Basta de
hostigamiento a Ernesto Cardenal
Fuente:
La diaria
Red
Latina sin fronteras
El escritor uruguayo Fernando Butazzoni, que de 1978 a
1980 fue integrante y combatiente del FSLN, publicó una carta que ha recibido
apoyo y difusión de otros intelectuales y artistas, y cuyo texto se reproduce a
continuación:
Carta abierta a Daniel Ortega,
presidente de Nicaragua
Montevideo, 12
de febrero de 2017.
Daniel: ¿Te acordás cuando me dijiste, allá en El
Chipote, que admirabas a Ernesto Cardenal y que él era una gloria de Nicaragua?
En aquel momento todos estábamos felices porque El Chipote, en el mismo corazón
de Managua, ya no era un lugar siniestro. Estaba por fin lleno de luz, de
muchachos y muchachas que no tenían miedo. Hasta las aguas de la laguna de
Tiscapa parecían menos oscuras.
Eso fue por agosto o
septiembre de 1979, cuando la revolución recién empezaba. Aquella tarde viniste
al campamento con Javier Pichardo, el Emilio del Frente Sur, y con otros
compañeros comandantes. También estaba el flaco
Alejandro, y estaba la China a mi lado, un poco asustada, y estaba el
Braulio, que después fue embajador, y la hermana de Marisol que parecía una
niña disfrazada de soldado. ¿Te acordás?
Luego resultó que tu
admiración por el poeta Ernesto Cardenal se convirtió en odio y persecución. Y
ahora, casi cuarenta años después, vos y tu mujer siguen ensañados con él, y
con trapisondas legales lo quieren humillar sacándole los pocos reales que
pueda tener, confiscándole la casa donde vive y dejándolo en la calle. Por
cierto que él es un opositor a tu gobierno, pero la revolución sandinista se
hizo también para eso: para que los opositores no tuvieran que andar
escondidos, para que no los persiguieran ni los torturaran allí, justo allí, en
El Chipote donde vos habías estado preso. Vos dijiste que la revolución se hizo
para la libertad. ¿Qué pasó, Daniel? ¿Te olvidaste de todo aquello?
En 1979 vos y yo éramos
jóvenes. El flaco Alejandro, la China
y el Braulio también. Pero Cardenal ya era un cincuentón de barba blanca, un
cura flaquito y siempre tímido. Él ya era un patrimonio nacional. Por eso lo
nombraste ministro de Cultura, porque su prestigio engalanaba tu gobierno.
Hoy él es un anciano de 92
años, y es un patrimonio del idioma y de toda América Latina. Tiene mucho más
prestigio ahora que en 1979. A vos, Daniel, no te pasa lo mismo, aunque tenés
mucho más poder y mucha más plata que en aquel entonces. Él es un cura decente,
pobre y revolucionario, admirado en todo el mundo. Vos sos apenas un reyezuelo
atrapado en su palacio, dizque casi un príncipe consorte.
Todos sabemos que bastaría
un gesto emanado de tu corte para que cesen los acosos y el encarnizamiento
contra Ernesto Cardenal. Somos miles los escritores y artistas que, en todo el
mundo, te exigimos desde hace años que dejes en paz al poeta. Muchos piensan
que reclamártelo una vez más es un gesto inútil. En todo caso es un gesto de
dignidad que bien merece el pueblo de Nicaragua. Te pido que lo consideres.
Sé que una carta abierta es
un método de comunicación bastante reprobable. Pero en este caso es la única
manera de intentarlo, ya que tu embajador en Montevideo, el hijo de Licio
Gelli, no me merece ninguna confianza, y allá en tu palacio me tienen prohibida
la entrada.
Fernando Butazzoni. Ex combatiente
del FSLN, ex oficial del Ejército Popular Sandinista.
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