Agreden a balazos a ejidatarios de
Tocuila
Vianey Azaena Rubio
El texto original
de este artículo fue publicado por la Agencia Quadratín en la siguiente
dirección:
09 de marzo de 2017
TEXCOCO,
EdoMex., 9 de marzo del 2017.- Elementos de la Comisión Estatal de Seguridad
(CES), desalojaron a un grupo de campesinos de Tocuila, cuando dialogaban
presuntos golpeadores les dispararon para hacerlos salir de la zona.
Se trata de campesinos que con el apoyo del Frente de
Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), quienes el mediodía de este jueves,
obligaron a parar la obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de
México (NACIM) y cerraron el paso a un centenar de camiones que acarreaban
material de construcción para las obras.
Elementos de la CES llegaron al lugar, en donde dialogaron
con el grupo campesino, quienes expusieron las afectaciones a sus cosechas por
la destrucción de canaletas de riego para sus tierras, debido a la ampliación
del canal.
Sin embargo, en varios vehículos llegaron golpeadores
quienes dispararon armas de fuego y desalojaron a los ejidatarios de San Miguel
Tocuila, que salieron en desbandada por los terrenos.
Ante la agresión, los elementos policiacos salieron en
persecución de un taxi en donde viajaban varios sujetos, logrando asegurar a
algunos de los golpeadores, sin que se supiera a donde fueron llevados.
Los ejidatarios señalaron que, aunque se valgan de
golpeadores, el gobierno no debe permitir este tipo de agresiones, porque ellos
están defendiendo el derecho que por años han tendidos sobre esos terrenos,
además de que están exigiendo la reparación de las afectaciones a sus cosechas.
Advirtieron que volverán al lugar para parar las obras
hasta que el gobierno federal y estatal les ofrezca una solución favorable, y
esta solo es que dejen de hacer obras en los terrenos ejidales.
ANTE LA ESCALADA DE VIOLENCIA URGE LA SOLIDARIDAD
La Voz del Anáhuac
marzo 2017
Cabe
señalar que esta no es la primera agresión contra los ejidatarios de Tocuila
que defienden su territorio. El viernes 19 de agosto de 2016 ocurrieron hechos
similares por un grupo de golpeadores contratados por las empresas que
construyen una carretera para el nuevo aeropuerto.
Antecedentes
Desde 2001 los miembros del FPDT se oponen a la
construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
En 2002 lograron derogar el decreto de expropiación de sus tierras
ejidales, emitido por el ex presidente Vicente Fox, y los días 3 y 4 de mayo de
2006 sufrieron una brutal represión, por la cual demandan ahora al Estado
mexicano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Desde que en 2014 el presidente Enrique Peña
Nieto anunció que se llevaría a cabo la construcción del Nuevo Aeropuerto
Internacional de la Ciudad de México en el Ex Vaso de Texcoco, a pesar de que
declaró que este proyecto no les
afectaría, los defensores del Frente han sufrido diversas agresiones
relacionadas con el proyecto aeroportuario, que contempla, entre otras cosas,
la edificación de la carretera Pirámides-Texcoco, la cual conectará las
autopistas México-Pirámides y Peñón-Texcoco y afectará los ejidos
de Tocuila, San Felipe, Santa Cruz de Abajo, la Magdalena, Francisco I.
Madero, Atenco, Acuexcomac, y Nexquipayac.
