaz “Diego”, para integrarse a la brigada “Raúl Ramos Zavala” instalándose en el
domicilio de la calle Simón Bolívar, en la Colonia Central de Monterrey, Nuevo
León
El 3 de abril de 1978, en la calle N. del Llano entre
privada San Martín y Venustiano Carranza elementos de la Brigada Blanca (Brigada
Especial) y de la Dirección Federal de Seguridad lograron la captura de
Pedro Lozano Cantú, quien en ese entonces ya era pareja sentimental de Violeta,
y responsable de la brigada “Raúl Ramos
Zavala” de La Liga Comunista 23 de Septiembre, posteriormente es trasladado
al Campo Militar Nº 7, donde es sometido a intensas torturas…
Producto de sus declaraciones, obtenidas en base a
torturas, los días 4 y 5 de abril de 1978 fueron secuestradas alrededor de 20
personas, entre ellas Violeta Tecla Parra, como consta en el siguiente reporte
de las fuerzas represivas.
El 4 de abril de 1978, un oficio fechado en Monterrey y
dirigido al entonces Director Federal de Seguridad, informa lo siguiente:
“Monterrey. Como
complemento al informe sobre la detención de Violeta Tecla Parra (a) "Cristina",… a las 01:05 horas de este día,
se aclara que inicialmente se llevaba como ubicación el departamento número 3 y
que al hacer los dispositivos y tocar en el departamento número 3, Violeta Tecla Parra abrió su departamento, teniendo oculta la pistola en su
pantalón y cuando ella preguntaba que qué pasaba, un elemento de la Brigada
Blanca la reconoció, por lo que tomándola por sorpresa y ella ya con el arma
empuñada, pudo abrazarla y al tratar de inmovilizarla, ‘Cristina’ disparó su
arma, haciendo 4 disparos, uno de los cuales le pegó a un elemento de la
Policía Judicial del Estado…, sin lesionarlo en virtud de que traía puesto un
chaleco contra balas […] al someter a
‘Cristina’, se le desarmó del arma que empuñaba, siendo ésta una Colt 38 Súper
con 4 cartuchos quemados y 3 útiles, haciéndose notar que dicha persona no
portaba chaleco contra balas”.
Según la Dirección Federal de Seguridad, Violeta Tecla
Parra habría arribado a la ciudad de Monterrey, en junio de 1977 para hacer
contacto con Pedro Lozano Cantú y José Pilar Terrazas Sansabaz, instalándose en
el domicilio de las calles Simón Bolívar y Grijalva en la colonia Central de
esa ciudad. Posteriormente se cambió al domicilio en donde sería detenida el 4
de abril de 1978.
El 7, 8 y 10 de abril de 1978, los agentes de la DFS en
Monterrey informan al Director de la Federal de Seguridad, de las notas
periodísticas publicadas en los diarios “El Norte” y “El
Porvenir”, mismas que mencionaban la detención de que fue objeto Violeta
Tecla Parra y de su traslado a la ciudad de México por elementos de dicha
corporación.
La detención de Violeta Tecla Parra fue realizada por un
grupo especial creado en 1976 encabezado por Ricardo Condell Gómez, Delegado de
la Dirección Federal de Seguridad en el estado de Nuevo León; dicho grupo
estaba formado por Pedro Canizalez, Alfredo Enríquez Belmares, Cesar Cortez
Vázquez “El Campeón”, Juan Gilberto López “La
Larga”,
Géner Álvarez de León, Raúl Romero Cisneros “Tiburón
I”,
Benjamín Maya y Nicolás de Jesús González Vallejo “El
Chilango”,
entre otros.
El 3 de abril de 1978, se había logrado la captura de
José Pedro Lozano Cantú, al día siguiente fue la detención de María Violeta
Tecla Parra. Guillermo “El Perro” Lira estuvo al frente de ese operativo y
él trasladó a Violeta a la ciudad de México, por órdenes de Miguel Nazar Haro
Director de la Federal de Seguridad, según confesó el mismo “Perro” Lira. Al momento de
su última detención Violeta Tecla Parra se encontraba embarazada….
Se presume que Violeta Tecla Parra dio a luz a un varón
estando prisionera en el campo militar número uno de la ciudad de México, nunca
se volvió a saber de ellos, hasta la fecha permanecen desaparecidos María
Violeta Tecla Parra y su pequeño hijo…
¡Honor y gloria eterna a María Violeta Tecla
Parra, mujer guerrillera!
¡Honor a las guerrilleras mexicanas que
tomaron las armas como último recurso para combatir la explotación, la
opresión, la vida lacerante que aún vivimos en México y en todo el mundo, que
regaron con su preciosa sangre el árbol de la revolución, que hoy da sus
hermosos frutos…!
¡Honor y gloria eterna a la mujer guerrillera
de México y el mundo, que siendo madre, novia, esposa, entregó generosamente su
valentía, su arrojo, su vida, sin pedir nada a cambio para construir un mundo
mejor para los pobres, para los oprimidos de siempre…!
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