Video
basado en el libro homónimo de Noami Klein
La doctrina del shock: una contrahistoria del neoliberalismo:
Subido el 13 de enero de 2012
Desde la
dictadura de Pinochet el capitalismo ha implementado una forma de actuación que
no ha dejado de funcionarle. Va dando la vuelta al mundo: Sudamérica, Asia,
Europa... y seguramente USA, este en su objetivo: va creando crisis
artificiales o sistémicas, y presentando soluciones que simplemente le dejan en
ventaja, aprovechando para esquilmar nuevos recursos públicos o comunales,
apropiándoselos.
No confundamos Mercado Libre con Capitalismo. El Mercado Libre
es antiquísimo y está regulado, tiene reglas y los que lo usan las respetan, el
Capitalismo existe desde hace dos o tres siglos y sencillamente elude esas
regulaciones y sólo busca beneficios, sin importarle cómo o a quién perjudique.
El Capitalismo es más que un Estado, es supranacional, supraestatal y no tiene
pasaporte. Va a donde hay beneficios, y punto.
Y es el Estado quien pone a disposición del capital a sus
ejércitos para mover el mercado: la guerra de Irak era imprescindible a USA
para seguir haciendo correr la bola de sus negocios: robar el petróleo iraquí,
destruir esa nación para reconstruirla, sacarse de encima stocks militares para
reincentivar esa industria: el verdadero motor del negocio capitalista: el
militar. Ejercito, Estado y Capital: la auténtica Trinidad actual.
Sin embargo, oh, paradoja: ha sido el Estado quien le ha salvado
el culo en la ultima gran crisis sistémica. De repente hay algo aún peor que el
capitalismo: su padre, el Estado. El Estado usa recursos públicos, dinero
privado, para refinanciar y sostener al colapsado sistema financiero del
capitalismo, creando una enorme pobreza y crisis de fe en el sistema.
Ya no es el capitalismo el enemigo numero 1 del pueblo, lo es el
Estado. Eso se ve en China, por ejemplo. Cuando el estado comunista colapsa,
recurre al capitalismo para salvarle. O eso creen, cuando estalle su burbuja
inmobiliaria le sucederá lo que a España: se vendrá abajo. Esperemos a ver qué
sucede.
La tormenta y cómo enfrentarla
La Voz del Anáhuac
Enero de 2017.
Tras haber visto este
video (si puedes también leer el libro, mejor: La Doctrina del Shock,
Noami Klein), analiza lo que está ocurriendo en México:
Guerra contra el narcotráfico, iniciada por Calderón y continuada por Peña
Nieto, con un saldo cercano a 200 mil muertos, decenas de miles de
desaparecidos y de desplazamientos forzados, simbiosis narco-estado.
Imposición
de Peña Nieto, criminalización de la protesta social, anarquistas como nuevo “enemigo interno” (el comunismo dejó de
ser el chivo expiatorio).
Aprobación
fast trak de 11 reformas
estructurales. Alianza cómplice con los partidos políticos. Firme oposición de
la CNTE a la mal llamada reforma
educativa, despidos masivos de profesores, evaluación punitiva militarizada.
Desaparición forzada de 43 normalistas rurales de Ayotzinapa. Masacres en
Tlatlaya, Apatzingán y otras, con el pretexto del combate al narcotráfico.
Reducción
de presupuesto a educación, salud y todo el gasto social para fortalecer al
ejército y a las policías, mando único,
desarme y control de autodefensas, encarcelamiento de policías comunitarios.
Despojo
de tierras a comunidades indígenas y campesinas para concesionar sus
territorios al capital transnacional e imponer megaproyectos de minería a cielo
abierto, parques eólicos, presas hidroeléctricas, extracción de gas por
fractura hidráulica (fracking) y
otros, provocando destrucción de ecosistemas, contaminación de tierra, agua y
aire, tala de bosques, desplazamientos forzados, utilización de sicarios del
narco como paramilitares, secuestro, tortura, cárcel o muerte para quienes
defienden su territorio.
Golpeteo
a la economía popular a través de medidas abruptas como el gasolinazo,
utilización de grupos de choque para desatar saqueos que justifiquen la
militarización, la represión policíaca y sembrar el terror en donde se proteste
contra dichas medidas.
Sabemos
que difícilmente Peña Nieto podría entender lo que significa la doctrina del shock, no así sus asesores,
sus Chicago Boys.
El
capitalismo en México ha desatado una tormenta. Para evitar que ésta produzca
un estallido social que la revierta, aplica estrategias de terrorismo de Estado
que impidan que la población se organice y emerja como fuerza social que vaya a
la revolución.
Lo
primero que tenemos que hacer quienes abajo resistimos esta tormenta es no caer
en las provocaciones tramadas por los de arriba; organizarnos desde las
comunidades, barrios, pueblos, ejidos, centros de trabajo y de estudio; luchar
de manera independiente y autónoma desde cada lugar; construir unidad, organización
y coordinación de las diversas luchas, resistencias y rebeldías, de manera que
estas no queden aisladas, que si golpean a uno todos respondamos, no al son que
nos toquen sino a nuestro ritmo, paso y modo.
Acumular
fuerzas propias abajo y a la izquierda, sin partidos políticos, sin control del
Estado a nivel municipal, estatal y
federal; con nuestras propias formas de democracia directa, autónoma,
autogestiva, horizontal, decidiendo desde abajo cada paso, cada acción, con
nuestro propio calendario.
Sólo
así se podrán ir construyendo y fortaleciendo áreas territoriales liberadas,
donde sea el pueblo quien mande, donde la máxima autoridad sea la asamblea de
la comunidad, del pueblo, del espacio campesino, indígena, obrero, magisterial,
estudiantil, urbano o rural.
En
resumen: construir el poder del pueblo en lucha contra el capitalismo, contra
sus formas de control, contra su dominio ideológico. Ese, pensamos, puede ser
un camino emancipatorio.
En
octubre de 2016 en su V Congreso, el CNI y el EZLN acordaron construir un
Consejo Indígena de Gobierno. Tras consultar en cada pueblo, este acuerdo se
ratificó en diciembre. En mayo el Concejo Indígena de Gobierno dirá quién será
la compañera indígena que será si vocera y candidata independiente.
El
acuerdo es que no se lucha por el poder sino para enfrentar, detener, desmontar
la tormenta que nos agobia en todo el territorio. Su táctica es utilizar la
coyuntura electoral nacional para salir al encuentro de otros pueblos que
resisten, que luchan, que defienden su territorio, su tierra, el agua, la
naturaleza, la vida. Esta puede ser también nuestra táctica desde cada lugar,
desde cada geografía.
No
se trata de institucionalizarse, ni de entrar al juego político de los de
arriba, no de someterse a las leyes electorales estatistas, sino de unirnos
abajo, de manera organizada, con formas propias, decididas en asambleas
comunitarias.
En
otras palabras: hacer una política distinta, una política del pueblo, una
política decidida desde abajo, por los de abajo, con los de abajo, para
fortalecernos todos nosotros y resistir en mejores condiciones. Se trata de que
defendernos, resistir, sea pasando a la ofensiva, desmontando el poder de los
capitalistas desde cada casa, desde cada comunidad, barrio, tribu, pueblo,
ejido, colonia, fábrica o escuela.
La
tormenta ya tiene tiempo que se ha desatado, que nos acomete, que nos destruye.
Es tiempo de revertirla, de ir a contracorriente. Que el terror que nos
pretenden implantar no nos paralice, que no nos detenga. De otra manera la
tormenta nos abatirá. Quizá sea esta nuestra última oportunidad para
emanciparnos en realidad.
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