Este año se registró la incursión de una
tanqueta militar en el Cerro de Huatepec, en Nexquipayac, el día 12 de abril, y
el desalojo de un campamento de resistencia en el mismo cerro, perpetrado el
día 23 de mayo por un grupo de 150 personas supuestamente afines al proyecto,
que fueron resguardadas por elementos de las policías federal, estatal,
municipal, e incluso, personal de la marina. Asimismo, se documentó la
presencia de grupos de choque en el área de Tocuila, donde los días 18 y 19 de
agosto golpeadores quemaron un campamento de resistencia, agredieron a un
periodista y persiguieron con piedras y palos a los defensores de la tierra. A
ello se suman dos eventos violentos más: uno en contra de Andrés Pineda, a
quien el 26 de mayo golpeó Filiberto Calette Rodríguez, auxiliar administrativo
de la Secretaría General de Gobierno en Nexquipayac, y otro contra Zeferino
Ruiz Mendieta y Sergio Ruiz, ejidatarios de Tocuila a quienes los agresores les
reclamaron su participación en las asambleas ejidales.
Peticiones
En tanto, integrantes del Centro de Derechos Humanos
Zeferino Ladrillero expresaron su preocupación porque, ante la serie de hechos
ocurridos, los gobiernos federal, estatal y municipal son omisos para
garantizar el respeto a la integridad, la vida y el territorio de quienes
defienden la tierra en los municipios de Atenco y Texcoco, y tolerantes con la
comisión de delitos perpetrados por grupos que parecen responder a los
intereses de las empresas Lince y Cipsa Vise.
En
referencia a la alerta emitida por la Red TDT, dijeron:
“Encontramos intolerable que
las agresiones a los defensores del Frente hayan escalado hasta los niveles de
violencia descritos en este documento. Por esta razón, exigimos que se lleven a
cabo las investigaciones pertinentes respecto a los hechos relatados y
que, con base en los artículos 1, 2, 6, 7, 8 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, así como el Convenio 169 de la Organización Internacional del
Trabajo y la Convención Americana de los Derechos Humanos, se respete, cuide y
proteja la vida, la integridad personal y el territorio de los habitantes y de
quienes defienden la tierra en los municipios de Atenco y Texcoco”.
Ejidatarios
del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) les informaron a los
empleados de estas empresas que violan el amparo 349/2016, el cual ordena
la suspensión definitiva de la
construcción de la autopista Pirámides-Texcoco, que forma parte del proyecto
del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.
No
obstante la agresividad de los grupos de choque contra los defensores de la
tierra y el territorio va en aumento. Ni el amparo con que cuentan los
ejidatarios para salvaguardar la integridad de su territorio y evitar
afectaciones por las obras que se busca imponer, ni las recomendaciones y
acciones urgentes promovidas por organismos defensores de los derechos humanos,
ni el respaldo constitucional y los derechos de los pueblos que establecen las
declaraciones universales de la ONU y de la CIDH parecen ser suficientes para
detener esas obras.
Es
evidente que las empresas encargadas de esas obras y los grupos de choque que
utilizan actúan con total impunidad pues cuentan con el aval del gobierno en
sus niveles federal, estatal y municipales, así como con la complicidad de los
comisarios ejidales que se han vendido y traicionan los derechos y voluntad de
los pueblos decididos a defender sus tierras y territorio.
Ante
esto se hace urgente y necesaria la más amplia solidaridad de las
organizaciones sociales y del pueblo de México. Es necesario estar atentos a
los llamados a la acción que convoquen los pueblos afectados organizados en el
Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.
Y
tener claro que la construcción del nuevo aeropuerto no sólo va contra los
pueblos campesinos de esta región, sino contra toda la población del Valle de
México, pues repercutirá en el suministro de agua potable, en la producción de
alimentos y en la urbanización salvaje que desatará, complicando aún más los ya
de por sí graves problemas de contaminación ambiental, de suministro de agua,
productos agrícolas y destrucción del tejido social por el desmesurado
crecimiento de la ciudad monstruo que padecemos.
Evidentemente
esto es lo que menos le interesa al gran capital que impulsa estos
megaproyectos de despojo, destrucción y muerte.
No
es problema sólo de Atenco, Tocuila, Nexquipayac, Acuexcomac, Texcoco y demás
pueblos de la zona oriental del Estado de México, es un problema de todo el
Anáhuac, de todo el Valle de México, por todas las implicaciones descritas.
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