DESPEDAZANDO EL SILENCIO
Eduardo
Galeano
Aquí tienen frente a ustedes,
una negra de verdad
tataranieta de guerreros
que lucharon sin descanso,
contribuyeron con su aporte
a las naciones del mundo edificar.
Y levanto mi voz,
para despedazar el silencio
cuando las ondas sonoras
se esparcen azotadas por el viento.
Y en las turbias agua de los ríos
se oyen ladrar las piedras,
cuando arrastran al mar
pedazos de hombres muertos
con cara aún de sorpresa
y sus grandes ojos abiertos,
que ya no miran las noches
ni los días de sus pueblos.
Están rígidos como árboles
que derribaron los rayos
y asustaron los truenos,
y los remolinos los succionan
cuando los llevan a la bocana
y los buitres los destrozan
cuando se enredan en los esteros
que se vuelven cementerios
de seres que no regresan,
pero hay madres que aún esperan
ponerle las cuatro velas
y allá, en el camposanto,
echarle un puñado de tierra
bajo una cruz de madera.
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